FUEGO Y SANGRE
ACTO I: LA PRINCESA DRAGÓN

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CAPÍTULO XLIV:
Sangre de mi sangre

LA HOJA DE HERMANA OSCURA presiona contra el pecho del dorniense. El filo de su corta y curvada espada apenas se encuentra a unos pocos centímetros de su garganta. Daemon contempla con una sonrisa cómo Andros se desploma.

━━Te lo dije, sus cortas y torcidas espadas son un verdadero despropósito ━━se burla él.

━━Simplemente, poco puede compararse con una buena espada valyria, mi príncipe ━━admite Andros, levantando las manos en señal de rendición━━. Pero si tuviera una espada como la que la princesa Rhaenyra envió a mi hermano, podría haber logrado vencerte.

━━¡Basta ya de rogarme por esa espada! ━━exclama Qoren, girando los ojos━━. Es un regalo de la princesa, y la usaré con orgullo.

━━¿Le ha puesto nombre, mi príncipe? ━━pregunta Laenor.

━━Radiante ━━responde Qoren━━. Aunque al principio me tentaba llamarle Sol de Dragón.

━━Temo que los señores de Dorne no lo apreciarían ━━comenta Laenor con una ligera sonrisa, intentando medir la reacción de su interlocutor.

━━También lo pensé ━━responde asintiendo, su tono cargado de comprensión y un dejo de resignación.

Andros, curioso y deseoso de saber más sobre los eventos recientes, se dirigió a su hermano con interés: ━━¿Cómo fue tu encuentro con el dragón de la princesa?

Daemon, siempre rápido para corregir y con un aire de autoridad, se giró hacia él. ━━Es una hembra ━━aclaró.

Qoren soltó una risa nerviosa, intentando disipar la tensión que sentía al recordar la imponente figura del dragón. ━━Oh, fue maravilloso ━━murmura, recordando la experiencia con una mezcla de miedo y fascinación━━. Al principio, por supuesto, parecía lista para devorarme, pero luego Ser Laenor logró calmarla.

Daemon, aprovechando la oportunidad para lanzar una broma, miró a Laenor con una sonrisa llena de complicidad.

━━En eso se parece mucho a su jinete ━━dijo, su tono lleno de insinuación mientras miraba al Velaryon━━. Ser Laenor siempre ha tenido un talento especial para apaciguar su fuego.

Andros, captando el juego de palabras y el elogio implícito, sonrió ampliamente, contagiado por el buen humor general.

━━Entonces, parece que todos tenemos suerte de que Ser Laenor esté aquí con nosotros ━━añadió.

Los hombres estallan en risas ante la broma de Andros. En medio de la diversión, Daemon propone a Laenor un duelo amistoso. Sin dudarlo, Laenor accede, desenfundando su espada, un regalo del rey Viserys para su yerno. La hoja, larga y de acero pulido que reluce a la luz, posee una empuñadura decorada con dragones. Laenor la había bautizado como Llama del Mar en honor a las casas de su madre y su padre. A lo largo de ambos lados de la hoja, están grabados los lemas de los Targaryen y los Velaryon: "Fuego y Sangre", y "El viejo, el verdadero, el valiente". Fue Rhaenyra quien sugirió la idea, para que cualquiera qué levantara armas contra su esposo se encontrara con el poder unido de las antiguas casas de la Vieja Valyria.

Al principio, Daemon y Laenor intercambian golpes cautelosos, con el choque de sus espadas resonando a lo largo y ancho del patio interior. Desde los balcones del castillo, los nobles y damas que se habían reunido en Lanza del Sol para celebrar el día del nombre de la princesa Aliandra observan con cierta atención el duelo.

━━¿Les mostramos cómo luchan los verdaderos guerreros? ━━sugiere Daemon a su sobrino político.

━━Con gusto, tío ━━responde Laenor.

Daemon se lanza al ataque, desatando un torrente de golpes feroces sobre su sobrino. Laenor, a su crédito, no deja pasar ninguno, manejando con destreza Llama del Mar en su mano. Durante un tiempo, giran el uno frente al otro como bestias, buscando las debilidades de su adversario. Laenor se impulsa de repente desde el suelo y extiende su brazo con la espada, apuntando a la brecha entre su armadura de entrenamiento. Daemon esquiva en el último momento, y el chirrido del acero contra la placa de hierro provoca un murmullo de sorpresa entre los presentes. Sin perder un instante, Laenor se gira sobre sus talones, trazando un amplio arco con su espada. Daemon se agacha, y el filo silba a pocos centímetros de su cabeza.

«El muchacho se ha vuelto mucho más rápido», piensa Daemon fugazmente.

Daemon cruza Hermana Oscura con Llama del Mar con tal fuerza que las chispas vuelan por doquier. Laenor frunce el ceño por el dolor que atraviesa su brazo con la espada, pero resiste la presión implacable de Daemon, quien busca despojarlo de su arma, empujando con todo su peso. Sin embargo, Laenor no se rinde. Con un esfuerzo titánico, agarra su espada con la otra mano, encorvándose como un roble ante el viento. En un movimiento astuto, escapa del empuje de Daemon, girando con agilidad. Pero Daemon, alerta y rápido como una serpiente, aprovecha la inercia y redirige su fuerza en un nuevo asalto, chocando su espada contra Laenor justo cuando este intenta asestarle un tajo mortal en la garganta.

La tensión en el aire es palpable.

Se separan un par de pasos. Las diarias prácticas de Laenor con los guardias de la Fortaleza Roja han dado sus frutos. En tiempos de guerra, durante la batalla de los Peldaños de Piedra, Daemon podría haber desarmado a su sobrino en un abrir y cerrar de ojos. En esos días, Laenor confiaba ciegamente en su velocidad y astucia, creyendo que esos atributos serían suficientes para contrarrestar la fuerza bruta. Pero Daemon, a pesar de su porte elegante y su delgada complexión, poseía una fuerza que desafiaba todo pronóstico. No, no necesitaba los músculos del infame Cole; su poder residía en la agilidad de su esbelto cuerpo, que era más que suficiente para vencer a sus enemigos. Y eso era lo más importante. El desafío ante él era claro: Daemon estaba decidido a derrotar a su sobrino, quien rápidamente se estaba transformando en un guerrero cada vez más formidable.

━━¿Qué pasa, tío? ¿Ya te cansaste? ¿Te está ganando la debilidad de la tercera edad tan pronto? ━━se burla Laenor, acercándose.

Daemon permite que se acerque un paso más, y luego lanza su mano con la espada hacia adelante, invirtiendo en ese movimiento toda su fuerza. Laenor emite un gemido sordo, pero se aferra a su espada con tenacidad. Entonces, Daemon decide agotar sus fuerzas, obligándolo a defenderse de sus interminables ataques. Al principio, Laenor se concentra únicamente en la defensa, pero pronto comprende el plan de su tío y, empujando a Hermana Oscura, retrocede con grandes zancadas, dándose un respiro. Sin embargo, a Daemon le aburre este juego del gato y el ratón, así que se lanza tras Laenor, forzándolo a repeler los rápidos golpes de Hermana Oscura. Finalmente, el brazo de Laenor se fatiga, y Daemon, con una sonrisa triunfante, le arranca Llama del Mar de las manos. Los observadores, que habían seguido el duelo conteniendo el aliento, estallan en un aplauso estruendoso.

Daemon nota entre la multitud a Rhaenyra, quién lo mira con una sonrisa enigmática en los labios. La ausencia de Laena a su lado le provoca una especie de inquietud.

━━Debí haberme quedado callado y en silencio ━━respira Laenor con cansancio, frotándose la muñeca derecha━━... Espero que no me hayas roto nada.

━━Cuando provocas a un dragón, prepárate para las consecuencias, éso te enseñará un poco de humildad ━━responde Daemon, con una chispa de diversión bailando en sus ojos.

━━¡Un magnífico combate! ━━pronuncia Qoren con satisfacción, dirigiéndose a Daemon━━. Ahora comprendo que solo un hombre como usted, Príncipe Daemon, podría haber derrotado al Benefactor de los Cangrejos.

━━No parece que lamente la pérdida de vuestro aliado ━━responde Daemon con un tono agudo de ironía.

━━Los lazos se forjan y se deshacen, mi príncipe. Dorne sabe reconocer sus errores. Aposté por la figura equivocada y perdí. No me es difícil admitir derrota ante un oponente digno ━━Los ojos oscuros y perspicaces de Qoren observan la reacción de Daemon.

━━Simplemente subestimó la terquedad que un hermano menor puede mostrar en un intento de demostrarle a su hermano mayor que vale algo ━━replica Daemon, sin apartar la mirada del Martell.

━━Éso es seguro. Si fuera por mi, habría apostado por el Príncipe Daemon en aquel entonces. ¿Acaso no sé yo de la terquedad de los hermanos menores? ━━bromea Andros, aligerando el ambiente.

━━Fue un combate espléndido ━━Rhaenyra irrumpe en su conversación, dirigiendo su mirada hacia su tío Daemon━━. Espero que no le hayas quebrado el brazo a mi esposo.

━━Yo debería haber presumido menos, mi amor ━━sonríe Laenor a su esposa, apaciguador━━. Me temo que tendré que recurrir a su maestre en busca de ayuda, Príncipe Qoren.

━━Oh, estoy seguro de que nuestro maestre estará encantado de ayudarlo con lo que necesite, Ser Laenor ━━Una sonrisa significativa florece en el rostro del Martell menor.

━━¿De verdad? ━━inquiere Laenor, sin comprender la reacción de Andros.

━━El maestre Ormund tiene un especial cariño por sus pacientes del sexo masculino, Ser Laenor. Y usted, con sus cabellos blancos como la nieve y ojos morados, será una incorporación exótica para la colección del maestre ━━ríe Andros con picardía━━. Aunque sería una pena que el primer dorniense en compartir lecho con un valyrio fuera él━━. La mirada interesada de Andros va de Rhaenyra a Laenor y luego a Daemon━━. Mi oferta para usted y Lady Laena sigue en pie, Príncipe Daemon. Y si por casualidad alguien más desea unirse a nosotros, estaré más que complacido.

━━¡Andros! ━━interrumpe Qoren las fantasías de su hermano y dirige su mirada hacia Rhaenyra, que ha enrojecido por la vergüenza━━. Perdone a mi hermano, Su Alteza. Lamentablemente, la cabeza de Andros rara vez controla lo que sale de su boca.

━━No es menester que ofrezca disculpas, mi príncipe. La fama de la lujuria de los dornienses llega hasta los confines del Muro, lo cual casi no me sorprende ━━replica Rhaenyra, asiendo posesivamente la mano de su esposo, mientras su mirada de un lavanda fulgurante brilla con un aire de advertencia━━. Pero aún así, ruego que su hermano lleve a cabo sus amoríos sin la participación de mi esposo.

━━Una verdadera dragona ━━murmura Andros con apreciación.

━━Te lo dije ━━sonríe Daemon.

━━Hablando de dragones ━━Una vez más aparece en los labios de Rhaenyra esa enigmática sonrisa con la que observó su combate━━. Laena te espera en vuestros aposentos.

━━¿Está bien? ━━pregunta Daemon al instante.

━━Oh, todo esta muy bien, tío ━━responde Rhaenyra con una sonrisa radiante en los ojos━━. Ve hacia ella. Y hazlo cuanto antes.

La misteriosa aura de Rhaenyra genera una sensación de inquietud en Daemon. Con rapidez, se despoja de su armadura de entrenamiento y se apresta a seguir a la sirvienta que lo conduce hacia sus habitaciones asignadas. No presta atención al lujoso decorado del castillo ni a su arquitectura extraña; todos sus pensamientos giran en torno a Laena.

Recuerda cómo, durante las últimas semanas de navegación, ella había sufrido mareos, pasando tanto tiempo al borde del barco como la embarazada Rhaenyra. A lo largo de sus años de exilio, Daemon había presenciado numerosos brotes de enfermedades. Sabía que existían dolencias estomacales e intestinales que deshidrataban el cuerpo, provocando vómitos incesantes y, en última instancia, la muerte del desafortunado que las padecía. La inquietud que se agita en el interior de Daemon se entrelaza con el terror, y, con un ímpetu frenético, entra en sus aposentos, buscando a su esposa con una mirada llena de angustia. Ella está sentada en la cama, vestida solo con un camisón blanco, y lo observa con los ojos sorprendidos y bien abiertos. Daemon se acerca a ella con largas zancadas, tomando su rostro entre sus manos con ternura y preocupación.

━━Rhaenyra dijo que me esperabas. ¿Estás bien, amor mío? ━━susurra, dejando besos sobre su rostro.

Laena soltó una risa suave, como el canto de un arroyo en primavera, y toma sus manos entre las suyas para deslizarlas lentamente hacia abajo por su cuerpo, hasta que se detienen en su vientre. La aterradora sospecha sobre alguna enfermedad vuelve a surgir en su mente, aunque su razón le susurra que la luz en los ojos de Rhaenyra y Laena es demasiado alegre para tan triste noticia. Con un apretón sutil y cálido, Laena entrelazó sus dedos con los de él, y una sonrisa que parecía tejida con hilos de sueños adornó su semblante.

━━Te daré un hijo de la sangre del dragón, Daemon ━━murmura con voz queda, como si compartiera un hechizo antiguo.

Daemon tarda unos momentos en comprender el significado de sus palabras. Dirige su mirada desde el rostro de su esposa hacia sus manos entrelazadas. Un sentimiento desconocido hasta ahora lo inunda. Nunca había sentido algo así. Conocía el amor y el odio, la pasión y el deseo, el miedo y la decepción. Pero nunca antes había experimentado un amor tan abrumador. El amor de un padre por su hijo. Sangre de su sangre, carne de su carne. Hasta ese momento, no comprendía cuánto había envidiado a Laenor y Rhaenyra, quienes se regocijaban por la llegada de su vástago. Mas ahora, esa envidia se desvanecía de su corazón sombrío. Daemon tendría su propia familia, una familia que ningún destino cruel le arrebataría, una familia de la que jamás sería desterrado.

La caricia de Laena en su mejilla provoca un estremecimiento en Daemon. Alza su mano hacia su rostro y se sorprende al notar la humedad en sus dedos. Daemon no puede recordar cuándo fue la última vez que lloró. ¿Cuándo murió su madre? ¿O la abuela Alysanne? Aquellos momentos se sienten tan lejanos, como si pertenecieran a otra vida. Sin embargo, ahora, con Laena a su lado, las lágrimas fluyen. Esta vez... son de pura felicidad.

Daemon toma el rostro de su esposa entre sus manos y le ofrece el beso más tierno que puede otorgar. En ese beso, vierte todo su amor y gratitud hacia Laena. Las manos de ella se aferran con firmeza a sus hombros, acercándolo aún más, como si quisiera fundir sus almas en un solo latido.

━━Pensé que no podría ser más feliz. Pero tú me has demostrado lo contrario, mi reina ━━dice Daemon con una sonrisa, apoyando su frente contra la de ella.

━━Lo hemos logrado juntos ━━ríe Laena, acurrucándose en su pecho.

━━Espero que sea una niña ━━sueña Daemon, cerrando los ojos━━. Tan hermosa e indomable como su madre.

━━¿La nombrarás Visenya y le entregarás a Hermana Oscura? ━━pregunta en tono juguetón.

━━¿Por qué no? Es una excelente idea. Lamentablemente, no puedo pasarle a Vhagar, de lo contrario realmente habríamos resucitado a la reina Visenya setenta años después de su muerte ━━Daemon, no obstante, se muestra más que animado ante la perspectiva.

Los esposos ríen con alegría desbordante. Daemon envuelve a su amada en un abrazo lleno de promesas, mientras sueña con el futuro, un futuro en el que podrá acunar a su primogénito -o primogénita- entre sus brazos.

El rostro del Príncipe Canalla se ilumina con una sonrisa radiante, reflejo de la dicha que continúa embargando su corazón.

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