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💚┋ EXTRA 4 (parte 2)

💚

—¿Cómo es vivir en América?

Mark pensó un poco la respuesta al tiempo en que terminaba de comerse el bocado que tenía en la boca. —Es muy diferente a Corea. El choque cultural fue grande, pero me adapté.

—¿Y tus amigos? ¿Fueron muy agradables contigo?

—Lo fueron —sonrió—. Los conocí al año de estar allá y me ayudaron adaptarme al país.

Jackson asintió, complacido con la respuesta. Tenía un montón de preguntas más, pero le daba un poco de pena el fastidiar a Mark con sus cosas. Quería saber más sobre sus amigos, y como era su vida, los sitios que visitaba frecuentemente o incluso lo que le disgustaba del país.

—No has hablado sobre ti —susurró Mark, sacando a Jackson de sus pensamientos—. Eres al que menos he visto desde que llegué —comentó con gracia.

—No quería molestar, pensé que estarías ocupado.

—Me fui cinco años, Jack —rió tapando su boca—. Créeme que lo que más quería al llegar era pasar tiempo con ustedes. Ya sabes, ponerme al día.

El chico se encogió de hombros. —Lo siento.

—Cuéntame sobre estos años. Algo que te haya sucedido, una novia quizá...

—¡No he tenido novia! ¡Ni novio! ¡Nada parecido a una relación! —exclamó rápidamente, moviendo sus manos con énfasis—. Siempre solo, como un espantapájaros.

—¿Espantapájaros? —las carcajadas que salieron de la boca de Mark fueron genuinas y contagiosas—. Sigues siendo igual de gracioso como lo recordaba.

Jackson miraba lo divertido que Mark se encontraba, y a él también te entró la duda. —¿Y tú? ¿Has... tenido novio... novia?

—Creo que uno.

—¿Crees que uno?

—O tal vez dos.

—¿D-dos?

—Aunque el tercero no sé si se llegó a concretar...

—¿¡Tres!?

Nuevamente la risa de Mark inundó la mesa, con los ojos exorbitados de Jackson sobre él.

—¿Por qué no te ríes? Intentaba ser gracioso igual —dijo entre risas, secando las esquinas de sus ojos.

—A-ah, era broma —dijo Jackson, sintiendo su pulso a mil por hora. El solo hecho de pensar que Mark había estado con tres personas antes lo había desequilibrado por completo.

—Solo he tenido un novio, pero solo duramos unos cuantos meses —comentó luego de un rato—. En ese momento pensé que estaba bien, pero la verdad es que no, y sin darme cuenta me exigía cosas que no podía.

—¿Cosas que no querías? ¿Hablas de...?

—Oh, no, no —negó de inmediato, con las mejillas rojas—. Hablo del contacto. En ese momento aún me trababa un poco al hablar, y no me gustaba hacerlo mucho, claro, aún no es mi cosa favorita pero puedo hacerlo.

—Si no quieres hablar más en lo que resta de la ci-cena —corrigió rápido—, puedes decirme y lo entenderé.

Mark ladeó su cabeza, sonriendo de lado. —Eso fue lo que pasó en nuestra relación; él no me entendía y me exigía que hablara más. También quería abrazarme o besarme, pero sabes que no soy de contacto físico.

—Pero ahora...

—Ahora lo manejo mejor —aclaró—. Y no me molesta hablar contigo, quiero hacerlo.

Jackson sonrió y siguió comiendo de su cena. Tenía un extraño malestar en su cuerpo, porque saber que otro idiota le había hecho pasar un mal rato a Mark le enojaba muchísimo, pero al mismo tiempo no cabía en su mente que su mayor ya había estado con alguien antes. Él por otro lado no había tenido ojos por más nadie que no fuese Mark Tuan, y aún a pesar de la distancia seguía siendo lo mismo.

Muchas chicas se habían acercado a él, y uno que otro chico, pero a todos los rechazó de la manera más suave posible, porque no quería a nadie más que no fuese su Markie. ¿Será que para el mayor no significaba lo mismo? ¿Cómo pudo estar con alguien más tan fácilmente?

Y es que lo sabía, Mark no era el mismo que despidió hace años, era alguien nuevo, pero tratar con él, justo como lo estaba haciendo ahora, no hacía más que certificar que el chico era una nueva persona que no conocía en lo absoluto.

¿Quién era ese pelirrojo que estaba sentado al frente de él? Lucía como Mark, incluso podía ver algunas acciones, como el levantar de su ceja, o la manera en que separaba meticulosamente los alimentos de la pizza que no les gustaba, acciones que Mark hacía con frecuencia, pero sentía que no era él. Un imitador, eso era lo que estaba viendo, y por primera vez, desde que llegó y miró los cambios de Mark, se preguntó; ¿Es este el chico que me gusta? ¿Lo sigue haciendo a pesar de que no se parece en nada a lo que estaba en mi recuerdo?

—¿Hey, estás bien?

El chico salió de sus pensamiento, y miró a Mark, el cual lo veía con preocupación.

—Estoy bien, solo pensaba. Jinyoung dice que dejé de hablar sin parar para ahora hacerlo en mi mente y siempre tiene que llamar mi atención para traerme de vuelta.

—¿En serio? ¿Y por qué ya no hablas como antes? Recuerdo lo mucho que te gustaba hacerlo.

Jackson tomó una papita y se la entregó al contrario. —No lo sé, supongo que no quería ser tan molesto.

El mayor aceptó el alimento, y picó la parte que había sido tomada por Jackson. No le tenía asco, pero simplemente no podía comer algo que había sido tomado por alguien más. Agradeció internamente que Jackson no parecía ofendido con esta acción, más bien lo veía con normalidad.

—Nunca fuiste molesto para mí. Sabes que no era el chico más hablador de todos, así que me gustaba más el hecho de escuchar que hablar —comentó, comiendo la papa—. Por eso me gustaba estar contigo, porque a ti te gustaba hablar y ser escuchado, y yo parecía ser perfecto para eso. Era en lo único que era bueno de niño —rió.

—No digas eso —regañó sin ganas—. Eras bueno para muchas cosas más.

—Lo dices solo porque me ves con ojos de amor —dijo Mark, y rió, ignorando las rojas mejillas de Jackson—. Obviamente a tus amigos siempre los mirarás como si fuesen la maravilla, pero la realidad siempre es otra.

Venga, que no hablaba de ese tipo de amor, respiró hondo, calmando su nerviosismo.

—Mis amigos de América también pensaban que era genial, hasta que me invitaron a una fiesta.

—¿Fuiste a una fiesta? —preguntó incrédulo.

—Me regresaron a los quince minutos —chasqueó la lengua—. ¿Sabías que en las fiestas hay mucho ruido? Fue insoportable.

Jackson río por eso. Sabía que algo así pasaría. —¿Se molestaron contigo por eso?

—No. Mi amigo Mike sufre de Asperger, así que estaba en iguales condiciones, y Rebecca tiene TOC, y no soportaba estar con tantas personas juntas —hizo una pequeña pausa y rió—. Cuando lo cuento así sonamos como un grupo de enfermos raritos.

—¡Hey! —se quejó Jackson, pero también rió por eso.

—Es la verdad —le restó importancia—. Por suerte Dustin y Verónica, que eran los normales y sanos, nos sacaron de ahí y esa noche jugamos Scrabble hasta dormir. Desde ese día, Dustin y Verónica salían a fiestas sin nosotros para poder disfrutarlas.

—Vaya... yo he ido a pocas fiestas, pero no soy fan de ellas.

—Entonces juguemos Scrabble toda la noche, Jacky.

Ambos rieron por eso. Sí, un juego de mesa sonaba más interesante que ir a una ruidosa fiesta.

💚

Luego de terminar toda la comida, y tener una mini lucha sobre quién pagaría todo, ganando Jackson por ser quien había invitado, ambos caminaban de regreso a sus casas, en una dirección en donde quedaba primero la nueva casa del mayor y luego la de Jackson. Por suerte estas solo estaban a unas cuantas cuadras y no muy lejos del restaurante a donde habían ido.

—Disfruté mucho venir contigo, Jacky. Espero y volvamos.

—¡Por supuesto! Todas las veces que quieras volveremos —detuvo sus pasos y miró a Mark—. Si tú quieres, claro. Yo también la pasé muy bien contigo. Siempre lo hice y aún lo hago.

Mark sonrió y siguió caminando, con Jackson retomando el paso más atrás. El clima estaba un poco frío, pero no tanto para tenerlos titilando. Debido a la hora, la calle se encontraba un poco sola, pero las luces de diferentes puestos y faroles la mantenían iluminada.

—En Estados Unidos conocí a alguien que me recordaba mucho a ti —habló Mark, llenando el silencio—, pero era chica, no era de descendencia china y me caía un poco mal, así que descarté de inmediato su parecido contigo.

Jackson rió por eso. —En todo este tiempo no he conocido a alguien que se parezca a ti.

—¿Quieres decir que soy alguien inigualable e irreplazable en tu vida, Jacky? —dijo con gracia, disfrutando de la cara pasmadas que tenía Jackson.

—N-no, es decir... sí, eres inigualable, ¿Pero todo los lo somos, no? —balbuceó con nervios, mirando al frente para mirar los ojos de Mark.

—Tienes razón, todos lo somos —concedió, y siguió caminando.

Jackson apretó sus labios, mirando de reojo a Mark. ¿Debía hacer algo ahora? Tomar su mano, o decirle algo con respecto a sus sentimientos. Se sentía tan asustado de lo que podía hacer, y las reacciones que Mark tuviera. Era la primera vez que se veía en una situación como esa, y no sabía cómo actuar.

—Mark... —llamó, y el contrario solo dejó salir un sonido que le indicaba que lo estaba escuchando aún si no lo veía—. Yo quería saber si te gustó nuestra cita —susurró, bajando la cabeza.

Los pasos de Mark se ralentizaron hasta detenerse, girándose a ver a Jackson con desentendimiento. —¿Esto es una cita?

Un jadeo salió de los labios de Jackson, mirando a Mark con miedo. —¿N-no lo sabías? —el mayor negó—. Oh, lo siento tanto, yo pensé que- ¡Oh, Markie, de verdad lo siento! Ahora todo es incómodo para ti por mi culpa. Sabía que esto estaba mal, porque no te lo había dicho en el mensaje y asumí que te darías cuenta solo, pero no fue así y... ¿Estoy siendo un tonto ahora mismo, verdad? Claro que estoy siendo un tonto ahora mismo, cómo no lo iba a ser si te traje a cenar para tener una cita a la cual nunca te dije que era una cita. Yo realmente la estaba pasando bien, excepto cuando hablaste de tu tonto ex novio, pero ahora mismo yo también estoy siendo un tonto, ¡Markie, perdóname! Prometo que te compensaré este mal rato- ¿Te estás riendo? ¿Te estás riendo de mí? ¿¡Ves!? ¡Te ríes de mi porque estoy siendo un ridículo!

—¡Jackson, cálmate! —exclamó Mark con una voz baja como si estuviese hablando normalmente, tapando su boca para evitar que salieran sus cortas carcajadas, pero estas eran libres y se daban a notar sin enfuerzo—. Me hiciste recordar al viejo Jackson que hablaba y hablaba sin parar.

El chico abultó sus labios, desviando la mirada. —Lo siento.

—No te disculpes, me gustó verte de ese modo. Sentí... añoranza —dijo, sonriendo con felicidad. Al parecer la risa había mejorado su estado de ánimo—. Con respecto a la cita, creo que debiste decirme que era una, Jacky.

—Lo siento —volvió a murmurar.

—Con los años me di cuenta que soy un poco despistado, no sé si es por mi condición autista o simplemente es parte de mi personalidad. Creo que por eso no pude darme cuenta de que estábamos teniendo una cita. Yo lo siento.

—No lo hagas —habló Jackson, pateando el piso con la punta de su pie—. Supongo que tuve que ser claro desde un inicio. Lo arruiné desde que te invité.

Mark alzó su ceja, y ladeó su cabeza, sintiéndose tímido de repente. —Tener una cita... ¿Eso quiere decir que te gusto?

Jackson lo miró por unos instantes, antes de bajar nuevamente su rostro. Sus mejillas quemaban, y sentía que no era el mejor momento de su vida. Sin embargo, asintió, no queriendo esconder lo que era obvio, y es que lo pensó, y a pesar de que Mark había cambiado tanto, seguía gustándole todo de él, incluso aquellos cambios que lograban desconcertarlo por momentos, pero que luego no hacían más que llamar su atención, queriendo saber más y más.

Mark soltó un suave "oh", y también bajó su cabeza, ocultando sus rojas mejillas que de seguro y combinaban perfectamente con su pelo.

—Si te hubiese dicho que era una cita en el momento que te invité, ¿Habrías aceptado igualmente? —Jackson levantó su cabeza, decidiendo mirar fijamente a Mark.

El mayor no respondía, y eso lastimaba el iluso corazón de Jackson. Estuvo a punto de decir algo más para dejar el tema hasta ahí y dejar de herir sus sentimientos, cuando el leve movimiento de la cabeza de Mark llamó su atención. Estaba diciendo que sí.

—¿E-en serio? —preguntó sin poder creerlo, y Mark alzó la cabeza, volviendo a asentir. Jackson pudo ver aquellas mejillas ruborizadas, y su pecho se sintió cálido por ese detalle.

—Sobre la chica similar a ti, era mentira —murmuró, tragando saliva—. No era una chica, era un chico, específicamente mi ex novio. Yo... él era similar a ti, en muchas cosas, pero tú lo dijiste, todos somos inigualables, al igual que tú. Pensé que en él podía tener un pedacito de ti, pero nada se comparaba contigo. Creo que por eso no podía besarlo o abrazarlo a pesar de mi avance, porque algo dentro de mi sabía que no era mi Jacky.

Jackson podía escuchar el latir de su corazón en su cabeza, nublando sin querer su audición. ¿Acaso era real todo lo que escuchaba?

—¿Desde cuándo lo sabes? Que te gusto.

Mark se encogió de hombros, avergonzado. —Supongo que desde siempre, pero me di cuenta cuando me fui.

—Yo igual me di cuenta cuando te fuiste de mi lado —murmuró—, incluso se lo comenté a Jinyoung, y me dijo que era el único que no me había dado cuenta.

—Creo que fuimos los dos que no nos dimos cuenta.

Sus miradas estaban fijas en las contrarias, intentando asimilar todo lo que estaban descubriendo. Sus emociones estaban desenfrenados, y no podían explicar con exactitud lo que sentían en ese momento.

—Lo siento —habló Mark luego de un rato sin desviar la mirada—. Lamento haber estado con él. Tú fuiste fiel a tus sentimientos, y yo solo intenté buscar en alguien más lo que tenía contigo. Mi relación con él era de solo compañía, ni parecíamos novios, pero igual te fallé, y me disculpo por eso.

—No debes hacerlo, Markie —Jackson sonrió sin mostrar sus dientes, comprensivo—. No éramos nada, así que no me fallaste.

—Lo éramos todo, Jackson —murmuró Mark, con claro arrepentimiento.

—Aún podemos serlo, si quieres.

Los ojitos de Mark se cristalizaron, y apretó sus labios para no llorar. Jackson se acercó, pidiendo permiso sin decir palabra alguna, y Mark asintió bajito, para sentir los brazos del menor rodearlo con suavidad. Sentía miedo, y algo de incomodidad, pero la tranquilidad y la calidez que lo rodeaba eran más fuertes que sus confusos pensamientos. Era difícil, no poder reaccionar como lo hacen los demás, pero para eso se había ido tanto tiempo, porque había una esperanza de que mejoraría poco a poco. Por eso, de manera vacilante, rodeó de igual modo a Jackson, correspondiendo el abrazo.

Sus corazones latían desbocados, y podían sentir sus propios latidos como los ajenos en aquel abrazo. Tantos pensamientos y secretos guardados habían salido a la luz, y aún temblaban nerviosos luego de revelarlos. La emoción corría por sus venas, y es que no todos los días revelas tus sentimientos a la persona que te gusta por tantos años.

—Mi Markie... —susurró Jackson, alejándose con cuidado de Mark—. Ese idiota no te merecía, pero te prometo que seré mejor que él. Conmigo no tienes que esforzarte, o hacer cosas cuando no quieres, porque sabes que te esperaré siempre.

Mark sonrió. —Yo sé que sí, Jacky.

—¿Podemos volver a salir otro día?

—¿En una cita?

—En una cita —Jackson sonrió, al igual que Mark—. Vayamos lento, a nuestra manera. Me gustaría conocer todos tus cambios, y que tú conozcas los míos.

—Me parece perfecto.

Sin dejar de sonreír, Mark entrelazó su dedo meñique con el de Jackson. Comenzando a caminar a la par, pero detuvo sus pasos y miró a Jackson nuevamente. —¿Podemos esperar para besarnos? Sé que había avanzado un poco, pero aún debo asimilar ese tipo de contacto.

Las mejillas de Jackson se ruborizaron, pero asintió.

—Cuando tú lo quieras.

—¿Sin presiones?

—Sin presiones.

Retomaron el camino a casa, esta vez con Jackson hablando de todo un poco, mientras Mark escuchaba atentamente. Se conocían, sabían como eran, y no sentían la necesidad de forzar lo que naturalmente estaba destinado a ser. Mark era alguien especial, y Jackson lograba entender cada una de sus facetas, ansioso por descubrir de una en una las nuevas. Al igual Jackson tenía una forma de ser, que a Mark no le resultaba incómoda, encontrando entretenido al chico que hablaba demás sobre temas que nunca seguían el mismo hilo.

Jackson no sabía desde cuándo le gustaba Mark, pero aquello no importaba realmente, porque ya estaba junto a su Markie; ese niño bonito que logró en él la necesidad de ser un poco más calmado para poder estar a su lado.

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