Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

💚┋ EXTRA 2

💚

Existen dos tipos de personas en el mundo.

Por un lado tenemos a los de apariencia dudosa, y de personalidad cuestionable. Te dan una idea errónea de lo que en verdad son. Tal como Lim Jaebum.

Pelo negro y lacio, en un perfecto corte mullet, con su nariz perforada con un delgado aro, —cosa que hizo en contra de sus padres y ya se había ganado su reprimenda— además de un estilo bastante callejero. Tampoco olvidemos su seria expresión, y lo voluble que es cuando algo le enfada.

Sin embargo, Jaebum era solo un chico torpe y lindo que se preocupaba por los suyos, adoraba a sus padres, y consentía demasiado a su pequeño hermanito. Nadie creería que aquel adolescente de dieciocho años con apariencia criminal podría ser un amante de los gatos, y que aún veía anime en su habitación.

Lim Jaebum era solo un niño jugando a ser un chico malo.

Siguiendo con el tema del principio, por otro lado tenemos a los de apariencia agradable. Esos que te dan un aire de confianza y que creerías en ellos a pesar de todo. Personas que lucen como ángeles, pero que en realidad son unos demonios. Tal como Choi Youngjae.

Y vaya que sorprende, porque todos los que conocen a Youngjae piensan que es el chico más lindo y dulce de todos. Con su aire angelical, y su brillante sonrisa. ¿Quién no caería bajo las redes del precioso muchacho de apenas dieciséis años?

Pero ese mismo Youngjae que todos adoraban, era el mismo que le gustaba toquetear a sus amigos, en especial a Jinyoung y su voluminoso trasero. Era el mismo que al reír, lanzaba manotazos a quien tenía cerca. Era el que salió a comer con Jackson, y se escapó del restaurante para no pagar. Era el que tenía la costumbre de volverse un bebé con Mark para que este lo consintiera a su antojo. También era el mismo que hacía que Yugyeom y Bambam hicieran sus tareas cuando a él le daba flojera.

Y sobre todo, era el que le gustaba provocar a Jaebum en todo momento, para luego hacer como si nunca hubiese hecho nada.

Youngjae sabía que era bonito. Una sola sonrisa y tenía a todos a sus pies, y se aprovechaba de eso, porque conseguir comida gratis, o uno que otro favor era la gloria.

Jaebum era un ángel vestido de demonio, y Youngjae era un demonio disfrazado de ángel. Y se gustaban, así como eran lo hacían, desde que se vieron hasta que convivieron más.

Por esa misma razón es que Jaebum no le sorprendía ver cómo Youngjae le sonreía a aquel vendedor de helados, para finalmente regresar a su lado con uno de fresa. Sin pagarlo, estaba más que claro.

—Si querías un helado me hubieses dicho, yo te lo habría comprado —dijo, tomando su mano y comenzando a caminar en dirección a la casa del menor.

—No es necesario que gastes en mi, Bumie. ¿No ves que siempre consigo lo que quiero? —rió, dando una lamida larga al dulce. Otra vez, provocando a Jaebum.

—Pero estás saliendo conmigo, yo debería comprarte cosas y consentirte. No debes andar por la vida sonriéndole a todos para conseguir las cosas —murmuró, fijando su mirada al frente.

Youngjae miró a Jaebum y se sintió mal, así que se estiró y besó rápidamente su mejilla, para luego regalarle una de sus más lindas sonrisas. —Ya no lo haré más, Bumie. Lo prometo.

Jaebum también sonrió, y se acercó hasta el rostro del menor, quien cerró sus ojos ansioso, más luego los volvió a abrir con una pizca de desilusión al solo sentir un suave toque en su frente. Otra vez más, Jaebum no lo besaba.

Siguieron caminando, sin decir otra palabra más.

Ellos no eran novios, a pesar de que se gustaban. Incluso Jaebum había tenido una novia hace un par de años, que duró solo tres meses con ella, y es que Youngjae se había sentido tan enfadado en aquel momento que le declaró la ley del hielo a Jaebum, ignorándolo en todo momento. El mayor no pudo soportar tener a su solecito lejos, y terminó con la chica, cosa que no le afectó tanto ya que no le gustaba en demasía.

