Capítulo Dieciséis-Volverte a ver
Samantha Jade

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POR FIN VIERNES me repetía, la semana había terminado... una semana sin Bruce y aún dolía, todo el pueblo lo había buscado por todas partes y no había señal de ningún niño, no había alguna señal de él... eso me aterraba, la idea de que estubiera desaparecido más días baja las esperanzas de encontrarlo... vivo, y alertaba a todos los demás niños en ser la siguiente víctima. No puedo con el miedo que me causa imaginar a mis amigos siendo secuestrados por El Raptor y realmente no se si debería de tener miedo por mi misma o alguna "niña" ya que sus víctimas solo han sido varones, lo que realmente me causa náuseas al pensarlo. Estaba tan perdida en mi mente que Finney tuvo que despertarme.

-¡Sam! casi estas dormida en la banca, siéntate bien o el profesor mirara para acá y nos preguntara y no quiero que eso pase.- dijo moviendo mi brazo así que obedecí

-¿Cuánto falta para que termine?.- pregunté.

-Eso preguntaste hace cinco minutos y te dije que diez.- suarro sin despegar la mirada hacia el frente.

-Oh.- sólo faltaban cinco minutos para que la última clase finalizará, mire a todo el salón algunos enfocados a lo que decía el profesor y otros enfocados en el reloj casi ya corriendo fuera de el aula.

-Cinco, cuatro, tres, dos.- comenzó a contar Finn viendo su reloj de la muñeca.- uno.- finalizó y justo el timbre sonó, todos tomaron sus cosas y salieron rápidamente.

-Leán la página 67 a 70, haré preguntas el lunes.- dijo el profesor, algunos lo anotaron en su libreta, otros en la mano, ¿yo? yo pensaba que recordaría la tarea aunque claramente no lo haría y tendría que pedírsela A Finney quien si la había anotado en su mano.

-Bendito fin de semana te esperaba con ansias.- estire mis brazos feliz.

-Agh lo sé, por alguna razón esta semana fue de mucha tensión.

-Estoy de acuerdo, ¿tienes planes mañana?.- pregunte, Finney iba a contestarme cuando parece que se acordó de alguna cosa.

-Uy no, le prometí a mi padre ayudarle con la cochera.- dijo torciendo el labio, sabía que mentía pero lo ignore.

-Bien.- baje la cabeza, no quería quedarme en casa aburrida viendo alguna película vieja con Shean, digo es lindo estar con mi hermano pero soy joven y quiero salir y divertirme.

-¡Sam!.- gire a ver quien había dicho mi nombre, era Donna.

-Hola Doni, ¿qué pasa?.- tono mi brazo y me alejo un poco de Finney, una buena distancia para que no escuchara nada.

-¿Sabes si Finney tiene planes mañana?.- pregunto en voz baja, mis ojos se iluminaron.

-Creo que no, ¿por qué?.- dije sonriendo a lo cual ella solo miró a otro lado sonrojandose.- ¿te gusta Finney cierto?.- ella asintió con la cabeza levemente, yo quería brincar de la emoción, si así me encontraba yo, Finney tendría tres paros cardíacos y una convulsión al instante y seguramente al mismo tiempo.

-Si pero shh no se lo digas.- mire a Finney quien estaba mirando atento hacia nosotras.

-Soy una tumba.- dije haciendo como si mi boca tuviera un cierre y lance una llave imaginaria, la cual de reojo vi como Finney la "tomaba" y caminaba lejos.

-Gracias, solo avisame.- asentí.

-Haré que te invite a salir, seguro también le gustas, realmente lo suponía de ambos.- alce los hombros, Donna volvió a sonrojarse.

-Gracias Sam, bye.- dijo despidiéndose antes de irse con su grupo de amigas.

-De nada.- me di la vuelta y camine unos cuantos pasillos cuando volví a encontrarme con Finney.

-Dime.- dijo, yo hice el ademán de que mi boca estaba cerrada, el rodó los ojos y "tomó" la llave imaginaria abriendo mi boca.

-Le gustas.- dijo alzando y bajando mis hombros rápido.

