❁Cαρíтυℓσ 2❁
❁Misterios y dudas❁
Era Sengoku
300 años después de la derrota de Naraku
Dominios de Ryūkamanari
-¡Ríndanse clan dragón o enfrentarán las consecuencias!- advierte la miko que encabezaba un gran ejercicio compuesto por guerreros, monjes, sacerdotes y otras mikos de menor poder. Su nombre era Kagayaki, era una miko cuyo poder espiritual igualaba al de la antigua sacerdotisa Midoriko y portaba en una mano un arco y en la otra un collar en el que se podía ver la representación del Jing y el Jang.
Podían notarse a simple vista las heridas en cada uno de los presentes, tanto humanos como youkai dragón habían tenido una gran batalla, sangre y cadáveres de ambos bandos era lo que más se podía ver en medio de todo. Al frente estaba Ryūkamanari, amo de las tierras del este, quién también se encontraba herido y casado por la larga batalla sin embargo no mostraba signos de querer rendirse.
-¡Unos simples humanos no me darán órdenes! ¡Soy el amo y señor de estas tierras y ni crean que les dejaré ganar esta guerra!- responde el daiyoukai mostrando una sonrisa malvada.
-Entonces no me dejas otra opción- dice la miko alzando el collar del Jing y Jang en el aire, el cual inmediatamente comenzó a brillar y a palpitar.- clan dragón, por sus actos sanguinarios contra nuestro pueblo, serán condenados a vivir indefinidamente en... El Yomi.
Dice Kagayaki utilizando sus últimas fuerzas y poder restantes, así se abre un inmenso vórtice de color negro el cual llevaba al Yomi y con una rapidez increíble absorbió al ejercicio de Ryūkamanari. Pero al daiyoukai antes de ser absorbido advirtió:
-No crean que se salieron con la suya estúpidos humanos... Tanto ustedes como los malditos Taisho me las pagarán... Cuando salga de aquí los eliminaré uno por uno...- dice Ryūkamanari soltando una risa malvada para finalmente ser absorbido por el vórtice y caer a las oscuras tierras del Yomi.
Kagayaki después de ésto cayó al suelo dando su último aliento sabiendo que no estarían a salvo por mucho tiempo del poder y la maldad del amo de las tierras del Este, de Ryūkamanari. Así comenzó a desaparecer en el aire dejando a todos los presentes impresionados y al mismo agradecidos por el sacrificio de la miko.
Época actual
Recidencia Higurashi
Abrió los ojos lentamente, sintió un ligero dolor de cabeza, volvió a cerrar los ojos sintiéndose extrañamente confundida ¿Qué había pasado a noche? Colocó su mano sobre su frente y una ola de recuerdos invadieron su mente, recuerdos sobre aquellos tipos que quisieron abusar de ella y después... Alguien la ayudaba y ese alguien era... ¡Inuyasha! ¿Pero cómo?
Se incorporó rápidamente con los ojos abiertos como platos ¡Inuyasha estaba ahí! ¿O acaso lo soñó? Lo que sea que haya sido, fue demasiado real, llevó su mano hacía su mejilla donde uno de esos hombres le había golpeado y precisamente ahí estaba una pequeña sicatriz lo cual comprovaba que no había sido un sueño del todo pero aún quedaba un par de dudas ¿En verdad fue Inuyasha quién la salvó? ¿En verdad estuvo él ahí? Y si fue él ¿Por qué la llevó de regreso a su hogar sin esperar que ella despertara? ¿Acaso no quería verla? Y también ¿Por qué llevaba puesto un traje de esta época?
Eran demasiadas preguntas, no sabía que pensar todo era muy confuso. De pronto sintió alguien abrir la puerta lentamente, alzó la vista y vio a su madre quién le miraba con preocupación en sus ojos e inmediatamente fue corriendo hacia ella para abrazarla.
-Aome dime ¿Te sientes bien? ¿No te duele algo?- pregunta su madre con preocupación alejándose un poco de ella para verla a los ojos.
-Estoy bien mamá, no te preocupes- dice Aome contestando a sus preguntas dedicándole una sonrisa para calmarla. Pero sabía que debía preguntar.- mamá... ¿Quién me trajo aquí?
-Mmmm pues no lo recuerdo muy bien, solo se que él te trajo aquí en un auto y nos dijo que te encontró inconsciente en el parque- responde Naomi.
-¿Sabes cómo era mamá?- pregunta con insistencia y con cierto brillo en los ojos.
-Pues ¿Sabes? Ahora que lo recuerdo ese muchacho era muy parecido a tu amigo con orejas de perro... También tenía el cabello plateado- argumenta la mujer mayor.
Aome se quedó en shock con lo que su madre le contó, podría ser que en verdad fuera Inuyasha pero lo que aún no el quedaba claro era porque él se fue sin decirle nada o dejar algún mensaje ¿Por qué? ¿Será que él no desea verla? Sintió su corazón doler pero ocultó su dolor sabiendo que su madre aún seguía ahí.
-Te preparé el desayuno, te espero en la cocina... Ah! Y ya hable en tu escuela y hoy podrás faltar a clases- termina de decir y sale de la habitación cerrando la puerta.
Aome agachó la cabeza con las manos cerradas en forma de puños, le dolía y le dolía aún más que Inuyasha se ubiera ido sin despedirse ¿Acaso ella ya no le importaba? Varias lágrimas bajaron por sus mejillas y la manga de su ropa se las limpió, tenía que buscar respuestas cuanto antes y el primer lugar a donde iría sería al pozo.
-Inuyasha... ¿Por qué no has venido por mi?- pregunta Aome mirando al techo como si en él encontrara las respuestas a todas sus preguntas y sin más se levantó para ir a desayunar.
Monte Takao
Ciudad de Hachiōji, Tokyo
Se podía ver claramente que éste no era un buen día, casi toda la mañana se la pasó lloviendo y todo el sitio estaba cubierto por neblina. El lugar estaba muy solitario a comparación de otras ocasiones, no podía ver a nadie pasar, ni un turista cerca solo estaba ella.
Miró hacia el cielo tratando se despejar su mente, el lugar en verdad estaba desolado y frío, sabía que no podría moverse de allí ya que algo podría ocurrir, con un solo descuido todo podría volverse un caos y no había lugar para errores. Bajó de aquella gran roca donde pasaba sentada la mayor parte del tiempo, sintió un extraña corriente de aire pasar atrás suyo alzando en el aire sus plateados cabellos, regresó su vista hacia atrás sintió que algo no andaba bien y como lo sospechaba, aquella gran torre de piedra qur día y noche protegía estaba siendo rodeada por un aura oscura.
Desenvainó su kanata y frunció el ceño percatándose de que había comenzado, al principio del fin estaba a unos días de llegar, jamás pensó que éste día llegaría pero ahora solo era cuestión de tiempo... Para que él despertara.
-Ya inició... Tengo que advertirles lo más pronto posible- dice la joven de cabello plateado para después comenzar a correr con rapidez hacia donde ellos se encontraban.
Tokyo
Residencia Higurashi
Días después
-¿A dónde vas con tanta prisa hermana?- pregunta Sota mirando a su hermana mayor desde el asiento del sofá como se alista a rápidamente.
-Solo iré a dar un paseo... Sota si vuelve mamá dile que regresaré pronto- dice la azabache y el menor asiente con la cabeza, ella le sonríe y sin más sale del sitio para dirigirse al lugar donde se encuentra el pozo devorador de huesos.
Sabía que si Inuyasha había venido aquí, la única forma sería atravesando el pozo lo cual significaba que el éste ya había vuelto a funcionar y que ahora podría volver al sengoku jidai. Sonrió al pensar en la idea que por fin volvería a ver a Inuyasha y sus amigos y entonces saltó pero se llevó una gran sorpresa al ver que no aparecía ninguna luz violeta como antes, nada, cayó bruscamente a la tierra seca y miró hacia arriba dándose cuenta de que aún seguía en el templo.
-¿Por qué? ¿Por qué... No puedo pasar?- pronuncia Aome sintiéndose aún más confundida que antes ¿Entonces como había llegado Inuyasha a su época?
Salió del pozo con leve respaldo en la rodilla por la caída y sin importarle nada comenzó a llorar desconsolada sin saber que más hacer. Entonces ¿Fue solo un sueño? ¿Fue solo un sueño la parte en la que había visto a Inuyasha?
No supo por cuanto tiempo lloró, supo que lo mejor era ir a dar una vuelta por la cuidad para tratar de calmarse un poco. Caminó sin rumbo fijó sin darse cuenta por donde iba, después vio a lo lejos un restaurante y frente a éste se encontraba nadie más ni nadie menos que Hoyo, su amigo de la secundaria, entonces decidió ir allí para saludarlo.
-¡Hola Hoyo!- saluda sonriente sintiéndose muy contenta de verlo nuevamente.
-¡Higurashi! ¿Como has estado?- dice Hoyo sorprendido y a la vez feliz para después darle un abrazo.
-Yo bien ¿Y tú?- responde la azabache separándose del abrazo.
-Igual, aunque la preparatoria no es nada sencillo- argumenta el joven soltando una pequeña risa.- ¿Te gustaría comer algo? Yo invito.
-Pues... De acuerdo, no veo porque no- responde Aome sonriendo ampliamente.
Así ambos entran al pequeño restaurante de comida rápida, ambos toman asiento en una mesa que está cerca de la ventana. Hoyo fue a ordenar y ella se quedó en la mesa esperando, en las noticias estaba dando lo de siempre o eso pensó, no le prestó mucha atención y siguió mirando hacia la ventana.
-Ésta es una nueva oportunidad para la compañía Taisho ¿No lo crees Naviki?
-Así es Vector, ya hacía muchos años la compañía Taisho se había vuelto un completo éxito en la cuidad de Kyoto volviéndose una de las empresas más famosos de Japón ganado fama en todo el mundo. Ahora los hermanos Taisho vendrán a probar suerte aquí en la capital, el sitio donde se instalarán será en la Av. Mamiya Jing, vamos contigo Mizuki.
Aome sin saber porque regresó su vista al televisor, como si algo fuera a pasar ahí que resolvería algunas de sus dudad... O crearía más.
-Gracias Naviki, ahora me encuentro con uno de los dueños de la compañía, Inuyasha Taisho. Díganos ¿Qué los inspiró a venir a Tokyo?
Aome abrió los ojos platos y sintió que la respiración le faltaba, ahí en la televisión se encontraba ¡Inuyasha! Pero el ahora llevaba una chaqueta negra, con una camisa blanca jeans color negro y zapatos casuales además de que yo tenía sus características orejas de perro, ahora su apariencia lucía más humana con excepción de su cabello plateado y ojos dorados.
-Higurashi...- vuelve a repetir Hoyo.
-Ah! Hoyo disculpa ¿Esta noticia es reciente?- pregunta la azabache sin dejar de mirar al televisor.
-Si... Es muy interesante ¿No?- dice el joven y Aome asiente sin tomarle mucha atención, esto ahora si que era aún más confuso ¿En verdad él es su Inuyasha? Si ya había llegado aquí significa que probablemente él sí había ido a rescarla, el está aquí. Aome tomó su cartera y regresó a ver a Hoyo.
-Discúlpame Hoyo pero tengo algo importante que resolver, espero que podemos vernos otro día- se excusa y sin esperar respuesta sale a toda prisa de ahí sin saber por donde buscar primero, necesitaba respuestas, tenía que encontrar a Inuyasha. Recordó la dirección que le habían proporcionado en el reportaje de la noticias, Av. Mamiya Jing, ahí podría encontrarlo.
Tomó un taxi y le dio la dirección, el viaje duró aproximadamente 20 minutos, al bajar vio a mucha gente corriendo de un lado al otro, llevando caja por caja hacia el interior de las instalaciones.
Entró por la puerta principal, nadie se había percatado de su presencia, caminó hacia el fondo del pasillo y entonces ahí lo vio. Inuyasha estaba ahí hablando con unos trabajadores, al parecer dándoles indicaciones sin darse por enterado de que ella estaba a un par de metros detrás de él. Los trabajadores asientieron acatando las órdenes y se fueron, entonces el peliplateado se giró y sus miradas se conectaron. Él se veía igual de sorprendido que ella, ambos permacieron así por par de segundos que parecíeron años y entonces ella dijo:
-Inu... Inuyasha
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Inuyasha y Aome cruzan miradas, nuestro querido peliplateado está igual de sorprendido que ella.
¿Podrá Aome encontrar las respuestas a todas sus preguntas?
¿Por qué Inuyasha nunca fue a buscar a Aome?
Descubranlo en el próximo capítulo de "Inuyasha |Sentimientos a través del tiempo" 😊
-Akemi: cualquier duda o pregunta pueden hacerla en los comentarios 😊😄
-Saori: ¡Hasta la próxima! 😉
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