¡QUE LE CORTEN LA CABEZA!

La joven de labios en forma de corazón despertó con el pulso acelerado y un grito que se quedó atrapado en su garganta. ¿A quién le habrá pertenecido aquella fría y cruel voz? Estos últimos días había notado que sus sueños se habían convertido en bucles; estos parecían no tener fin. No le sorprendería saber que se encontraba soñando otra vez en ese preciso momento.

Estaba recostada en el pasto. Sacudió la cabeza, desorientada, y divisó a los alrededores por si hallaba a la persona que la había despertado. Al parecer se encontraba en un desolado lugar. Jamás le extrañó el hecho de que tuviera sueños tan vívidos al punto de ser capaz de tener pensamientos coherentes dentro de estos.

Una vez que se sintió con el ánimo suficiente para aventurarse en este nuevo escenario, se levantó con torpeza.

Sus extremidades se sentían entumecidas, como después de tomar una larga siesta. Se frotó los ojos con el dorso de la mano tan fuerte hasta que vio todo rojo. No tardó en darse cuenta de que se hallaba en medio de una densa neblina. El ambiente se estaba volviendo sofocante, tanto así que las mejillas le comenzaron a arder y una gota de sudor resbaló por su frente.

Avanzó entre la neblina buscando la forma de salir de ahí, pero no se asomaba ningún rayo del sol por ninguna parte. Buscó durante un largo minuto.

—¿Hola? —Al no hallar una respuesta inmediata, se sintió indignada y rápidamente perdió la paciencia—: ¡¿Dónde demonios estoy?! ¡¿Alguien puede decírmelo, maldita sea?!

Suspiró.

No era muy inteligente disgustarse de esa manera, después de todo, era solo otro sueño. A estas alturas ya debería estar acostumbrada.

Una vez había soñado con una batalla en el campo de Ajedrez: ella era sólo un peón al principio del juego, pero había logrado llegar hasta la octava casilla y se había convertido en la Reina Blanca. En otro sueño había visto a una niña perseguir a un conejo blanco con chaleco y un reloj de bolsillo, y luego vio a la niña meterse en una madriguera.

Había soñado con la espada Vorpal, el feroz Galimatazo, con gatos que sonreían y desaparecían (aunque, ciertamente, jamás había visto uno en Ajedrez), y una sonrisa sin gato. Había visto Reinas horneando pasteles, con su propio corazón dentro, y había visto reinas sin corazón horneando su propio pastel de no-cumpleaños.

Siguió pensando en todos los anteriores sueños que había tenido mientras giraba en círculos, una y otra vez, hasta casi marearse.

¿De qué trataría este en particular?

La curiosidad se extendió a cada fibra de su cuerpo y la llenó una sensación de jolgorio sin fin. Hundió sus pies desnudos en la tierra, fría y húmeda, sintiéndose libre cual golondrina. Aquí, en el país de sus sueños, era libre. No había reglas ni etiquetas que seguir al pie de la letra.

Elevó los brazos hacia el cielo mientras danzaba al compás de una melodía proveniente de su imaginación, donde nadie más que ella podía escucharla.

Quizá no podría recordar ni la mitad del sueño cuando despertaste así que... ¿qué caso tendría comportarse con la cordura que habituaba ostentar?

Avanzó por doquier dando brincos y desatando todo rastro de su porte regio y solemne. La niebla se fue dispersando poco a poco, permitiéndole observar algunas siluetas de arbustos.

Ella caminó hacia el misterioso paisaje hasta que por fin pudo ver con claridad.

Era un huerto de limones.

Había árboles tan grandes como una casa y otros que podrían caber en un macetero. Y había también limones, por supuesto, cientos de ellos. Tersos y amarillos, como girasoles. Su aroma ácido viajó por el aire hasta sentirlo en su paladar.

A medida que ella caminaba y se abría paso entre la baja niebla, arrastraba detrás las faldas de su voluminoso vestido blanco que no dejaba de engancharse con las ramitas al pasar.

Quizá en otras circunstancias habría cuidado de no arruinar o terminar con el vestido lleno de lodo, pero ahora tenía la mirada fija en un limón maduro. Estaba a punto de caer y colgaba del racimo de un limonero muy alto. Apresuró el paso y abrió sus manos para atraparlo, pero su vestido se enredó con una de las espinas de los arbustos y tropezó en el último segundo.

El limón se desprendió y aterrizó sobre su cabeza, rebotando y cayendo al suelo.

—Auch —se quejó mientras se sobaba y se agachó para recoger el limón.

Un ruido casi imperceptible la tomó por sorpresa.

Había alguien del otro lado del árbol. Eso era seguro. Entrecerró los ojos y se asomó por el lado derecho del árbol, pero no vio a nadie así que se asomó por el otro lado.

¿Acaso estaba jugando con ella? Empezó a perder la pizca de paciencia que tenía.

—¿Quién eres y qué es lo que quieres? —encaró con molestia y el corazón galopando dentro de su pecho.

El sonido de unos cascabeles hizo que se le cortara la respiración. Tan pronto como había asimilado lo que había oído, se asomó un apuesto rostro difuso.

Ella sujetó el limón contra su pecho mientras miraba a aquel muchacho con suspicacia. Creía reconocerlo, pero no sabía dónde ni cuándo lo había visto. Sus ojos eran del mismo color que los limones que colgaban del árbol. Una gruesa máscara de kohl delineaba el contorno de sus ojos. No parecía una persona corriente en lo absoluto. Pero desprendía un aura...familiar. La confusión llegó a ella junto con un aire de impotencia al notar la sonrisa burlona y torcida que se formó en los labios del extraño.

Ella se ruborizó, no estaba acostumbrada a que nadie se riera de ella.

—¿Qué es...?

¿Qué quería de ella? ¿Quién era el muchacho, para empezar?

Sabía su nombre, estaba segura de ello, pero no lograba recordarlo en ese momento. Además, había algo que la empujaba a seguirlo, como una fuerza invisible que la atraía hacia él.

Dio un paso adelante y estiró su mano para tocarlo, pero, para su sorpresa, él se alejó. Dio otro paso, otro intento por alcanzarlo, mas no lo consiguió. Daba un paso tras otro, y él se alejaba más y más, hasta que se perdió entre la niebla, mientras ella aún tenía la esperanza de recuperar aquello que estaba segura que él le había arrebatado.

Su corazón.

Nota de autor: Hellou, y perdón por la tardanza jeje. Aquí les traigo el primer capítulo de Heartstolen. 

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