
𝟮𝟱. 𝗪𝗢𝗟𝗙
WOLF
ᴹˢ. ᴿᵒᵇᵉʳᵗˢ ♥︎
⇄ ◁◁ 𝚰𝚰 ▷▷ ↻
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Una vez Seth estuvo listo, bajó a la sala donde su mamá y manada estaban viendo la tele. Y apenas vieron al chico, estallaron en risas bajo la mara mirada de Sue.
—¿Vas a consagrar? —dijo Paul entre carcajadas.
Tal como se lo había pedido su hijo, Sue le había conseguido una traje de tres piezas totalmente blanco, pero ahora se veía un poco raro ya puesto.
—Es para combinar con Nova —murmuró receloso.
—Cielo, ¿y si te quedas solo con la camisa? —dijo Sue sobándole la espalda.
Leah, que también se estaba riendo bajito por el aspecto de su hermano, tuvo que calmarse cuando Nova por fin le devolvió la llamada.
Discretamente salió hacia el patio y atendió, viendo por la ventana como Sue regaña a Paul por reírse del traje.
—¿Leah?
—Hola, oye ¿te gustó el vestido? ¿Ya lo viste?
—Ah, sí, sí ya lo vi, es precioso, pero...
—Qué bueno que te gustara. Es que el mocoso ha estado trabajando mucho para comprarlo y tenía miedo de que no te gustara.
—¿En serio?
—¿Sí te quedó bien?
Pausó unos segundos antes de contestar.
—Mejor de lo que esperaba.
Iba a decir algo más, pero alguien más le habló al fondo y tuvo que despedirse apresuradamente.
Por su lado, Nova no se había sentido más insegura que nunca con el vestido que su novio se había esforzado tanto por comprarlo. Le quedaba bien, era lindo, pero dejaba al descubierto ese detalle que tanto se había esforzado por ocultar.
—¿Princesa? —tocó Alex antes de entrar.
Era el único a quien preguntarle si era buena idea lo que iba a hacer, y él le podría contar después más calmado a su mamá.
—Puedes pasar —contestó sentada en la cama con el vestido ya puesto.
El hombre entro en silencio y se quedó sin habla al verla.
—Seth me lo regaló para la cita —murmuró tímidamente, pero aun así el hombre no pareció reaccionar—. ¿Qué opinas?
—... ¿Quieres que... te vea así?
A lo que ella asintió nerviosa por su reacción.
Con una expresión aparentemente seria, Alex se sentó a un lado suyo. Apretando los labios, abrazó los hombros de la chica.
—Lo quieres, ¿no? —preguntó precavidamente— ¿Aun si no fueras su impronta?
Nova asintió mordiéndose el interior de su mejilla.
No volvió a decir nada, por lo que volteó confundida y vio, por primera vez en la vida, a Alex con los ojos llorosos, mordiéndose el labio para evitar llorar.
—Oye...
La interrumpió abrazándola fuertemente.
Nova se sorprendió por eso, pero rápidamente le devolvió el abrazo cuando empezó a sollozar sobre su hombro.
—Mi niña.
Aunque no lo dijera en voz alta, ambos sabían que era un gran paso que ella finalmente se abriera con alguien más aparte de Lucy, ya que significaba que ese trauma familiar ya había pasado hace mucho y era tiempo de dar vuelta a la página.
Y quién mejor que Seth Clearwater para ello.
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Jacob finalmente se estacionó frente a la casa y Seth se bajó de la camioneta, asegurándose que las flores siguiesen intactas de cómo se las dio el vendedor.
Al final todos lo convencieron de quitarse el saco y el chaleco, pero ahora solo lo hizo sentir inseguro si se viese muy informal a comparación de Nova.
—No creo que sus padres los estén espiando —dijo Jacob recargándose en la moto—. Si yo fuera tú, ya la besaría de una vez por todas.
—Van a vernos, Jacob.
—Y para eso están las flores, lento —dijo quitándoselas de la mano.
Antes de tocar la puerta, Jacob tomó al chico de los hombros para hacerle una demostración de cómo hacerlo.
—Haces como si fueras a abrazarla, se tapan con las flores, y alzas la trompa —dijo abalanzándose juguetonamente.
