₊˚ 016 ༄
「 🌪️ 」─── ◡̈ ❝ Guilt ❞ ♡ ;;🥀❜
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TORI Y CARL HUSMEABAN al rededor de el pequeño granero donde estaba encerrado Randall, el muchacho sin una pierna.
— Shane dijo que es cosa de adultos, son estupideces. — murmuró Carl mientras se sentaba recargado en el granero.
— Carl... — llamó Tori mientras ponía una mano en su hombro. — No pienses así, ellos no quieren que nos preocupemos, estamos bien así. Tú mismo lo dijiste hace algún tiempo.
Tori lo entendía, incluso llegaba a pensar igual que él, pero uno de los dos tenía que prevenir hacer una tontería.
— Pero no lo pienso ahora, creo que deberíamos saber cómo son las cosas, aun que tú ya lo sabes. — Tori frunció el ceño, no sabía cómo tomar eso, y no pudo decidirse si el estaba enojado con ella por haber salido.
— Bueno, puedes darte una idea al ver mi rostro con curitas y rasguños. — dijo algo a la defensiva.
— Lo sé, pero ponte en mi lugar, yo también quiero hacer algo, no lo sé. — Carl tiró de su cabeza para atrás y cerró sus ojos con fuerza.
Hubo un silencio algo incómodo hasta que el ojiazul abrió los ojos rápidamente.
— Tengo una idea. — Tori asintió algo asustada. — entremos a el granero.
La castaña negó rápidamente, era muy arriesgado, no sabían si Randall era malo en realidad, estaba indefenso pero si alguien los encontraba tal vez los castigarían.
— No, es peligroso. — respondió la pequeña.
— No lo es, está amarrado y sin una pierna, vamos. — Carl se puso de pie y escabulló por la parte de arriba entrando al techo de él granero.
Tori suspiró y lo siguió, al llegar sentaron en el borde observando a Randall, Tori sintió un escalofrío recorrer su espalda, así que tomó la mano de Carl y se acercó a él.
Dio un pequeño brinco cuando Randall volteó a verlos.
— Ey... hola, lindo sombrero. Soy Randall, ¿cómo te llamas? — preguntó, se veía desesperado. — El policía, ¿es tu papá? Me agrada, es un buen tipo.
Los niños solo lo veían sin expresión.
— La mujer, la pelinegra, es tu madre, ¿cierto? tienes suerte de tener a tu familia, yo perdí a la mía. Aún que ella es un poco ruda. No se que dicen de mi, pero no hice nada, lo juro. Tu padre iba a liberarme hasta que su amigo empezó a pelear con el.
Carl iba camino a las escaleras apunto de bajar, pero Tori tomó de su hombro haciendo que retrocediera.
— ¿Qué haces? — preguntó preocupada.
— El no nos hará daño. — susurró solo para ellos.
— Eso lo sé, no seas tonto, si nos ven nos regañarán. Vamos de aquí. — Tori vio como Carl la veía dudoso, el de verdad quería bajar con el.
La niña pensó en cómo convencerlo y solo se le ocurrió una cosa. Se acercó a él y dejó un beso en su mejilla.
— Vámonos. — murmuró, y fue lo único que Carl necesitó para salir de ahí.
Al bajar y caer en el piso escucharon como la puerta se abrió dejando ver a Shane entre la madera.
— Eso estuvo cerca. — suspiró Carl.
— Vamos a otro lado, esto se siente incorrecto. — Tori empezó a caminar con Carl detrás de ella.
— ¿Fue muy tonto lo que hice? — preguntó Carl a un lado de Tori.
— Si, pero está bien, a todos nos pasa. — respondió dándole una pequeña sonrisa.
— Mm, es que papá lo va a matar.
— Pues yo creo que ellos saben lo que hacen. — replicó Tori tomando asiento en el porche.
— Se que debe de ser así, pero se siente mal de alguna forma. — Carl frunció el
ceño.
— Si, se que no está bien, pero si ya intentaron dejarlo ir y no funcionó pues sería una solución. — dijo la castaña de forma indiferente.
— Supongo que las cosas serán así de ahora en adelante, matar o morir.
Tori lo volteo a ver, estaba buscando rastro de una emoción en su rostro, pero no había nada, tal vez coraje.
— Probablemente.
Carl se puso de pie y empezó a caminar, alejándose de la granja. Antes de levantarse le hizo una señal a la pequeña con la cabeza.
Tori lo siguió, no quería dejarlo solo, pues parecía que solo ponían se ponía en riesgo últimamente.
Carl se acercó al lugar donde Daryl estaba escondido, y empezó a husmear sus cosas.
— ¡Carl! — llamó Tori en un murmuró.
Carl solo le dio una sonrisa y tomó las manijas de la moto de Daryl.
— ¿No es genial?
— Si, pero no deberíamos de estar aquí.
— Lo sé, solo vengo por algo. — el preadolescente tomó un arma de la muchila de Daryl y la metió en su cinturón, debajo de su camisa.
