La cita
ᴹˢ. ᴿᵒᵇᵉʳᵗˢ ♥︎
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Un día antes, Nova había llegado con los nervios a tope a la casa Clearwater.

Estaba tan nerviosa que, al ver que se encontraba absolutamente toda la manada Uley, pensó en la posibilidad de que los lobos podrían ver y juzgar sus pensamientos, de su casi beso con el presunto moribundo unas horas antes. Por un lado, se recordó así misma que Lucy se lo hubiera dicho, pero por el otro lado le preocupaba que se lo hubiera ocultado solo para molestarla.

Jacob había sugerido que la chica entrara sola con Seth, para que no estuviera incómoda con todos los ojos en ella. Y, para sorpresa de todos, Areum había aceptado sin renegar, la imagen del chico enfermo todavía la seguía atormentado hasta en sus sueños.

Por lo que, una vez se aseguró que todos estaban en lo suyo, entró a la habitación donde vio al chico en su cama con muchas cobijas hasta el cuello, fingiendo malestar con el ceño fruncido y los ojos idos. Inconscientemente sonrió por su tontería.

Se acercó hasta sentarse al lado suyo mientras que el chico abrió un solo ojo para asegurarse que nadie más estaba presente. A Nova se le escapó una risa por la cara que hacía, pero se calló cuando Seth se levantó súbitamente para abrazarla.

Casi le pareció un cachorro emocionado cuando la arrastró hasta acostarse con ella encima, riendo y besando repetidamente todo su rostro.

El sonido de su risa muy cerca de su oído, combinado con la cálida sensación de sus brazos envolviéndola hizo que se le olvidara lo nerviosa que estaba hasta hace unos segundos.

Pero, más que Nova riera y se sonrojara por su atrevimiento, había algo que tenían que discutir antes. Por lo que, empujándolo por los hombros, lo apartó hasta quedar sentada a su lado.

—Pero...

—Primero tenemos que aclarar algo —dijo intentando sonar seria, todavía seguía sonrojada por su mejilla llena de besos—. Tú... ¿quieres mucho a River y a Theo?

Se enderezó hasta quedar sentando frente suyo y la miró extrañado.

—¿Sí? Son mis mejores amigos, mi otra familia aparte de ti y la manada.

—¿Es cierto que besaste a River en la graduación?

Seth respondió abriendo de más los ojos y apretando la boca, pero a los segundos se relajó y rio levemente.

—Nova... —dijo entre risas— Sí es cierto. Éramos unos niños y jugábamos verdad o reto.

—¿Ella te retó a que la besaras? Lila no me lo dijo todo.

—Nos retaron. Le tengo confianza y preferí que fuera ella a alguien que no conocía. Pero no por eso fuimos novios o algo así —se acercó un poco más a la chica con una enorme sonrisa—. Solo ha habido una chica que daría lo que fuera por besarla, y no me lo ha puesto fácil.

Intentó volver a besar su mejilla, pero la chica volvió a voltearse, apenada.

—Eres muy lindo, Seth, pero tal vez no hay que ilusionarnos tanto —dijo decaída—. Todavía ni mi madre ni River nos quieren juntos.

En especial River. Su mamá podría castigarla, pero no sabía de lo que era capaz la pelirroja.

Nunca le había contado a Seth sobre el incidente con su cabello y la carta, ya que fue hace tiempo y esperaba que hubiera cambiado. Si no, no tendría sentido que fuera amiga de Seth.

—¡Claro que te quiere! Es mi mejor amiga, solo estaba preocupada por mí cuando me escapé. Pero te aseguro que nos apoyará. Y en cuanto a tu mamá tengo un plan, pero primero necesito preguntarte algo.

Con una bonita sonrisa avergonzada, se movió hasta quedar a frente suyo.

—¿Te gustan los Piratas del Caribe?

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—¿Me prometes que hice lo correcto? —preguntó Areum.

Acababan de dejar a Nova, Seth y Jacob en la plaza. El trato era que les darían tres horas y media para ver una película o pasarse por los locales. Con la condición de que Jacob los estaría cuidando y Seth mantendría distancia de la chica.

Como una cita, pero sin contacto físico y con Black de niñero.

Por su parte, Alex besó la mano de su esposa mientras que arrancaba el auto.

—Claro que sí. Cariño, él respeta nuestra decisión, pero nosotros debemos respetar que es su impronta. Les hará bien a ambos.

Esperó a que respondiera algo, pero se quedó callada el resto del camino.

Sabía que le costaba mucho. Esta era la primera vez que Nova salía tan lejos de la reserva. Y, aunque estuviera bajo el cuidado de dos lobos, les era difícil estar tranquilos cuando ella era su única hija.

El hombre finalmente aparcó el auto y vio que Areum había estado llorando, aún sin hacer ruido.

—Amor...

—Es que ha crecido tanto.

Con un sonrisa decaída, se acomodó para quedar de frente a él y tomar su mano.

—Si están juntos, ya no necesitará de nosotros. Ya no será nuestra bebé, sino de la manada.

Alex se acomodó en su asiento, también con un nudo en la garganta. No esperaba que este momento llegara tan rápido.

—Sabes que no es así —limpió de manera delicada las lágrimas de su esposa—. Si, en unos años, ellos deciden estar juntos, no es que ya no nos vaya a necesitar, sino que será cuando ella lo desee.

>>Piénsalo así. De ahora en adelante, ella estará protegida por la manada entera, y por todos los que vengan después. Si en algún momento ella quisiera vivir fuera de la reserva, Seth, un cambiaformas y un buen muchacho la acompañaría.

—¿Y nosotros también?

—Si ellos lo quieren. Y si no, la llamaremos todos los días. Además, Seth me dirá cualquier problema que se les cruce y yo lo resolveré como se dé a lugar, porque para eso tiene a su suegro.

Areum sonrió cariñosamente.

Más tranquila, limpió sus lágrimas mientras se quitaba el cinturón y pasaba al regazo de su esposo.

Alex la abrazó por la cadera mientras que ella dejaba pequeños besos en su mandíbula.

—¿Cuánto falta para recogerla?

Sin separarse ni un poco, Alex inclinó el asiento hasta atrás.

—Mmm... como hora y media, ¿por?

Areum sonrió complacida cuando escuchó el seguro colocarse.

—¿Sabes qué puedo hacer en hora y media?

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Jacob había accedido acompañarlos como parte del trato con los Roberts, aparte de que Seth pidió que fuera exclusivamente él y, ¿a quién engañaba? Quería material para burlarse de él más tarde.

Como ahora, que finalmente habían entrado a la sala del cine y él se había sentado a sus espaldas.

Tanto Seth como Nova estaban muy nerviosos desde que llegaron a la plaza, de hecho, apenas intercambiaron unas palabras cuando se vieron.

Jacob les había dicho que él compraría las palomitas, las de caja de corazones con una sola soda, con dos pajillas. No era la gran cosa, pero supo que hizo bien cuando ambos se pusieron rojos en cuanto lo vieron.

Sin embargo, pareciera que el chico no captó su indirecta y solo tomaba cuando Nova estaba distraída.

Intento lanzarle aire a la chica para que Seth la abrazara o algo así, pero ella sacó un suéter de su bolso y siguió viendo la película.

Rodando los ojos, se recordó mentalmente que era su primer cita y por eso no reconocían las indirectas internacionales.

Pasó como media hora sin que ninguno de los dos dijera algo o hiciera un movimiento, por lo que, como último recurso, le aventó a Seth una palomita al cuello.

Este lo vio extrañado, pero Jacob, exagerando, le hizo señas al aire como si fuera a besarlo. Seth no hizo caso y siguió como si nada.

"Cuenta hasta diez, cuenta hasta diez, cuenta hasta diez", pensó pellizcándose el puente de la nariz. Si no fuera porque tenía a Nova al lado, ya le hubiera dado un golpe en la cabeza por ser tan tímido. ¿Cómo fue que el niño consiguió impronta antes que él?

Pasaron diez minutos y Nova se inclinó a decirle algo a Seth. Jacob sonrió complacido, por fin relajándose en su asiento. Sin embargo, se volvió a enderezar cuando la chica tomó su bolso y se fue corriendo a la salida sin dejarlo reaccionar.

"¡¿Tan pronto y ya la espantó?!"

Intentó ir tras ella, pero Seth lo detuvo del brazo.

—Fue al baño —le susurró.

Por su parte, Jacob aprovechó para golpearle el hombro, indignado.

—Oye...

—¡Se puede saber qué te pasa!

Solo quedaban ellos dos en la sala, por lo que no le importó nivelar la voz.

—¡Es la primera cita con tu impronta, ¿y no intentas nada?!

—Le prometí a sus padres...

—¡¿Ves a sus padres aquí?!

—No me importa —dijo mirándolo serio—. Se los prometí porque quiero hacerlo bien, porque quiero que sea feliz conmigo, sin tener que preocuparse por nada más.

Se vieron duramente el uno al otro, hasta que Seth no pareció querer cambiar de opinión y Jacob, rodando los ojos, se volvió a sentar.

Ya no le pareció tan divertido como había imaginado.

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SETH

Cuando por fin se acabó la película nos quedó tiempo antes que sus papás vinieran. Jacob sugirió dar una vuelta a la plaza, pero sabía que era presión para que hiciera un movimiento con Nova.

—Alex me dijo que podría volver a la escuela después de las vacaciones. No han visto mucho, ¿verdad?

Para mi suerte, Jacob nos había dado espacio y ahora solo nos seguía a unos metros de distancia. No había hablado mucho con ella antes por eso, solo esperaba que no terminara aburrida en nuestra primera cita.

—No, solo han sido repasos antes de los exámenes —me quedé en silencio, pensando si sería prudente preguntarle—. Tú... ¿le dices por su nombre a tu papá?

Vi cómo se tensaba levemente.

—Algo así. Es que no es mi papá biológico, solo es el esposo de mi mamá.

Oh.

Definitivamente no esperaba esa respuesta.

"Qué galán, Seth, así se enamora a una chica" me diría Jacob si hubiera oído.

—No me mal entiendas, lo quiero mucho, pero me es incómodo verlo como mi papá —dijo cuando vio mi expresión—. De niña fui muy feliz con la idea de ser mi mamá y yo. Y cuando él llegó, seguí siéndolo como mi mamá, su novio y yo. ¿Me entiendes?

No.

—Ah, sí. Tiene sentido... Y ¿tú mamá no tiene problema con ello?

—No, de hecho, es de los pocos temas que estuvimos de acuerdo a la primera. ¿Sabías que esta es la primera vez que salgo sin ellos? —parecía emocionarse con cada oración— Si sigue así, hay muchas cosas a las que por fin me daría permiso. Salir así, con una cita, por ejemplo.

—¿Conmigo? —pregunté sonriendo.

Se había acelerado tanto que hablaba sin pensar. Creo que era la primera vez que la oía así.

—Sí, claro que contigo —dijo sonrojándose—. Pero antes deberíamos conocernos mejor.

Sentí que dejaban algo mi mano y cuando volteé, era Jacob que me dejó una rosa, guiñando hacia Nova.

—Entonces, ¿qué te gusta?

—Pues... la música, dibujar, los Locos Addams, los picnics sin sol porque odio sudar, el azul, los audífonos de diadema, el Art Nouveau en cualquier expresión, las gabardinas de cuero...

Y justo cuando le iba a dar la flor, ella se quedó mirando el escaparate de una tienda.

Era un solo vestido, elegante al nivel de Nova Roberts. De un solo color beige, con un hombro y abertura en una pierna.

Sonreí tontamente al imaginarme a Nova con él. Nunca la había visto con algo que no sean pantalones y camisa de vestir, pero estaba seguro de que me desmayaría si se lo viera puesto.

—¿Te gustó?

Respondió con un asentimiento y una gran sonrisa. Pero, tan pronto pareció recordar algo, quitó esa expresión y volvió a caminar ahora un paso más rápido.

—Si te gusta...

—No es la gran cosa —se apresuró a decir con un tono monótono—. No soy de vestidos.

Atravesó una esquina ahora lleno de gente y locales, por lo que tuve que apurar el paso para poder alcanzarla.

¿Ahora qué hice?

Como era un pasillo pequeño como para tanta gente, hubo un momento en que avanzó tanto que dejé de verla. A lo que me inquieté inmediatamente.

Intenté llamarla sobre el bullicio del lugar, pero no parecía escucharme.

Jacob llegó a mi lado y se alteró cuando tampoco vio a la chica.

Corrimos entre puesto y puesto, empujando por accidente a la gente que se interponía. Era imposible, pero no parecía estar en ningún lado. ¡¿Dónde se había metido?!

—Seth, no te alteres, aquí no —dijo cuando vio mi expresión.

Estaba a punto de transformarme. No podía haberla perdido en tan solo segundos.

Y cuando creí que perdería la cordura, una pareja a unos metros se quitó de medio y dejó ver cómo mi impronta caía sentada al suelo.

Corrí hacia ella y, cuando me tiré a su lado, vi el enorme cartel que parecía tenerla hipnotizada.

DESAPARECIDA

EVANGELINE WOLF