Días de bastante frío hacían el trabajo más pesado para aquellas personas que no les gustaba ir a su trabajo, y más en esos días dónde no quieres salir de tu cama o al menos de tu casa.

—¿Tomaste un resfriado?— preguntaba HaiKuan mientras miraba a los pacientes tomar su almuerzo tranquilamente.

—¿Un resfrío?, Espero que no sea nada grave ni dudadero— froto sus manos por algo de calor

— ¿No quieres tomar un descanso?—lo miro, inmediatamente recibió una señal de negación.

—Estoy bien, iré a ver a Wang Yibo— camino rumbo a la mesa del chico, el cual estaba con una chica llamada Joy.

—¿Todo bien?— miro sonriendo a ambos.

—¡Hola Doctor Xiao! —sonrio dulcemente Joy.

— Hola Zhan...— sonrío de igual manera el chico— Tu nariz parece roja.

— ¿Que? — tocó su nariz — ¿Encerio?

—No— sonrío divertido— sería bueno verlo así.

Terminando el almuerzo y de pasar tiempo con el pequeño Yibo, decidió tomar un reposo en su oficina o tal vez en la enfermería, sin duda en una camilla sería una idea.

—¡Hola Lu! — sonrío un Yibo alegre.

—Hola Wang— sonrío— ¿Sucede algo?

—¿Y... Xiao? — miro por detrás de ella buscando al chico.

—Enfermeria— sonrío señalando el lugar para llegar a la enfermería, a lo cual solo sonrío agradecido y camino feliz a enfermería.

Entro sigilosamente y lo busco con la mirada, ahí se encontraba el, recostado sobre la camilla, con los ojos cerrados, sus labios húmedos u poco abiertos, se acercó un poco con una sonrisa, tierno, así era la palabra que podría definir a Xiao según el punto de vista de Yibo

—¿Cómo puedes ser aveces un idiota? — rio levemente Wang

Sus rasgos eran lo más peculiar de Zhan, según Yibo era algo que era lindo en el, comenzó a mirarlo con más detalle mientras acercaba su rostro a el lentamente admirando sus rasgos.

Un beso.

Un beso podría ser perfecto en aquel momento, si no fuera por el gruñido que había sacado el pequeño Xiao.

Solo llevando el beso a la frente, mientras lo miraba dormir, ¿Acaso... Se estaba enamorando de su doctor?.