⠀❪ iii ❫⠀━━━━ un riesgo que acaba en nada
—¡Noé, vamos! —Eso es lo que grito a través de las callejuelas de Piltover, mientras veo que se queda un poco más atrás.
Estamos huyendo de los Vigilantes, ya que claramente nos culpan de la explosión de antes. Lo que es erróneo, después de todo, nosotros sólo éramos culpables de robar. Lo normal aquí arriba.
La bolsa cruzada pesa bastante, pero con rapidez y sin cometer ningún error, atravesamos las plazas y apartamos a la gente de esta ciudad del progreso con gritos y empujones. Garen acaba de golpear a un hombre que le sostenía de un brazo, con la excusa de querer ayudar a la ley.
Bien hecho, pienso cuándo su puño golpea contra su perfecto rostro.
Todos nos burlamos de su golpe contra el suelo, de su barriga que rebota y de la sangre que cae de su nariz. Sin embargo un pequeño clic me distrae a mi espalda, e incluso a pesar de la distancia veo a los Vigilantes a punto de utilizar las Lanzaderas; una especie de maquinaria que suelta cuerdas con el propósito de atrapar a los delincuentes.
—¡Mierda! —maldice a un lado Rakan, que ha esquivado por los pelos una que ha volado sobre su cabeza. Sus cabellos oscuros, de un azul apagado, se remueven con el brusco movimiento y en ese momento, me doy cuenta de lo largo que se lo está dejando.
Cuando le conocí, apenas le llegaba a la altura de las orejas.
Bajamos por unas escaleras con rapidez, y mientras todos buscamos la forma más fácil de descender por ellas, me da gracia fijarme en cómo Noé las baja una por una, pero sin aminorar la velocidad. Por alguna razón, desde conocerlo siempre me ha parecido demasiado bueno para pertenecer a las putrefactas calles de Zaun.
Seguimos corriendo con las respiraciones agitadas y, en lo particular, siento que no puedo respirar. Sobre todo porque si nos pillan, acabaremos en el trullo y esto sólo sería culpa mía. No quiero arrastrarlos conmigo y lanzando algo pesado de la bolsa, le doy en la cabeza a un Vigilante que casi alcanza a Garen y no me preocupo por haber tirado algo importante, porque de todas formas la bolsa estaba llena de tesoros. Pero me sorprende que todavía no haya sido capaz de borrar esa estúpida sonrisa de valiente; Garen es de esos con poca sesera y más de actuar.
—¡No vamos a llegar! —grita Noé al mirar al frente.
Sin casi sentir mis pobres piernas, me fijo en lo que dice y mientras atravesamos el puente de Piltover, ese que conecta con nuestra Ciudad Subterránea de alguna manera, veo que se están encargando de subirlo a toda prisa. Siento el corazón atropellado sobre la garganta, mientras salto sobre un pequeño hueco que se abre cada vez más. Por suerte, todos los demás saltan sin mucho problema; incluso un número más reducido de Vigilantes que parecen incansables e incapaces de rendirse en nuestra persecución.
Garen señala que uno de ellos se ha caído por el espacio del puente, y lo siguiente que sé es que encuentro un pequeño hueco entre edificaciones que nos llevan a una salida rápida. Dirijo nuevamente el camino y con ellos a mi espalda, atravesamos un estrecho callejón en dónde Rakan rompe una tubería al terminar nuestra fila de huida y por las exclamaciones de los Vigilantes, sé que eso nos ha concedido varios segundos de ventaja.
—¡Por aquí, rápido! —Y les indico que me sigan por otro estrecho camino.
Finalmente y con las respiraciones apresuradas, nos detenemos frente a una alcantarilla. La arranco sin mucho complique y señalo que deben pasar por ella. Noé es el primero en lanzarse y Garen parece reacio.
—Otra vez, no, Vanitas. Huele asqueroso —dice, pero Rakan lo lanza por dentro.
Luego me dedica una mirada intensa y se lanza con las manos tras su cabeza. Yo soy el último y al escuchar las voces cerca, me apresuro en pasar la bolsa al frente y en cerrar la entrada de la alcantarilla. Luego lo siguiente que sé, es que atravieso aquel túnel que huele a podrido y a muerto, aferrado a nuestros tesoros mientras persigo a los demás.
Finalmente, caigo con una pequeña tos en un montón de estiércoles y metales oxidados y viejos con un duro golpe. La bolsa se me ha caído por un momento y cuándo la agarro entre las manos, veo que Rakan me extiende una de las suyas para levantarme. Tiene otra vez esa mirada encima, de preocupado y volteando los ojos, trato de no inquietarme.
—Todo ha salido bien, ¿no? —Me sacudo la ropa y el mal olor, mientras vuelvo a cruzar la bolsa por mi pecho.
Sin embargo ahora no me mira, parece más interesado en la cuestión que hace Garen, que mira inquisitivamente a Noé. Esta de pie, a un lado, y tratando de quitarse basura de encima.
—¿Qué demonios ha sido eso de antes? ¿Tú tienes alguna idea? —No pierdo detalle de cómo acaricia sus bolsillos pequeños y ajustados a su cinturón, para luego negar confundido.
El cinturón que me encargué de hacerle le queda algo grande, pienso en qué pronto tendré que ajustárselo.
—¡Yo no he hecho nada! —dice, pero Rakan está en desacuerdo.
—Eso no es verdad, Noé. Siempre que vienes, de repente, todos nuestros planes fríamente calculados salen mal. Y si no fuera por... —Lo golpeo bajo las costillas, tratando de que no siga por ahí.
Sus labios se cierran de golpe y trato de dirigir la conversación a otro lado.
—Vamos, chicos, no es tiempo para esto. Tenemos este botín, ¿no? —Lo alzo al vuelto y por el momento, eso parece aminorar los ánimos.
Sin decir palabra alguna, Garen y Rakan son los primeros en salir de ahí. Yo detengo a Noé, que cabizbajo estaba preparando para salir de ese agujero. Tropieza con algunos tornillos y tuercas al detenerse para escucharme.
—Oye, no les hagas caso... Lo has hecho genial, ¿vale? —Me acerco a su lado, y él me sonríe delicadamente bajo esa nieve de pestañas. Intento hacer una broma—. Pero a la próxima, intentemos no caer en este fango de nuevo, ¿vale?
Finalmente, entre bajas risas, salimos de ese sitio por otro escondite que nos lleva a la superficie de la Ciudad Subterránea, o en realidad, al camino que nos conduce a lo más bajo. Allí, el ambiente es pesado pero nada cambia el hecho de que le daremos una alegría a Ruthven. O bueno, al menos lo intentaremos.
No obstante nada cambia el hecho de que aquí, siempre hay cotorras que quieren quedarse por algo por lo que no han luchado. Mientras caminamos en busca de la entrada a nuestro hogar, no pierdo de vista a Chloé, que como siempre, revolotea alrededor de su novio, Jean-Jaques.
Ambos no pierden detalle de nosotros y a pesar de que pretendo ignorarlos, las palabras de esa niña de diecisiete no pasan desapercibidas para Garlen, el charlatán de nuestro grupo.
—¿Un buen botín, guapos? —pregunta ella, con ese cabello claro y ojos casi ciegos por las usuales toxinas del lugar del que procedemos todos.
Ni siquiera estoy seguro de qué pueda vernos realmente, no con tanta definición como años antes, pero siempre parecía estar atenta a todo y pretender saber la que más del lugar.
—Podría decirse que sí —contesta Garen, sacudiendo sus cabellos rubios.
Miro con advertencia a mi amigo, pero se hunde de hombros y nos detiene la chica, que vuelve a dirigirnos la palabra. Me saca de los nervios.
—He oído que hubo acción al otro lado del río, por lo que eso me hace pensar que habéis tenido una buena aventura, ¿no es cierto? —Ella sonríe, tan delicadamente como lo haría alguna muñeca de trapo. La detesto.
Se levanta, con Jean-Jaques a un lado, y Rakan me detiene de un brazo, cuando señala con su barbilla más adelante. Varios chicos aparecen de la nada, los que normalmente uno ve al lado de esta chica y siento un escalofrío recorrerme. Sé a dónde va esto.
—Venga, Vanitas, me conoces desde hace años... Sabes que no pasarás de aquí sin darme algo a cambio —amenaza ella, probablemente olvidando que la última vez que cruzamos caras pudimos escapar de sus garras.
Y sin nada que dar a cambio, más que un labio partido.
—¿Estás jugando con nosotros? —replica Rakan, y me fijo en cómo la mirada de Noé cambia.
Retuerce sus manos con fuerza y de verdad me alegro de que sea alguien con experiencia en peleas uno a uno. Aunque normalmente, sólo suele entrenar con Garen y estos chicos, superan su tamaño, no parece para nada preocupado.
—Detente, Rakan —digo, sin embargo, calmando las masas y acercándome a Chloé, con Rakan pisándome los talones—. Si quieren algo... ¡qué vengan a por él! —Y claro, ese estúpido de Jean-Jaques no se espera ser golpeado por mi bolsa.
Su rostro se retuerce y aunque no cae, rápidamente es atrapado por el estómago por Rakan. Comienza una pelea por la bolsa que cuelga de mi pecho, e incluso veo que Noé reparte unos buenos golpes antes de que la misma Chloé se me lance encima. Yo puede que no tenga mucha familiaridad con las peleas cuerpo a cuerpo, pero soy bastante rápido.
Y aprovechándome de su debilidad, pateo su rostro de niña enfermiza, para caer de bruces. La bolsa me da un buen golpe en el torso, pero esquivando a un secuaz de Chloé, escucho a Noé decirme: —¡Sal de aquí, Jax! ¡Nosotros nos ocupamos!
Y aunque sorpresivamente, Rakan y Garen lo secundan, me siento mal. Soy el más pequeño del grupo y aunque sea la cabeza, es en estos momentos cuándo más inútil me siento. Sin embargo al ver todos los intentos que ponen para protegerme, pongo pies en polvorosa.
Agarro la bolsa con fuerza y salgo pitando de la escena.
Al momento escucho varias pisadas detrás de mí, uno de los secuaces me persigue. Tiene dientes salidos, cabello oscuro y ojos verdes. Lo he visto varias veces pero no sé su nombre. De todas maneras y lo único que me interesa y que me pone en peligro, es que es mayor que yo y tiene más músculo. Por lo que no es difícil pensar en que si me pone las manos encima, estoy acabado.
Atravieso callejuelas iluminadas por el sol de media tarde, esquivo a la poca gente que aparece por estos lados y lanzo cajas de comida y baratijas con la esperanza de perderlo de vista. Pero nada parece jugar a mi favor; cuándo logro retrasarlo unos segundos, consigo atravesar otra escapada y me escondo tras correr por un puente de madera, tras un edificio abandonado.
No puedo ni controlar la respiración, sujetando la bolsa con todas mis fuerzas, cuándo escucho que se acerca para mirar. No dura más de dos segundos, cuando escucho que está dando media vuelta. Pero de nuevo, lo echo a perder. Mi codo golpea una pieza de tabla de madera y aunque intento cogerla, se cae de golpe; obviamente, enseñando mi posición.
De inmediato giro la bolsa, rebusco en mi cinturón aferrado a la cintura y saco una de mis pequeñas creaciones. Una de esas que he hecho con toda la esperanza para que funcione en un momento como este; saco varios tornillos, abro su cubierta y los echo mientras siento que se acerca más.
—¡Vamos, pequeño Mouser, te necesito! —suplico, y sí, bastante emocionado de verlo actuar en primer plano.
Es un pequeño aparato con forma de ratón, decorado por mí, y que funciona cómo un temporizador. Cuando consiga unir su cabeza con su cuerpo, se supone que debe explotar. Lo lanzo sin más preámbulos sobre el chico, quien se detiene asustado y cuándo empieza a resonar con ese pequeño tic tac, el chico piensa en correr.
Pero otra vez, me sale mal.
Solo suelta una mini explosión que no sirve de nada y me frustro por haber perdido una oportunidad como esta. El chico se burla de mí, mientras se me acerca y furioso, trato de ir contra él; me lanzo con todas mis fuerzas y golpeo su mejilla, pero cuando no se inmuta y me agarra del cabello, lo veo todo en cuestión de segundos.
Mis manos se aferran a la cuerda del bolso y apartándolo de un empujón, liberando mi cabello, lanzo la bolsa hacia ese lago profundo y grisáceo que baila bajo nuestros pies.
Entonces, cuándo el chico maldice intentando cogerlo, salgo pitando hacia la salida en busca de mi equipo con furiosas lágrimas corriendo por mis mejillas. No sólo he arriesgado nuestra seguridad aquí en Zaun a mis amigos y a Ruthven, si no que al final todo ha resultado en nada. Todos nuestros tesoros o bajo el agua, y nosotros con las manos vacías.
Me culpo y muerdo mi labio hasta hacerlo sangrar, sin saber qué voy a decirles a mis amigos.
🔩💭... ELSYY AL HABLA (!)
muchas gracias por haber llegado hasta aquí, y por dejar su apoyo.
bueno, nuevo capítulo y vamos más adelantados. omgggg, me siento muy mal por vanitas pero madre mía, esto no es nada con lo que se viene.
amo este proyecto, nos vemos pronto, firelights.
🔩💭
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro