Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

── 004


❝ BUOY ❞

KAZ BREKKERFEM!grisha oc






     NADIE NECESITABA SABER QUE ERAS GRISHA. Te fue bien bajo el disfraz de refugiada ravkan de la guerra civil, pensaste que funcionaba, incluso eludiendo la ingeniosa mente de kaz brekker.

 Era un plan que tenías desde el momento en que huiste del pequeño palacio. Los de tu clase, especificamente los invocadores de energía grishas, eran una rareza extrema, pero de algún modo, los monarcas pudieron tener tres, incluida tú. 

 Cuando el Oscuro se enteró de que también podías leer y manipular la mente, se asustó. En lugar de trabajar contigo, trabajó contra ti. Masacró a los otros dos únicos invocadores de energía conocidos, y tú huiste, sin mirar atrás.

 No querías que nadie se enterara del precio que había que pagar por tu cabeza, sobre todo en un lugar como Ketterdam, donde el kruge era más valioso que la vida de alguien. Por eso, cuando empezaste a trabajar para "Manos Sucias", mantuviste tu secreto bien guardado. Juraste no utilizar nunca tus habilidades mientras estuvieras en Ketterdam, por mucho tiempo que pasara.

 Hasta ahora.

 Te contrataron por tus habilidades, pero lo que le dijiste a todo el mundo es que tenías una forma de ir un paso por delante, siempre. No querías que los demás supieran de tus habilidades, y desconfiabas de que Kaz lo supiera, pero era tu jefe y preferías que lo supiera a que se enterara por susurros maliciosos de alguien más.

 Lo que te lleva a tu situación actual; te había descubierto la guardia de la ciudad tratando de atrapar la brillante moneda de algún mercader. Tu eras la distracción mientras los demás cuervos tenían sus papeles; tu coqueteo aparentemente no era suficiente para evitar que las familias adineradas de esta elaborada cena especularan de tus intenciones.

 Los gritos de la guardia de la ciudad quedaban atrás y, si no llevaras un vestido que pesaba lo suficiente como para ser otra persona, ya estarías fuera de la fiesta y lejos del peligro. Todos los demás iban delante de ti y, en su mayor parte, les seguías el ritmo; eso fue hasta que el techo tembló, probablemente por la cantidad de balas que había recibido, y el corazón te dio un vuelco. Hasta entonces te habías abstenido de usar tus habilidades, pero sabías que el techo iba a derrumbarse en cualquier momento, y lamentablemente lo haria sobre todos ustedes. 

 El pánico se apoderó de tu pecho y tu estómago se retorció de ansiedad, pero sabías que la única forma de salir de allí con vida era evitar que el techo te aplastara. Redujiste el paso y sentiste que el calor empezaba a acumularse en tu estómago, concentraste la energía en tus manos y tus dedos se enroscaron alrededor de la energía que se acumulaba en la superficie. Te detuviste abruptamente y empujaste con una mano, dando a los cuervos el empujón que necesitaban para salir del techo, mientras levantabas la otra mano y sostenías la sección del techo que estaba a punto de derrumbarse.

 Nina se dio la vuelta, tras sentirse empujada un poco más lejos. Sus ojos se encontraron contigo, con tus manos sosteniendo una manta de humo escarlata que se extendía por el techo. Había oído hablar de los invocadores de energía, del poder que tenían, aunque Nina creía que todos se habían extinguido, estaba viendo uno en ese mismo momento.

 Los ojos de Kaz se posaron en ti, con el rostro contorsionado en una expresión incómoda y de preocupación. El conocía tus habilidades, pero nunca te había visto usarlas, no hasta ahora. No se atrevía a hablar, temeroso de desconcentrarte. 

 La guardia se acercó y se detuvo ante la visión que tenianj de tus poderes cerca de ellos, temerosos al ver algo desconocido y peligroso, y Kaz vio un el miedo en tus facciones. Su propia ansiedad burbujeó en su pecho, su respiración se empezo a entrecortar, y por mucho que odiara admitirlo, no quería verte morir. Te necesitaban, el te necesitaba. 

 No. Nunca se iría sin ningún miembro de sus Cuervos, especialmente sin ti. 

 Sintió que se le retorcía el estómago al darse cuenta de que, si no sacaba a los demás, sería hombre muerto o, peor aún, encarcelado.

 Así que se dio la vuelta y se marchó, rezando a cualquier santo en el que Inej creyera para que volvieras con ellos, con él. 

[ ... ]

 Cómo lograste escapar era un recuerdo borroso. 

 Hiciste caer las partes del techo a tu alrededor, pero sostuviste la pieza sobre tu cabeza. la patrulla de guardias había sido eliminada en un solo movimiento de tus manos, pero sabías que vendrían más detras de ti. 

 Tu cabeza tenia un precio, y ya empezaban las apuestas. 

 Tiraste la pieza restante a un lado, trepaste por el rublo de los escombros derrumbados y corriste, como nunca antes en tu vida, creias que incluso mas rapido que cuando escapabas de las garras del General Kirigan. La adrenalina corría por tus venas, tu piel caliente al tacto y tus ojos aun escarlata por tus poderes; cuando te alejaste lo suficiente, y la adrenalina disminuyó, tu mundo giró.

 Te tambaleaste en pie y caíste con fuerza contra una pared de ladrillos. El dolor en tu hombro logro estremecerte por completo, pero necesitabas un minuto, tan solo un minuto de descanso antes de que tus poderes calmaran el cansancio que recorria cada parte de tu cuerpo.

 Tenías la mente nublada, los ojos llorosos y te dolía todo el cuerpo. Ahora todo el mundo iba a saber que una invocadora de energía estaba en kKetterdam, y no sólo eso, sino que estaba con Kaz Brekker. 

 Aún no tenías energía para decidir si eso era bueno o no.

[ ... ]

 Kaz estaba sentado a una mesa con la multitud sentada a su alrededor. 

 Tenía las manos en la cabeza de cuervo de su bastón fuertemente apretadas y sus  ojos perdidos en la textura del tablero de madera de la mesa. Aún no habías vuelto, y tenía la sensación de que algo te habia pasado.

 Kaz parpadeó con rapidez tratando de disipar sus pensamientos y se levantó con dificultad de la silla; no podía esperar mucho más. No lo haria.

──── Kaz, puede que todavía esté ahí fuera ──── argumentó inej.

──── Si no ha vuelto a estas alturas, lo más probable es que esté muerta o capturada ──── espetó. 

 Estaba preocupado, y sintió que la ansiedad le envolvía las piernas, la sensacion del agua subiendo poco a poco hasta las rodillas no sería tan manejable durante mucho más tiempo.

 La puerta del, ahora cerrado, Club Cuervo se abrió con un fuerte estruendo, sacando la mirada de los cuervos de la mesa para ver quien entraba.

──── T/N... ────  susurró Nina, corriendo hacia ti desde su asiento en la mesa. 

 Te abrazó con desespero, pero tu cuerpo te dolía terriblemente por tu acrobacia de antes. Los otros cuervos se acercaron con rapidez, expresando su gratitud por tu seguridad y por tu regreso a casa. El único que no siguió sus pasos fue Kaz, quien se mantuvo a distancia de todos ustedes, aunque no te sorprendió.

──── ¿Desde cuándo eres una invocadora de energía? ──── preguntó Nina, con una sonrisa juguetona en la cara.

──── Desde que me pusieron a prueba a los diez años ──── lograste balbucear, con una pequeña sonrisa en la cara. 

 Nina se rió con alegria, sus mejillas recobraron aquel rojizo color que la solian caracterizar, y por fin se sintio capaz de respirar con normalidad de nuevo.

──── Podrías habérnoslo dicho antes, linda ──── suspiró Jesper, la preocupacion aun cubria facciones de su rostro mientras recorria con la mirada cada rasguño y magulladura que tenias. Solo asentiste con la cabeza, incapaz de darle la razon verbalmente.

 Kaz siguió observandote. Vio cómo te inclinabas hacia los abrazos de tus amigos, permitiéndote incluso sonreír. 

 El ansiaba ese contacto, aunque sólo de pensar en abrazarte las aguas subían mas alla de sus rodillas. No quería ahogarse, no mientras estuviera delante de ellos. No delante de ti.

──── Cuando termines aqui, necesito hablar contigo en privado ──── era su forma de pedir estar a solas contigo, de expresar sus ansiedades e incluso su irritación. 

 Tú estabas dispuesta a sacrificarte voluntariamente por la supervivencia del grupo, pero él no estaba de acuerdo con eso.

 Kaz se retiró a su despacho y tú no tardaste en seguirlo. La puerta se cerró tras los dos y te encontraste con el incómodo silencio del despacho de Kaz. No siempre era incómodo, algunos días disfrutabas de la tranquilidad de su despacho, teniendo un libro con el que mantenerte ocupada mientras te sentabas en la orilla de la ventana y el simplemente hacia sus cosas, pero aunque tu no te dieras cuenta, su mirada estaba mas tiempo sobre ti que en los papeles sobre su escritorio.

──── Fuiste imprudente ──── apoyó el bastón contra el escritorio y puso las manos sobre su superficie.

──── Habrías muerto si no hubiera sostenido el techo ──── replicaste.

──── No, tu podrías haber muerto, o peor aún, haber sido atrapada, y sabes lo que eso significa ────  argumentó él. 

 Sus ojos se encontraron con los tuyos, y vio cómo la luz de la linterna se reflejaba en tus rasgos. Parecías aún más agotada con esta iluminación que abajo en el Club, pero seguías igual de hermosa.

──── Tomé el riesgo ────

──── Soy consciente, pero no me estás entendiendo. Si hubieras muerto... ──── se interrumpió, la bilis que le quemaba el estómago le impidió continuar. 

 No te merecía. Sabías cómo manejarte, sabias como cuidar de ti misma, pero Kaz sentia la imponente necesidad de hacer eso por ti, aun cuando habían días en los que apenas podía mantener las aguas a raya.

──── Pero no lo hice ──── susurraste. 

 No leiste su mente, aunque podrías haberlo hecho. La arruga de su frente y su respiración entrecortada te dijeron lo suficiente. 

 Te acercaste lentamente hacia donde el estaba, rozando con tus caderas su escritorio. Kaz levantó la vista hacia ti y, por una vez, las aguas se calmaron, volviendo a hundirse en torno a sus tobillos. 

 Eras el salvavidas que lo mantenía a flote y, si te perdía, Kaz sabia que se desmoronaría por completo.

──── No quiero perderte. No puedo perderte ──── su confesión te tomó desprevenida, pero te alivió al mismo tiempo. 

 Así que tus sentimientos por tu jefe no eran una locura.

──── No me perderás tan fácilmente ────  le aseguraste. 

 Extendiste la mano, posándola muy suavemente sobre la suya. Él no se inmutó ante el calor que irradiabas pero tampoco tuvo intenciones de acercarse más; tu mano rozó la suya enguantada, y sintió el calor impregnar sus guantes y su cuerpo.

 Estabas calida, estabas viva. Y aquel gesto le dijo una cosa: que sus sentimientos eran recíprocos.

──── Te avisaré si decido volver a cometer una imprudencia ──── tu tono era ligero, y Kaz vio cómo una sonrisa florecía en tu rostro. Era una imagen que deseaba poder enmarcar y colgar en su corazón. 

 Apartaste la mano lentamente y la colocaste frente a ti.

──── De todas formas, no volverás a hacer nada tan imprudente ────  permaneció severo, pero en ese momento ambos supieron que estaba luchando contra el impulso de sonreír. 

 Se había enamorado de ti, y sabía que ibas a ser su fin.




───── 𝐖𝐑𝐈𝐓𝐓𝐄𝐍 𝐁𝐘

yelenasbraid en tumblr


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro