𝟬𝟭. 𝗯𝘂𝘁𝘁𝗲𝗿𝗳𝗹𝘆
‘ Todo esta bien en el jardín, pues las
mariposas siempre pasan por aquí ’
EL POLEN DEL JARDÍN PICABA EN SU NARIZ DE UNA MANERA DELICADA Y ENCANTADORA, tal como lo era la dueña y cuidadora de esa parte del palacio, la princesa Samath de Secramise. Lyenna miró en el extenso y colorido panorama y busco la cabellera roja y brillante de su mejor amiga.
— ¡Samath! — llamó al no tener éxito éxito su búsqueda inicial — ¡Samath!
La azabache miro a todos lados con apuro mientras sus pies se movían veloces, pues no quería dejar ningún lugar sin examinar.
— Tranquila Lye, no es necesario gritar — la dulce voz del rubí más brillante del imperio se hizo presente. La joven de ojos perla se inclino a mirar con detalle a sus flores — Asustas a las begonias.
— Lo lamento mucho, pero en mi defensa tengo una buena razón — justifico la azabache de inmediato antes de tomar las manos de su amiga entre las suyas — La campaña del emperador a sido un éxito y el a regresado a casa sano y salvo.
— Padre a regresado — murmuró la menor como si no se lo creyera, antes de que su voz se llenara de alegría y sus ojos brillarán como estrellas — ¡Padre regreso, y seguramente a ganado la guerra!
— Eso no es todo — dijo feliz por la reacción de su amiga — El emperador a mandado a llamar a sus hijos. Debes ponerse tu vestido más hermoso de inmediato.
La pelirroja salto de alegría mientras en su mente sólo sonaba la idea de que su padre deseará verla, que deseará verlos a todos juntos. A su maravilloso hermano Babilo, al joven Kamal, el tímido Haveron y la perfecta Ariana.
— Lyenna, necesito tu ayuda — pidió de repente — No puedo presentarme ante el sol de nuestro imperio con las manos vacías.
La joven Di Leonne y la princesa pusieron manos a la obra en un tiempo récord mientras las mariposas del jardín privado de la princesa se colaban al palacio y posaban su belleza y bendición en los libros de fantasía del rubí mas hermoso de Arbezela.
Inalo con fuerza una última vez antes de mirar su canasta y entrar al salón del trono donde su padre tenía su merecida recepción tras la victoria.
— ¡Samath de Secramise, segunda princesa del imperio de Arbezela ha llegado!
Es tan hermosa como su madre.
Dicen que no sale del palacio por que padece de una rara enfermedad.
Tonterías, algunos comerciantes la han visto pasar por los barrios bajos de la ciudad, dicen que es una santa que ayuda a los menos afortunados.
¡Y con razón! Parece un ángel.
El rubí del imperio ingreso al salón ante la mirada curiosa de la sociedad. Una joya hermosa y frágil criada en la ignorancia y el olvido, encerrada en aquella caja de oro forrada con la más suave de las sedas y puesta en un estante, viviendo como un adorno más en aquel enorme palacio.
— Presentó mis respetos y felicitaciones al sol de nuestro imperio — la menor hizo una reverencia ante su padre mientras dejaba la canasta en el suelo y los nervios la estaban carcomiendo por dentro — Reze todos los días por tu regreso a casa sano y salvo, padre.
La mirada amatista del emperador se poso sobre su hija menor, aquella pequeña versión de Benela, más dulce y compasiva que su madre. Ariana apreto la mandíbula furiosa por la repentina aparición de la ojiperla y del como le estaba robando la atención de su padre y como los demás nobles en el salón del trono la algaban como algo misterioso y encantador cuando a ella solo la veían como una guapa chiquilla ambiciosa.
— Mi amada hija — el hombre llegó a hasta la menor y acuno su rostro entre sus manos. Los ojos de la chica brillaron de emoción al tener la atención de su padre — Sin duda alguna Astotellia me ha bendecido con las niñas más hermosas del mundo.
— Nos alagas padre — robandose la atención una vez más, Ariana se paro junto a su hermana menor pero sin ponerle una sola mano encima. Para la albina, Samath era una piedra en el zapato, pues no llegaba a ser una verdadera amenaza como Benela o Babilo, solo era Samath, la princesa que solo era recordada por obligación y mendigana por una muestra de amor.
— Te traje un regalo padre — animada por lo que considero un acto de aprecio y apoyo de parte de su amada hermana, la pelirroja levantó su canasta y la presentó ante el emperador — Esperó y sean de tu agrado.
"¿Flores? Que patético. Me pregunto en que gastará su dinero" pensó la mayor de las hermanas intentando disimular su burla.
— Samath a traído amapolas de su jardín, padre — el príncipe Babilo salto al rescate de su hermana cuando la vio tan nerviosa por tener la atención del emperador, olvidando su reciente coraje con Ariana — Las estuvo cuidando mucho durante toda tu campaña.
— Cuando partiste — comenzó la ojiperla mientras su padre tomaba la canasta entre sus manos — Fuiste a despedirte de mí a mi habitación, pero yo no estaba ahí, así que saliste al jardín a buscarme — sonrió con dulzura al recordar uno de los momentos más preciados de su vida, y tan bien uno de los pocos que pasó con su padre — Ese día, dijiste que mis amapolas eran tus favoritas en todo el palacio. Las cuide tanto por que pensé que si algo les pasaba, si algo te pasaba....
Ariana ardió en cólera cuando su padre tomó a esa pequeña alimaña roja entre sus brazos y la abrazo por un largo rato demostrando que realmente la amaba, no como a ella. Si bien el emperador se había emocionado por ver a su estrellita, el no pareció demostrar sentimiento alguno más que adoración y júbilo.
Y en ese preciso momento la albina pensó que su padre podría querer más a la alimaña roja que a ella. Y eso la enfureció.
Depues de todo, las mariposas del jardín siempre revolotean sobre la princesa roja, no sobre la estrellita del imperio.
Ya se, un asco
En fin, la saga se va actualizar en orden cronológico. La siguiente es Pacify Her pero aun no trae fecha de publicación ese cap, así que atentos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro