FUEGO Y SANGRE
ACTO I: LA PRINCESA DRAGÓN

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CAPÍTULO XI:
Miedo al pasado y presente

RHAENYS ENCUENTRA a Daemon en un banco en el patio. Estaba sentado con la cabeza echada hacia atrás, exponiendo su rostro a los rayos del sol que se filtraban a través de las hojas de los árboles. Rhaenys sonríe involuntariamente al ver cómo frunce el ceño ante un rayo brillante que se deslizó sobre sus ojos. En ese momento, se veía como aquel chico que la seguía de cerca junto a Viserys, no como el Príncipe Canalla cuya fama se extendía desde Desembarco del Rey hasta el Muro en el norte.

Rhaenys lo busca para hablar sobre los rumores que circulan en la Fortaleza Roja. No se atrevió a preguntarle a Laenor, porque su nobleza no permitiría ni siquiera insinuar falta de honestidad por parte de Rhaenyra. Viserys simplemente se ofendería ante sus sospechas. Daemon, que amaba maquillar los detalles, nunca mentía cuando se trataba de algo importante. Las palabras de su hijo y la determinación de Rhaenyra tranquilizaron un poco su inquieto corazón. Pero solo Daemon podía dar la respuesta definitiva a todas sus interrogantes.

Ella toma asiento al costado de Daemon. ━━Puedo ver tu descontento incluso con los ojos cerrados, prima ━━murmura él con voz somnolienta.

━━¿Y cuántas personas conocen tus habilidades excepcionales? ━━Rhaenys no puede evitar que su voz se impregne de sarcasmo.

━━Suficientes como para que la fama sobre mí se extienda desde la Fortaleza Roja hasta las criptas de Invernalia ━━responde Daemon, repitiendo sus propios pensamientos━━. Apenas llevo medio día aquí, pero ya han llegado a mis oídos los susurros de que la princesa Rhaenyra ya no es doncella y que tú eres el culpable.

Daemon abre los ojos y se voltea hacia Rhaenys. Una maliciosa sonrisa se desliza por sus delgados labios. ━━La ramera Hightower no puede calmarse, ¿verdad? ━━se burla, apretando los puños.

━━¿Y por qué la Mano guardaría silencio sobre esto cuando tú y Rhaenyra han dado lugar a tales rumores? ━━contraataca Rhaenys.

━━Si te preocupa tanto la reputación de tu futura nuera, permíteme tranquilizarte, prima ━━Los ojos de Daemon se oscurecen de ira mientras dirige su mirada hacia Rhaenys━━. La virtud de Rhaenyra sigue intacta. Estoy seguro de que después de la noche de bodas, tu pequeño hijo y la princesa exhibirán sábanas manchadas de sangre para regocijo de los nobles y ladys de la corte. Es una lástima que Laenor no sea tan puro e impecable como su futura esposa.

━━No me importa si la princesa es doncella o no ━━susurra casi con malicia Rhaenys━━. Un matrimonio tan apresurado puede llevar a conclusiones equivocadas. No quise ofender al rey ni a Rhaenyra con preguntas tan delicadas.

━━Entonces, ¿a mí se me puede ofender con esas preguntas? ━━responde Daemon con ironía.

━━No seas tonto ━━Rhaenys agarra de la mano a su primo, acercando su rostro al suyo━━. Solo quería asegurarme de que Laenor no tenga que hacer pasar a tu bastardo como su propio hijo en un futuro cercano. Si Rhaenyra sigue los pasos de su madre, pudo haber quedado embarazada de ti a la primera. ¿Recuerdas lo fácil y rápido que Aemma quedó embarazada? Nunca entenderás, porque no tienes hijos. Pero yo soy madre y quiero lo mejor para mi hijo.

━━¿Acaso casarse con la heredera del Trono de Hierro no es el máximo sueño? ━━pregunta Daemon.

━━Para mi esposo, sí. Pero estoy más interesada en asegurar que el matrimonio de mi hijo sea feliz y, que los hijos que nazcan de el, sean de su propia sangre y carne.

Daemon se levanta del banco y se va en silencio, dejándola sola. Rhaenys sabe que no le ha mentido. Había visto sus ojos. Había visto la rabia y el dolor que se agitaban en su oscuridad purpúrea. Y se sintió culpable por tener que sacarle la verdad de una manera tan brusca. Pero, como le dijo a Daemon, ella era madre. Y realmente planeaba revisar las sábanas de los recién casados después de su primera noche de bodas. No necesitaba sorpresas.

Ella se quedó en el banco, mirando el imponente arciano que parece tan solitario entre las paredes de la Fortaleza Roja. Después de un tiempo, escucha voces familiares. Al otro lado de la arboleda, Rhaenyra camina hacia el arciano con su hija. Rhaenys se levanta y se acerca a las chicas.

━━¡Princesa Rhaenys! ━━Los ojos de Rhaenyra se abren sorprendidos cuando la nota.

━━¡Madre! ━━exclama Laena.

━━Laena, necesitas limpiarte y cambiarte de ropa. Luego irás a felicitar a la reina Alicent por el nacimiento del bebé. He ordenado preparar un regalo para el príncipe pequeño, está en tus aposentos.

━━¿Y tú y papá? ━━pregunta Laena.

━━Nosotros ya hemos visitado a la reina mientras tú y Rhaenyra volaban en los dragones ━━Rhaenys lanza una mirada significativa a su hija━━. Apresúrate.

Laena comprende la insinuación de su madre y, inclinándose en reverencia ante la princesa, se retira. Rhaenyra la mira con melancolía mientras se aleja, pero cuando se voltea hacia Rhaenys, se percibe una determinación en sus ojos.

━━Si querías hablar conmigo a solas, no deberías haber hecho que Laena se fuera bajo ese pretexto. Podrías habermelo pedido directamente ━━dice Rhaenyra con un tono que sorprendentemente se asemeja al de Daemon.

━━Aún eres joven, Su Alteza, y aún no entiendes lo importante que es saber transmitir las palabras que necesitas sin pronunciarlas en voz alta ━━responde tranquilamente Rhaenys mientras observa la reacción de su sobrina.

Ella recuerda su conversación con la princesa después de que fuera designada como heredera del Trono de Hierro. En ese momento, Rhaenyra se comportaba como una niña caprichosa, ofendiéndose por la amarga verdad que Rhaenys intentaba hacerle entender.

━━Escuché que estuviste junto a la reina cuando dio a luz al príncipe Daeron ━━Rhaenys cambia de tema, haciendo un gesto para invitar a Rhaenyra a sentarse en la gruesa raíz del arciano.

━━Sí, estábamos precisamente sentadas junto a este árbol cuando rompió aguas. Alicent... quiero decir, Su Majestad ━━se corrige a sí misma Rhaenyra━━, me pidió que no la dejara sola. Por eso estuve allí.

Rhaenys nota cómo el rostro de la princesa se torna pálido rápidamente al recordar aquellos momentos. ━━Tu padre debe estar orgulloso de ti por no abandonar a tu madrastra en tan importante momento. Afortunadamente, todo salió bien ━━expresa Rhaenys apretando alentadoramente la mano de la joven.

━━Ella gritaba como si la estuvieran matando. Como mi madre, cuando sufría en cada parto ━━dice sombríamente Rhaenyra, y por un segundo se refleja el miedo en sus ojos lavanda━━. Mi madre decía que el campo de batalla de las mujeres es el parto. Pero dudo que algún guerrero experimente el mismo dolor que una mujer al dar vida.

━━Tienes razón ━━concuerda Rhaenys, sorprendida por las sabias palabras de la princesa━━, ningún hombre, aunque sea el más glorioso de los guerreros, podría soportar el dolor del parto. Piensan que conocen este mundo porque están familiarizados con la muerte y el dolor que ella trae consigo. Pero no entienden cuánto más dolor hay que soportar para crear vida.

━━Y a veces, hay que pagar un alto precio por una nueva vida ━━añade Rhaenyra en voz baja. Rhaenys intuye los pensamientos que ahora revolotean en la cabeza de la princesa de cabellos plateados.

«La niña teme repetir el destino de su madre. Y lo que presenció con sus propios ojos en el parto de Alicent solo intensificó su miedo», se cruza el pensamiento en la cabeza de Rhaenys.

━━Tú no morirás en el parto, Rhaenyra ━━dice Rhaenys levantando su rostro, mirando a los ojos de la joven.

━━¿Cómo pueden estar seguros de eso? Después de todo, soy hija de mi madre. Cada embarazo fue una gran prueba para ella, que le arrebataba todas sus fuerzas vitales ━━replica Rhaenyra.

━━Tu madre fue destruida por la codicia de Viserys y su enfermizo deseo de tener un hijo ━━interrumpe Rhaenys, enfurecida━━. Aemma apenas se recuperaba de un aborto espontáneo o de un hijo muerto, cuando Viserys volvía a acercarse a ella y engendraba una nueva vida en su vientre agotado ━━Rhaenys no se preocupa de ofender al rey con sus palabras, porque amaba a su prima Aemma y no entendía por qué Viserys fue tan desalmado con ella━━. Tu madre se casó con Viserys cuando solo tenía once años. Floreció a los trece, y tu padre empezó a hacerle hijos sin siquiera pensar en que ella aún era demasiado joven. Aemma tuvo dos abortos antes de ti. Y tú solo naciste sana porque durante todo su embarazo, Aemma fue llevada a Rocadragón bajo el atento escrutinio del Maestre Gerardys. Él la alimentaba con brebajes, quemaba hierbas medicinales en calderos, controlaba todo lo que comía y bebía. Mi primo contaba que viniste a este mundo fácilmente, sin causarle ni una décima parte del dolor que ella experimentó en sus posteriores partos.

━━No sabía eso ━━Rhaenyra suspira, sorprendida.

━━Tu madre no quería desanimarte, quitándote las ganas de casarte y ser madre ━━Niega con la cabeza Rhaenys, encontrando la mirada de su futura nuera━━. Ya has florecido hace tiempo. Gracias a los dioses que Viserys se consume de culpa por la muerte de tu madre, porque eso evitó que te casaran al día siguiente de tu primer sangrado lunar. Tu cuerpo ya no es el de una niña, sino el de una joven mujer. Eres lo suficientemente fuerte como para soportar el parto sin morir, Rhaenyra. Además, los hijos de los Velaryon nunca nacen siendo demasiado grandes. Ni Laena ni Laenor me causaron grandes problemas cuando los llevaba en mi vientre y los traía al mundo. Los sobrinos de Corlys también llegaron fácilmente, y sus madres aún gozan de buena salud hasta el día de hoy. Laenor se parece a su padre, así que no deberías temer a la muerte en el lecho del parto.

Rhaenyra guarda silencio, reflexionando sobre las palabras de Rhaenys. La mujer no interrumpe el silencio, permitiendo que su sobrina comprenda lo que se ha dicho. Finalmente, la expresión confundida en el rostro de Rhaenyra se transforma en confianza.

━━Gracias por contarme esto, princesa Rhaenys ━━El rostro de Rhaenyra se ilumina y en sus ojos lavanda ya no hay miedo━━. Esto realmente significa mucho para mí.

━━Es mi deber como tu tía y futura suegra prepararte para tu nuevo papel como esposa y madre ━━Sonríe Rhaenys.

Rhaenyra responde con una devolución de sonrisa y se aleja con gracia. Rhaenys, desde la distancia, observa cómo su silueta se desvanece y comprende que la conversación con su futura nuera ha sido más que satisfactoria. En ese momento, Rhaenys percibe que Rhaenyra ha dejado atrás sus caprichos infantiles, esforzándose por honrar su posición como princesa para llegar a convertirse en una gobernante digna. Por primera vez desde que Viserys nombró a Rhaenyra como heredera, Rhaenys realmente logra ver a su sobrina como la legítima futura reina.

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