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OO6 » Negación

Jeongin estaba recostado en su cama sin mucho que hacer, Changbin salió hace unos minutos para ayudar a un amigo, ¿A que? No le dijo mucho, solo dijo que volvería dentro de una hora, y que traería la cena. La verdad Jeongin no conoce mucho a los amigos de su novio y eso le incomodaba, ¿Qué pasaría si uno de ellos siente algo por Bin y el no le dice que tiene novio? Pero estaba mal pensar eso, porque diría que no le tiene confianza o ¿son celos? Muchas preguntas y pocas respuestas.

El pequeño Yang, estaba aburrido y no tenía nada que hacer. Después de unos segundos vagando por su mente algo hizo "clic", hace un tiempo se compró una faldita de tablones blanca para un contenido que sólo hizo una vez, y unas cintitas negras para ponerlas en sus muslitos. A Bin le encantaría y más si tenían las mordidas de ayer, poco a poco iba conociendo más a su pareja en sus fantasías. También utilizaría un juguetito que tenía y le mandaría una foto junto con un video, obviamente sin mostrar su preciado rostro, por seguridad y por el mismísimo Changbin que le había dicho que si alguna vez le queria mandar un video que no mostrara su rostro, ya que podría perder su celular o otras cosas y eso no se lo podría perdonar jamás en su vida.

Yang puso en marcha su plan, sin saber qué Changbin lo tomaría probablemente mal tras su mal humor que le dejó Minho en esa reunión en el departamento de HyunJin.

[♠️]

Bin iba de camino al departamento de su novio, llevaba la cena y llevaba un humor que ni él se aguantaba. ¿Quién era Minho para decir semejantes cosas de su novio? No le dijo lo que le quería decir, porque sabe que ambas personalidades chocan y metafóricamente podrían formar una segunda guerra entre las coreas.

Estaba tranquilo en el taxi que pidió hasta que su celular sonó, miró y era un mensaje de su novio. Su cara pasó de una neutra a una aún más neutra, Jeongin tenía el descaro de mandarle una linda fotito de su lindo y ardiente cuerpo, también para rematar un video que vio con volumen bajo para que el chófer no se enterase. Así pasó su mano por su barbilla junto con morder su labio, mientras pensaba qué hacer junto a Jeongin.

Pobre Jeongin, tuvo que preguntar donde se encontraba su novio antes de mandarle esa foto.

Changbin podría decirse que era un amante de lo oscuro, de hacer ejercicio para mantener su salud y su cuerpo como él lo desea, consentía mucho a su madre, hermana, novio, incluso al gato de la vecina, tampoco olvidemos que es alguien trabajador, responsable y que se mantiene siempre al positivo. Pero en ese momento, no sabe porqué estaba tan irritable que ni él se aguantaba, tal vez le dolió que le dijera eso su amigo o la mismísima frustración sexual –Aunque eso sea algo poco probable.–

Yang esperaba reacción alguna de Bin, pero nada. Hasta que la puerta sonó, algo nervioso miró por la puerta, y era Changbin. Manteniéndose serio que incluso le recorrió un frío por su cuerpo. Trago antes de abrir, sonriendo y no demostrando temor alguno, no lo negará, por dentro estaba como un chihuahua temblando.

—Supongo que no te saltaste ninguna comida —preguntó sin más.

Adentrándose al departamento ignorando la vestimenta de su pequeño novio, cosa que no hizo del todo bien. Allí estaba su sudadera color crema que estaba buscando hace un tiempo, el menor tenía la falda de tablones blanca y unos listoncitos negros en sus muslos que por cierto aún tenían las marcas de ayer en la noche.

—Si.

—Wao, ¿Tienes el descaro de mentirme en la cara Yang? —sonrió irónicamente dejando en el mesón lo que trajo para cenar —. Si sigues así deberé de verdad llevarte al puto Gimnasio, crees que es bonito saltarse la comida, anoche tampoco cenaste... —regaño al ver la cocina como la dejó anoche.

—Pero...

—¿Pero qué? —Se acercó dejando su rostro a solo centímetros del menor.

—Si estuvieras de verdad preocupado de mi no irías con tu amigo y me dejarías acá por ir con él —soltó enojado.

—Yang... créeme, no deberías de estar celoso de la persona que piensas.

Changbin se acercó al ahora rubio, pero este se alejó sin intención de recibir algo de su novio. Bin mordió su labio, ¿Ahora Jeongin se hacía el difícil? Negó para llevar su mano al cuello del menor para atraerlo a él y besarlo. Este se negaba y no permitía que la lengua contraria se adentrará más allá de su cavidad bucal. Seo un poco bruto tomó del cabello rubio del menor tirándolo para sacarle un quejido y logrando tener su cometido, así empezó a llevar el control de esa batalla sin soltar aún el cabello del menor. Jeongin estaba enojado por sentir el sabor amargo de la cerveza que había consumido Changbin hace unos minutos atrás, pero a la vez no ya que se le hacía adictivo, de un tiempo a otro se encontraba en su habitación, ni sabe en qué momento llegó allí.

—Dejémonos de juegos —empujó al menor a la cama sacándose la playera —. Dime el motivo de este vestuario —se acomodo con sus rodillas en la cama para ver al menor.

Jeongin giró su rostro sin responder absolutamente nada, escuchando una leve risita del mayor. Su rostro fue tomado por sus mejillas volteando para mirar los ojos oscuros de su novio.

—¿No hablaras? Uhm, deberé buscar una manera para hacer que lo hagas —sonrió ladino.

Jeongin jadeo al sentir la mano fría del pelinegro pasar por sus piernas, siguiendo el camino por debajo de su falda para tomar el término de su ropa interior para sacarla, dejando su miembro libre de esa tela molesta, apretandolo y masturbandolo. El menor se movía tratando de parar al mayor pero le era imposible, así que asedio hablar.

—Q- queria... tu aah~ atención, pero no sabía que estabas de mal humor —mordió su labio callando sus vergonzosos gemidos.

El mayor asintió deteniéndose al momento donde la espalda del menor formaba un perfecto arco, recibiendo un quejido y unas cuantas groserías por el rubio tras sentir su orgasmo pero a la vez no. Yang llevó sus manos a la terminación de la falda para arrugarla haciendo que sus manos se formarán puños y juntaba sus piernas tratando de hallar un roce con algo que lo ayudará a tener su esperado orgasmo.

—¿Así que necesitabas atención? —quito las manos de Jeongin de la falda y las llevó sobre la cabeza —. Uhm, haremos algo donde recibirás toda mi atención... Siéntate sobre tus rodillas y ábrelas un poco —ordenó soltando al menor.

Así como lo pidió el mayor lo hizo, esperando recibir otra orden de su pareja. Changbin se encontraba de pie al frente de Jeongin, así se acercó para remangar un poco la falda y dejar a su vista el rojizo miembro del menor.

—Te masturbadas pero te vas a detener cuando yo lo diga... Necesitabas atención, allí está tu atención —explicó a unos centímetros del rostro de su novio —. Empieza.

Jeongin empezó a atenderse, Changbin no especifico que no o que si debía hacer, por lo tal empezó con un movimiento rápido de arriba hacia abajo. Bajo su mirada al no querer unir la suya con la de Bin por la cual la sentía bastante intimidante en esos casos, trayendo los recuerdos de su primera vez que tuvo las clases particulares con Bin, un niño de catorce años con miedo de preguntarle algo al chico de dieciocho años. Saliendo de sus pensamientos tiró su cuerpo un poco para atrás cuando su orgasmo se acercaba pero la voz de su hyung se lo impidió.

—Detente ¿Por qué mierda eres jodidamente caliente Jeongin? —gruñó acercándose al menor para sacarle la sudadera, tirándola algún lado de la habitación y recostarlo nuevamente, subiendo las manos de él sobre su cabeza para atacar sus labios rositas.

Pasando de un treinta por ciento de autocontrol de Seo Changbin desde que empezó a salir junto a Jeongin, ahora lo que existía era seguramente un cero cero coma un por ciento de autocontrol. Jeongin trataba de seguir el beso lascivo que Changbin había iniciado pero le era sumamente imposible así que lo único que hacía era rozar su entrepierna con la pierna del pelinegro, como si de un maldito perro en celo se tratase.

Changbin llevó su mano desocupada a su lado donde había colocado un pug que tenía de decoración un diamante rosita mientras que Jeongin se estaba masturbando, así con cuidado lo fue adentrando en la entrada del menor que no sabía que ocurría por la urgencia de correrse desde hace un buen rato, tras mucho restregar su entrepierna al fin puro correrse a chorros manchando el estómago desnudo de su pareja y la falda, ahogando un gemido en su garganta por el beso que no podía romper. Al separarse del beso Jeongin estaba bastante jadeante por la falta de aire, así sintió algo en su trasero que entraba y salía acordé respiraba. Lo iba a aceptar, después de todo ser repimido era algo nuevo en su lista

—No creas que hemos terminado, esto solo es el inicio mi pequeño zorrito. 

[...]

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