❪ ⛓️💥 ❫ 042: Laenor.
FUEGO Y SANGRE
ACTO I: LA PRINCESA DRAGÓN
🏰🔥👑🗡️🌊
━─────╮✦╭─────━
CAPÍTULO XLII:
Señores de las Tierras de la Tormenta
PARTE 4/4
LAENOR ESTABA INCREÍBLEMENTE CONTENTO DE DEJAR BASTIÓN DE TORMENTAS. La tensión solo lo abandonó después de que el Princesa Dragón navegó hacia la Bahía de los Naufragios, alejándolos cada vez más de las murallas que protegían la fortaleza de los Baratheon. Estaba enojado. Antes de llegar a Bastión de Tormentas, estaba sumamente feliz por lo contenta que estaba Rhaenyra tras las audiencias con sus súbditos.
Ella irradiaba felicidad, llena de ideas para mejorar la situación de los señores de las Tierras de la Tormenta, las cuales planeaba presentar en las próximas reuniones del Consejo Privado al regresar a la Fortaleza Roja. Laenor había visto con sus propios ojos cuán más segura se sentía Rhaenyra al interactuar con los señores, escuchando sus preocupaciones, peticiones, quejas y ofreciendo soluciones a los problemas existentes. En esos momentos también se sentía furioso porque, gracias a Otto Hightower, la formación de Rhaenyra en este ámbito había sido casi desechada a pesar de su estatus de heredera. Laenor solo podía imaginar lo buena que sería Rhaenyra en política ahora, si hubiera sido adecuadamente preparada para su papel de reina.
Pero incluso sin experiencia negociando, Rhaenyra se manejó muy bien. Laenor sabía que esto se debía en gran parte al esfuerzo de su madre, la Princesa Rhaenys, quien se dedicó a Rhaenyra desde su llegada a la Fortaleza Roja. Y él no minimizaba su propia influencia sobre su esposa. Sabía que la experiencia qué había recibido de su padre jugó un papel importante en el nuevo comportamiento más maduro de Rhaenyra. Y la propia Rhaenyra no dejaba de agradecerle por su discreción, tacto y habilidad para moderar su ímpetu en el momento adecuado.
━━Como siempre, mi agua para tu fuego, mi princesa ━━respondía Laenor con una sonrisa a su gratitud.
Aun así, Laenor no dejaba de convencerse de que Rhaenyra misma era la clave de su éxito. Ella no comprendía del todo cómo influía en las personas. No la llamaban la Delicia del Reino sin razón. El encanto y carisma de la joven princesa podían derretir los corazones de los señores más severos, haciéndolos sonreír abiertamente en respuesta a las sonrisas de Rhaenyra. Su voz que resuena como campanas en el alba, su risa, cual plata líquida, danzaba en el aire; sus ojos fulgurantes como estrellas en el firmamento, y su andar era tan ligero como la brisa que acaricia los campos al despuntar el día. Todo eso atraía y engañaba, haciendo que la gente cayera cada vez más en la red de su encanto. Laenor también había sido víctima de sus encantos. Y ahora observaba cómo ganaba el amor y respeto de su pueblo no solo con sonrisas y palabras, sino también con hechos.
Por eso, la inesperada disputa en Bastión de Tormentas molestó mucho a Rhaenyra, quien había estado envalentonada por su éxito. Y Laenor deseaba estrangular a Lord Borros con el doble de fuerza.
━━Mi madre siempre decía que cuanto más alto vuela el halcón, más dolorosa será su caída ━━dijo Rhaenyra cuando regresaron a sus aposentos aquella desafortunada noche━━. Ahora entiendo lo que quería decir.
━━Y mi madre dice que las caídas son como un despertar. Pues cuando uno se mantiene demasiado tiempo en la cima, deja de ser precavido ━━Laenor masajeaba los tensos hombros de Rhaenyra, mientras le quitaba el pesado vestido de terciopelo.
━━Crees que ya eres adulto y experimentado, pero la vida siempre te recuerda que todo eso es una ilusión. Y que nuestras madres casi siempre tienen razón ━━coincidió Rhaenyra con tristeza, relajándose en sus brazos.
En Bastión de Tormentas permanecieron tan solo dos días tras el incidente en el banquete. Durante ese tiempo, Rhaenyra pasó sus días con Lady Caron y sus tres hijas, pues los dolores en las articulaciones de Lord Boremund no le permitían tratar los asuntos que inquietaban a los señores de las Tierras de la Tormenta, y Lord Borros no se dejaba ver por ningún lado.
Por otra parte, Laenor y Daemon llevaron a cabo un demostrativo entrenamiento, enfrentándose con sus espadas en el patio de armas de Bastión de Tormentas. Daemon incluso permitió a los jóvenes escuderos de los caballeros sostener a Hermana Oscura, sorprendiendo no solo a los habitantes del castillo, sino también al mismo Laenor. Mientras tanto, Laena entretenía a los niños del castillo con historias sobre Vhagar y otros dragones, convirtiéndose al instante en su favorita.
Lord Boremund no pudo levantarse de su lecho enfermo para despedirlos al embarcar. En su lugar, lo hizo el castellano de Bastión de Tormentas, ya que Lord Borros no consideró necesario despedir a la princesa. Rhaenyra no mostró su descontento, pero Laenor sabía que algún día recordaría esta ofensa a Borros.
━━Quizás debí permitir que Daemon diera muerte a ese canalla ━━musitó Rhaenyra, mientras el gran torreón de Bastión de Tormentas se desvanece tras el horizonte━━. Mi padre habría proclamado a Cassandra como la legítima heredera de Lord Boremund, y así, las Tierras de la Tormenta habrían olvidado para siempre este lamentable equívoco.
━━Por mucho que lo deseara, no podemos permitirnos tal desenfreno, elilla¹ ━━responde Laenor, mientras coloca una manta sobre los hombros de Rhaenyra, abrazándola con ternura por la espalda━━. Bastión de Tormentas se mantuvo en calma únicamente porque Lord Boremund reconoció la falta de su hijo. Si hubiera sido otro padre, uno menos justo y más propenso a ceder ante las necedades de su vástago primogénito, nuestro viaje podría haber concluido en calamidad.
━━Me preguntó cuántas mujeres han soportado tal ignominia sin el amparo de un protector. Laena tiene la suerte de contar con nosotros. Pero, ¿qué otra mujer tiene semejantes defensores? Daemon puede despojar impunemente al heredero de las Tierras de la Tormenta de sus dedos, pero, ¿quién más se atrevería a hacer tal cosa? ¿Cuántos hombres se han hecho a un lado, dejando que ese cerdo se aprovechara de la debilidad de una mujer desposeída de derechos?
Laenor vió las lágrimas brillando en los ojos de Rhaenyra, comprendiendo que tiene razón. Los señores, especialmente los herederos de grandes casas, rara vez eran comedidos. A juzgar por la cantidad de niños con los ojos, narices y labios parecidos al joven Baratheon que había encontrado en el castillo durante esos dos días, Lord Borros parecía acostumbrado a siempre tomar lo que consideraba suyo. Se decía incluso que la hija menor de Lord Buckler se había ahorcado debido a que había sido deshonrada por el Baratheon durante su visita a Puertabronce. Todo esto indicaba que Bastión de Tormentas podría convertirse algún día en un gran problema tras la muerte del viejo Boremund.
De repente, Rhaenyra escuchó las duras palabras del fantasma de aquella vidente que habitaba sus recuerdos, como si estuviera junto a ella, susurrándole al oído: «Nadie te respeta porque ni tú te respetas. Te has pasado la vida huyendo del esfuerzo, de la confrontación, y ahora vives en una burbuja frágil que se va a romper tarde o temprano. Y cuando se rompa, te quedarás con nada, porque nada es lo que has construido».
━━Dōrī daorun istin². ¿Tal vez todo esto ha sido en vano? ¿Por qué persisto en tratar de ganarme a los señores de las Tierras de la Tormenta, si, al fin y al cabo, son vasallos de los Baratheon? ━━El tono de Rhaenyra sonaba apagado y desolado━━. Si estalla una guerra por el trono, Lord Borros jamás se alzará a mi favor. Y sus vasallos seguirán a su señor.
━━No siempre los vasallos se pliegan a la voluntad de su señor, Rhaenyra ━━responde Laenor, girándola suavemente para que pueda ver su rostro━━. Recuerda la historia de la conquista de Poniente. ¿Cómo los Tyrell se convirtieron en los Guardianes del Sur?
━━Entregaron Altojardín a Aegon el Conquistador y se arrodillaron, por lo cual se les fue concedido el honor de convertirse en la casa gobernante del Dominio ━━dijo Rhaenyra, frunciendo el ceño con confusión.
━━Si solo hubiesen sido vasallos leales, habrían luchado hasta el último aliento, ahogando al Dominio en la sangre de los inocentes. Pero los Tyrell no solo eran leales, sino también inteligentes. En lugar de someterse ciegamente, eligieron un camino menos sangriento, y por ello el Dominio todavía prospera ━━dijo Laenor, suavizando la línea de preocupación en la frente de Rhaenyra━━. Si lo peor llegara a suceder y realmente debiéramos luchar por tu reclamo, no todos los señores de las Tierras de la Tormenta irán en tu contra. Ciertamente, algunos seguirán a Borros, quien no olvidará la afrenta que le hemos infligido. Sin embargo, aquellos a quienes hoy ayudás se alzarán a tu lado en el futuro. Si, la lealtad entre las Casas Nobles es importante, pero la lealtad a la corona lo es aún más. Y estos señores harán todo lo que esté en su poder para asegurarte la victoria, porqué el destino de su propia suerte dependerá del resultado de esta guerra. Si llegases a perder, los Baratheon podrían destruir sus castillos y despojarlos de sus tierras como escarmiento por la desobediencia. Así que, si esta guerra alguna vez sucede, estás casas serán tus más fervientes aliados, Rhaenyra. Todo porque hoy has sido generosa y bondadosa con ellos.
El semblante de Rhaenyra se ilumina ante sus palabras. Ella se acurruca junto a él, escondiendo su rostro en su pecho. Leanor deja un beso en su platinada coronilla, envolviendo su menuda figura en un abrazo.
━━Los dioses han alineado nuestros caminos hacia el otro, Leanor ━━exhala ella, entrelazando sus manos a su espalda.
El molesto aleteo de Syrax, volando tras el Princesa Dragón, les hace reír a ambos.
━━Aún te cela conmigo ━━sonríe Leanor, regocijándose de que el humor de Rhaenyra haya mejorado.
Rhaenyra alza la mano, como si quisiera tocar al dragón, pero ésta resopla ruidosamente y, batiendo sus alas, vuela hacia adelante. A pesar de su juventud, Syrax era muy inteligente y sin mayores problemas seguía a los barcos, deteniéndose en pequeñas islas rocosas en medio del mar, para descansar y proseguir su vuelo.
━━¿Cómo crees que será recibida Syrax en Lanza del Sol? ━━inquirió Rhaenyra, observando la silueta lejana de su dracónida.
━━Estoy seguro de que el príncipe Qoren ha preparado a su pueblo para la llegada de dragones en cielos dornienses. Por lo que hemos podido conocer de él, es un gobernante muy cauteloso y previsor. No creo que surjan problemas al respecto ━━la tranquiliza Laenor.
━━¿Cuánto más nos queda navegar hasta Lanza del Sol? ━━pregunta Rhaenyra con curiosidad.
━━Si los vientos nos son favorables, alrededor de dos semanas. A esto se suman un par de días que pasaremos en Piedraverde con los Estermont... Deberíamos llegar a Dorne un par de días antes de la celebración ━━responde Laenor.
━━Dos semanas de vaivenes en barco ━━se queja Rhaenyra, con desánimo, mientras su rostro palidece.
━━¿Debo sostener tu cabello mientras te despides del contenido de tu estómago? ━━le ofrece Laenor con un tono amable, intentando aliviar su aflicción.
━━Va mōriot³ ━━sonrió ella agradecida.
AL VER PIEDRAVERDE, Laenor finalmente comprendió por qué lo habían llamado así. El asentamiento de los Estermont era como si estuviera esculpido en las rocas mismas que cubrían la isla. El musgo, que florecía profusamente en las paredes del castillo debido a la humedad del aire, les otorgaba un característico tono verde claro, casi ocultando la piedra gris. El lugar no impresionaba de manera tan abrumadora como el Castillo del Atardecer o Bastión de Tormentas, pero se veía fuerte y confiable. Igualmente robusto parecía Lord Berrik Estermont, Señor de Piedraverde. Salió a recibirlos acompañado de sus dos hijos, tan bajos y fornidos como él.
Su llegada a Piedraverde, al parecer, no alteró en absoluto la paz de sus habitantes. Sí, en su honor se organizó un nuevo banquete, pero la mesa no podía presumir de la variedad de platos y vinos que los había recibido en los castillos de Tarth y Baratheon. Sin embargo, Rhaenyra no prestó atención a esto; solo Daemon se quejaba de que echaba de menos el afrutado vino del rejo, o al menos la dulce hidromiel, provocando miradas descontentas de Lady Estermont.
Laenor notó la inusual sencillez y modestia de la decoración del castillo. Los Penrose, que no eran tan nobles ni de tan buen linaje como los Estermont, podían presumir de enseres, mobiliario y ornamentos más refinados. Esto se debía a que la isla Estermont no era muy fértil ni rica. Casi toda estaba cubierta de rocas que, a diferencia de las de Tarth, no podían vanagloriarse de contar con abundantes yacimientos de metales o piedras preciosas. Por lo tanto, a pesar de su ilustre linaje que se remontaba a la Era del Amanecer, los señores de Piedraverde no podían alardear de riquezas. Y a pesar de todo, no tenían intención de aceptar ayuda de Rhaenyra.
━━Estoy seguro de que la corona tiene asuntos de mayor importancia que atender. Con lo que poseemos nos basta. Y si precisásemos de ayuda, acudiríamos a nuestros señores. Los Baratheon y los Estermont han estado unidos desde hace mucho tiempo, y Bastión de Tormentas jamás ha negado su apoyo a Piedraverde ━━respondía Lord Berrik ante cada intento de Rhaenyra por hallar un punto de concordia.
Laenor discernió el desasosiego en la mirada de Rhaenyra, pero nada podía hacer al respecto. Algunas veces, Rhaenyra debía aprender a lidiar con los fracasos sin su auxilio. Aquella noche, ella voló a lomos de Syrax hasta altas horas sobre los escarpados picos de las rocas de Estermont, procurando no sucumbir al desaliento. Los vuelos nocturnos sobre Syrax mejoraron ligeramente su estado, pero hasta el final de su estancia en Piedraverde, el ánimo de Rhaenyra dejaba mucho que desear. Abandonaron Estermont con emociones dispares. Daemon y Laena casi con regocijo, Laenor con alivio, y Rhaenyra con pesar. Los Estermont resultaron ser unos de los que, aparentemente, serían ciegamente leales a su señor hasta el final. Así pues, Laenor y Rhaenyra los descartaron como posibles aliados en la supuesta guerra por el Trono de Hierro que tendría lugar algún día.
El resto del periplo hacia Dorne transcurrió bajo un manto de abatimiento. Incluso Daemon se contagió del desencanto de Rhaenyra, tratando, en ocasiones, de alentar a su sobrina de algún modo. Laenor conocía bien a su esposa, lo suficiente para comprender la futilidad de tales intentos. Rhaenyra era de aquellos que se entregaban a las emociones con todo su ser. Y poco importaba cuál fuese el sentimiento -ya fuese pasión o tristeza-, Rhaenyra se sumergía en su abismo con igual fervor. Por ello, Laenor no la molestaba, solo le ofrecía su apoyo cuando ella lo requería. Él confiaba en que la llegada a Dorne despertaría a Rhaenyra, arrancándola de las redes de sus inquietudes y expectativas infundadas, revelando al mundo una princesa diferente. Más paciente, cauta y sabia. Y así fue. Cuando en el horizonte se alzaron los torreones de Lanza del Sol, la mirada de Rhaenyra cambió.
Laenor contempló en ella la mirada de una reina, presta a acometer grandes hazañas.
[ ⚔️ ]
NO TE OLVIDES DE:
votar, comentar y seguirme.
▬▬⠀ 𝒋_𝒎𝒐𝒓𝒏𝒊𝒏𝒈𝒔𝒕𝒂𝒓 , © 2023⠀▬▬
1. Elilla: Cariño, Cielo, Corazón.
2. Dōrī daorun istin: Nunca he sido nada.
3. Va mōriot: Siempre.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro