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❁Cαρíтυℓσ 1❁

Disclaimer: los personajes no me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi con excepción de unos pocos. Está historia fue inspirada a partir de un fanfic de la escritora sayamidoriko llamado "El sentimiento que nos une" pero la trama es completamente distinta, espero les guste
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Un encuentro inesperado

Era Sengoku

200 años después de la derrota de Naraku

Noche

-¡Ya no tienes donde esconderte! ¡Hanyou!- lo vuelve a atacar destrusando un par de árboles, tomandole por sorpresa. De la nada se vio rodeado por cuatro de esos youkai los cuales seguramente fueron enviados por ese sujeto.

-¡Los voy a destruir malditos!- empuña su katana, su brazo derecho aún no paraba de sangrar, esos malditos lo habían atacado sin previo aviso con la intención de matarlo.- ¡Viento cortante!

Uno de ellos recibió el ataque siendo partido por la mitad, los demás que quedaron gruñeron con furia y se dirijeron hacia el hanyou.

-Eres muy estúpido hanyou, ahora por revelarte ante nosotros y ante el señor Ryūkamanari ¡Te destruiremos hasta que no quede rastro de ti!- dice otro de los youkai alistando sus filosas garras para atacarlo, el peliplateado frunce el ceño y mira hacia todos lados buscando alguna salida pero nada ¡Malditos sean esos youkai! Y sobretodo ¡Maldito sea el bastardo de Ryūkamanari!

Ryūkamanari es el descendiente legítimo de aquel daiyoukai que unas vez derrotó llamado Ryūkotsusei, el antiguo enemigo de su padre y ahora comanda un gran ejército de youkai dragón-serpiente y es el amo de las tierras del Este. Por años ese sujeto le hizo la vida imposible, no tenía ni un solo momento para estar en paz ya que por más lejos que se encontrara él siempre lo encuentra.

Los youkai fueron hacia él con la intención de atacarlo cuando de la nada varias bolas de fuego azul comenzaron a caer desde el cielo dándoles directamente a ellos, quienes comenzaron a arder en llamas hasta convertirse en cuestión de segundos en ceniza. Frente a él aterriza su amigo kitsune quién fue el responsable de la destrucción de esos youkai.

-¿Alguna noticia sobre Ryūkamanari?- pregunta Inuyasha sabiendo que muy pronto él se haría presente para tratar de aniquilarlos.

-Esta muy cerca... Nos tiene rodeados por miles de esas cosas- responde Shippo con cierta preocupación en sus palabras.

-Hay que ponerle fin a esta guerra cuanto antes- dice el hanyou con determinación y el kitsune asiente con la cabeza para después ambos correr hacia donde se encontraba él, Ryūkamanari.

Época actual

500 años después de la derrota de Naraku

-¡Te deseamos mucha suerte hija!- dice Naomi con entusiasmo desde la puerta de la casa. La mañana había sido algo agitada, su madre llegó y la despertó recordándole lo importante que era éste día. Su primer día de ingreso a la preparatoria.

-Si mamá... Daré lo mejor de mi- pronuncia la azabache vistiendo el distintivo uniforme de la preparatoria, dio un último abrazo de despedida a su madre y sin más comenzó a caminar hacia a fuera del templo. Mientras caminaba le dio un pequeño vistazo al pequeño templo donde se encontraba el pozo, pero claro éste ya no funcionaba, dió un suspiro de tristeza y siguió caminando.

Haces aproximadamente dos meses habían pasado desde que regresó a su época, lo intentó una y otra vez volver al sengoku pero por más veces que saltará al interior del pozo, éste ya no funcionaba. Extrañaba tanto a sus amigos pero sobretodo a Inuyasha, aquel hanyou que cautivó su corazón y la defendió hasta en las feroces batallas a costa de su propia vida. Sin darse cuenta había llegado al Goshimboku, el árbol donde lo conoció, pasó lentamente su mano por aquella marca en donde había quedado atrapado por la flecha de Kikyo.

-Inuyasha...- dice Aome en suspiro, sentía un vacío en el corazón sin él, lo extrañaba tanto ¿Acaso lo volverá a ver? ¿Podrán volver a estar juntos? Esas eras las preguntas que más rondaban en su mente, pero tenía que ser fuerte, por su familia, debía seguir adelante por más duro que fuera. En un futuro donde él no está.

Corrió rápidamente sabiendo que por ningún motivo debía llegar tarde a la inauguración, en el camino se encontró con sus amigas Eri, Yuka y Ayumi. Ellas le saludaron desde el otro lado de la calle y fueron con ella muy emocionadas y sonrientes. Juntas caminaron hacia el instituto, en el camino se contaron todo lo que habían hecho en las vacaciones, Aome sólo permaneció callada escuchando a sus amigas hasta que una de ellas le pregunta:

-Aome y dinos ¿Cómo te va con tu novio revelde?- pregunta interrogante Ayumi. La azabache se congeló ante la pregunta y detuvo su caminar con la cabeza gacha, sus amigas también se detuvieron y le vieron angustiada.

-Aome ¿Acaso sucedió algo entre ustedes dos?- pregunta Eri acercándose a ella con preocupación poniendo su mano sobre el hombro de su amiga tratando de reconfortarla.

-... Pues por ahora... Estamos algo distanciados... Él por ahora está... En otro país- responde la azabache con una voz entrecortada, sabiendo que no podía decirles la verdad, que Inuyasha estaba en la época que se encuentra del otro lado del pozo y que probablemente ya no podrían verse más.

Sus amigas trataron de animarla de distintas maneras y aunque tenían curiosidad sobre lo que sucedía prefirieron cambiar el tema sabiendo que hablar sobre ello lastimaba a Aome. Sin darse cuenta ya habían llegado al instituto y rápidamente fueron a formarse y así es el director comenzó a dar su discurso de todos los años. Así dando inicio a su primer año en "La Preparatoria Oikawa"

Al terminar las clases se despidió de sus amigas, a ellas las enviaron al salón B mientras que Aome al A, ahora ella estaba en una clase rodeada de gente que no conocía, vaya día. Sin más salió camino a su casa, éste no había sido un mal día sin embargo tampoco fue como esperaba, en dos semanas cumpliría 16 años y no se sentía con ganas de hacer algo. Extrañaba a Inuyasha, aún recordaba las cuentas de veces en las que lloró al no poder pasar por el pozo, las tantas veces en las que intentó volver y las tantas veces en las que llamó a Inuyasha en su mente con la esperanza de verlo una vez más, pero nada.

Llegó a un paqueño parque y sabiendo que no podía llegar a su casa mostrando tristeza en su rostro prefirió tomar asiento en aquella banca del sitio donde ya otras veces había ido cuando necesitaba despejar su mente. No le importó que fuera de noche, solo quería un lugar para estar sola y tratar de borrar aquel dolor en su rostro. Sin darse cuenta la imagen de Inuyasha se hizo presente en su mente, cerró los ojos recordando todo lo que había vivido con él y sus grandes aventuras en el sengoku jidai.

Abrió los ojos y una lágrima bajó por su mejilla rosada, miró hacia el cielo estrellado pero sabía que éste no se comparaba en nada al cielo del sengoku. Se puso de pie con la intención de irse cuando escuchó un sonido de pasos provenir de la parte más oscura del parque siguido por las risas de varios hombres, Aome sintió un escalofrío recorrerle y caminó apresurando el paso. Esperó que ellos se hallan ido por otro camino cuando escuchó más risas y silbidos por parte de esos hombres.

-Oye preciosa ¿A dónde vas con tanta prisa?- pregunta uno de ellos en tono que le hizo entender que estaba ebrio. La azabache lo ignoró y caminó más rápido cuando siente a que le agarran con fuerza el brazo deteniéndola.- ¡Te pregunté que a donde ibas!

-¡Suélteme!- advierte Aome tratando de zafarse del agarre pero le fue imposible, aquel hombre le sujetaba con tal fuerza que le dolía, los otros tres hombres que lo acompañan la rodearon y uno de ellos respiró en su orejera causándole asco sobretodo por el fuerte olor a cerveza que despedían. Entonces comprendió lo que ellos querían hacerle y trató con todas sus fuerzas de soltarse y huir pero ellos la tenía sin escapatoria, en eso momento solo pudo pensar en alguien, Inuyasha.

Los hombres le vendaron la boca para evitar que gritara, Aome pataleo dándole a uno de ellos sin embargo lo único que consiguió fue un golpe en la mejilla provocando que comenzara a sangrar. Otro de ellos le rompió la blusa, ella se movió mirando a todos lado tratando se buscar algo que le ayudara pero nada, le ataron los brazos y la tiraron bruscamente al suelo. Miedo, era lo único que podía sentir, miedo por su vida y miedo por el hecho de no saber si viviría para volver a ver a su familia y a... Inuyasha.

-¡Malditos! ¡Suéltenla ahora!- escucha una voz en medio de todo, los hombres regresan a ver hacia atrás y se giran con rapidez. Aome no entendía que sucedía cuando de la nada uno de ellos es golpeado y cae al suelo inconsciente, no pudo ver de quién se trataba el sujeto que al parecer vino a ayudarla pero se sentía más aliviada. Los otros hombres son golpeados con tal fuerza que son enviados varios metros lejos, la azabache mira la escena con asombro.- ¡Aome!

Regresa a ver al escuchar su nombre y topándose con quién jamás pensó volver a ver, era ¡Inuyasha! Solo que ahora estaba usando ropa de la época actual. Él sin darle tiempo a reaccionar corrió a abrazarla acariciando su cabeza, Aome aún sorprendida sintió lágrimas agruparse en sus ojos y sin importarle nada lloró contra su pecho ¡Inuyasha estaba aquí! ¡Y había llegado a salvarla una vez más!

-Inu... Inuyasha- dice Aome pensando que si éste era un sueño, no quería despertar jamás. Así pasaron abrazos por un par de minutos hasta que sintió todo volverse negro.

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Inuyasha y Aome por fin se vuelto a encontrar ¿Qué pasará ahora?

¿Porqué Inuyasha usa ropa de la época actual?

¿Será el mismo Inuyasha que Aome conoció en el sengoku?

Descubranlo en el siguiente capítulo de "Inuyasha y Aome: Sentimientos a través del tiempo"😊😊😊

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