El aire estaba bastante helado, golpeaba fuertemente el cabello de Zhan, la vista era realmente linda.

Cuando su mamá vivía, a ambos le encantaba subir a la parte más alta de la azotea y mirar los brillantes edificios acompañado a las lunas y a sus amigas las estrellas.

—Xiao~— un susurro se escuchó después de cerrón de puerta.
Haciendo que Zhan volteara.

—¿Te gusta la vista?— sonrío al verlo acercarse a el .

—Uhmm— soltó un sonido de aprobación— es realmente linda...— realmente no miraba los edificios, ni la Luna, y mucho menos a las estrellas, su vista estaba dirigida hacia el más joven.

—¿Por qué te fuiste?— pregunto sin mirarlo a la cara.

—Petiones de mi familia— se cruzó de brazos logrando darse calor el mismo— Fue por YuChen... Que le metió una idea loca a mi madre.

—¿Por qué estás de vuelta?—

—¿No te agrada verme? — frunció su ceño confundido.

—¿Por qué estás de vuelta? — volvió a repetir la misma pregunta mirando sus tiernos ojos.

— Solo quería volver — trato de sacar su lado más sarcástico.

—Wang Yibo—

—Queria volver a estar contigo, ¿Querías escuchar eso? — bajo sus brazos de manera rápida.

— Wang Yibo— parpadio varias veces, como si no hubiera escuchado al más bajo— Me iré del hospital.

—¿Que? — se sintió tan traicionado en ese preciso momento.

—No quiero perder mi trabajo— prosiguió— Pedí mi renuncia... Hace unas semanas, mañana ~

—¿Me dejaras?

— Llegara mi reemplazo, lo siento— metió sus manos en sus bolsillos.

—Que tarado.. — no sabía la razón por la culpa tenía un maldito nudo en la garganta, y un fuerte dolor de estómago— Lárgate, no quiero volver a verte.

—Wang Yibo— trato de calmarlo — no pasó nada entre nosotros, ¿Estás conciente de eso? — levantó sus cejas— solo fui amable.

— ¿Que tratas de decir?— volvió a ser ese chico arrogante que había conocido el primer día— ¿Estás insinuando que me enamore de ti..?

—Lo aseguro— soltó un gran suspiro.

—Eres un hijo de Mier...—

El más joven se acercó a Yibo atrayendolo a su cuerpo por medio del cuello, interrumpiendo por completo su maldición, haciendo que sus labios rozaran contra el más bajo.

Sentía un gran nudo en la garganta como en su estómago, así era para ambos, dejando que el aire golpease el cabello de cada uno.