— Oye...
— No voy a hacer nada tonto. — Carl se acercó a Tori y dejó un beso en su frente mientras tomaba su mano. — Lo prometo, ahora vamos.
Carl guió a Tori hasta el bosque, caminaron ahí por algún tiempo.
— Es muy tranquilo, me gusta. — comentó Carl. — podríamos venir de vez en cuando.
Tori analizó el rostro de Carl, lo decía enserio. A ella le gustaba la idea, pero sabía que era peligroso, muy peligroso.
— Si, claro.
Siguieron caminando hasta toparse con un pequeño rio, que podían cruzar de un brinco, del otro lado estaba un caminante. Estaba atorado en el lodo, eso parecía.
Los niños fueron unos pasos atrás, pero Carl se reincorporó y se acercó, tomó unas piedras y las lanzó al caminante.
— Es una pérdida de tiempo. Solo vámonos. — dijo Tori acercándose a Carl.
— Espera, quiero ver cómo es. — Carl cruzó el río, haciendo que la castaña rodara sus ojos, y lo siguiera.
Ahora estaban frente a frente con el caminante, Tori por instinto sacó su navaja. Carl apuntó con el arma al caminante.
Lentamente el caminante empezó a salir del lodo, cosa que Tori notó, y Carl no, estaba ocupado poniendo atención a la puntería.
— Esta saliendo. — Tori señaló a sus pies algo asustada.
— Será mejor irnos antes de que salga por completo. — Carl guardó su arma, y tomó la mano de Tori, para luego salir por donde habían entrado.
Al llegar a la casa todos estaban en la sala, Rachel le hizo un movimiento para que se acercara.
La niña lo hizo y su madre se puso de cuclillas.
— Quiero que solo escuches, no opines o hables, solo pon atención. — murmuró Rachel.
Tori asintió y se sentó al lado de Megan, la rubia murmuró algo a su oído.
— ¿Dónde estabas? — preguntó algo preocupada. — No te vimos en toda la tarde.
— Con Carl. — se limitó a decir, no quería dar detalles de que salieron de la granja.
— Dios, claro que sí. — interrumpió Luck inclinándose sobre Megan. — ¿Qué hacían exactamente?
Tori abrió y serró su boca varias veces, no sabía que decir sin exponerse a Carl y a ella, por suerte Rick empezó a hablar, haciendo que todos se pusieran rígidos en sus asientos.
Y la discusión empezó, la mayoría quería que el muriera, en realidad todos, a excepción de Dale.
El creía que Randall merecía una segunda oportunidad, que podía ser parte del grupo, al final el no había hecho nada, solo tuvo la mala suerte de cruzarse con su grupo.
Tori pensó que el debía morir, no lo merecía, pero lo debía hacer, la gente no estaba cómoda y corrían riesgos al tenerlo ahí.
Llegaron a la conclusión que lo harían esa noche.
— No pueden hacer esto. — exclamó Dale con frustración llevándose las manos a la cabeza. Al no ver ninguna reacción intentó otra vez. — Rachel, tu eres madre, tu entenderás....
La mujer se acercó a Dale lentamente con una mirada abierta y atenta.
— No, Dale, eso no funciona conmigo. Lo siento pera está decidido.
Rachel se apartó de él y la gente empezó a irse, la mujer se acercó a sus hijos y los envolvió en un abrazo.
— Los amo, niños y hago esto por ustedes, lo prometo, aún que aveces no lo parezca. — Rachel dio un beso en la frente de cada uno. — No quiero que se preocupen por esto, ¿si?
Los tres niños asintieron conmocionados.
— Bien, mamá. — respondió Luck regalándole un sonrisa.
Tori vio como Carl se asomaba por la puerta y no pudo evitar ir con el, pero sintió la mano de alguien. Megan.
— Tori, no tardes. — dijo con un puchero, el cual hizo reír a la castaña.
— Claro.
Tori camino por los pasillos hasta la cocina, donde Carl se encontraba tomando agua en la mesa.
— ¿Qué fue lo que paso? — preguntó este acercándose a la niña.
— Um, ya sabes. — murmuró. Tori lo vio con sus ojos llenos de lástima.
— Si, debí suponerlo. — Tori asintió en respuesta, y de nuevo notó como la tomaban de la mano. — Deberíamos ir a ver.
Tori abrió sus ojos de par en par y se quedó estática viendo al ojiazul.
Salir al bosque, robar un arma, pasar tiempo con extraños, eso era una cosa, pero ver el asesinato de alguien era otra muy diferente. Tal vez.
— Yo... — la castaña no pudo seguir pues la presencia de alguien la detuvo.
— Tori, ven. — Megan se coló a su lado y la tomó del hombro. — Carol me ha estado enseñando a tejer, creo que le agradó. ¿Quieres venir?
La rubio repartió miradas entre los niños, quienes se veían como si estuvieran hipnotizados.