Luego de meses y meses se súplica y arrepentimiento, ambos volvieron a ser los de antes, confesando sus sentimientos, y aunque Youngjae pensó que comenzarían una relación, en aquel momento solo tenía catorce, y Jaebum dieciséis. Quizás no era tanta la diferencia, pero sí para Lim, quien decidió que esperarían hasta que Youngjae fuese mayor de edad para poder estar juntos como pareja.

Al principio lo aceptó, pero luego de un tiempo la espera se hizo insoportable. Todos en su salón ya habían experimentado su primer beso, su primer noviazgo, su primera vez, y aunque Youngjae era un coqueto sin remedio, no quería darle sus primeras veces a alguien que no fuese Jaebum, incluso cuando este ya había sido estrenado por aquella tonta chica que intentó llevarse a su Bumie.

Es que aún lo recordaba y se enfadaba de inmediato. Bumie infiel.

Pero dejando ese indignante tema de lado, Youngjae se sentía desesperado, ¡Que Jaebum tuvo su primera novia a los dieciséis! ¡La misma edad que tenía él en aquel momento!

—Jaebum, sé mi novio —dijo firme, deteniendo su paso y mirando fijamente al mayor. Estaba a unas cuantas casas de llegar a la suya, pero de verdad necesitaba conseguir algo.

—Jae, ya hablamos sobre eso. Cuando tengas dieciocho te lo pediré apropiadamente.

—¡Pero yo lo quiero ahora! ¡Quiero que seas mi novio, me beses y hagamos cosas de adultos!

Las mejillas de Jaebum se calentaron rápidamente, y miró a todos lados para corroborar que nadie había escuchado las cosas que soltaba el contrario.

—Y-Youngjae, escúchame, ¿Sí? —habló con voz calmada Jaebum—. Estás pequeño ahora, te prometo que cuando seas mayor seremos novios.

Los labios de Youngjae se abultaron con disgusto. —Tú tenías dieciséis cuando te hiciste novio de la bruja de Seulgi. ¿Acaso ella te gustaba más y por eso aceptaste en el momento?

—Solecito, ya hablamos de eso. No sabía que aceptar sus chocolates el día de San Valentín era sinónimo de que quería ser su novio —rascó su nuca con vergüenza.

—Pero seguiste con ella, ¡Tres meses!

—¡Porque me dio lástima terminarle al momento!

Los ojitos del menor se volvieron brillantes, y apoyó su barbilla en el pecho de Jaebum, mirándolo con la carita que sabía era la debilidad del mayor. —¿Y no te da lástima tener a este bonito angelito rogando por un pequeñito beso en los labios?

Jaebum tragó saliva, intentando no caer en los dulces encantos de su pequeña nutria. »Vamos, Bumie, sé mi novio y dame un besito.

Los labios de Youngjae se alzaron como los de un patito, algo rojos por el helado que había terminado antes. Jaebum recolectó toda su fuerza de voluntad y alejó al chico, mirándolo suplicante. —Jae, aún no. Quiero hacer las cosas bien contigo, podemos esperar un poco más.

La frente del menor se arrugó, y se cruzó de brazos enfadado.

—¡Te apuesto a que mi maestro Jongsuk sí me hubiese besado con gusto!

Un jadeo indignado salió de los labios de Jaebum. —¿¡Y él que tiene que ver en todo esto!? ¡Deja de nombrarlo siempre!

—¡Es que yo dejé de lado mi plan para conquistarlo por tu culpa! ¡Ahora me arrepiento porque tú ni quieres besarme!

—Youngjae, él es muy mayor para ti.

—Pero al menos se ve muy guapo con su pelo largo.

—¡Ya deja de decir que es guapo!

—¡Dejaré de decir que es guapo cuando deje de serlo! ¡O sea, nunca!

Jaebum apretó sus puños a sus costados, enviándole una filosa mirada a Youngjae, quien no se quedaba atrás y también lo veía firme. —Te recuerdo que está casado con tu maestra Wheein.

—¿Y? Me voy a meter con él, no con ella.

—¡Oh, por Dios! ¿No respetas ni que fue tu maestra?

—En la guerra y en el amor todo se vale, Bumie —respondió con una sonrisa triunfadora en su rostro.

El mayor asintió lento, y se encogió de hombros. —Bien, busca a tu anciano maestro. Seulgi puede darme una segunda oportunidad.

Los ojos de Youngjae se abrieron con sorpresa, y comenzó a negar con rapidez. —¡No, Bumie! ¡No vuelvas con ella!

Jaebum se iba a reír, soltando uno que otro comentario para tentar más al menor, pero se arrepintió de inmediato cuando miró los ojitos empapados de Youngjae.

—No, solecito hermoso. No llores, por favor —dijo, secando las mejillas de Youngjae—. No buscaré a Seulgi, porque tú me gustas.

—¿L-lo prometes, Bumie? —Jaebum asintió y abrazó a Youngjae para apaciguar su llanto. Sin que el mayor lo viera, Youngjae sonrió victorioso. Era obvio que no lloraría por tal cosa, pero Jaebum se lo merecía por andar amenazándolo con dichas cosas, ¿Qué se creía?—. Cárgame, Bumie.

—Claro, bonito.

Youngjae se impulsó y rodeó la cintura del mayor con sus piernas, siendo sostenido por este al tomar sus muslos. Eran una combinación extraña, pero a ambos les gustaba lo bien que se sentían juntos. Discutían, y dejaban de hablarse, para al día siguiente pedirse disculpas con desesperación. No podían vivir sin el otro, y no existía un "Lim Jaebum" sin un "Choi Youngjae".

—¿Quieres ver una película, Jae? —preguntó Jaebum una vez llegaron y entraron a la casa del menor. Ya habían comido algo, así que no tenían hambre.

—¿Podemos ver Loco y Estúpido Amor?

Jaebum sonrió y asintió. Era la película favorita de Youngjae, y si tenía que verla veinte veces más lo haría.

Se acomodaron en el sofá, y se cubrieron con unas frazadas. Youngjae se abrazó a Jaebum, y este rodeó su cintura, acercándolo más así, dándole play a la película y comenzando a verla.

La cinta transcurría con normalidad, sabiendo de memoria lo que pasaría en cada momento, y riendo en las mismas escenas de comedia, pero Youngjae tenía otro propósito. En aún rápido movimiento pasó su pierna por encima de Jaebum, y se sentó a horcajadas sobre el mayor, sorprendiéndolo en el acto.

—¿Youngjae, qué h-

—Bumie~ —susurró el chico, colocando sus manos sobre los anchos hombros de Jaebum—. ¿Tú me quieres?

—Claro que lo hago, Youngjae —respondió de inmediato—. ¿Por qué lo preguntas?

—¿Mucho?

—Demasiado.

Youngjae sonrió complacido, pero luego esa sonrisa se desvaneció hasta formar un puchero. —Es mentira, Bumie no me quiere demasiado. Si Bumie me quisiera, entonces sería mi novio.

Jaebum posó sus manos en las piernas de Youngjae y lo miró con seriedad. —Sí quiero ser tu novio, pero esperaremos a que tú tengas dieciocho.

—¡Dos años! —exclamó Youngjae con pesar—. Tengo que esperar dos años para ser novio de Bumie. ¿Y si me gusta alguien más?

—Si te llega a gustar alguien más, entonces puedes estar con esa persona... —murmuró sin muchos ánimos.

Youngjae hizo una mueca. —¿Tan fácil me dejarías ir?

—No es eso, Jae —acarició su mejilla con cariño—. Sé que para ti debe ser pesado esperar, incluso para mí lo es, pero si llega alguien que te gusta no te puedo prohibir que estés con esa persona. Siempre y cuando seas feliz, yo estaré feliz.

—No dices lo mismo lo mismo de mi maestro Jongsuk.

Jaebum frunció el ceño. —Él no. Es mi enemigo de años, no puedes estar con él.

Youngjae rió. Acercó su mano hasta la mejilla de Jaebum, y este colocó inconscientemente sus manos en la pequeña cintura del menor. Se admiraban, no podían desviar la mirada del otro, al fondo se escuchaba la película seguir, pero mirarse era más interesante en aquel momento.

—Béseme, Bumie —Jaebum se iba a negar, pero Youngjae fue más rápido—. Por favor...

El dulce tono con el que habló Youngjae lo tenía cautivado, y sabía que su pequeño angelito era un coqueto que conseguía lo que quería. Pero era tan difícil no hacerle caso.

—Solo uno, ¿Sí?

Youngjae asintió ferviente, y cerró sus ojos. A los segundos sintió una suave presión en sus labios, que duró muy poco para su gusto. Abrió sus ojos con fastidio. —¡Jaebum! —se quejó.

—¡Pero si ya te he besado!

—¡Quiero un beso real!

—¿Acaso lo que te acabo de dar era una ilusión?

—Voy a llorar, primer aviso.

Jaebum rodó lo ojos y miró al contrario. Solo era un beso, ¿Por qué tanto rollo? Ah sí, porque se lo iba a dar al chico que siempre le gustó. Jaebum quería que el primer beso entre Youngjae y él fuese en su primera cita, luego de haberle pedido para ser novios, no en su sala y con Youngjae acorralándolo en el sofá.

Pero ya estaban ahí, así que no tenía de otra.

Acercó nuevamente sus labios a los de Youngjae, tomándose su tiempo para entreabrir su boca y mover sus labios con comodidad. Sentía a Youngjae temblar en su lugar, y le causó ternura, abrazándolo más a sí y besándolo con más seguridad. Delineó su labio inferior con la punta de su lengua, ganándose un jadeo por parte de Youngjae, y aprovecho eso para introducirla.

Todo era nuevo para Youngjae, pero le gustaba. Solo copiaba cada uno de los movimientos de Jaebum, rezando para que lo estuviera haciendo bien. Enterró una de sus manos en el cabello de Jaebum, y la otra la dejó en uno de sus hombros. Movían sus labios con sincronía, y cada vez se iba volviendo más fácil besar al mayor. Le gustaba, ¿Por qué habían esperado tanto para besarse si era tan bueno? Ya entendía a sus amigos cuando hablaban sin parar de los besos que habían recibido.

El aire comenzó a escasear en sus pulmones, y tuvieron que separarse cuando les hizo falta el oxígeno, conectando sus ojos en cuanto pudieron. Sus pechos subían y bajaban acelerados, intentando recuperar todo el aire que necesitaban.

—¿Conforme?

—No.

—Youngj- ¡Mmhp!

El nombre del menor quedó sin terminar cuando el mismo volvió a unir sus labios con los de Jaebum, besándolo con emoción y afirmando su nuca para que no se alejara. Cosa que no iba a suceder, puesto que Jaebum se dejó hacer con toda la debilidad del mundo. Otro beso, ¿Cómo negarse a los dulces labios de su solecito?

—¡Choi Youngjae!

Ambos adolescentes se separaron cuando el grito del padre de Youngjae se escuchó por todo el lugar, haciendo temblar hasta las ventanas. Se separaron con rapidez, mirando al hombre que tenía sus manos hechas puños y su frente arrugada, y junto a él, su esposa que tenía una sonrisa enorme en el rostro.

—T-tíos Choi —saludó Jaebum con nerviosismo.

Youngjae simplemente se cruzó de brazos. ¡Lo habían interrumpido!

—Tú, Lim Jaebum —murmuró el hombre, con un aura que atemorizó al chico—. ¿Qué hacías besando a mi bebé?

—Papá, no empieces...

—Y-yo... tío-

—No me llames tío, mocoso roba angelitos —interrumpió, apuntándolo con su índice—. Es mejor que huyas, porque voy a matarte por ponerle una mano encima a mi hijo.

Jaebum abrió los ojos cuando miró al señor caminar hacia él, y pronto comenzó una persecusión por toda la casa. Youngjae palmeó su frente, ¿Por qué su papá no era normal?

💚

Los cuatro se encontraban sentados en la mesa del comedor; los Choi uno al lado del otro, al frente de Jaebum y Youngjae. El hombre miraba fijamente a Jaebum, mientras que este último solo apretaba sus manos debajo de la mesa, manteniendo su cabeza gacha.

