
𝙊𝙣𝙚-𝙎𝙝𝙤𝙩: 𝘾𝙤𝙢𝙥𝙧𝙚𝙣𝙨𝙞𝙤𝙣
Benjamin Aaron Fairest.
Un nombre quizás no tan reconocible, pues no era famoso en realidad, ni pretendía serlo. A él le bastaba con una vida sencilla y tranquila, y por el momento su única aspiración era esa.
Una lástima que su tan simple objetivo no pudiera lograrse.
¿Por qué? Porque, aunque su nombre o aspecto no pudieran reconocerse de primeras, había algo que si destacaba de él: Su primer apellido.
Fairest.
Ese apellido, que indicaba que pertenecía a una de las familias más reconocidas y adineradas de la ciudad. Un padre que fue un cantante de éxito, una madre actriz y modelo, una vida aparentemente muy fácil.
Ese apellido, el cual ya había decidido todo su futuro por él, sin posibilidad de que pudiera negarse. Su propia opinión, sus aspiraciones e ideas, fueron todas mandadas al carajo solo por el hecho de nacer en esa familia.
Todo por culpa de ese maldito apellido, una estúpida palabra al final de su nombre, la cual había hecho que nunca pudiera vivir la vida que él quería.
Pero lo peor no era eso.
Lo peor era la "envidia" que todos tenían hacía él, ya que, por supuesto, nadie sospechaba que esa familia perfecta pudiera ocultar tan horribles secretos.
Secretos como esa forma de tratar a su hijo, obligarlo a hacer cosas que no quería, y si desobedecía... bueno, quizás tuviera que esconder un nuevo moretón o quemadura bajo su sudadera.
El chico estaba sumido en sus pensamientos, lamentándose hasta de su existir, hasta que notó cierto olor en el aire, seguido de unos pasos de tacón.
¿Era ese olor a perfume caro otra vez? Y también esos pasos... Solo podía ser su madre.
—«Mierda, me encontró»— pensó el niño, haciéndose una bola otra vez
—¿Hijo? ¿estás aquí?
Marylin, ella madre de Benji, dio un paso en la cocina. Estaba segura de haber oído al peliazul corriendo por ahí, escondiéndose.
—Ben, no es momento de jugar a las escondidas— la mujer rió un poco, una risa forzada y falsa— Grace ha venido a recogerte
—¡Benji, tenemos que hacer el proyecto de clase!— se escuchó una segunda voz, la de Grace, hablando animadamente— Solo tenemos dos horas... ¿puedes salir si estás aquí?
Oh, claro, Grace estaba allí. Eso explicaba por qué su madre estaba siendo tan "amable" con él.
—Oh, si, lo olvidé...— el peliazul salió de su escondite y se dirigió hacia ellas. Su madre tenía una sonrisa triunfal, mientras que la castaña solo corrió a abrazarlo, como siempre.
—¡Yay, estás aquí!— sonrió Grace, tomándolo de la mano y yendo hacia la salida— No hace falta que lleves nada, ya tengo todos los libros preparados en mi casa
Benji solo suspiró con pesadez.
—¡Diviértanse ustedes dos!— se despidió Marylin, saludando con la mano. La castaña correspondió el saludo, y el peliazul dijo un "adiós" desanimado.
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Ahora ambos se encontraban en la calle, caminando hacia la casa de Grace.
—Perdona, olvidé completamente el proyecto...—le dijo Benji a su amiga, y ella solo hizo un gesto de quitarle importancia
—¡No te preocupes! No creo que tardemos mucho... Tenemos la ayuda de alguien más— la chica se notó menos animada en estas últimas palabras
—Ah, es cierto, el trabajo era en grupos de tres— confirmó el chico— ¿Con quien más vamos a trabajar?
—Pico— dijo la chica con sequedad
Espera... ¿Había dicho Pico? ¿Pico, el graffitero pelirrojo que había en clase?
—¿A-Ah si, con él?— repitió Benji, tratando de reprimir su emoción
El chico conocía de sobra al pelirrojo. No había hablado tanto con él personalmente, pero igualmente era bastante popular, muchas chicas del instituto estaban locas por él...
Y no era de extrañar. Era bastante alto, buen deportista, agradable y guapo, muy guapo...
—Si, con él— dijo Grace con la misma sequedad— La profesora hizo los grupos, y nos puso a nosotros dos con él porque es un vándalo que no hace más que suspender. A ver si así mejora.
Tras estas palabras, ambos se detuvieron frente a la enorme vivienda de la chica. Habían llegado.
—Pico llega tarde, no me sorprende— ella abrió la puerta de entrada de la casa— Como sea, podemos ir empezando tú y yo
Terminó de abrir la puerta, echó un vistazo y... sorpresa.
Pico estaba allí, en la gran mesa del salón, dormido. Pero no apoyado en la mesa, sino literalmente tumbado sobre esta, durmiendo a pierna suelta.
—Pero que carajo...— dijo Grace, antes de soltar un atronador grito— ¡¡PICO!!
El grito fue tal que despertó al pelirrojo, haciendo también que cayera al suelo.
—Uhh... ¿estás bien?— le preguntó Benji tímidamente.
Pico asintió. Sin decir nada más, se levantó con normalidad y fue hacia ellos.
—Bueno, ¡pues ya estamos todos aquí!— les sonrió el más alto— ¿que vamos a hacer?
—Imagino que no has estudiado nada— suspiró la castaña. Ella era mucho más desagradable con Pico que con Benji— Agh, como sea, iré a por los libros. Benji, ¿me acompañas?
El peliazul estuvo a punto de decir que si, a pesar de que no le apetecía realmente, pero de repente Pico colocó el brazo sobre sus hombros.
—Y que tal si él se queda conmigo, ¿eh?—le dijo el pelirrojo a Grace— Así me explica de qué se supone que va el proyecto
La chica no parecía muy contenta con esa idea. Echó un vistazo a Benji, el cual ya no la miraba a ella, sino que le sonreía levemente al pelirrojo.
Su querido peliazul estaba cómodo, así que... ¿por qué no?
—Como quieras— ella suspiró de nuevo, y se giró hacia las escaleras, camino a su habitación— Enseguida vuelvo
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Ahora Benji y Pico se encontraban sentados en la mesa, uno al lado del otro, con un par de cuadernos que él segundo había traído.
—Así que tú eres el famoso Benjamin Fairest, ¿eh?— le preguntó Pico— Wow, eres tal y como te describen
—¿A que te refieres?— preguntó el peliazul
—Bueno, tus padres son famosos, como sabes. Y había oído que tenían un hijo de cabello azul, bajito, con un gorro, y...— el más alto dudó un poco antes de decir lo último— bastante mono
Benji se sonrojó un poco al oír eso, y lo acompañó de una sonrisa tímida.
—O-Oh, bueno... Gracias— dijo este al fin, y Pico volvió a sonreírle
Hubo un silencio, y el pelirrojo volvió a hablar.
—Me gusta tu gorro— señaló el chico— Tiene pines, está bonito. Siempre quise ponerle pines a mi mochila, pero estos acaban por caerse, jaja
Benji rio un poco también, con algo de vergüenza, lo cual fue notado por Pico.
—Hey, ¿por qué no hablas? No tengas vergüenza, hombre— el pelirrojo le dio un golpe amistoso en el brazo
—¡AGH!
El de cabello azul gimió de dolor por el no muy fuerte golpe
—¡Perdón! Perdón— se disculpó el pelirrojo— ¿Te di muy fuerte?
En realidad, no. El problema era que Benji ya tenía varios moretones ocultados por la manga de su sudadera, y era por eso que el suave golpe de Pico le había dolido más, al haber sido dado sobre los golpes previos.
—Emm... un poco— mintió Benji. Por supuesto, no podía admitir lo que ocultaba bajo su manga
—Mierda, lo siento— volvió a disculparse Pico, y lo tomó rápidamente del brazo— No te hice una herida ni nada, ¿no?
—¡No, no! ¡Claro que no!— el peliazul hizo con la mano un gesto de quitarle importancia, con un tono nervioso por ese tocamiento inesperado
Pico desconfió de esas palabras, así que levantó la manga del contrario para ver si había alguna marca, lo cual Benji trató de evitar... demasiado tarde
...
Y ahora esos moretones del brazo estaban a la vista.
Pico no dijo nada. Miró el brazo del peliazul en silencio, viendo que no era un moretón, sino que eran múltiples.
El silencio se prolongó unos segundos.
—...¿que es esto?— preguntó al fin el pelirrojo
—Yo, uhh... me caí, hace unos días— respondió Benji, mintiendo de nuevo— Por las escaleras del instituto, me caí y-
—No— Pico lo interrumpió con seriedad. Su mano comenzó a temblar, parecía enfadado— ¿Quien te hizo esto?
Silencio.
Benji dudó si debía contestar la verdad o reafirmar su mentira. Le parecía que podía confiar en Pico, y realmente quería decírselo a alguien, pero... ¿debía?
El peliazul solo se quedó en silencio, mirando a la mesa con una expresión vacía.
—Bien...— el pelirrojo tomó ese silencio como respuesta
Soltó el brazo del chico y, en su lugar, puso su mano encima de la de Benji.
—No contestes si no quieres— le dijo calmadamente— Solo... si necesitas ayuda con quien sea que te hizo esto, aquí me tienes, ¿okey?
El del cabello azul asintió lentamente, aún sin mirarlo. El pelirrojo volvió a sonreírle, mientras le acariciaba el cabello con la otra mano.
A Benji no le solía gustar estar tan cerca de la gente, especialmente de desconocidos, pero con Pico se encontraba extrañamente cómodo. No recordaba haberse sentido así en mucho tiempo...
El menor miró al contrario, que seguía sonriendo con calma, y él tampoco pudo reprimir una sonrisa.
Benji notó en la expresión y en las palabras de Pico algo que no había sentido en mucho tiempo.
Sentía que estaba con alguien parecido a él, alguien en quien podía confiar y que le escucharía, alguien que podía entender sus sentimientos. Algo que no había sentido en mucho tiempo.
Comprensión...
—¿Que hacen?
Se escuchó una voz femenina donde estaban las escaleras, hacia la que los dos chicos se giraron. Grace había vuelto, con una pila de libros.
—Oh, es ella— dijo Benji por lo bajo. Después echó una mirada rápida a Pico, nervioso— Bueno, emm...
—No te preocupes, no le diré lo que vi— lo tranquilizó el pelirrojo, en voz baja— Será un secreto
El peliazul no dijo nada, solo apartó la mirada com timidez y asintió.
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