❁Cαρíтυℓσ 40❁
❁Destrucción y caos❁
Rin había vuelto a la vida, la reunión familiar tan esperada sucedió, la felicidad había regresado para aquella pequeña familia aunque sea por un momento. La universitaria explicó que murió de forma repentina, aseguró que Ryūkamanari le miró de una forma extraña y seguido de eso, su corazón comenzó a detenerse.
-Pero ahora todo está bien, madre. Ese desgraciado no volverá a ponerte una mano encima- aseguró Yukanna con una sonrisa, después se le ocurrió una idea.- ah, bueno, recordé que los demás y yo tenemos que hacer algo importante. Nos vemos- se despide, empujado rápidamente a los otros presentes lejos de ahí, para poder darles un poco de privacidad a sus padres.
De un momento a otro, el daiyoukai y la chica recién resucitada, se encontraban en silencio, mirándose fijamente el uno al otro, habían tanto que querían decirse, tanto que declarar, pero con sólo sus miradas anhelates, supieron lo mucho que se habían extrañado, una sola mirada bastó para que sus corazones volvieran a latir de esa forma especial.
-Sesshomaru-sama...- fue lo único que ella pudo decir y al mismo tiempo, ambos comenzaron a acercarse lentamente al rostro del otro y finalmente juntaron sus labios, fue un beso lento, pero apacionado a la vez.- te extrañé tanto.
-Rin- acarició su mejilla, como si quisiera darle a entender que él también sentía lo mismo y obviamente ella comprendió el mensaje, sonriendo ampliamente.
Y claro, los chismosos que observaban desde un lugar apartado a la pareja, tampoco pudieron faltar.
Tokyo
Cinco días después
Mañana
Al final, lo inevitable ocurrió, Ryūkamanari reapareció con un gigantesco ejército de youkai a sus órdenes, los primeros acontecimientos fueron edificios cayéndose a pedazos, personas siendo asesinas, poderosos ataques destruyendo las calles, en fin, todo era caos y destrucción.
Los noticieros y todo el personal de los medios de comunicación, estaban completamente confundidos, no sabían exactamente que palabras usar para éste fenómeno que se suscitaba en la ciudad. En los periódicos lo llamaron "El fin del mundo ha llegado" o "Monstruos invaden las calles" o algo como "¡Los extraterrestres vinieron a conquistar el mundo!"
Todo un sinnúmero de teorías, que intentaban explicar todo lo que ocurría, pero nadie acertaba con exactitud, a Ryūkamanari le importaba poco como lo denominaran, después de todo él había llegado para darles fin a los seres humanos y abrir paso a la era de los youkai.
Las personas optaron huir de la cuidad, tanto por medios terrestres, como en medio marítimos o aéreos, pero no todos tenían esa suerte, no todos contaban con la facilidad de huir sin problemas. Los Higurashi eran una de las tantas familias en duros aprietos ¿Por qué? Una de los miembros de la familia estaba hospitalizada y en coma, así es, se trataba de Kagome, no podían irse sin ella y desconectarla no era opción.
Todos estaban asustados, en el Hospital Ōkami, muy pocos atendían y ayudaban a los heridos a salir de ahí, necesitaban ayuda urgente, pero nadie les hacía caso y varios les aconsejaron que se fueran sin ella, pero obvio que se negaron ¿Cómo podrían irse sin Kagome? Imposible.
-Hermana, por favor tienes que despertar- pidió Sota, con lágrimas bajando por sus mejillas.
-Kagome, hija- llamó la matriarca de los Higurashi, tomando con delicadeza las manos de su pequeña entre las suyas.
-Mi nieta querida- el abuelo tampoco faltó, había usado todos los conjuros que sabía, pero nada funcionó. Trajo todo lo que encontró en la bodega, sin ver exactamente lo que era, incluso trajo cierto arco, mismo que sin darse cuenta había colocado cerca de su amada nieta.
La muchacha en coma, no hacía ni un movimiento, pero podía escucharlo todo, ella en su interior libraba su propia batalla interna para poder despertar, algo le había hecho Ryūkamanari, no podía salir del estado en que se encontraba, no podía mover su cuerpo a voluntad, tal como había pasado varias veces en la mansión Himura. Casi se había recuperado de su lección en la cabeza, pero aún así no podía despertar.
Todo estaba oscuro, era como estar a una pequeña habitación sin luz, donde estaba completamente sola y con sus recuerdos, tenía miedo, más por los que amaba que por ella misma. Inuyasha se despidió, asegurando que iría a derrotar a Ryūkamanari, temía por él, tenía miedo de no volverlo a ver.
"Yo-Yo tengo la culpa, te involucré en ésta estúpida guerra sin sentido y saliste lastimada. Hubiera sido mejor que siguieras con tu vida, sin recordarme nunca"
<<Inuyasha, no, no es culpa tuya...>> repitió mentalmente, como hubiera deseado poder deternerlo en ese instante, pero le fue imposible.
"Tonta, yo sé que vas a despertar y cuando eso suceda... Sólo no te preguntes ¿Dónde estoy? O ¿A dónde fui? Sigue con tu vida y olvídate de mí"
<<Jamás podría olvidarte, te borraron de mis recuerdos una vez, pero mi corazón nunca te olvidó y jamás lo hará...>> luchó con todas sus fuerzas para liberarse del hechizo de Ryūkamanari y poder moverse, hacer algo, lo que fuera, pero no pudo.
"Si quieres odiarme, hazlo. Y-Yo ya no debo seguirte poniendo en peligro y a menos que derrote a Ryūkamanari, no puedo volver a verte, no puedo hacerlo"
<<Por favor, te ruego que no me dejes...>> pidió angustiada, a penas logró fruncir el ceño, pero nada más, quería que él se quedara con ella, no quería dejarlo ir.
"Adiós Kagome"
<<Inuyasha, quédate conmigo, te lo pido>> y después, solo escuchó la puerta cerrarse y no volvió a escuchar la voz de su amado más, en el largo tiempo que transcurrió después, no sabía por cuánto tiempo llevaba así, pero ya no quería ésto más.
"Hermana, por favor, tienes que despertar"
"Kagome, hija"
"Mi nieta querida"
<<Mamá, Sota, abuelo... Voy a despertar, lo prometo>> ésto no podía terminar así, debía luchar por los que amaba, si quería verlos de nuevo, debía liberarse de la opresión de Ryūkamanari, mostrarle que era más fuerte y que no le temía.
"Eres sólo una humana ¿Qué podrías hacer contra mí? ¿En verdad ésto es todo lo que puede hacer la mujer que le dio el golpe final a Naraku? Que decepción"
Nuevamente esas palabras de Ryūkamanari ¡No! No iba permitir que ésto continúe así, ésta batalla no terminaría aquí, ese youkai se metió con los que amaba, no lo perdonaría tan fácilmente.
<<¡Soy Kagome Higurashi! Ryūkamanari, tomas ventaja de las personas vulnerables, indigas en sus mentes hasta encontrar un punto débil, sus temores ¡Y yo averiguaré el tuyo!>> grita con determinación y un aura espiritual comenzó a rodearla, si dejaba el miedo atrás, vencería a ese cruel villano.
Poco a poco la oscuridad que la rodeaba, desaparecía, solo ella era dueña su mente y recuerdos, de su vida, solo ella podría decidir que olvidar y que no. En ese momento, un arco especial apareció en sus manos, era el arco del Monte Azuza, es verdad, en esa misma ocasión venció sus miedos y alucinaciones creadas por su corazón, eso es lo mismo que debía con Ryūkamanari.
Ahora comprendía lo que debía hacer, el punto débil de Ryūkamanari era más que claro. Él se escondía detrás de los temores de los demás, ese malvado quedaría indefenso si nadie mostraba miedo ante su presencia y así, podría purificarlo finalmente.
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Sesshomaru y Rin ya están juntos de nuevo, Kagome está en una batalla interna para liberarse de la opresión de Ryūkamanari y comprendió el punto débil de éste ¿Cuál será?
¿Kagome podrá despertar?
¿Dónde está Inuyasha?
¿Qué pasará con la cuidad de Tokyo?
¿Habrá alguna posibilidad de vencer?
Esto y más en "Inuyasha y Kagome: Sentimientos a través del tiempo" 😮😮😮
‼️ÚLTIMOS CAPÍTULOS‼️
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