—Y bien... ¿Son novios? —preguntó la madre de Youngjae con emoción. Ignoró el gruñido de su esposo, y miró a los chicos con una brillante sonrisa.

—Aún no —respondió Youngjae con aburrimiento.

—¿Te atreviste a tocar a mi hijo sin ser novios? —dijo el hombre con enfado.

—¡Q-quiero que Jae tenga dieciocho para ser novios! —exclamó Jaebum con apuro.

—Es cierto, no ha querido pedirme nada hasta que sea mayor.

—¿¡Entonces has estado haciendo esperar a mi bebé!?

—¡Tía Choi! —se quejó el chico con ganas de llorar.

La mujer bufó y miró a su esposo. —¿Te calmas o te calmo?

—Jaebum todo este tiempo ha estado diciendo lo mismo —explicó Youngjae—. Hoy fue la primera vez que me besó, y lo hizo porque le insistí mucho.

—Se veía tan obligado... —comentó el hombre con ironía, logrando que Jaebum volviera a bajar la cabeza avergonzado.

—¿Eso es cierto, Bum? ¿Quieres esperar hasta que Jae tenga los dieciocho?

Jaebum asintió. —Youngjae me gusta, mucho, y quiero hacer todo bien con él, por eso quiero esperar hasta que tenga edad para poder pedirle que sea mi novio. Yo no quiero nada malo para él, lo conozco de años y nunca podría hacer algo que lo lastime, incluso hoy le dije que, si llega alguien más que le guste, entonces yo lo dejaré libre, porque mientras él sea feliz entonces yo lo seré.

—Oh, cariño. No es necesario que esperes tanto por Youngjae, yo confío en ti, pero si es tu decisión entonces puedes hacerlo —la mujer le sonrió de forma dulce—. Jae no estará en mejores manos que en las tuyas.

—No esperes, Bumie —suplicó Youngjae—. Podemos ser novios, mi mamá lo dice.

Jaebum sintió sus mejillas calentarse, y miró al hombre, el cual tenía la mirada baja. —Si mi tío Choi me da el permiso, entonces te pediré que seas mi novio, pero si él no está de acuerdo, esperaremos.

Youngjae miró a su papá, y se levantó hasta posarse a su lado, abrazándolo y siendo correspondido al instante. —Papi, Bumie no es malo. Me cuida mucho y siempre se preocupa por mi. Puedes estar seguro que estaré bien. Siempre voy a ser tu angelito, y me tendrás aquí por mucho, mucho, mucho tiempo.

El hombre apretó más a su hijo. Sabía que Jaebum no era mal muchacho, todo lo contrario, lo sentía como a un segundo hijo y sabía cuánto adoraba a su pequeño. Pero era eso, ¿En qué momento su pequeño había crecido tanto? Sentía que en menos de lo que pensara ya se iba a estar casando. Sintió sus ojos humedecerse ante el pensamiento, ¡Se iban a llevar a su tesoro!

Pero eso era parte de ser padres, criar a tus hijos y luego dejarlos libre para hacer su vida. Sabía que estaba apresurando las cosas, aún faltaba mucho para que Youngjae se fuera de su lado, pero era un padre celoso y nostálgico que amaba a su hijo como nadie.

Se separó de Youngjae y miró a Jaebum. —Confío en ti, pero hazle daño y no me importará que me encierren en la cárcel por homicidio.

Jaebum tragó saliva y asintió. —¡Prometo cuidarlo siempre!

—¡Vivan los novios! —exclamó la mujer, aplaudiendo.

Youngjae besó la mejilla de su padre antes de correr a los brazos de Jaebum, comenzando a besar todo su rostro, mientras el mayor solo sentía sus mejillas arder mucho más.

La mujer se acercó a su esposo, besando su mejilla de igual modo. —Eres un padre excelente, ¿Lo sabes no?

El hombre asintió, y se abrazó a su esposa. Quería llorar otro poco. Su hijo estaba en buenas manos, ahora solo quedaba acostumbrarse a la idea.

💚

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro