❁El desenlace de la Guerra de los Cuatro Clanes❁
Todo fue tan repentino, los dos ōkami y las dos amigas salieron del vehículo y a lo lejos pudieron divisar el comienzo de la guerra final, rápidamente bajaron la colina en conjunto. En el camino varios soldados enemigos intentaron atacar, pero Koga y Ayame las defendieron, atravesaron el campo abierto, pero no pudieron avanzar más, ya que de la nada una espesa neblina rodeó todo el lugar, así los cuatro de separaron en medio de la confusión.
Pero nuevamente se pudo dar la esperada reunión.
-¡Inuyasha, hay algo que debes saber!- inicia la miko desesperadamente, mientras esquivaban otro relámpago caído del oscuro cielo.- Arashi fue herido y absorbió un veneno poderoso que lo estuvo consumiendo todo éste tiempo, sin que se diera cuenta y ahora Ryūkamanari lo absorbió a él, por lo tanto, esa sustancia lo está consumiendo ahora mismo.
-Entonces tenemos ventaja- sonríe confiado, aunque para poder llegar hasta el líder del clan Ryū, primero debían atravesar ésta ilusión de niebla, pero lo importante es que aún existe esperanza y había una oportunidad para vencer.- no te separes de mí, Kagome.
-Tampoco te separes de mí, querida Kagome- habló el líder del clan ōkami, recibiendo una mirada fulminante por parte del hanyou que iba al frente.
La mencionada asintió, sujetando con fuerza el arco del Monte Azuza y recordó algo.
<<Cuando estuve en coma, Ryūkamanari controlaba mi mente y no me permitía despertar, pero pude liberarme con ayuda de mi arco, purificando las energías malignas que ese malvado dejó en mí...>> pensó y supo que esa era la respuesta.
-¡Lo tengo! Voy a purificar todo éste poder maligno- asegura con determinación, recibiendo las miradas de asombro de sus acompañantes. La ex-colegiala tomó una flecha ya usada que encontró en el suelo y la usó para dar marcha a su plan, disparó hacia el frente y por donde la flecha pasó, la neblina se desvanecía purificándose.
-¡Bien hecho, Kagome! Rápido, no hay tiempo que perder- felicitó el hijo menor de Inu No Taisho y sin esperar más, avanzaron a toda velocidad, Koga iba a seguirlos pero escuchó los gritos de su ex-esposa, provenientes del sentido contrario y no pudo evitarlo, sin darse cuenta ya estaba yendo en su ayuda.
Se había abierto un camino, la azabache volvió a lanzar otra flecha y al fin la salida pudieron divisar, también se encontraron en el camino con el daiyoukai, la otra hanyou y la reencarnación de Rin, ellos llegaron hasta ahí siguiendo el resplandor de las flechas sagradas.
<<¡Maldición! Esa humana de pacotilla, logró purificar mis energías ¡Creí que me había desecho de ella! ¿¡Cómo es posible?!>> cuestionaba furioso el comandante de los Ryū, mientras observaba toda la escena desde las alturas, debía hacer algo pronto.
-Veo que lograron salir de mi ilusión, pero la verdadera batalla a penas comienza ¡Y no dejaré que salgan vivos de ésto! ¡Me llevaré a todos junto conmigo al infierno!- sonríe con perversión y antes de cualquiera pueda hacer otro movimiento, Ryūkamanari comienza a lanzar poderosos ataques de truenos desde su boca.
Rin era protegida por Sesshomaru y Yukanna, sabían que ella era un blanco principal para el villano del momento, aún más ahora que sabe que no está muerta, que sobrevivió. Inuyasha supo que era momento de usar su haz bajo la manga, en su cintura llevaba la vaina de su katana extraviada y utilizó la misma para crear un campo de fuerza, protegiéndolos a todos momentáneamente.
<<¡Maldita sea! Si sigo así, la funda de mi espada se romperá...>> pensó con cierta preocupación el hanyou y lo sabía porque la vaina había comenzado a fragmentarse gravemente otra vez, pero él estaba dispuesto a sacrificarla por el bien de los que le importaban.
-¡Pero que idiota eres, Inuyasha! Ahora mismo me encargaré de eliminarte- suelta una carcajada Ryūkamanari, pero lo que él no había tomado en cuenta, es que la misma vaina de aquella poderosa arma comenzó a palpitar, segundos antes de romperse en pedazos.- ¡Hasta nunca, imbécil!
Incluso Sesshomaru parecía estar a punto de intervenir, pero no lo hizo, al notar que algo brillante se aproximaba desde el horizonte, entonces supo lo que se acercaba y antes de que Ryūkamanari lograra hacer otro movimiento, algo filoso atravesó su abdomen y armadura a una velocidad increíble y de un momento a otro, Tessaiga estaba en manos de su dueño otra vez, había sido invocada por la funda.
<<¡Tessaiga! Entonces no fue destruida en el día del derrumbe del Monte Takao>> analizó con sorpresa, mirando detenidamente su katana, por fin la había recuperado.
El líder del territorio del Este, escupió sangre y su armadura se rompió completamente, pero no estaba dispuesto a caer solo ¡No, señor! Fue atravesado en abdomen, pero aún podía moverse, aunque con un poco de dificultad, estaba perdiendo mucha sangre. En ese instante, Kagome vio algo en el pecho descubierto del villano, una cortada de color violeta de la cual se podía percibir una gran cantidad de energía maligna, eso era causado por el veneno, ahora sabía lo que debía hacer a continuación.
-¡Así se hace! ¿Lo ves, Ryūkamanari? Te venceremos- habló con confianza Yukanna.
-¡Jamás le entregaré mi vida a unos bastardos como ustedes! Aún no me han derrotado, olvidaron que por mis venas, corre la sangre del gran Ryūkotsusei- ríe con malicia, sin previo aviso, una luz oscura lo redea y en un abrir y cerrar de ojos, éste se transformó en un dragón de tamaño colosal, esa era su verdadera forma.- ¡Mueran!
Por su boca, nuevamente comenzó a escupir miles de gigantescas bolas de fuego por distintos puntos del sitio, todo estaba en llamas, pero ahora que Ryūkamanari cambió de forma, las cicatrices en su cuerpo orginandas por el veneno eran completamente visibles y la más profunda que tenía, fue causada por Tessaiga. Ésta era la oportunidad perfecta.
-¡Rin, lánzame esa flecha!- pide la miko y la mencionada asiente, recogiendo el objeto pedido del agrietado suelo y se lo entregó, éste era su último tiro con su arco, no debía fallar.
-Kagome ¿Qué piensas hacer?- interroga Inuyasha.
-Si puedo purificar el veneno, junto con Ryūkamanari, lo debilitaré considerablemente y obtendremos más ventaja- explica y rápidamente le apuntó al enemigo- ¡Ryūkamanari, te aprovechas de los miedos de las personas para salir beneficiado y manipulas sus mentes despiadadamente! ¡Has llevado muy lejos ésta guerra y no contaste con que decifraría tu mayor temor!
Kagome frunce el ceño y soltó la flecha, un gran resplandor purificador se produjo, aquella flecha se había incrustado en el pecho del comandante del clan enemigo. El dragón youkai gigante rugió y alzó vuelo torpemente, como si quisiera huir.
¡Éste es el momento! Las espadas Tessaiga, Bakussaiga y Tetsusaiga, palpitaban con gran fuerza, dando a entender que era el momento perfecto para usarlas. Obviamente los tres Taisho entendieron el mensaje y se miraron unos a otros, asientiendo en unanismo, debían combinar sus poderes.
-¡Viento cortante!- exclamó Inuyasha.
-¡Bakussaiga!- pronunció Sesshomaru.
-¡Viento sagrado!- gritó Yukanna.
El agonizante Ryūkamanari tampoco se quedó atrás y con sus últimas energías, teniendo como fin defender su vida, igualmente lanzó un poderoso ataque de energía maligna y relámpagos. Éste ataque chocó contra las técnicas creadas por las tres poderosas katanas.
Y una gran explosión no se hizo esperar, todos tuvieron que alejarse considerablemente, la niebla se desvaneció por completo y los últimos soldados ryū que quedaban huyeron al ver a su amo ser derrotado. Después todo fue silencio y no había rastro del colosal dragón por ningún lado.
Todos se aproximaron con cautela, cuando el polvo de disipó, lograron reconocer a Ryūkamanari en su forma humanoide, de rodillas en suelo y con la mirada vacía, lo habían derrotado oficialmente. Aquel youkai, alzó la cabeza con dificultad y posó su vista en Rin.
"No contaste con que decifraría tu mayor temor..."
<<¿Mi mayor temor, eh? Ya entiendo... Rin... Siempre fuiste tú. Siempre temí perderte y que alguien más te tuviera...>> esos fueron los últimos pensamientos de Ryūkamanari y sin querer esbozó una sonrisa nostálgica.
-Nu-Nunca me voy a-a arrepentir de na-nada, excepto po-por haberte arrastrado e-en todo ésto... Ri-Rin...- susurra, mientras lentamente se convertía en cenizas y finalmente, desapareció para siempre, en un mar de polvo y cenizas que se elevaban lentamente en distintas direcciones con el viento.
-Te perdonó, Ryūkamanari- fue lo último que le dijo Rin Takeshi.
Todos los sobrevivientes se abrazaron los unos a los otros, las parejas compartieron un tierno beso y los rayos del sol reaparecieron, acompañando al gran festejo de victoria ¡Habían vencido!
Éste era el desenlace de la Guerra de los Cuatro Clanes.
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¿Fin?
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Una guerra iniciada desde muchos años atrás, desde la era sengoku exactamente, por fin llegó a su fin. Cuatro Clanes eran, uno se separó a causa del odio y el rencor, sobretodo el deseo de venganza...
Pero ahora, todo terminó.
La paz volverá y los youkai continuarán viviendo ocultos entre humanos, hasta el día en que un nuevo enemigo aparezca.
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Y bueno, así termina ésta historia. Nah, mentira, los espero en la siguiente actualización con el ¡Epílogo! 😉 Y un agradecimiento a todos, de verdad, gracias por seguir ésta historia 😜😊
¡Hasta la próxima! 😄❤️💕
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