ㅤׁ✧ 𓂃 08
Felix estaba emocionado, era sábado, mediodía, y, aunque el cumpleaños del niño había sido hace unos tres días, lo celebrarían ese día. Estaba feliz de presenciar como Jeongin cumplía otro año más de vida.
-Felix, deja de saltar, tranquilizate, el pastel ya va a llegar.- escuchó como el mayor le reprendía y, dejando de hacer lo que se le pedía, le miró.
-Pero hyung, se están tardando mucho.- se acostó sobre el sofá y puso su cabeza en las piernas de Hyunjin, quién estaba sentado sobre la suave superficie.
-Parece que es tu fiesta.- rió y acarició los cabellos del menor.- son gente de confianza, mi familia y yo somos clientes desde que tengo memoria, así que, por favor, quédate tranquilo que nada malo pasará.
-Ya sé.- hizo un puchero al mismo tiempo que empezaba a jugar con una de las manos del pelirrojo.- vendrán sus padres, ¿No?
-Hmm.- asintió.- y mi hermano mayor, con su esposa y mis sobrinos. Y los abuelos de Jeongin.- terminó nombrando a los padres de la que alguna vez fue su novia.
-Ah, ¿Y Jisung hyung, Bangchan hyung y Minho hyung?- preguntó por los amigos del alto.
-Creí que era obvio.- le sonrió, siendo correspondido.
-Jeongin no ha despertado,- cambió de tema.- debe estar cansado, no debimos quedarnos hasta tarde viendo películas.- le reprochó.
-¡Pero fue tu idea!- exclamó con sus ojos bien abiertos.
-¡Tú eres el mayor! Debiste haberte negado.- separó y dobló los dedos de Hyunjin, aún jugando con su mano.
-¿Cómo te voy a negar algo a ti? Dime.- hizo una pausa, relamiéndose los labios.- a ti y a mi hijo, claro.- sonrió. Felix colocó sus manos a cada lado de la cara del mayor y, acercándolo a su rostro, dejó un beso en la nariz contraria.
-Hyung, no debería malcriarnos tanto.- sus pulgares pasó, suavemente, por las mejillas del contrario, las cuales, al igual que las propias, se encontraban con un leve carmesí tiñéndolas.
-Me es imposible, lo siento, pequeño.- sonrió por indefinida vez en ese día. Quitó de su regazo, cuidadosamente, la cabeza del menor cuando escuchó el timbre, levantándose del sofá.- te dije que eran de confianza.- abrió la puerta.- ¡Oh! ¡Mamá! Les dije que vinieran más tarde.- cuando Felix escuchó "mamá", casi se cae al suelo al intentar pararse, rápida y bruscamente, de este.
-Oh vamos, si venimos temprano es porque queremos pasar más tiempo con nuestro hijo y nieto.- habló esta vez el padre del mayor, el peligris sintió su corazón acelerarse.
«Voy a conocer a los padres de hyung»
Tragó saliva ante el hecho que estaba a punto de suceder. ¿Estaba nervioso? Claro que lo estaba, ¿Quién no lo estaría al conocer a los padres de la persona que te gusta? Nadie, nadie no estaría nervioso.
-Pasen.- vió como el pelirrojo se hacía a un lado de la puerta para dejar pasar a sus progenitores, salió de sus pensamientos, atento, exageradamente, a todo.
-Hola, lindo... ¿Quién eres?- sus mejillas se colorearon al escuchar a la señora, la cual sonreía en su dirección y, al igual que su esposo, esperando una respuesta.
-Oh, bueno, yo soy Felix, el niñero de Jeongin.- hizo una reverencia y les sonrió.
-¡Felix-ah! ¡Nuestro Hyunjin siempre nos habla muy bien de ti!- el color en sus mejillas se intensificó y su sonrisa se expandió.
-¿En serio?- preguntó mirando en dirección al pelirrojo, quién caminó hasta estar a su lado y pasar uno de sus brazos por sus hombros, abrazándolo.
-Claro, siempre les digo que eres el mejor niñero que pude haber contratado nunca.- sonrió cerrando sus pequeños ojos.
-Gracias, hyung.- pasó sus brazos por la cintura del alto, abrazándole.
-Bueno.- la única mujer en la habitación llamó la atención.- ¿Dónde está mi nieto?- batió sus pestañas, haciendo sonreír a Felix, la señora Song era realmente muy jovial.
-Está en su habitación, yo puedo ir a buscarlo.- dijo separándose de Hyunjin y caminó hacia la habitación de Jeongin. Entró con cuidado a la habitación, viendo al niño dormir boca abajo.
-Jeongin, mi amor, despierta.- se sentó a un lado de la cama y acarició la espalda del niño.- mi amor, despierta.- el pelinegro simplemente se acomodó en la cama y, como él no estaba dispuesto a hacer esperar a los padres de su hyung, lo cargó aún dormido, al instante el más pequeño acomodándose en su hombro, razón por la cual sonrió. Salió de la habitación y se encaminó a la salan, donde los mayores, sentados en los sofás, se encontraban. Se sentó al lado del pelirrojo.
-¿Aún no despertaba?- preguntó el señor y él peligris asintió.
-Ah, no, anoche tuvimos una especie de maratón de películas, así que debe estar un poco cansado, durmió una hora después de su hora habitual.- dijo Hyunjin, sobando su espalda.
-Yo... ¿Puedo cargarlo?- habló la, igual que el niño en sus brazos, pelinegra.
-Oh, claro, claro, no hace falta preguntar, es su nieto después de todo.- se paró y dió unos pasos hasta estar a un lado del sillón donde la mayor estaba sentada, con cuidado dejando a Jeongin en los brazos de esta.
Habían pasado una o dos horas cuando los -realmente- pocos invitados a esa reunión hubieron llegado, Jeongin jugaba con los únicos dos infantes aparte de él, el trío realmente metidos en su juego.
Mientras, los adultos, como en todas las fiestas, charlaban y bromeaban. Felix se abrazaba a Hyunjin, su brazo izquierdo tras la espalda del mayor y su cabeza, reposaba en el hombro de este. Al principio todo había sido incómodo, sobre todo, por alguna razón, con los cuatro abuelos del cumpleañero, aún así, por suerte, todos habían tomado confianza con el pasar de los minutos.
-Entonces, Felix, ¿Cuánto tiempo llevas siendo el niñero de Jeongin?- preguntó el hermano del pelirrojo.
-Ah.- pausó su hablar, contando mentalmente.- ¿Siete meses? ¿Ocho?- cuestionó y alzó su cabeza, mirando al alto esperando una respuesta.
-Mmm... Ocho meses, si.- afirmó.
-Bueno... Deberíamos servir algunos bocados, ¿No? Hyunjin acompáñame.- alzó la voz la madre del nombrado, sonriendo.
-¿Eh? Oh, está bien.- el peligris alejó su cabeza del cuerpo ajeno para que pudiera pararse sin problemas.
Madre e hijo se dirigieron a la cocina.
-Hyunjin, hijo- le llamó en voz baja y Hyunjin volteó a verla, indicando que le hacía caso.- tú sabes que yo me estoy haciendo vieja, ¿No? También que estos, definitivamente, no son mis tiempos, ¿Verdad?
-¿Qué? ¿De qué hablas?
-Igualmente, sabes que eres adulto, sabes lo que haces e incluso me has dado un nieto que amo mucho. De igual forma, tu sabes a quién quieres amar y a quién quieres en tu vida, ¿No? Sabes que tampoco te debe importar lo que yo o tu padre digamos con respecto a eso, ¿Cierto? Que no importa a quien ames porque nosotros de todas formas te vamos a querer y a amar, ¿Verdad?
-Mamá, ¿Pasa algo?- preguntó, de repente los nervios recorriéndole las venas.
-Hijo, Felix y tú, ¿Son pareja?- cuestionó, haciendo al menor toser, poniéndose rojo.- ¡Ah! ¡toma, toma!- la mujer, con toda la rapidez que pudo, sirvió un vaso de agua para su hijo.
Un par de minutos pasaron.
-¿De dónde sacaste eso?
-¡Ya! ¡Eres mi hijo! ¿Crees que no te conozco? ¡Estás enamorado de ese chico y es imposible que me lo ocultes!- las mejillas del menor le hicieron competencia a su cabello, suspiró.
-Yo... Él... él si me gusta pero, solo es amor no correspondido.- el lo que las palabras terminaron de salir de sus abultados labios, escuchó la risa de su madre.
-¡Ah! ¡Hijo! ¡Eres tan gracioso!- la mayor aireó su cara con sus manos, aún riendo a carcajadas.- ¡Ay! Hijo mío, ese muchacho está tan o más enamorado que tú, sus ojos brillan cuando te ven.- la mujer, con la respiración agitada, señaló sus ojos, con una sonrisa.
-Gracias, mamá, por apoyarme a pesar de no estar acostumbrada a esto, te quiero.- la abrazó y, como si de un niño se tratase, su rostro ocultó en la unión del cuello y hombros de su madre.- desearía que los padres de Felix hubiesen reaccionado como tú.- y su madre no necesitó preguntar para saber a qué se refería.
Mañana igual habrá actualización.
©ddalgies
Gracias por leer.
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