Y justo en ese momento abrió la puerta Étienne, que se sorprendió un poco ya que por la posición sí parecía que se estaban besando.
—Joven Black —dijo provocando que ambos se apartaran asustados por su presencia—, le pido por favor que no le robe la cita a la señorita Nova.
—No estábamos...
—Por favor despídase rápido y entre, que la señorita lo está esperando.
Y sin decir una palabra, Jacob se subió rápido a su moto y salió acelerado bajo la mala mirada del chico.
Volvió a tomar bien el ramo y la canasta, entrando tras el hombre que parecía más tenso que de costumbre.
Lo siguió hasta una parte más oculta por los árboles y, justo al lado de la fuente de colibrí, estaba Nova sentada en el suelo sobre un mantel con vajilla ya puesta.
—Señorita —le habló Étienne.
La chica finalmente volteó en su dirección, lo que provocó que el rostro de Seth se enrojeciera debido a la bella imagen de su impronta con el cabello suelto y el vestido puesto, aunque ella no se veía feliz del todo.
Una vez Étienne los dejó solos, Seth iba a acercarse para saludarla, pero ella se levantó antes, haciendo que su vestido se estirara por completo y que el chico por fin viera esa parte de ella.
—Hola, amor —murmuró tímida cuando Seth, helado, dejó caer la canasta y las flores al suelo.
Sabía que haría esa precisa cara, pero aun así se sintió cohibida si reaccionaba mal y que sus padres, que espiaban por la ventana, lo presenciaran.
—Amor...
—¿Qué es eso?
Intentó cubrirlo un poco con la tela del vestido, empezando a preocuparse si de verdad había sido una buena idea mostrárselo.
—Se le llama prótesis transtibial y...
—¿Qué diablos te pasó? —dijo aún con la mirada fija en eso.
—No me hables así, estás en mi casa —respondió a la defensiva.
Pero siguió con la misma expresión.
Empezó a acercarse lentamente hacia ella, con el entrecejo arrugado en una mezcla de angustia y espanto.
—¿Desde cuándo...
—Desde antes de que me mudara a la reserva —murmuró la chica, cruzándose de brazos inhibida—. Si no te gusta, puedes tomar tus flores e irte. No alarguemos más esto.
Eso finalmente lo hizo reaccionar, viéndola a los ojos confundido.
—¿Irme?
—Solo no se lo digas a nadie más. Puedes decirle a Sue que decidimos ser solo amigos, si te da tanto asco...
—Espera, espera. ¿Amigos? ¿De qué estás hablando?
—¡Mira tu cara, Seth! Te doy asco, pero no me importa. Mejor vete con River, que ella sí tiene la pierna completa.
Iba a dejarlo solo, pero Seth la tomó rápidamente de las manos.
—Nova Roberts, no iré a ningún lado, y mucho menos por una prótesis.
A lo que la chica finalmente bajó la guardia.
—¿En serio? ¿No te da ni poquito asco?
—No es que me disguste, claro que no me lo imaginaba, pero sigues siendo mi impronta, con o sin piernas.
Eso sí hizo sonreír a Nova.
Entrelazando sus manos, se sentó junto a él en el mantel, viendo de reojo que sus padres lagrimeaban con una sonrisa desde la ventana.
Su mamá le mando un beso con la sonrisa más grande que le haya visto y finalmente se alejó con Alex de la ventana, dando oportunidad a Nova de besar cariñosamente a Seth en las comisuras de los labios.
—¿Seguro que no te quieres ir? —preguntó ahora en un tono más calmado— De verdad no quisiera que fingieras solo por pena...
—No iré a ningún lado —llevó su mano hacia su boca, besando sus nudillos—. ¿Es esto por lo que se mudaron a la reserva? ¿Lo que esa gente te había hecho?
Y ahora venía la otra parte que también temía que acabara por espantarlo.
Hace muchos años, Lucy se dio cuenta de la prótesis por accidente y, aunque para ese tiempo ya eran buenas amigas, verdaderamente temió que ella se lo dijera a alguien más, incluso a Sam. Por lo que sus padres intervinieron y le contaron, de una forma más suave, partes de la historia de lo que habían atravesado.
Con el pasar del tiempo, ella misma notó ciertas cosas que la hicieran conocer toda la historia. Así que en teoría, Nova nunca le había hablado con nadie de eso, ni siquiera con su psicólogo o sus padres. Por lo que esperaba que Seth no lo complicara más de lo que ya era.
—Si te lo digo, no se lo contarás a nadie más, ¿verdad?
A lo que él asintió, poniendo una mano sobre la de ella y la otra en la prótesis, acariciándola con tanta dulzura que la hizo tomar algo de valor.
—Hace bastantes años, creo que yo tendría unos meses de nacida, mamá perdió mi custodia por un trastorno de estrés postraumático —comenzó, pasando las flores a un vaso con agua—. Jamás me contó lo que había pasado, o por qué había desarrollado eso, pero sé que todo era por culpa de mi papá biológico.
<<Era un adicto en todo sentido de la palabra, peor que el tío de Theo o cualquiera que hayas conocido. Enviciado a lo que se le cruzara, alcohol, apuestas que nunca pagaba, inversiones, y lo peor de todo, en mi mamá.
—¿La quería mucho?
—No, estaba obsesionado con ella —arrugó el entrecejo, tensándose de un momento a otro—. Tan, pero tan obsesionado que desde la secundaria nunca había pasado un solo día lejos de ella; tan, pero tan irresponsable que la hizo huir de casa cuando la embarazó al año de conocerla... y tan, pero tan enfermo que, según él para protegerla, me puso a mí como contacto de respaldo en todas las apuestas ilegales que nunca pagó a pesar del dinero que tenía, a Evangeline Wolf en vez de su adorada Areum Lài.
El chico se giró a verla uniendo cabos.
—...¿Tú eras la niña del cartel?
Nova asintió, empezando involuntariamente a arrancar pedacitos del césped.
—Como te dije, judicialmente hablando, Areum Lài no tiene la custodia de Evangeline Wolf. Y cuando su pareja, Jayden, murió en un choque, la niña y todas las deudas pasaron a desgraciado de su suegro, un exgobernador de estado.
<<Un día, específicamente en el cuarto cumpleaños de Evangeline, los acreedores de Jayden irrumpieron en la casa del viejo. Y no pasaron ni cinco minutos cuando el idiota se las entregó cómo si nada, sin una pistola en la cabeza ni conocimiento de lo que iban a hacerle, simplemente les dio camino libre para ellos solos se cobraran lo que su hijo debía, pero para ese tiempo ya no solo se trataba del dinero.
De una manera casi infantil, fingió cortar su pierna con su mano, evitando la mirada espantada del chico.
—No te alteres, realmente no tengo memoria de eso. El psicólogo dijo que lo reprimí o algo así. Solo me queda este recuerdo —le dio unos toquecitos al metal—. En fin, mamá le pidió ayuda a Alex, nuestro vecino, para recuperarme. Creo que le pagaron a un cazarrecompensas, y él me llevó con ellos.
<<Huimos a Beijing, y eventualmente se enamoraron y casaron. Alex pagó muchísimo para que Evangeline Wolf desapareciera y en su lugar su esposa e hija, Nova Roberts, vivieran bien unos años antes de venir aquí, por un estilo de vida más tranquilo y alejado de todo lo que había pasado.
—Y si ha pasado tanto tiempo, ¿por qué ahora te están buscando?
—No tengo idea. Mis papás y los señores Cullen irán a Seattle con un amigo que puede investigar quién me está buscando —dio un vistazo a su alrededor, asegurándose que nadie más los estuviera oyendo antes de acercarse al oído del chico—. El lugar a donde fuimos era de Jayden, por eso hice lo que hice y ahora estoy asustada por si esos hombres le hubieran dado alerta a alguien más.
Seth asintió procesando aún toda la información. En cambio, la chica apoyó la cabeza en su hombro y cerró los ojos con el ceño fruncido, ambos demasiados abrumados por cuestiones que no esperaban tener a esa edad.
Por su lado, Seth había estado agobiado por quedarse con su impronta en lugar de estar en las responsabilidades de su manada; sabía que, aunque no le dijeran nada sobre eso, Leah se estaba llevando trabajo demás por cubrirlo en las guardias en la casa de Bella Swan. Y si fuera al revés, estaría preocupado por dejar a Nova sola después de lo sucedido en el club.
Aunque ella prefería ignorarlo, no estaba durmiendo bien, las pesadillas no la dejaban, pero luego despertaba como si nada y actuaba como si lo que había hecho no la estaba atormentando con el cargo de consciencia. Había intentado convencerla de que sólo se había defendido, y ella siempre le daba la razón, aunque al final volvía a lo mismo. Ya no tenía idea de cómo ayudarla más en su situación actual.
River le había estado mandando miles de mensajes desde aquella noche, claro que no contestó ninguno, pero inconscientemente ha pensado en uno específico desde que lo leyó: <<quieres resolverle todo a Roberts sin pedir nada a cambio y eso, aunque no lo admitas, te está agotando tanto que ya no eres ni la mitad de quién eras unos meses antes de estar con ella>>. No es que estuviera de acuerdo en ello, solo no se había detenido a pensar en qué tanto cambió su vida en unos meses, pero no por eso quería dejar de ser optimista con Nova.
—Oye... perdóname por involucrarte en todo esto —comenzó la chica tímidamente cuando Seth no respondió nada más—. Como si no fuera suficiente, Lila ha estado diciendo cosas de mí y mis papás a todo mundo. La noche que fuimos allá tuve una pequeña crisis por eso... yo solo quería alejarme y ahora lo empeoré para todos.
No volvió a contestar nada. Solo se quedó en silencio con una expresión neutral, pensando en de nuevo en la noche en el club, si Paul y Sam habían sido silenciosos al enterrar los cuerpos, o si River realmente había visto algo, la facilidad que tuvo Nova para asesinar a dos hombres mucho más grandes y fuertes que ella, todo eso sin tener un solo rasguño.
Nadie en la manada había querido mencionar de nuevo el tema, pero todos habían oído los pensamientos de Lucy cuando Ace le relató aterrado lo que había pasado. Aunque la loba intentó evitarlo, él le tenía pavor a Nova; su ángel era temida por su manada, presionada por sus padres, traicionada por sus amigas, y odiada por todo el resto de la reserva, cuando ella solo intentaba sobrevivir.
Con la cabeza punzando por la impotencia, finalmente volteó a verla y la tomó del torso y muslos para sentarla sobre su regazo. Ella rápidamente rodeó su cuello con sus brazos para fundirse en un cálido abrazo.
Bajó una mano a la prótesis y con cuidado empezó a delinear los bordes de esta, subiendo con cuidado por el muslo, alzando un poco el vestido.
Nova a todo esto se quedó callada, se había detenido antes de tocar el short de protección, pero su respiración empezó a acelerarse la cálida mano de Seth se acomodó en la parte interna de su muslo, acariciándola sin parecer darse cuenta de lo que provocaba en ella.
—¿Puedo? —susurró tiernamente en su hombro.
Por un momento pensó que se refería a algo más, pero rápidamente se dio cuenta que en realidad hablaba sobre la prótesis.
Se acomodó para volver a quedar de derecha y quitar con cierto nerviosismo la prótesis. Seth le ayudó a bajar el liner y finalmente quedó al descubierto las cicatrices que pocas personas habían visto.
No reacción como ella esperaba. Todos hacían la misma mueca de la impresión, pero él simplemente se quedó inexpresivo. No supo si eso era algo de lo que alegrarse.
—No recuerdas nada de esto, ¿verdad?
A lo que ella negó nerviosa.
—¿Sigues pensando igual? Está bien si te da tantito miedo...
—No te preocupes por eso. Es solo que ya no sé qué hacer.
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Esa misma noche, los señores Roberts llegaron a Seattle donde tendrían la cena con el amigo de Carlisle. Él se había tenido que adelantar por un motivo que prefirió no contárselos, pero ahora estaba pensando si había sido buena idea cuando la pareja empezó a tardarse en llegar al restaurante. Sus llamadas no entraban, lo cual era más extraño ya que Alex le mandado un mensaje de que habían llegado al hotel hace una hora.
Sin embargo, su incertidumbre fue peor cuando Rosalie le llamó desesperada. Alice había tenido una visión de los Roberts.
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