O28 » Noche inolvidable
Yang creía que el mayor lo iba a bajar pero no fue así, aún lo tenía sujetado por los muslos sin intención de bajarlo, solo se dedicaba a besar su cuello sabiendo que ese lugar era una zona bastante placentera para él.
—Bin —llamó entre jadeos recuperándose de su orgasmo.
—No… se que es un castigo por no dejarte hacer lo que quieres —resoplo mordiendo el pálido cuello del menor.
Jeongin negó, o tal vez sí lo era, pero no era un castigo como tal, si lo fuera, sus manos no estarían libres y quién sabe si hubiera hecho algo más.
—Me está empezando a doler la espalda.
Bin entre pequeñas protestas bajo al menor de la pared, observando cómo la playera era retirada para caer en cualquier parte del suelo de la oficina junto a los pantalones holgados que portaba, quedando solamente en ropa interior que se la acomodo. Por lo ocurrido había olvidado que tenía dichas cosas en sus sensibles pezones, si no hubiese sido por la mano escurridiza del menor pasaría desaparecido.
—Me gusta como te quedan, más con la cadena —sonrió acariciando el accesorio para bajar al pectoral del mayor, rozando con los dedos el pezón para apretar un poco más la pinza que hizo a Changbin gemir —. Estás siendo así, ¿para que te deje follarme?¿No?
Changbin desvío la mirada, solo seis semanas donde no se tocó y estaba más que necesitado que gato en agosto. No estaba en condiciones de responder, hasta que Jeongin volvió a apretar su pezón solo que más fuerte.
—Por favor… solo una vez amor —coloco sus manos en la cintura de Jeongin, no estaba soportando.
El menor llevó sus manos a los hombros del mayor acariciando hasta los fuertes brazos, pensando una forma en cuál no dejárselo tan fácil a Changbin.
—Bien, lo harás… pero si me llegó a correr antes que tú podrás follarme las veces que quieras y si no, es todo por hoy —vio como una sonrisa de victoria aparecía en el rostro del mayor —. Pero, no podrás tocar nada, ni mucho menos adelante, no seas tramposo.
Yang sacó las manos de Bin de su cintura para caminar al escritorio con propósito de sentarse sobre él, sacando a su paso la ropa interior bajo la atenta mirada de Seo que repetía lo mismo con los pantalones caminando hacia el. Jeongin llevó un par de dedos a su boca donde empezó a lamer los de una forma bastante lasciva para Changbin, que se iba a acercar pero el pie de Jeongin se lo impidió.
—Quiero prepararme yo solito —sonrió viendo cómo Bin mordía su labio.
Llevó los dedos lubricados a su entrada donde penetró con un solo dígito que lo hizo callar un gemido, tomó el lubricante para lubricar un poco esa zona y le fuera más fácil adentrarse un segundo o tercer dígito. Así fue hasta unos segundos, Changbin estaba ansioso sentado en la silla mirando cómo su novio se atendía solo, gimiendo con el propósito de que se excite aún más rápido y se corra antes.
—Ya es suficiente, lo estás haciendo a propósito —gruñó tomando la muñeca de Yang la cual estaba atendiendo dicha zona.
Una sonrisa ladina se vio en el rostro del menor.
—Bien, soy todo tuyo —se bajó del escritorio para recostar su pecho en la madera de este y dejar su culo alzado para moverlo incitando a Bin a que lo introduzca de una vez.
Las manos de Jeongin tomó cada nalga para dejar expuesto su anillo de músculos, dejando su mejilla apoyada en la fría madera. Un azote llegó a parar en su trasero, resonando por la oficina junto a un gemido que trató de que no saliera pero se sintió bastante exquisito.
Changbin la mayoría de veces no solía correrse una vez que entraba en Yang, ya que tenía su respectiva resistencia, pero una vez que lo hizo sintió la necesidad de hacerlo, solo que no podía si no quería que Jeongin retirara lo dicho. La estrechez del pelinegro lo golpeó de una forma que lo hizo morder fuerte la espalda del chico que estaba debajo de él, gimiendo y jadeando tratando de callar sus gemidos. Las penetraciones que daba eran lentas pero profundas logrando producir por el choque de sus cuerpos un chasquido que no aportaba del todo.
El pelinegro menor llevó sus brazos a su rostro mordiendo tras las ahora fuertes y rápidas penetración que le estaba dando Changbin, las manos de este estaban sujetando con fuerza de su cintura golpeando el punto perfecto para hacerlo gritar. Bin se percató de lo que hacía el menor por lo cual lo tomó por el cabello para pegar la espalda de este en su pecho, sacándole un gemido al sentir como rozaba sus pezones.
[♠️]
De sus bocas escurría el agua cuál Changbin dejó en su boca para besar a Jeongin quien le había dado sed tras estar en la oficina encerrados y que el calor corporal se adueñara de esa habitación. El cuerpo de Jeongin estaba todo marcado por las manos o por la boca de Changbin, y la espalda junto al pecho de Changbin no se quedaban atrás. Ambos estando en la cocina con sus cuerpos con sudor o la propia agua bajando por el cuello y pecho de Jeongin que había caído casi acostado en la isla de la cocina con una pierna sobre esta y la otra en el piso, siendo follado una y otra vez sobre esta que en alguna parte había dejado las pinzas.
Changbin había logrado que Jeongin se corriera antes que él, después lo siguió corriéndose dentro de este solo a los segundos. Habían pasado de las nueve de la noche que empezó por un juego hasta las dos de la madrugada con una follada del año.
—¡Mierda Bin! —grito al correrse otra vez en la noche, por quinta vez.
El suelo junto a la isla habían sido manchadas por la esencia de Jeongin, Changbin al sentir como las paredes se ajustaban se corrió dentro del menor que al sacar su pene de allí se vio cómo el semen caía.
[...]
Aquí escribiendo pudo sexo porque a la autora se le ocurrió meter relleno en 12 capitulos donde nuestros protas ni se tocan wn
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