|𝟐𝐎| ➟ 𝐘 𝐄𝐧𝐭𝐨𝐧𝐜𝐞𝐬 𝐋𝐨 𝐒𝐮𝐩𝐞 𝟐/𝟐。
Ocupé su lugar. Se necesitaba más valor para sentarse ahí cuando Yoo Jeongyeon te estaba mirando del que ocupe para hacerlo en su ausencia.
-Mina no puedo salir contigo -para nada me gustó la forma en que lo dijo.
-Entiendo si tiene otros planes... -me apuro a decir- puede ser cualquier día...
Suspira.
-A muchas personas no les parece adecuado que regularmente esté saliendo a almorzar con una alumna... entenderás que hay normas en este colegio -empieza a contar con los dedos.
-No besuquearse en los baños, no faltar a clases, no entablar una relación que vaya más allá de lo profesional con los alumnos, no hurgar en las pertenencias privadas de un profesor, no...
-Vale, ya entendí -la corto- ¿eso tenía furioso al director? ¿Qué no me pudo expulsar? Porque si es por eso yo misma me doy de baja...
-Tú no lo molestaste, fui yo.
-Porque salió conmigo -comprendo.
-Hubiese tenido el mismo lio por cualquier otra.
-Yo soy la hija de policías...
Se quita los lentes y cierra los ojos, en un movimiento casi inconsciente comienza a tallarse el puente de la nariz. Por primera vez la veo agobiada.
Después de todo mi profesora de literatura era humana.
-Escuchar detrás de las puertas es otra falta al reglamento.
- ¿Por qué no me acusó? -pregunto con timidez.
Ella se encoje de hombros.
-No quiero meterte en problemas.
Solo ella podía plantearme mil dudas en una respuesta.
-Entonces me está bateando -bromeo.
Ella curva sus labios en una sonrisa cansada.
-Sigues siendo mi alumna favorita.
-Y por lo visto la más problemática ¿Tampoco almorzará con las otras?
Expreso en voz alta la duda que me estaba carcomiendo el alma.
Pero ella vuelve a ponerse sus anteojos y me mira como si quisiera leer mis pensamientos.
- ¿Cuáles otras?
-Con las que almuerza -le explico encogiéndome de hombros- Tiene un montón de grupos y no creo que yo sea la única que se lleva a...
Ella ríe con ganas interrumpiéndome y mis mejillas se encienden.
- ¿Estas celosa?
Se estaba burlando de mí.
-Para nada -me apuré a decir y desvié mis ojos.
-Si te digo que eres mi alumna favorita deberías intuir que eres la única a la que he llevado a almorzar. No salgo con otra mujer.
Primero me dice que debemos alejarnos y luego prácticamente me coquetea.
Esa mujer que volvía loca y no la forma agradable, realmente cada palabra provocaba un hervidero en mi cerebro y cualquier día de estos acabaría con una camisa de fuerzas, en una habitación de paredes acojinadas susurrando "¿Qué estás haciendo conmigo Yoo Jeongyeon?" una y otra vez.
-Ok -era lo más inteligente que podía decir en esos momentos.
-¿Ok?
De nuevo me miro las uñas.
-Tal vez deba irme, antes de que alguien vea que estoy aquí y el director... ya sabe... piense mal...
Estaba a punto de abrir la puerta cuando ella dice:
-Fue un placer haberte conocido.
Como si nunca más nos fuéramos a ver.
Y la realidad me golpeo de esa forma nada gentil que tiene para hacerlo, fue como esa sensación de caer cuando estas dormido. Por una fracción de segundo imaginé no volver a ver a Jeongyeon.
Todo el terror, la tristeza, la rabia, la frustración... todo el remolino de emociones tenían un solo fundamento y fue entonces cuando supe, cuando comprendí que la quería.
Mi cerebro no podía racionalizar nada de momento, solo la quería y punto. De todas las formas en que se puede querer a una persona, tanto en cuestión de sentimientos, como de posesión... y más de posesión.
Vuelvo sobre mis pasos hasta ella.
-Allá afuera ya no es mi profesora.
Esta perpleja, esa es la palabra correcta para describir su expresión.
- Mina...
-Todavía me debe un almuerzo y el director no puede saber lo que pase allá, es lo justo -y entonces ocupe una táctica de manipulación que había aprendido de ella- ¿o acaso no quiere almorzar conmigo?
Una vez más consigo que ella desvié la mirada.
Cuando vuelve a poner sus ojos en mi entiendo que he ido demasiado lejos.
-Señorita Myoui la conversación ha llegado a su fin. Quiero para la próxima semana un ensayo de 3000 palabras con el tema: La manía de reincidir en acciones ilícitas.
-¿Me va a castigar? ¿Eso responde?
-Que sean 5000 entonces.
-¿Qué?
-A mano.
Abro la boca para seguir insistiendo pero con una mirada bastante dura me dice que deje de fastidiar.
¿Yo la fastidio?
Atravieso el salón dando grandes zancadas.
-Una cosa más. La próxima vez que vaya a hurgar en mis cosas espero que realmente haya olvidado un libro o habrá consecuencias mucho peores.
No me importa. Doy un portazo al salir del aula.
Lo he arruinado. No éramos nada, pero con mis estúpidos impulsos ya había arruinado ese "Nada" que había entre ella y yo.
- ¿Cómo pude ser tan imbécil?
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