Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

⠀❪ ii ❫⠀━━━━ un robo que sale mal




Escalo y escalo las gruesas paredes, mientras trato de no perder estabilidad.

Siento que los dedos me duelen con cada paso que doy, pero a sabiendas de que tengo a mi equipo detrás, no me detengo. Porque siempre me siguen, porque soy su luz aquí arriba tanto abajo.

Mi cabello azul hondea con el fresco que hace, mientras un cuadro azul se pinta en nuestras cabezas. Como siempre, aquí arriba hay demasiada luz; no las tapan las nubes, no hay colapso en el aire y mucho menos cuesta respirar.

Escucho una grave respiración por debajo de mis botas desgastadas, elevando la vista y sin temer a las alturas —ya estaba acostumbrado— veo a mi mejor amigo, de piel morena, de cabellos níveos y de ojos morados, temblando como un flan. Me río por lo bajo, porque ni siquiera es capaz de escalar algo tan sencillo. Por otro lado, me resulta adorable su inutilidad; muy pocas veces viene con nosotros a estas expediciones, y eso es sobre todo porque no sabe hacer mucho. E incluso teniendo en cuenta la vida que uno lleva en la Ciudad Subterránea, él tiene muchos valores con los que no estoy de acuerdo.

Por ejemplo, si supiese lo que vamos a hacer ahora, seguramente estaría devolviéndose.

—¡Ya estamos cerca, vamos! —Mi mano cae hacia mi amigo, que se resbala momentáneamente tras pisar una tubería de mala manera.

Nuestras manos se encuentran y me descubro atrapado bajo esa mirada purpurea y protegida bajo esa capa de nieve que funcionan como sus pestañas. Noé Archiviste es su nombre, tiene quince años y es un chico de apuro. Bastante inteligente, no voy a negarlo y, a pesar de su constante torpeza, posee bastante fuerza. Yo espero que sea capaz hoy de demostrar a nuestros amigos de lo que es capaz.

—¡No puedo más, maldición!

De todas maneras, me carcajeo silenciosamente al escuchar la maldición de Rakan por lo bajo. Ese es otro de nuestros amigos; tiene un cabello oscuro, ojos azules (como los míos, pero mucho más oscuros) y normalmente, suele ser algo serio e indiferente en muchas ocasiones. Pero siempre está al caño de lo que sea que le pido.

Tiene dieciséis años y bastante hábil cuándo se trata de peleas callejeras —que suelen ser bastante continuas con nuestro estilo de vida—, pero leal con todas las ganas. Finalmente, mucho más abajo, está el que enfila nuestro equipo.

Su cabello rubio, su mirada clara y sonrisa traviesa me miran todo el tiempo. Se llama Garen y tiene diecisiete años; posiblemente es el que más emocionado está siempre con nuestras salidas "especiales". Ellos dos, Rakan y Garen, son los mayores del grupo.

Y aunque sea sorprendente, yo con tan solo catorce años me he vuelto el líder de esta pandilla.

—¡No me seas vago! —reclamo a Rakan, mientras alcanzo la punta de las casas tirando de Noé.

Respiramos profundamente al llegar al pie de los edificios y me tomo varios segundos de admirar el paisaje, mientras sigo escuchando a Noé respirar con gravedad.

—Venga, mira esto, Noé. Quita el aliento, ¿verdad? —Es lo que digo, mientras acomodo el bolso de gran tamaño que me cruza el pecho.

Un detalle que siempre me causa gracia, es que Noé es bastante alto. Mide casi lo mismo de Rakan pese a ser menor que él por un año y sí, soy así como el más pequeño del grupo, pero estoy bien con ello. Porque cuando me miran, sólo veo admiración en sus miradas; de la de todos ellos.

Noé finalmente me alcanza, tosiendo brevemente antes de alzar la mirada. Sus ojos se abren con asombro, emocionados, nada más fijarse en la hermosa ciudad que nos peca todos los días y en la que nunca podremos vivir ni en sueños: Piltover, literalmente, la ciudad de los sueños.

Un complejo de edificios, de progreso, de modernización asoma ante nuestros ojos. Rakan y Garen son los siguientes en asomarse; aquí arriba, no hay corrupciones de ningún tipo y de haberlas, son contrarrestadas por los Vigilantes, que no son otra cosa como la ley que detiene a delincuentes, justo como nosotros.

