❪ ⛓️💥 ❫ 031: Rhaenyra.
FUEGO Y SANGRE
ACTO I: LA PRINCESA DRAGÓN
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CAPÍTULO XXXI:
Regalos y sorpresas
RHAENYRA SE RECUESTA en la suavidad de la almohada, dejando escapar un suspiro profundo en un intento por calmar su respiración agitada. El dulce beso que Laenor deposita en la parte interna de su muslo provoca un estremecimiento en todo su ser.
Con voz apenas audible, Rhaenyra susurra: ━━Dame un momento ━━mientras intenta controlar el temblor que recorre sus piernas.
Laenor, con su aliento acariciando la zona sensible de su pecho, responde en un tono sugerente: ━━¿Y si me niego? Me encanta escucharte gemir descontroladamente con mi lengua dentro de tí.
━━Ya no puedo soportarlo más, Laenor ━━ruega Rhaenyra, atrayendo a Laenor hacia ella en busca de un beso.
Sintió su sabor en los labios de él, y su vientre se apretó a traición en una nueva oleada de deseo. Laenor era una gran amante. Rhaenyra jamás había imaginado que el matrimonio no era simplemente un deber que cumplir con su esposo, como le habían enseñado los severos septones en el pasado, sino un mar de placer que una pareja enamorada podía brindarse mutuamente. Desde que se habían casado hacía cuatro semanas, Laenor la enloquecía cada noche y casi todas las mañanas, excepto cuando tenían prisa por asistir a alguna reunión del consejo. Parecía como si su esposo conociera cada rincón secreto de su cuerpo y supiera exactamente cómo acariciarlo para llevarla al límite del éxtasis.
Hoy Rhaenyra despertó con la suave caricia de los dedos de Laenor deslizándose lentamente sobre su piel, provocando una sensación de cálido deseo en su interior. Laenor sabía exactamente cómo estimularla, cómo hacerla temblar de placer con cada roce de sus manos expertas. Su tacto la hacía estremecer, su aliento sobre su piel de gallina aceleraba su corazón.
Después de intensificar su deseo con sus caricias, Laenor descendió lentamente por su vientre hasta llegar a su centro, donde su caliente lengua reemplazó a sus dedos, provocando un torrente de sensaciones que hicieron a Rhaenyra gritar de sorpresa y placer. Nunca había imaginado que el orgasmo pudiera alcanzarse de esa manera, pero Laenor la sorprendió una y otra vez, llevándola al clímax con solo el toque de su lengua y sus labios.
Cada gemido de Rhaenyra resonaba en la habitación, lo que le pareció a la princesa como si toda la Fortaleza Roja pudiera escuchar sus gritos. La voracidad de Laenor al devorar su boca al terminar solo hacía que la excitación creciera en su interior, deseando más y más de él. Rhaenyra, con una mano enredada en el cabello revuelto de Laenor, busca con la otra su miembro, sintiendo el ansia por fusionarse con él. Al presionar ligeramente su cabeza, provoca gemidos de placer en Laenor, quien responde gimiendo contra sus labios, aumentando la pasión y el deseo que arde entre ellos.
━━Yo también quiero darte placer con mis labios y mi lengua ━━susurra Rhaenyra, separándose del beso.
━━Lo harás, mi princesa, pero por la noche. No tardaré mucho ahora ━━responde Laenor, besándole el cuello.
Rhaenyra, perdida en un mar de sensaciones, no puede contener sus gemidos mientras Laenor la penetra con una lentitud que la hacen enloquecer. Abriendo las piernas y rodeando la cintura de su amado en un candado, siente cómo se desliza dentro de ella con un movimiento resbaladizo que la hace estremecer. Cada embestida de Laenor la hace gritar de placer, apretando su cuerpo contra el de él en un intento desesperado por sentirlo aún más adentro. Laenor, imponiendo inmediatamente un ritmo rápido, se separa de sus labios y se inclina sobre ella, rodeando sus pechos con sus grandes manos. El roce de sus callosas manos contra los tiernos pezones de Rhaenyra la hace arquear la espalda en una mezcla de dolor y placer que la deja aún más desesperada por más.
A través del velo del deseo, Rhaenyra mira a su esposo con ojos llenos de lujuria y emoción, pensando en ese momento que parece un dios valyrio. El sudor resbala por su piel, delineando su pecho y su abdomen tonificados; su cabello rubio se encuentra desordenado, como si acabara de salir de una batalla y, su respiración entrecortada y agitada, delata el deseo que le consume; las venas de sus brazos se ven tensas por la fuerza con la que se aferra al cuerpo de Rhaenyra.
El clímax se acerca rápidamente, cada embestida de Laenor lleva a Rhaenyra más cerca del abismo del placer, hasta que finalmente los dos se dejan llevar por la explosión de sensaciones que los envuelve. Ella siente que su esposo aumenta la velocidad y comienza a tensar los músculos, lo que significaba que estaba cerca, así que Rhaenyra hace eso de apretarlo con sus paredes internas que a él tanto le gusta para ayudarlo.
━━¡Dioses! Estás muy apretada ━━jadea Laenor, frotándole los pezones entre sus dedos.
━━¿Acaso hay algo que no te guste, mi amor? ━━susurra Rhaenyra, arqueándose hacia arriba para encontrarse con él.
En lugar de responder, Laenor la penetra con más fuerza, y sólo el choque de sus cuerpos bañados en sudor rompe el silencio de la habitación. Rhaenyra no puede contener los gemidos que surgen de las fuertes embestidas de Laenor. Ella comienza a notar que se acerca su orgasmo y atrae con fuerza a Laenor para besarlo. Su esposo suelta un gemido gutural mientras sus labios se encuentran en un apasionado beso.
Rhaenyra podía sentir su caliente semilla derramándose en su interior, llevándola a un orgasmo indescriptible. Sin embargo, en vez de detenerse, Laenor siguió moviéndose en su interior, prolongando aún más su disfrute compartido. La oleada de placer parecía interminable, pero finalmente comenzó a disminuir, dejando a Rhaenyra exhausta y completamente satisfecha. Cuando finalmente la sensación se desvaneció, Rhaenyra tiró de Laenor hacia ella, obligándolo a recostarse juntos. El peso reconfortante de su cuerpo sobre el suyo la hizo sonreír de felicidad, sintiéndose en ese momento la mujer más afortunada del mundo.
━━Me siento como si pudiera pasarme siglos en la cama contigo ━━murmura Laenor en su cuello.
━━No me importaría, esposo mío ━━Le deja un breve beso en el hombro━━. Daría nuevo motivo de cotilleo en la Fortaleza Roja.
━━No han parado desde nuestra noche de bodas ━━Laenor sonríe, besándole la frente━━. Que se mueran de envidia.
Él se retira de ella, y Rhaenyra apenas reprime un suspiro de decepción al encontrarse con la sensación de vacío. La semilla de Laenor le chorrea lentamente por los muslos. Rhaenyra se lleva instintivamente una mano al estómago. Laenor sigue su mano con la mirada y cubre la palma de ella con la suya.
━━¿Crees que ya estaré embarazada? ━━susurra Rhaenyra.
━━El Maestre Gerardys dijo que no hay razón para pensar que tendremos problemas para concebir, Rhaenyra ━━responde Laenor.
━━Necesitamos herederos, Laenor. No sólo para el Trono de Hierro, sino también para Marcaderiva.
━━Y los tendremos, mi feroz dragona ━━Laenor la estrecha y le deja un beso en la cima de su cabeza━━. Pero tu valor no radica sólo en ser una mujer que puede engendrar hijos.
━━¿Cuál es mi valor entonces? ━━pregunta Rhaenyra en voz baja.
━━En que eres Rhaenyra. La jinete de dragón más joven de la historia, la primera reina regente de Poniente a futuro. Inteligente, fuerte, indomable. También gentil, amable, cariñosa y la mujer más hermosa del mundo. Eso es suficiente para amarte y valorarte.
Rhaenyra se deshace en lágrimas tras las palabras de Laenor. Su humor se ha vuelto demasiado voluble estos últimos días. Hace un momento reía con Laenor y ahora llora en sus brazos. Laenor le limpia las lágrimas de la cara y le deja un suave beso en los labios. Él la envuelve entre las mantas, se pone una camisa que le llega a medio muslo y luego se dirige a la puerta.
━━Díganles a las doncellas que nos preparen un baño a la princesa y a mí. Que calienten el agua y le añadan menta y manzanilla ━━dice a los guardias de la puerta para después volver hacia Rhaenyra.
Rhaenyra, en un momento de revelación tardía, comprende que en su apenas reciente vida de casados, Laenor ya ha memorizado a la perfección sus preferencias en cuanto a la temperatura del agua, siempre incitando a que esté cercana al punto de ebullición y acompañada de hierbas aromáticas. Al reconocer esta atención tan detallada, un nudo se forma en la garganta de Rhaenyra, sintiendo una oleada de gratitud y emoción. Separándose de las cálidas mantas, ella se abraza con fuerza a Laenor, transmitiendo en silencio su agradecimiento a los dioses por haberle otorgado un esposo tan atento y amoroso.
━━Tengo tanta suerte de tenerte ━━susurra en su pecho, aspirando su olor, que ya se había convertido en el suyo propio.
━━Y yo tengo aún más suerte de tenerte a ti ━━ríe Laenor. Levanta la cara de Rhaenyra por la barbilla para poder verla a los ojos━━. Me casé con la mujer más hermosa, cariñosa y apasionada de los Siete Reinos, ¿podría soñar con algo mejor?
Rhaenyra se acurruca en silencio contra el pecho de Laenor, sumergiéndose en la sensación reconfortante de su presencia. Si no fuera por el ir y venir de doncellas llevando enseres de baño y grandes recipientes de agua caliente, probablemente hubieran permanecido en esa posición durante mucho tiempo. Laenor despide a la servidumbre y ayuda a Rhaenyra a sumergirse en la relajante calidez de la bañera. Con gentileza, él cepilla con suavidad sus cabellos plateados, los embadurna con jabón y aceites herbales, y masajea con destreza su espalda y sus piernas. Durante esos preciosos momentos, Rhaenyra se queda dormida, entregándose al confort de las caricias amorosas de Laenor.
Despierta solo cuando Laenor la envuelve en una gran toalla y la lleva a la cama, prometiéndole con dulzura: ━━No tardo, mi amor.
Mientras Laenor se retira hacia el baño, Rhaenyra escucha el suave chapoteo del agua a través de su somnolencia, volviendo a dejarse llevar por el sueño por unos instantes. Sin embargo, el susurro de la risa de Laenor y un beso tierno en su frente la devuelven a la consciencia.
━━Debería dejarte dormir más por la noche ━━susurra Laenor con una sonrisa rebosante de afecto, acariciando con ternura el rostro de Rhaenyra. Sus ojos reflejan una mezcla de amor y preocupación mientras observa a su amada descansar━━. Ya te duermes de una cabezada.
━━Pero a cambio obtengo mucho placer. Creo que es un trato justo ━━objeta Rhaenyra.
━━Tienes razón, pero sería un poco incómodo que empezaras a roncar en medio de una reunión del Consejo Privado ━━sonrie el joven.
━━¡Yo no ronco!
Rhaenyra, con su rostro lleno de indignación, se siente impulsada a expresar su desacuerdo con el comentario de su esposo. A pesar de querer darle una fuerte palmada en el hombro para demostrar su disgusto, sus manos están firmemente sujetas por la toalla que la envuelve, dejándola sin más opción que dirigir una mirada intensa hacia Laenor.
━━Roncas mucho ━━Laenor se ríe abiertamente━━, ¿y cómo podría ser de otra manera? ¡Eres un dragón! Y los dragones cuando duermen resoplan tanto que las paredes tiemblan. Pero yo tengo suerte, mi dragona sólo ronca dulcemente.
La sonrisa tierna de Laenor hace que Rhaenyra sienta calidez por dentro. Ella misma tira de la toalla y libera los brazos para abrazar a Laenor. Su esposo abre los brazos y la estrecha contra su pecho desnudo y cálido. Rhaenyra hunde la nariz en su cuello, aspirando su olor particular.
━━Te amo ━━susurra, tomando conciencia de que es la primera vez que expresa esas palabras tan directamente
Laenor la abraza con más fuerza, sintiendo el beso de su esposo en la base de su cuello, lo que le provoca cosquillas y la hace reír.
━━Y yo a ti, Rhaenyra ━━responde Laenor con naturalidad, sellando así el momento con una respuesta sincera y amorosa.
A pesar de que a Rhaenyra le encantaría pasar todo el día en los brazos de su amado, ambos tenían asuntos que atender. Laenor la dejó luego de un rato para dirigirse a Marcaderiva, donde debía supervisar los preparativos para la boda de Laena y Daemon, programada para dentro de un mes. A pesar de la insistencia de su padre en celebrar la boda en la Fortaleza Roja, Laena y Daemon habían tomado la decisión de que la ceremonia tendría lugar en el castillo de la familia Velaryon. Incluso el rey había sugerido la celebración de un torneo en honor a su matrimonio, pero Daemon y Laena se mantuvieron firmes en su negativa.
━━Gracias, Su Majestad ━━respondió Laena a su rey-cuñado con una sonrisa━━. Sin embargo, si enserio desea hacernos felices, me atrevo a pedirle que utilice el dinero que la corona está dispuesta a gastar en la boda del príncipe en la reconstrucción de nuestro nuevo hogar. Astas lleva mucho tiempo sin un amo y el castillo ha caído en el abandono. El dinero estaría mejor empleado en las reparaciones que en otro torneo.
Viserys alabó entonces con una sonrisa orgullosa a su futura cuñada por su prudencia y sabiduría, haciendo que Otto rechinara los dientes con rabia ante el inminente gasto que supondría la boda del odiado Daemon.
Rhaenyra se sentía realmente emocionada por la próxima boda de su tío y Laena. A pesar de su relación pasada con Daemon, todos los sentimientos que alguna vez tuvo por él se habían desvanecido gracias a los nuevos sentimientos que Laenor evocaba en ella. Además, Laena se había convertido en su confidente más cercana durante esos meses, siendo alguien en quien Rhaenyra confiaba plenamente y con quien compartía muchos secretos.
Por lo tanto, al enterarse de la próxima boda de Laena y Daemon, Rhaenyra expresó sus felicitaciones de todo corazón. Además, queriendo mostrar su alegría y apoyo, decidió contribuir personalmente a las obras de renovación del nuevo castillo de Daemon. Con un gesto generoso, ofreció mil dragones de oro de su propia asignación para ayudar en las obras de renovación, demostrando así su sincera felicidad por la nueva etapa que comenzaba para su tío y su mejor amiga.
━━¿Cómo te mantuviste con vida después de decirle a la tía Rhaenys que ibas a casarte con su única hija? ━━se había burlado Rhaenyra de Daemon, observando las sonrisas genuinas en los rostros de los futuros esposos.
━━No es cosa mía. Laena le rogó a su madre que no la hiciera viuda antes de la boda ━━admitió Daemon, mirando a Laena con amor.
Aquellas cuatro semanas habían transcurrido a un ritmo frenético, casi comparable al ajetreo que había acompañado su boda y la de Laenor. Daemon y Laena habían hecho visitas regulares al castillo en reparación, llevando sus dragones al castillo, a veces transportando valiosos cargamentos y a veces incluso a hábiles artesanos a cuestas, si es que éstos accedían a viajar de esa manera. Astas estaba en Tierras de la Corona, así que no era un viaje largo por tierra. Laenor a menudo se unía a su hermana y a Daemon, participando en los preparativos del mismo modo que Laena lo había hecho en los preparativos previos a la boda de Rhaenyra.
A la propia Rhaenyra le habría encantado ensillar a Syrax y dirigirse al nuevo hogar de su tío y Laena, pero tenía mucho que hacer en Desembarco del Rey. Ahora estaba trabajando seriamente con el Consejero de Edictos y el Consejero de la Moneda en un proyecto para ampliar la capital, que ya no podía albergar a la creciente población. Muchos edificios de la ciudad necesitaban reparaciones, y las casas de los pobres en las afueras resultaban aterradoras a la vista, de tan endebles que parecían.
Rhaenyra y Laenor también desconcertaron al Consejo Privado con el nuevo sistema de alcantarillado de la ciudad. Después de quedarse en Marea Alta, donde la brisa salada del mar daba una sensación de libertad y frescura, Rhaenyra se sorprendió desagradablemente al descubrir que Desembarco del Rey no era el lugar con el olor más agradable. Se dio cuenta de que simplemente estaba acostumbrada al pesado hedor de la capital, que se había borrado de sus recuerdos con tan solo una semana en Marcaderiva. Se esperaba que los maestres de Antigua llegaran en cualquier momento para solucionar el problema del hedor en las calles de Desembarco del Rey. Con una amplia sonrisa, Rhaenyra incluso encontró fuerzas para dar las gracias a la Mano por encontrar personas dispuestas a mejorar aún más la capital de su glorioso reino. La amarga sonrisa que Lord Hightower le dedicó mereció el esfuerzo.
Así que, tras despedir a Laenor, Rhaenyra llamó a las doncellas para que la ayudaran a vestirse y a peinarse. Las costureras esperaban a Laena para otra prueba de su vestido de novia hoy, y Rhaenyra iba a buscar a su amiga y llevarla a la prueba, porque la propia Laena podría haberlo olvidado en el torbellino de acontecimientos. Vestida con un vestido turquesa del color de los Velaryon, Rhaenyra se sentó en una silla y se entregó obedientemente a las manos de la doncella, que comenzó a cepillarle el cabello húmedo.
Tras esperar a que la chica terminara su trabajo, dio las gracias a las doncellas y pidió que la dejaran sola. La princesa abrió una nueva caja de madera y sacó el regalo que iba a entregar a Laena por su boda. Era una tiara de plata, adornada con un sinfín de piedras de todas las tonalidades de azules y celestes. Había zafiros, aguamarinas, topacios azules, turquesas, lapislázuli. Diamantes y perlas brillaban en puntos separados entre el azul. A pesar de la abundancia de piedras y piezas metálicas, la tiara tenía un aspecto elegante y refinado. Rhaenyra ya se imaginaba lo bonita que quedaría en el cabello plateado y dorado de Laena y lo bien que combinaría con su vestido de novia.
Rhaenyra la guarda en una pequeña caja, también de plata, y sale de su habitación. En silencio, Ser Erryk la escolta hacia los aposentos de Laena.
━━Alteza, si se dirigía hacia Lady Laena, ella no se encuentra en sus aposentos ━━dice el guardia, haciéndola detenerse.
━━¿Dónde está, entonces? ━━pregunta Rhaenyra.
━━Mi hermano me ha dicho que se encuentra en los aposentos de la princesa Rhaenys desde temprano esta mañana ━━responde Ser Erryk.
━━Gracias, Ser. Le agradezco el aviso, o habríamos ido hasta allí en vano ━━Rhaenyra observa al caballero, mostrándole una sonrisa orgullosa.
Ella se gira en dirección hacia los aposentos de Rhaenys. Cuando están a punto de llegar al lugar indicado, Rhaenyra tiene una gran idea. Detiene al guardia junto a la puerta y le pide que envíe a alguien de la cocina.
━━Es temprano, no creo que hayan desayunado aún. Dile a los sirvientes que lleven comida y bebida a los aposentos de la princesa Rhaenys.
Erryk se marcha a cumplir sus órdenes, y Rhaenyra entra en los aposentos de Rhaenys tras llamar a la puerta. Pero se detiene en seco al encontrarse con madre e hija abrazadas, y la incomodidad se apodera de ella.
━━Oh, lo siento, no pretendía entrometerme ━━se disculpa Rhaenyra y coge el pomo de la puerta━━. Volveré más tarde.
━━¡No, no, Rhaenyra, quédate!
Laena se levanta de un salto y tira de ella por el brazo hasta la cama donde estaba sentada Rhaenys, secando suavemente sus ojos llorosos.
━━¿Pasa algo? ¿Qué te pasa, tía Rhaenys? ¿Laena? ━━pregunta Rhaenyra nerviosa, desviando la mirada de su prima a su suegra.
━━Son lágrimas de felicidad, Rhaenyra, no te preocupes ━━le asegura Rhaenys, sonriendo entre lágrimas━━. Me cuesta creer que mis hijos hayan crecido y estén listos para formar sus propias familias. Para mí, todavía siguen siendo mis pequeños dragoncitos, recién salidos de sus huevos.
━━Los dragones crecen muy rápido, tía Rhaenys ━━dice Rhaenyra en voz baja, apretando la mano de su tía para consolarla━━. Pronto Laena vivirá en su propio castillo, donde será la ama y señora absoluta. ¿No es eso algo bueno?
━━Mi madre no cree en mí y piensa que Daemon y yo llevaremos Dracamar a la ruina ━━refunfuña Laena, mirando a su progenitora.
━━¿Dracamar? ━━interrumpe Rhaenyra.
━━El nuevo nombre del castillo... Realmente no creyeron que íbamos a vivir en un lugar llamado Astas ━━Laena suelta una carcajada━━. Los Targaryen de Astas. ¡Sandeces!
Rhaenyra y Laena ríen entre dientes ante el absurdo nombre del viejo castillo. Rhaenys se permite una risita silenciosa, apreciando la broma de su hija. Rhaenyra devuelve el gesto y recuerda su regalo.
━━No he venido aquí por nada ━━menciona la princesa, mientras le tiende la caja que sostenía en sus manos a Laena━━. Esté es mi regalo de bodas.
Con delicadeza, Laena recibe la pesada caja de manos de Rhaenyra y la abre con cuidado para revelar su contenido. Al abrir la caja, un suspiro de alegría escapa de los labios de Laena al sacar con cuidado la hermosa tiara.
━━¡Dioses, Rhaenyra! Es absolutamente preciosa. Muchas gracias ━━exclama Laena con entusiasmo mientras abraza a Rhaenyra con fuerza, demostrando su gratitud por el regalo.
Luego, con la tiara en mano, Laena se dirige hacia el gran espejo que se encuentra en una esquina de la habitación. Con cuidado, se coloca la joya en su cabello y admira su reflejo. Rhaenyra observa con satisfacción cómo la tiara resalta la belleza natural de Laena, combinando a la perfección con su cabello y su piel clara, resaltando el oro blanco y las piedras azules que la componen.
Rhaenyra siente una oleada de alegría al ver la expresión de felicidad en el rostro de Laena, convencida de que ha acertado con el regalo al ver lo bien que luce en su amiga.
━━Combinará a la perfección con el vestido de novia ━━afirma Laena emocionada, dando vueltas frente al espejo.
━━Estaba pensando lo mismo ━━asiente Rhaenys y se gira hacia Rhaenyra━━. Gracias, princesa. Es un regalo espléndido. Eres muy generosa.
━━No hay de qué. Somos familia. Y últimamente me alegra poder llamar hermana a Laena ━━Rhaenyra sonríe a su suegra, quién asiente con aprobación.
Tras admirar el regalo, Laena lo devuelve a su caja y lo deja a un lado sobre el tocador de su madre. En ese momento, la servidumbre trae el desayuno.
━━Pensé que aún no habrían desayunado, así que les dije que trajeran el desayuno ━━explica Rhaenyra.
Rhaenyra y Laena le dan las gracias y, despidiendo a los sirvientes, comienzan a comer. Rhaenyra alcanzó sus pasteles de bayas favoritos, pero cuando se llevó el manjar a la boca, arrugó la nariz con disgusto. El pastel huele a algo picante y crudo y, sin atreverse a comerlo, lo deja a un lado.
━━Estos son tus pasteles favoritos, Rhaenyra. ¿Por qué no te lo comes? ━━pregunta Laena, dándole un jugoso mordisco a una manzana roja.
━━Huelen raro. Tendré que preguntar en la cocina si las bayas se han echado a perder ━━responde Rhaenyra.
Rhaenys mira a Rhaenyra con extrañeza, pero no dice nada. Ella decide ignorar el comportamiento de su tía y toma en su lugar un trozo de pan tostado. Coloca una gruesa rebanada de queso blanco sobre el pan y le da un mordisco. Siente la boca amarga y Rhaenyra traga la comida con dificultad, bebiendo inmediatamente un té de hierbas caliente.
«¿Qué les pasa hoy a las cocineras? ¡La comida está nauseabunda! -piensa la princesa irritada».
Justo entonces la puerta de los aposentos se abre de golpe, dejando entrar la cabeza de Ser Westerling.
━━Su Alteza, Princesa Rhaenys, Lady Laena ━━saluda a cada una de ellas por turno━━. Perdonen que interrumpa su desayuno, pero el príncipe Daemon ha regresado al castillo. Lady Laena, él desea verla urgentemente.
Laena se levanta de un salto y, tras despedirse rápidamente, sale detrás del Lord Comandante. Para sorpresa de Rhaenyra, Rhaenys alcanza el trozo de pan que había dejado a un lado y, cortando una rebanada de queso, se lo lleva a la boca.
━━Ojalá no hubieras hecho eso, tía. El queso está muy malo hoy ━━le advierte Rhaenyra.
━━Rhaenyra, el queso está maravilloso. Suave, fresco, moderadamente salado ━━Rhaenys coge un pastelito de bayas y le da un mordisco━━. Y el pastel también sabe de maravilla.
━━Imposible ━━Rhaenyra prueba el pastel y arruga la nariz con aprensión━━. ¡Está agrio!
Rhaenys vuelve a mirarla en silencio. Lentamente sus ojos bajan hasta detenerse en su estómago. Rhaenyra se lo cubre instintivamente con la mano.
━━¿Cuándo fue la última vez que tuviste tu sangrado lunar? ━━le pregunta la mujer a la princesa.
Rhaenyra se queda pensativa.
━━Tres semanas antes de la boda ━━responde.
━━¿Has sentido algo extraño estos últimos días? ¿A menudo te sientes somnolienta, sobre todo al mediodía? ¿Tu estado de ánimo cambia constantemente? ¿Has empezado a llorar mucho sin motivo?
Rhaenyra se sorprende de la precisión con la que Rhaenys ha descrito todas las cosas extrañas que le han estado ocurriendo durante la última semana. Asiente suavemente, sabiendo ya a qué se refiere Rhaenys. Una sonrisa florece en el rostro de la mujer y sus ojos violetas brillan de alegría. Ella le cubre delicadamente el estómago con la palma de su mano.
━━Bueno, hija mía, no soy maestre, pero soy madre de dos hijos. Y estoy casi segura de que llevas un bebé en tu vientre.
Al principio, Rhaenyra no logra creer las palabras de Rhaenys. Le parecía demasiado fácil, casi irreal. Recordó lo rápido que se esparció entre todos el conocimiento de que su madre no podía llevar un embarazo sano. Tener hijos había sido una tarea ardua para Aemma Arryn, desde los primeros días de gestación. Había adelgazado rápidamente y pasaba la mayor parte del día postrada en cama, incapaz siquiera de levantarse. En comparación, Rhaenyra se sentía relativamente bien. Sí, experimentaba algunas ligeras náuseas por las mañanas, y al mediodía ansiaba descansar como un tronco, pero aparte de eso, no sentía ningún malestar significativo. Sin embargo, las palabras de Rhaenys sonaban tan seguras y convincentes que Rhaenyra no pudo sino creerlas.
━━Tienes que ver al maestre para confirmar nuestra sospecha ━━le dice Rhaenys.
━━No ━━protesta Rhaenyra.
━━¿Por qué no? ━━pregunta Rhaenys, extrañada.
━━No me fío del maestre Mellos, tía. Él fue quien asistió a todos los embarazos de mi madre, excepto cuando me llevaba a mí. Y no pudo mantener con vida a ninguno de mis hermanos. Además, al final fue él quien sugirió a mi padre destripar a mi madre para sacar a Baelon de ella ━━Rhaenyra se cubre el estómago con ambas manos━━. No, ¡no dejaré que haga lo mismo conmigo y con mis hijos!
━━¿Y qué vas a hacer?
━━Voy a ir a Rocadragón. Necesito al Maestre Gerardys. Es el único al que puedo confiar mi vida y la de mi hijo y el de Laenor ━━Rhaenyra aprieta la mano de Rhaenys en un gesto suplicante━━. Por favor, Rhaenys, no se lo digas a nadie todavía. Ni siquiera a Laenor y Laena. Quiero estar segura y decírselo yo misma a mi esposo.
━━Lo entiendo, querida ━━Rhaenys le acaricia la mejilla con dulzura━━. Haz lo que creas correcto. Yo guardaré silencio.
━━Gracias... ━━le agradece Rhaenyra con un suspiro de alivio.
Despidiéndose de Rhaenys, Rhaenyra regresa a sus aposentos dispuesta a emprender una serie de decisiones determinantes. Ataviada con su impecable traje de vuelo, ordena a un sirviente que se dirija rápidamente a Pozo Dragón para transmitir la orden inmediata a los Guardianes de los Dragones de preparar a Syrax. Mientras cruza el pasillo frente a la habitación de los niños, la mente de Rhaenyra empieza a fraguar un plan, reflexionando sobre la posibilidad de mezclar lo agradable con lo beneficioso.
Consciente de que Aegon y Helaena se encontraban en plena clase de valyrio en ese momento, Rhaenyra no pudo ignorar el impulso de involucrar a Aemond en su maquinación. Sabía perfectamente que el niño albergaba sueños de vincularse con un dragón, y la mera idea de abrirle las puertas al mundo de las criaturas aladas dentro de Rocadragón, cuyas grutas y cavernas estaban repletas de huevos de dragón, le pareció una oportunidad imperdible. Inspirando profundamente, Rhaenyra decide atravesar el umbral de la habitación de los niños, firme en su propósito de tender la mano a su hermano más descarriado en un intento de entablar una amistad firme y duradera con el hijo de Alicent.
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