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💚┋BUMIE

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La señorita Wheein cantaba con la voz más dulce y suave de todas, entonando una alegre canción infantil que tenía a todos los niños embelesados. A excepción de uno; Choi Youngjae.

Mientras sus compañeritos, —tanto niños como niñas— miraban con adoración a la linda maestra, nuestro pequeño protagonista no podía dejar de ver al auxiliar Jongsuk tocar la guitarra para hacerle compañía a la mujer.

Era tan lindo, ¡Y siempre le decía que era el niño más bonito! Su pancita cosquilleaba cada vez que el guapo joven le felicitaba por portarse bien, o hacer todo lo que le habían pedido.

Suspiró con adoración, apoyando su mejilla en su puñito, llamando la atención de Bambam, quien dejó de seguir el canto de su maestra para verlo curioso. —¿Tas bien?

Youngjae solo asintió, y siguió mirando al mayor, sonriendo en cuanto le devolvió la mirada y sonrió dulcemente para él.

—¿Poqué miras tanto a maetro Jonsu?

El niño sonrió tímido y susurró: —Poque es lindo.

Bambam jadeó sorprendido, y abrió su boquita en una perfecta "o".

—¿Te guta el maetro Jonsu? —preguntó sorprendido, a lo que Youngjae solo asintió y ocultó mejillas detrás de sus pequeñas manos—. ¿Poqué?

—Uh, lindo y... ¡Bonito!

No había mayor explicación que esa para expresar el porqué a Youngjae le gustaba el auxiliar. Bambam simplemente se encogió de hombros, y no le dio mucha importancia. Cuando solía estar solo, Jongsuk había sido una gran compañía para él, y lo quería mucho, mucho, así que su amigo tenía razón en que le guste el adulto.

—Bien, pequeños, quiero que todos estén en posición de descanso mientras suena la campana para salir a comer —avisó Wheein, y todos los niños volvieron a sus puestos a esperar como lo había ordenado la maestra.

Jongsuk guardaba la guitarra en su estuche, mientras sentía una pequeña mirada en él. Miró por encima de su hombro y pilló al pequeño Youngjae mirarlo con atención. Negó divertido, y se acercó hasta Wheein para ayudarla a acomodar todo lo del receso.

—¿Sabes cuándo me burlada de ti porque los niños te traían flores?

—Como olvidarlo, estuviste más de una semana riéndote de eso —Wheein rodó los ojos—. Te dije en más de una ocasión que eso es normal. Los niños son inocentes, y su corazón es muy dulce. Donde sientan que son queridos, ahí se quedarán.

—¿Estás segura que es normal?

—Sí, Sukie. Es completamente normal ese comportamiento —la mujer sonrió, acordándose de sus alumnos—. Según los científicos, es normal que un niño se "enamore" de su maestra, o de cualquier adulto en particular —hizo comillas en la palabra—. Pero no es un enamoramientos como tal, es más como un sentimiento de admiración. Te ven como si fueses un modelo a seguir, solo que ellos lo confunden como un amor.

—Oh... —Jongsuk pensó un poco la situación—. Creo que le gusto a Youngjae.

Wheein soltó una pequeña risa, y detuvo lo que estaba haciendo para mirar a su prometido. —Lo he notado. ¿Te molesta eso?

—No, me parece tierno en realidad, solo que no quiero lastimarlo o algo parecido. Es un bebé —rascó su nuca avergonzado. Si era sincero, Youngjae era su alumno favorito, porque sí, los maestros tienen su favorito en el salón, así que no quería hacer sentir mal al niño.

—No lo lastimarás, bobo —rió y acarició la mejilla de contrario—. Solo sigue tratándolo como lo estás haciendo, ya verás que poco a poco su adoración se irá.

—¿O sea que puedo seguir regalándole dulces y consintiéndolo?

—Hey, los demás se darán cuenta de que tienes favoritismo.

—Vamos, como si tu favorito no fuese Bambam. Deberíamos robarlos y huir lejos.

—¡Oh, por Dios! ¡No digas esas cosas tan turbias! —regañó, pero no hizo más que reír con Jongsuk por su tontería.

El timbre sonó, y ambos volvieron a sus facetas profesionales, ordenando a los niños en una fila para llevarlos la patio de recreo. Jongsuk sintió un pequeño tirón en su pantalón, y al bajar la mirada se encontró con el precioso Youngjae, quien lo miraba con los ojitos brillantes y una tierna sonrisa de dientes de leche.

¿Cómo esa adorable criatura no iba a ser su favorita?

Lo tomó en brazos, y dejó un sonoro beso en su mejilla. —¿Cómo estás, pequeñito?

—¡Bien! —respondió el niño, aún con su sonrisa en el rostro.

—¿Te has estado portando bien? ¿Le haces caso a papi y a mami? —Youngjae asintió con ahínco—. Entonces te has ganado lo que traje para ti.

Sacó del bolsillo de su pantalón una pequeña chupeta, y se la entregó al niño. Youngjae la tomó emocionado, y dejó un corto beso en la mejilla de Jongsuk, para luego abrazarse a él, y ocultar su carita en su cuello.

El mayor no hizo más que abrazarlo de vuelta, y mecerlo de un lado a otro, siendo visto de lejos por Wheein, quien solo negó divertida por el cariño tan grande que tenía su pareja para con él niño y viceversa.

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—Dame chupeta.

—Nop.

—¡Anda, Jae! ¡Dame chupeta!

—Nop.

—¡Jinyoungie, Jae no me quiere dar de su chupeta! —se quejó Jackson, moviendo a Jinyoung de un lado a otro, mostrando su descontento.

—Jackson, si Youngjae no quiere compartir su chupeta entonces déjalo tranquilo.

El niño se cruzó de brazos enfadado. ¡Se supone que son amigos! Los amigos comparten sus dulces, juegan y se quieren mucho. ¡Era su obligación como amigo compartir esa chupeta!

—Jacky... t-ten —Mark le tendió un paquete de galletas que su madre le había enviado. Tenían forma de cuadrado, y él solo comía las que tenía forma de círculo.

—Gracias, Markie~ —tomó las galletas y sonrió—. Tú sí eres un buen amigo... no como un nutria mesina.

—Se dice "mezquina", Wang gae—corrigió Jinyoung.

—Aún sigo estando chiquito y me equivoco al hablar, Park gae.

Jinyoung rió, y luego los miró con interés. —¿Quieren que les cuente una historia?

Tan pronto el niño soltó esas palabras, Mark y Jackson lo escuchaban atento, mientras que en sus piernas estaban Bambam y Yugyeom, también al pendiente de lo que contaría el niño genio.

Jaebum desvió su mirada, y le dio curiosidad la forma en que Youngjae sonreía al ver el dulce entre sus manitos. Se acercó a él y picó su mejilla, llamando su atención. —¿Por qué miras la chupeta así?

Degalo —reveló el niño, y soltó unas pícaras risitas.

Jaebum ladeó su cabeza. —¿De quién?

Maeto Jonsu, ¡Lindo!

Ya va. ¿Qué? ¿Quién?

—¿Por qué dices que tu maestro es lindo? —preguntó confundido.

Poque es lindo, duh —dijo de manera obvia el más pequeño, y se abrazó al dulce—. Cuado sea gande, ¡Jonsu será mi novio!

Algo en esa frase logró que el corazoncito de Jaebum se sintiera pesado, y que su frentecita se arrugara con disgusto. —¡No puedes hacer eso! ¿Recuerdas cuando Jackson tuvo novia? ¡Nos dejó a un lado!

—Ah, pero era novia —movió sus manitos al explicar—. Yo tendé novio.

—¡Igual! ¡No puedes! ¡Estás chiquito!

—¡Yo dije de gande!

—¡No, no y no!

—¡Bum, túpido! ¡Lo odio, feo!

—¡Pues yo te odio más! ¡Nutria tonta!

Los ojitos de ambos estaban llenos de lágrimas, y Jaebum no hizo más que salir corriendo lejos del niño para que no lo viese llorar con tantas fuerzas como quería hacerlo.

Youngjae abultó sus labios, y empezó a sollozar. ¡Jaebum dijo que era una nutria tonta! ¡No un niño bonito! ¡No un solecito! ¡Una nutria tonta! ¿¡Y dijo que lo odiaba!? ¡Bum dijo que lo odiaba!

—¿Qué acaba de pasar? —murmuró Jackson, atónito por el pequeño espectáculo que acababan de presenciar.

El niño lo miró, y sollozó más alto. —¡Jacky! —corriendo a los brazos del mayor para poder ser consolado.

Mark no entendía nada, Bambam miraba preocupado a Youngjae, Yugyeom se estaba estresando por el escándalo de su amigo, y Jinyoung simplemente se levantó para ir a buscar a Jaebum, ya que si Youngjae estaba así, su amigo posiblemente estaba peor.

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Cuatro niños más un bebé, —el cual no estaba muy al pendiente de lo que sucedía— miraban de un lado al otro, intentando hacer que sus amigos volviesen a hablarse como antes.

El día anterior Jaebum no quiso volver con ellos, pese a las constantes súplicas de Jinyoung para que lo hiciera, pero ese día sí volvió, aunque nada era igual. Youngjae por un lado y Jaebum por el otro, casi dándose las espaldas.

—¿Poqué no se hablan? —preguntó Bambam, intercalando su miradas en ellos. 

—Yo no hablo con nutrias tontas.

Un jadeo se escuchó por parte de Youngjae, y se cruzó de brazos. —Yo no habo con feos.

¡Él no era feo! ¡Era un niño muy bonito! Jaebum apretó sus puñitos con fuerza, y estuvo tentado a irse, pero no le daría el gusto a ese niño berrinchudo.

—A-amigos, somos ami-gos —Mark intentaba llamar la atención de ambos.

—¡Sí, los mejores! —secundó Jackson, pero sin lograr algo en ellos.

Yugyeom bostezó, y tiró de la manga a Jinyoung. —Pi.

—Oh, vamos con la maestra Wheein —se levantó y caminó con el bebé, quien ya no usaba pañales y avisaba cuando quería ir al baño.

Con dos menos en el lugar, Bambam se acercó hasta Jackson y Mark. —No me guta así. ¿Podemos inos?

Sin muchas ganas de presenciar la situación entre sus amigos, los tres niños se alejaron de ellos para poder jugar y hablar tranquilos, sin la tensión de los amigos que parecían odiarse.

Youngjae jugaba con sus deditos, cuando un movimiento a lo lejos llamó su atención. Miró al lugar, y abrió los ojos cuando miró un insecto asqueroso y raro, ¡Él les tenía mucho miedo!

Se levantó con rapidez, y corrió hasta Jaebum, —muy a su pesar, ya que era el único ahí— para sacudir su brazo con desesperación.

—¡Un bicho! ¡Un bicho venenocho! —gritó, con las intensas ganas de llorar atacándolo.

Jaebum lo miró, y desvió la mirada con dignidad. —Dile a tu futuro novio.

—¡Bumie! ¡Ayuda, pofavo! —sollozó, ahora sí llorando con ganas.

El niño se sintió mal por la forma tan desesperada en que lloraba el menor, así que suspiro y se levantó. —¿Dónde está?

Youngjae señaló el lugar, con su dedito temblando de miedo. Jaebum miró y se abstuvo de rodar los ojos al ver un escarabajo. ¿¡Qué podía hacer ese insecto!? ¡Parecía una tortuga! Se acercó al animalito, y no tuvo corazón para matarlo, así que solo lo tomó y lo dejó en un arbusto cercano.

—Listo, ya no te hará nada —dijo una vez volvió.

Youngjae se abrazó al niño con fuerzas, sintiéndolo como su salvador. —¡Gacias, Bumie!

—Yo soy quien te salva de los insectos y tú quieres ser novio de tu maestro —se quejó, y recriminó con la mirada al menor, que lo veía curioso—. ¿Tu maestro ha matado un insecto por ti?

Youngjae negó.

—¿Ves? Yo mato los insectos que te asustan, te digo que eres el niño más bonito, juego contigo y siempre te abrazo. ¡Pero tú quieres ser novio del tal Jonsu!

Jonsu bonito.

—¡Mi mami dice que soy el niño más bonito! ¡Pero desde ayer dices que soy feo! —los labios de Jaebum temblaron y se alejó de Youngjae—. ¿En serio soy feo? Estoy foncundido, tú me dices feo y mi mami bonito.

Youngjae se sintió mal y negó. —Bumie bonito... —concedió e hizo una mueca con los labios—. ¿Yo nutia tonta?

—Nunca. Nutria bonita y lista.

Ambos niños se sonrieron, y no tardaron mucho en volverse a abrazar. —No más peleas. No me gustan, solecito —dictaminó Jaebum, y Youngjae estuvo de acuerdo. Al separarse, el mayor de ambos sacó un pequeño caramelo de su bolsillo, y se lo entregó a Jae con timidez—. Es chiquito, y no es tan genial como el que te dio tu maestro, pero lo traje para ti.

Youngjae lo tomó y sonrió. —¡Bumie es e mejo!

—¿Mejor que Jonsu?

El niño rió. —Nop —y Jaebum se sintió triste otra vez—. ¡Supe, dupe, mejo que Jonsu!

Y dicho esto, dejó un corto besito en la mejilla del niño, quien no hizo más que sonreír avergonzado, con sus mejillas en llamas. —Te quiero, solecito.

—¡Yo mucho , Bumie!

Los amigos antes que las novias, y  futuros novios también.

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