Piltover es una ciudad muy avanzada; sobre todo por su maquinaria y distinto funcionamiento. Justo por nuestras cabezas aparece un Zeppelin, uno de esos armatostes voladores y que es una combinación de algodón recubierto de goma para las bolsas de gas, con cascos cilíndricos largos con extremos cónicos y complejas multiplanares. Una belleza a la vista.

Coloco una de mis manos sobre la cadera, ligeramente inclinada mientras suelto con un aire soñador: —Algún día, montaré en uno de esos.

Y graciosamente, mientras lo vemos alejarse en la distancia, Garen lo apunta con dos dedos alzados.

—Y algún día, yo derribaré uno, lo veréis. —Me mira y sigue sonriendo con esa sonrisa de tiburón—. Pero primero dejaré que lo montes, ¿una promesa, vale?

Le doy brevemente un empujón mientras señalando al frente, los obligo a seguirme.

—Vamos, está cerca —digo, mientras Rakan me alcanza al vuelo y quizás por accidente, golpea brevemente en uno de los hombros a Noé al pasar por su lado.

—Jax, no creo que esto sea una buena idea. Pueden pillarnos. —De refilón descubro que Garen está hablando animadamente con Noé y que lo hace reír.

Bien, pienso, sobre todo porque aquí lo que menos se necesita son malos ambientes y mucho menos ser atacados por los nervios. Eso, porque he visto varias veces al chico de cabello níveo secarse la ropa una y otra vez sobre sus vaqueros oscuros, algo desvalijados.

—No lo harán, vamos. Ya casi estamos —no reparo en la breve advertencia de Rakan, porque esto lo hemos hecho mil veces.

Él me mira desganado, pero lo deja estar.

Cruzamos sin miramientos una pequeña retahíla de ladrillos perfectamente acomodados y llegamos al cruce de dos edificios, en donde la única manera de cruzar es pegando un buen salto. Soy el primero en llegar y fijándome en que Garen vuelve a ayudar a Noé, que aparentemente se ha tropezado, los detallo con seguridad.

Si de algo la Ciudad Subterránea me ha forjado tras la pérdida de mi hermano pequeño, Mikhael y de mis padres, hace dos años atrás, es de no tenerle miedo a nada.

—Bien, seguidme y recordad, no miréis abajo. —Miro a Noé, que se agarra de los bordes de su camisa morada y de cuello alto, bastante nervioso. Así que antes de saltar, le recuerdo—: Como lo practicamos, ¿vale, Noé?

Ni siquiera espero su respuesta, para cuándo me he vuelto a acomodar el bolso, ya estoy bajando hacia las cañerías para apoyarme y saltar sobre el tejado de una baja casa. Me parece escuchar los gritos de Noé por lo bajo, quizás preocupado por mí, pero sonriendo, me sostengo con fuerza de las tejas y apoyándome convenientemente de un balcón en el que descansa algunos bollitos dulces, giro mi cadera y aprovechando la adrenalina, cojo impulso y salto.

Por un momento siento que estoy volando y de verdad, la sensación de maravillosa; pero no dura mucho cuándo alcanzo las tejas del otro lado y miro a mis compañeros, que me detallan con las bocas abiertas. Sobre todo el chico de ojos morados.

—¡Eso ha sido increíble! —anuncia Noé, emocionado, pero Rakan echa un paso hacia adelante mostrando esa sonrisa superficial que sólo muestra en pocas ocasiones.

Y dicho y hecho, repite mis mismas acciones con quizás mayor elegancia, para saltar casi encima de mí. Se irgue con toda su altura, y codeando su cintura, agrega un: —A que lo he hecho mejor, ¿eh?

Pero ignoro esa mirada que me detalla de arriba a abajo y, golpeando su frente, me echo hacia atrás cuándo cae segundos más tarde Garen. Estira sus manos, haciéndolas crujir y mira burlonamente a Rakan.

—¿Decías? Lo he hecho en menos tiempo que tú. —Y por supuesto, se enzarzan en una pequeña discusión mientras volteo los ojos, para buscar con la mirada a Noé.

Sigue sobre el otro edificio, aparentemente sin atreverse a repetir nuestras acciones.

Lo veo allí arriba, dudoso, mientras trata de encontrar mi mirada con sus irises morados y en realidad, pienso que lo estoy forzando demasiado. Incluso me parece increíble que haya llegado tan lejos; pero cuándo escucho la voz de Rakan, quiero confiar en qué puede hacerlo.

—Te lo dije, Jax, no puede hacerlo. —Su voz sale hosca y malhumorada.

Garen estrecha sus manos mientras suspirando, comienza a caminar hacia el borde.

—Iré por él —menciona, para nada desanimado, pero lo detengo a medio camino, agarrándolo de un brazo.

—No, él puede hacerlo. —Trato de que se centre en mí—. ¡Noé, mírame! ¡Ya hemos hablado de esto! ¿Qué suelo decirte?

Noé respira profundamente y aún en la distancia, puedo escuchar que repite las mismas palabras que le suelto siempre que puedo. «Estoy listo, estoy listo», dice una y otra vez mientras finalmente, con un salto de fe, sigue nuestros mismos pasos.

Rakan se me acerca por un lado, para susurrarme con desgano.

—Sabes que sólo nos traerá problemas, ¿no? Es demasiado torpe y recto —dice, pero lo ignoro para celebrar mentalmente cómo Noé alcanza el balcón sin muchos problemas.

Luego me mira con una sonrisa de oreja a oreja y trato de ignorar la dolencia de mi vientre que me invade al detallar lo brillante que se ve. Últimamente suele pasarme más seguido, pero siempre trato de dejarlo atrás. Entonces, cuando finalmente salta, teniendo cuidado con su propio bolso cruzado, nos alcanza.

Sin embargo, mi cuerpo se mueve solo cuando lo veo trastabillar hacia atrás en el borde de las tejas y moviéndome deprisa, lo agarro de su mano extendida. Consigo mantenernos al pie y sonrío, orgulloso.

—Sabía que podías hacerlo, Noé.

Su respiración se acelera y lo tiro hacia atrás, sin perder el control de mis pies y dándole una mirada claramente de «Te lo dije» a Rakan, los adelanto para retomar camino. Los tres me siguen por detrás.

Un rato más tarde, atravesamos más tejas y apunto de llegar, la voz de Rakan se escucha a mi espalda. Por un momento, me desconcentra y temo pisar mal en el borde del tejado.

—¿Y si Ruthven se entera de esto? ¿Qué haremos entonces?

Pero tratando de disipar sus dudas, le hablo con seguridad.

—Rakan, en serio, ¿crees que alguien de este maldito sitio pasa hambre? ¿Lo pasa como nosotros? —Niega de inmediato—. Pues deja de preocuparte, estoy seguro de que Ruthven en su juventud hacía este tipo de cosas.

Sin embargo, sus repentinas dudas me ponen inquieto. Alcanzo el borde de la última teja y pregunto en alto, queriendo que todos me respondan con sinceridad.

—Yo voy a entrar. ¿Estáis conmigo o no? —De inmediato Rakan asiente con seguridad, en cambio, Garen sólo se hunde de hombros.

Su sonrisa de tiburón vacila varios segundos.

—Ruthven va a matarnos si se entera y no se diga de que lo que me hará Xelina si también lo descubre —añade, mordiéndose una uña.

Xelina es la persona que ayuda, su mentora en pocas palabras que dirige uno de los pocos y más excelentes bares de la ciudad de abajo. Garen vive bajo su cuidado, pero siempre está disponible para lo que necesitemos. Bajo la tutela de Ruthven, sin embargo, estamos todos pero con él, sólo vivimos Rakan, Noé y yo.

—Solo si cometemos algún error, así que tratad de no hacerlo —pido, finalmente para dar otro salto y caer en el balcón de mi edificio escogido.

Cruzo por todo su alrededor en busca de visitantes o de los dueños, pero al no encontrar a nadie, me acerco por donde he bajado y les digo en alto que todo está limpio; en otras palabras, que no hay peligro. Segundos más tarde, desciende Rakan con otra sonrisa petulante y dándome una caricia en la barbilla, me suelta:

—Tienes que ponerme retos más complicados, nena. 

Yo vuelvo a voltear los ojos mientras finalmente va a abrir las puertas como encargado de cerrojos que es; esas cosas siempre se le dan mejor que a ningún otro. Atiendo a Noé, que cruza el balcón gracias a Garen, y finalmente este pasa de otro salto.

Noé me mira con esos ojos grandes y le pregunto con una sonrisa: —¿Has confiado en mí, no?

Él asiente, sin decir mucho, sonrojándose débilmente antes de que Garen hable, mirando hacia abajo. Nosotros buscamos lo que dice, asomándonos por fuera del balcón como él.

—Abajo está plagado de Vigilantes —señala, abriendo mucho los ojos.

Yo sonrío, convencido de ello ya que confirman mi suposición.

—Eso sólo dice que estamos en el lugar adecuado. —Luego miro hacia Rakan, que parece tardar más de lo necesario—. ¿Estás perdiendo facultades, o qué pasa?

—Se está haciendo viejo, chicos —agrega Garen, sin contar que él es el mayor de todos.

Rakan ríe por lo bajo, agitando un destornillador de su riñonera.

—Ja, ja. Me parto de risa —y resulta tan gracioso escucharlo decir eso con su voz neutra—. Dado que soy el único capacitado de forzar cerraduras, os sugiero que...

Pero no tengo tiempo para esto. Me acerco bajo la clara atención de Noé y doy una patada a la puerta. Esta se abre con un chasquido y deja sin habla a Rakan, que mientras lo dejamos atrás para cruzar, lo escucho refunfuñar un «Mejor no digo nada», luego escucho cómo se queja y Garen me adelanta entre risas. Seguro que le ha dado algún tipo de zape.

Dentro, es incluso mejor de lo que me imaginé.

Un completo de estanterías, estructuras, metales y cosas caras. También hay varias pizarras, con anotaciones y papeles repartidos por todos lados. Mire donde se mire, tal y como me conozco a mí mismo, por seguro debe de haber alguien por aquí que le encante fabricar cosas, como a mí.

—Se nota que aquí vive un inventor —menciono, compartiendo una lustrosa mirada con Noé, ya que me ha ayudado en mis propios inventos muchas veces.

Garen se pasea por la enorme y pulcra habitación, mirando todo con lujo de detalle pero sin entender nada de lo que hay a su alrededor.

—Siento que Rakan no se equivocaba, esto es demasiado lujo para nosotros —pero claramente es una mofa.

Entonces, dejo mi bolsa en el suelo, que está básicamente vacía y cruzándome de brazos, digo:

—¿A qué estáis esperando? Daos prisa en meter cosas y salgamos de aquí.

Dicho y hecho, nos repartimos por la habitación metiendo metalurgia y todo aquello que nos parezca de valor. Cuando cruzo por unas estanterías, encuentro algo que sólo he podido ver mostradas en poster por la ciudad subterránea. Mis manos lo acarician, a aquel metal pequeño, redondo y frágil, alucinando en colores.

—Creo que esto es un Valdiani de verdad —comento, para abrirlo por el centro y observar cómo me muestra un complejo de planetas girando entre sí. Contengo la emoción, observándolo dar vueltas.

Hasta que claro, a Garen se le ocurre llamarme por la espalda para mostrarme un aparatejo dorado y que en su punta, decora unas pinzas extensibles. Me río por lo bajo, para señalarle: —¿Quieres llevar a casa algo para quitarse los pelos de la nariz?

Se sonroja abiertamente y lanzándolo por el aire, les recuerdo a todos que deben centrarse en cosas valiosas. Como mi Valdiani, que me he guardado en mi riñonera que me rodea el estómago.

Entonces, Rakan nos llama mirando con atención algo sobre una mesa de trabajo. Al acercarnos, descansa alguna especie de compleja creación que sujeta un trozo de piedra azul brillante. La miro con atención, mientras el chico de cabello oscuro pasa un dedo por encima y se aleja, al recibir una electrocución pequeña.

—Eso es cosa del diablo —señala, para instarnos a seguir mirando el resto de cosas.

Yo la miro con curiosidad, porque parece por sus pocos planos repartidos sobre la mesa... como si tratase de buscarle el inventor de esta casa, la forma jugosa de utilizar aquella cosa. Sin embargo, mientras veo a Noé salir de la habitación para seguir buscando por la casa, alcanzo a Garen que se encuentra metiendo en la bolsa algunas herramientas de aspecto privilegiado.

—¿Cómo fue que encontraste este sitio?

Pero me dedica una sonrisa, ocultando sus famosos secretos.

—Ya te lo dije, Jax. Con Xelina uno se entera de muchas cosas —no explica nada más y seguimos metiendo cosas en mi bolsa, sin superar el peso desmedido.

Un rato más tarde, tenemos asegurado todo lo de la bolsa y aunque Noé no ha regresado de la habitación continua con su tesoro, meto una bola brillante que me ha lanzado Rakan con cuidado. Entonces, cuando estoy apunto de decir que es buena idea irse ya, escucho pasos a la distancia. No soy el único que lo hace, porque Rakan se levanta de la silla, alerta.

Y Garen ya está alcanzando la puerta del balcón, sin mediar palabra.

Entonces, sólo necesito decir:

—Encárgate, Rakan.

Y segundos más tarde, corre a prisas hacia la puerta en la que ya colocan varias llaves, para colocar debajo de la manilla la silla en la que estaba sentado. Yo mientras me ocupo de alertar a Noé, que se asusta delante de algún tipo de barril.

—¡Nos tenemos que ir, vamos! —No tarda en seguirme, aunque admito que agarro su brazo para no entorpecer nuestra huida.

Ya reunidos con todos, suelto su brazo para instarlo a seguir a Rakan y Garen que ya alcanzan el balcón. Pero me devuelvo a por nuestro botín, incapaz de dejarlo atrás. A pesar de escuchar los fuertes golpes en la puerta de entrada, me acomodo con calma el bolso, a sabiendas de que la silla en la puerta será suficiente para detener a los visitantes. La bolsa pesa bastante.

Garen me llama, más alarmado que nunca.

—¡Vamos, Jax, nos van a pillar! —Noé lo secunda.

—Relajaos, solo volved al tejado. Eso aguantará hasta que... —Pero la suerte no está de nuestra parte.

No puedo ni terminar la frase antes de que, de quien sabe dónde, una explosión me lanza hacia adelante. Veo rastros de polvo y algo azulado antes de verme obligado a saltar de mi lugar.

Rakan me agarra por las axilas y me protege con su espalda, mientras caemos bruscamente hacia la entrada del balcón. Ni siquiera soy capaz de hacer frente a esa cosa que casi nos mata, cuándo las paredes del departamento se caen apresuradamente y bueno, son dirigidas hacia el suelo. Todos nos apechugamos en una esquina, con fuertes respiraciones.

Noé descansa en los brazos de Garen, atacado por alguna crisis nerviosa.

Por supuesto yo estoy preocupado por el ruido y el estruendo que ha hecho todo esto, ya que no nos va ayudar en nada en nuestra escapada.

Salgo de los brazos de Rakan, mientras Garen no es el único que maldice ahora, porque asomándome por los restos del balcón que quedan, veo que ahora todos los Vigilantes nos observan desde abajo. Nos han pillado y claramente, a pesar de no ser culpables de los destrozos, nos condenarán por eso y más.

Las alarmas de la ciudad comienzan a destronar mis oídos.

—Mierda —es lo único que puedo decir.

Ahora nos toca correr.

🔩💭... ELSYY AL HABLA (!)
muchas gracias por haber llegado hasta aquí, y por dejar su apoyo.

bueno, segundo capítulo en regla y situado dos años más tarde. amo la dinámica de este grupo y quiero recordarles que aunque se base en arcane, no va a seguir muchas de las cosas mencionadas. por ejemplo aquí rakan funcionaría como mylo, y garen como claggor; pero no tendrán su mismo final, ya que en la presentación podemos ver que llegan a una edad adulta.

hablando de los protagonistas, especialmente en algunas partes pueden ver que se mezclan escenas tanto para vanitas (ahora jax ) como para noé, pero ya saben que vanitas es jinx y noé es violet.

también está el hecho de que xelina es benzo, y de que garen también funciona como little one (ekko).

me ha encantado cada parte y estoy deseando seguir mostrándoles su aventura de críos, antes de separarlos. POR CIERTO, decidí seguir con la fic debido a la próxima segunda temporada de arcane que sale mañana y es que muero de ganas de verla.

amo este proyecto, nos vemos pronto, firelights.

🔩💭

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro