❁Sentimientos a través del tiempo❁

Departamento de Inuyasha

Noche

Kagome miró con asombro el lugar, percatándose de lo costoso y detallado que es, muy pocas veces tuvo la oportunidad de estar en un lugar así, además de que la vista por la ventana principal es increíble, es como si todo Tokyo pudiera verse desde ahí.

-Toma- dice una voz masculina, entregándole una toalla y ella le miró interrogante.- te vas a enfermar si no te secas.

-Oh, es verdad. Gracias Inuyasha- esboza una sonrisa, cayendo en cuenta que estaba completamente empapada ¿La razón? La lluvia. Como su acompañante no había traído su auto, además de que no habían transportes cerca, no les quedó de otra más que caminar y a pesar de todo le pareció divertido.

-Pediré un taxi para que te lleve a tu casa- propone, tomando su teléfono y la chica a su lado niega con la cabeza de inmediato. A lo cual él le miró confundido.- ¿Qué ocurre?

-Etto ¿Y no... Podría quedarme aquí?- le preguntó con un leve sonrojo.- c-claro, si no es molestia.

Inuyasha se sonroja y esquiva su mirada.

-¡Ket! Haz lo que quieras- deposita el celular sobre la mesa, a lo que su amada azabache sonríe ampliamente otra vez y su sonrojo aumentó.

Después de llamar a su familia para avisarles que no iría a dormir, la miko recorrió todo el sitio hasta llegar a la habitación de su ahora novio y con curiosidad abrió el armario, a simple vista solo habían trajes formales y ropa común o eso parecía. Justo cuando estuvo por cerrar la puerta, vio algo en especial que llamó su atención, se trataba de un conjunto de ropa antigua de color rojo y en la parte de más al fondo, una espada de aspecto viejo.

-Eres muy curiosa ¿Lo sabías?- la muchacha da un brinco de sorpresa y se voltea inmediatamente.

-Y-Yo, lo siento... Etto, no sabía que manejabas espadas, Inuyasha- comenta.

-No te disculpes, de todas formas eso ya lo sabías antes de que el maldito de Ryūkamanari me borrara de tus recuerdos- asegura.

La ex-colegiala agacha la cabeza.

-Desearía poder recordar, hay muchas cosas que no entiendo. Se que me fui por tres años a Londres, pero, no tengo idea de cual fue la razón para que yo hiciera eso- entonces recuerda cierto detalle y abre los ojos como platos.- ¡Por Kami! Es verdad, se suponía que ya debí haber vuelto allá hace como cinco días para la universidad.

-¿Entonces aún piensas volver a ese lugar?- frunce el ceño ¡No! Por ningún motivo la dejaría marcharse otra vez, no ahora que la había recuperado. No ahora que se había dado cuenta que no podría vivir sin ella.

-Por supuesto que no, Inuyasha ¿Qué motivo tendría yo para volver allá?- le hace saber, abrazándolo.- no hay razón para que me vaya, solo quiero permanecer a tu lado. Quiero estar contigo.

El hanyou la aprieta más contra él, aspirando el dulce aroma de la mujer que amaba y la miko, a su vez, lo abraza por el cuello, correspondiendo el gesto.

-Si en verdad lo deseas, yo te protegeré aunque me cueste la vida. Mientras yo esté aquí no permitiré que te hagan daño, Kagome.- aseguró, tal y como se lo prometió aquella vez.

La mencionada se aleja un poco del abrazo para verlo fijamente, con un evidente brillo en los ojos y sin darle tiempo a añadir algo más, lo besa apasionadamente, acción que él no tardó en corresponder con la misma intensidad. Casi sin aliento, se alejaron unos milímetros para tomar aire y de inmediato volvieron a besarse.

-Inuyasha...- la escucha gemir su nombre y supo que ya podía contenerse más, la necesitaba desesperadamente. Sin romper con el beso, la carga en sus brazos, sintiendo como ella enrredaba sus piernas al rededor de su cintura y la sienta en su escritorio.- ... Inu.

-Kagome- deja sus labios y baja sus besos hasta su cuello, arrancándole un gemido, y rápidamente rompió la blusa de la joven, besando su hombro, y la azabache también comenzó a zafar los botones de su camisa.- ¿E-Estás segura?

La muchacha asiente sin la menor duda expresada en su rostro.

-Si...- esboza una tierna sonrisa.- hazme el amor, Inuyasha.

Ante esa petición, el poco autocontrol que le quedaba se esfumó y entonces volvieron a juntar sus labios en un salvaje beso, como si el mundo fuera acabarse en ese mismísimo instante. El hanyou no perdió el tiempo y la carga nuevamente, depositándola sobre la suave superficie de su cama, posicionándose él sobre ella, con cuidado de no aplastarla.

Por fin Kagome logra deshacerse de la camisa de su amado, exponiendo su ejercitado abdomen marcado y sintió como el calor aumentaba. Por instinto se arqueó contra él, pegando más sus cuerpos y así Inuyasha aprovechó para retirar su sostén, ya no existía pudor, solo ellos dos y el infinito amor que sentían por el otro.

La miko soltó otro sonoro gemido y zafa el primer botón del pantalón del hanyou, a lo que él, comprendiendo de inmediato lo que quería, decide ayudarla y finalmente se deshace de aquella molesta prenda junto con su bóxer. Volvieron a unir sus labios con desesperación y Kagome enreda sus dedos en la plateada cabellera de su amado, provocando que él suelte un gruñido.

Inuyasha volvió a besar su cuello y con una mano apretó suavemente uno de sus pechos, el calor aumentava cada vez más, y él quería más de ella. Así terminó despojándola de la última prenda que cubría su intimidad, ahora ya no habían prendas estorbosas de por medio y sus miradas llenas de amor y deseo se conectaron en ese instante.

-¿Lista?- la chica asintió y junta su frente con la de ella, mientras entraba lentamente. En ese momento la azabache deja salir otro gemido, sientiedo un poco de dolor y el peliplateado se detuvo al llegar hasta aquella barrera, que comprobaba la virginidad de su amada. La beso con lentitud antes de entrar por completo en ella, percibiendo el olor a lágrimas.- Kagome ¿Estás bien? ¿Te lastimé?

La recién mencionada niega con la cabeza.

-No, para nada. Es normal la primera vez- le dedica una pequeña sonrisa.- tranquilo, ya pasará.

La joven de ojos chocolates acaricia su mejilla y lo besa con ternura, no pasó mucho tiempo para que el dolor cesara y el placer la invadiera también. La embestidas al principio fueron lentas, pero poco a poco fueron aumentando de nivel, sintiéndose ambos en la gloria y sin ya poder contener el deseo irrefrenable de marcarla como suya, el hombre ojos dorados clava sus colmillos en el cuello de su amada mujer.

Kagome soltó un pequeño grito pero fue callada con los besos de Inuyasha, así continuaron las embestidas y entre apacionadas caricias y varios gemidos, ambos finalmente se encontraban en el paraíso, completamente agotados. Y les fue imposible reprimir ciertas palabras.

-¡Te amo!- declararon al mismo tiempo.

Aquel sentimiento que conectó sus vidas, no se desvaneció a pesar de las circunstancias y los problemas, pues son sentimientos que perdurarán a través del tiempo. Que jamás desaparecerán sin importar cuántos años transcurran.

Así de poderoso es el amor entre cierto hanyou y cierta miko.

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¡El tan esperado lemon llegó! Xdddd ¿Qué les pareció? Les confieso que no estaba muy segura de hacerlo ya que éste es el primer lemon InuxKag que escribo jajaja 😅 ¿Qué tal me quedó? Espero que bien jeje😂

Y bueno ¡No se pierdan el próximo capítulo de "Inuyasha y Kagome: Sentimientos a través del tiempo" 💖💖💖💟💟💟