- Ja ja ja.- dijo sarcástico.- Buena broma, habló en serio.- se cruzó de brazos.

-Es la verdad Finn, le gustas, me dijo que no te dijera, de alguna manera iba a decirte pero ese no es el punto, mre pregunto si tenías planes mañana, se que no los tienes mentiroso así que invitarla a salir.- hable rápidamente, Finney tenía cara de procesar todo.

-¿Le... le gustó?.- dijo antes de dar brinquitos y emocionarse, tomó mis manos y siguió brincando como cabra.

-Si sí, hey, tranquilo o morirás antes de decirle que también te gusta.- Finney se calmo.

-Si lo siento.- suspiro.

-Ahora ve, buscala e invitala a salir.- la expresión de Finn cambió completamente.

-Perdón por mentirte, no es que no quisiera salir contigo es solo que.- interrumpí.

-No importa, otro día será, ahora ve.- dijo dando un mini golpe en su hombro feliz, era verdad, no importaba.

-Gracias por ser la mejor amiga de el mundo.- me abrazo, yo se lo seguí.- me alegra que te mudara a Denver, no te vayas.- sonreí mientras nuestro abrazo seguía, esto es lo que realmente me gusta de aquí, la calidez de las personas, más de mis amigos.

-Jamás me iré Finn, anda o no la encontraras.- el se separó.

-Cierto, deseame suerte.- salió corriendo, sonreí al verlo tan feliz, ya era hora.

Camine fuera de la escuela, Shean había dicho que tenía un examen y que saldría una hora más tarde que yo así que no iba a esperalo una hora y decidí adelantarme a casa yo sola.

-¡Bu!.- dijo alguien detras de mi picando mi espalda, se que un "bu" no espanta ni a una mosca pero estas en un momento de silencio perdida/o en tu mente, realmente me asuto así que me gire y lance un golpe al aire, cualquiera lo hubiera recibido, pero él, él jamás.

-Oh, Robin lo siento.- dije tapando mi boca.

-Wow, que buel golpe habria sido.- dijo volviendo a su posición normal.

-Perdoname.- dije acomodando mi mochila.

-No te disculpes, no debía asustarte aunque supuse que un "bu" no te causaría nada.- dijo mientras acomodaba su pañuelo, su cabello se movía de alguna manera que terminaba hipnotizandome, me golpe mentalmente volviendo a la realidad.

-Fue más que me picaras la espalda.- dije sonriendo.

-Perdón, no debi tocarte.- dijo un pocoas serio.

-No no tranquilo, solo fue que no te había escuchado atrás de mi.- dije y el asintió con la cabeza.

-¿Te puedo acompañar a casa?.- pregunto.

-Si claro.- respondí y ambos comenzamos a caminar.- ¿Cómo siguen tus manos?.- pregunté, el las extendió al frente de su cuerpo.

-Bien, ya casi no me duelen.- tenía una que otra cortada pero sus nudillos estaban rojos.

-Fue asombroso.- dije al recordarlo.

-No me gusta que me veas pelear.- dijo bajando la mirada, lo vi confundido.

-¿Por qué?.- pregunté.

-Cuando peleó soy una persona completamente diferente, quiero hacerme el rudo y quiero que todos me teman, pero no quiero que tengas esa impresión de mi.- me miro, sus ojos conectaron con los míos esperando una respuesta, realmente quería dársela pero su mirada me confundía tanto que no salía nada de mi boca, mire para otro lado.

-Creeme Robin, no es así, podrás hacerte el rudo, el chico problemático que le vale la vida, pero de lo poco que te conozco, eres un chico dulce que siempre ve por sus amigos ¿y tenerte miedo? jamas, si así eres tu así voy a acostumbrarme a ti.- creí que lo haría peor pero lo que dije fue sincero.

-¿En serio?.- preguntó.

-En serio.- lo mire y sonreí acomodando un mechón de cabello tras mi oreja, vi sus mejillas tornándose de un color rojiso, me sorprendí yo misma de lo que había logrado provocar en el, desvíe mi mirada algo orgullosa, el camino siguió algo silencioso, no incomodo, fue especial para aunque no sabía su para el lo fue pero no me importaba, estaba caminando junto a Robin Arellano sin discutir, fue lindo, los mejores diez minutos de mi vida.

-¿Tú casa es por allá no?.- pregunté señalando el lado contrario al camino que yo debería de tomar para ir a casa.

-Si pero amh realmente no quiero irme, me gusta estar contigo.- dijo trabando un poco sus palabras, bien sería yo pero hasta cierto punto se calmar mis nervios.

-A mi también me gustas... gusta estar contigo.- maldita lengua traicionera, soltó una risa.

-¿Tienes planes mañana?.- pregunto jugando con sus manos como niño pequeño.

-Si muchos, mi agenda está super llena.- me queje, era sarcasmo pero el me miró algo ¿triste?.- es broma, estoy libre.- al instante me dio una sonrisa.

-¿Quiéres ver la masacre de tejas conmigo?.- preguntó, no sabía cómo contener mi emoción, el lo tomará como una salida de amigos, pero yo como nuestra primera cita lo cual causaba mariposas en mi estómago.

-¿Masacre de texas?.- pregunté sin saber de qué hablaba, obviamente es una película pero tenía curiosidad sobre su sinopsis.

-Oh, es una película de terror peri si no quieres podemos.- lo detuve.

-No no, amo las películas de terror.- Robin frunció el ceño con una sonrisa.

-Extraño, a las demás chicas les provoca asco o las asusta demasiado.

-Me crié con un hermano mayor que es super fan de las películas de terror o suspenso así que esa suena fantástica.- respondí.

-Bien, ¿nos vemos en el autocinema a las...?.

-¿Siete?.- pregunté por si el estaba de acuerdo.

-Bien.- sonrió y aclmodo su mochila en su hombro.

-Entonces en el autocinema a las siete.- sonreí.

-¿Cómo que se que irás?.- frunció el ceño.

-¿A qué te refieres?.- pregunté.

-Podrías dejarme plantado.- alzó las cejas.

-Claro que no.- solté una risa.

-¿Cómo me aseguro que te volveré a ver?.- esa frase, esa pregunta, esa oración podría tomar muchos sentidos, "volverte a ver" solo será un día, un día sin Robin Arellano pero... realmente el lo decía por otra cosa, se que lo era.

-Robin si iré, lo prometo.- Robin parecía pensarlo, bajo su mochila y puso las manos atras de su nuca.

-¿Qué haces?.- pregunté confundida.

-Asegurándome qué te volveré a ver Samy.- sonrió y quito su pañuelo de su cabeza, su cabello al principio salió por todos lados, el lo aclmodo y lo ato en una pequeña coleta, verlo así alboroto mi estómago de nuevo, quería ahí mismo gritar pero no tenía que hacerlo.

-Wow, te ves....- las palabras ni salian de mi boca.

-¿Mal?.- entrecerro sus ojos.

-No claro que no, diferente pero mal nunca.- dije sonriendo, el me dio una sonrisa perfecta mostrando sus dientes, tomó mi mano y ato su pañuelo al rededor de mi muñeca, ahkra era como una pulsera para mi, supuse.

-Ahora se que mañana iras, tendrás que llevármela, me aseguro que te volveré a ver.

-Solo es un día Robin.- el acarició mi mano hasta llegar al final de ella y la soltó.

-Si, solo un día.- bajo la mirada, algo raro pasaba.

-¿Estas bien?.- pregunte.

-Solo es un mal presentimiento, la idea de que ni vayas.

-Tranquilo, mañana estaremos sentados viendo la masacre de tejas juntos y eso no lo cambiará nadie ¿okay? así que deja de preocuparte.- estire mi dedo meñique para hacer una promesa, el extendió el suyo.

-Te olvidaste de algo.- entrelazados nuestros meñique.- los dulces, los llevaré yo así que no te preocupes por si tienes que llevar algo.- sonreí.

-Gracias, por esto y por todo.- Robin negó.

-Gracias a ti por estar aquí, hasta ahora lo mejor de mi vida es conocerte.- sentí la sangre llegar a mis mejillas, sonreí como tonta y baje la mirada tratando de ocultar mi cara.- tu sonrisa es muy linda, nunca dejes de sonreír ¿okey?.- mi mire y asentí con la cabeza.

-Jamás.- realmente quería abrazarlo, había ocultado mis emociones por mucho rato, un abrazo no podía y no lo hice, lo abrace como pude, sentí sus brazos rodear mi espalda, seguramente fue menos de un minuto en el que estuvimos así, para mi el tiempo pasó tan lento que no quería que terminará, la tarde llegaba y era tiempo de despedirce, nos separamos.

-Bye Sam.- se despidió.

-Bye Robin.- acomode mi mochila y camine al lado contrario.

-¡Por cierto ese es mi pañuelo favorito así que cuidalo!.- grto debido a la distancia que había.

-¡Lo haré!.- respondí, volvimos a caminar al lado contrario, en cuando imagine que nadie veía, corrí a casa como si fuera el fin de el mundo, la estúpida sonrisa que se dibujo en mi boca nadie me la quitaba, estaba tan emocionada.

Se que para Robin somo soy una amiga pero la idea de salir con el me creaban tanta emociones que jamás había sentido, llegué a casa y abrí, lo había nadie, mamá estaba trabajando y seguro Shean seguía en su examen, corrí a mi habitación y la cerré, me lance a la cama y gite en la almohada sacando todo lo que había guardado, puse mi música favorita y comencé a cantar, toda la casa estaba llena de sonidos fuertes, seguro de mi cantar ya que la música no sonaba lo suficiente fuerte.

Tenía que contarle a Finney así que rápidamente lo llamé.

-Hola, habla Gwen ¿con quién decea hablar?.- la cálida voz de Gwen habló aunque también una voz se escuchaba en el fondo.

-Hola Gwen, soy Sam ¿esta Finney?.

-Si el esta... escuchalo tu misma.- escuche su risa.

-¡Gwen ayúdame! no sé si está o esta, tengo que darle una buena impresión a Donna.- solté una carcajada, oí como Gwen saba el teléfono a Finney.- hola Sam.

-Hola Finney, ¿problemas con tu ropa?.- sonreí.

-¿Por qué es tan difícil que los hombres se vean bien?.- pregunto.

-Yo que se, ¿entonces si saldrás con Donna?.- el soltó un grito femenino, dude si sería de Gwen peri hasta Gwen lo hace mas grave que Finney.

-Si, si y si, estoy muy emocionado.

-Pues somos dos.- Finney soltó un ¿eh? de su boca.- mañana iré con Robin a él autocinema.- albos soltamos un grito super chillón.

-Lo sabía, por eso no quería invitarte tonta, él lo haría.- abrí mis ojos sorpendida.

-¿Lo sabias? aaaah meitroso.- golpe el teléfono como si de Finney se tratara.

-De nada, realmente no me confesó que le gustaras pero eso es mas que seguro.- solté el teléfono, tome una almohada y girte de nuevo tratando de que ni se escuchara mucho.-¿Sam? ¿Samantha sigues allí? ¿estás viva? ¡GWEN MATE A SAM!.- tomé el télefono.

-No no sigo viva son suerte, ¿crees eso?.- me acosté completamente en la cama.

-Claro que si y ahora que te invito a él autocinema lo confirmó.- suspiré enamorada, lo admito, Robin me causaba muchas emociones desde que lo conocí y ninguna fue negativa, escuché comí abrían la puerta, Shean había llegado

-Finn tengo que irme, suerte con encontrar la ropa correcta aunque tratándose de Donna no le importara.

-Gracias Sam, suerte con Robin.- apreté el puño de la emoción, vi el pañuelo al rededor de mi muñeca y sonreí de nuevo como boba.

Colgue el teléfono y baje para recibir a mi hermano. Solo un día y lo vería, estaría con él, Con Robin ♡.

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Un día...

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Recuerden seguir atentos a cualquier anuncio sobre esta historia, este capítulo fue un poco más largo y probablemente un par más sean así ya que será tipo "maratón".

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