— Bien. — la respuesta que dio se a figuró más a un suspiro, ya que sacó todo el aire que inconsciente estaba reteniendo.
Megan la tomó del brazo y la lleva a afuera, hacia la casa de campaña.
— ¿Qué traen entre manos, eh? — Megan la vio con una ceja levantada y los ojos entrecerrados soltándose de su agarre.
— Nada, solo que Carl está diferente estos días. — Tori suspiró y le dio una rápida mirada a él granero detrás de ella. — Tal vez solo es la muerte de Sophia.
— Mhm, tal vez solo es que el mundo ha cambiado tanto y ahora las personas que queríamos son capaces de comernos vivos, pero solo eso.
Tori volteo a ver a la rubia confundida.
— ¿Cuál es tu punto? — preguntó mientras se adentraban a la tienda.
— Pues, tal vez necesitas darle tiempo, ya sabes, un respiro para que piense todo eso, no hay una día donde no haya drama en esta granja. — Magan tomó asiento y fijó su vista en los ojos de la menor. — Tu también lo necesitas.
Tori suspiró y cerró sus ojos. Necesitaba pensar en su respuesta, no quería confundirse.
— Mira, tengo varias cosas en mente. — soltó por fin. Megan sonrió y asintió rápidamente. — Extraño la presencia de Sophia. Extraño mi casa. Carl me gusta mucho y hoy dormiremos juntos.
La rubia mostró una risa nerviosa y empezó a sacar su estambre para tejer.
— Bien, es un avance, poner las cartas sobre la mesa. — Tori no pudo evitar reírse de Megan.
— ¿Te gusta tejer? — preguntó algo extrañada, le parecía algo aburrido.
— Si, una vez que le encuentras lo entretenido no lo sueltas, te distrae y el tiempo se pasa volando. — Tori asintió y tomó su propio estambre y palillos.
— No se como...
— ¡Oh, claro! — Megan se acercó y tomó las manos de la castaña mientras las acomodaba. — Sigue mis movimientos.
Tori prestó mucha atención y empezó a tejer lentamente, trataba de hacer una fila pero era algo difícil.
— Bueno, cuéntame, ¿dormirás con Carl? — susurró Megan con una sonrisa pícara.
— Mjm, es que haremos una pijamada. Haremos un maratón de su comic. — respondió con una boba sonrisa en sus labios.
— Bien, mantendré a Luck ocupado, así no se de cuenta. — la rubia siguió tejiendo, sin darse cuenta del impacto que tuvo en Tori.
La castaña la miraba con confusión, no sabía cómo interpretar sus palabras, tal vez ella solo pensó mal, pero una mueca de asco no pudo evitarse formarse en su rostro.
— Ew... — exclamó mientras fruncía sus cejas y regresaba a su estambre.
— No es lo que crees, Tori. — tarareo, claramente mintiendo, si lo que Tori tenía en mente era que se iban a besar toda la noche, estaba en lo correcto.
— No quiero saber, honestamente. — contestó con una sonrisa de lado.
Las niñas siguieron su arduo trabajo entre risas y comentarios tontos, hasta que Luck se mostró en la tienda con unos ojos de muerto y super rojos.
— ¿Debería preocuparme? — Tori lo veía con los ojos entrecerrados mientras dejaba su libro de medicina a un lado.
— No, deberías sentirte culpable por dejarme dormir bajo el sol tanto tiempo, los mosquitos me comieron vivo, últimamente comer gente viva está de moda. — dijo mientra se frotaba los ojos con cansancio.
Tori frunció el ceño y sacó su cabeza de la tienda al ver el campo envuelto en la obscuridad de la noche recordó a Carl.
— Bueno, ahora vengo. — soltó mientras de daba una mirada cómplice a la rubia a su lado.
— Espera... — cuestionó el castaño mientras veía como Tori salía de la casa de campaña.
— Sabes, siempre me ha gustado esa camisa azul tuya. — hablo Megan antes de que Luck pudiera hacer más preguntas.
— ¿De verdad? — fue lo ultimo que Tori escucho antes de ir directo a la tienda de Carl.
Mientras la menor caminaba logró apreciar una sombra entre la obscuridad del campo. Asustada llevó su mano a la bolsa trasera de su pantalón, donde acostumbraba a poner su navaja.
Se quedó quieta en su lugar sintiendo como su pulso se aceleraba rápidamente, hasta que la silueta salió y la luz del porche pudo iluminar su rostro.
— ¡Mierda! — suspiro Tori — Casi muero del susto.
— Esa boca, señorita. — Alice camino lentamente hacia la niña.
— Lo siento. ¿Qué haces aquí afuera? — Tori frunció el ceño y dejó caer su mano lejos de sus bolsillos.
— Debería preguntarte eso a ti, cariño, es tarde. — Alice dejó caer su mano en el hombro de la niña regalándole un sonrisa.
— Iba a dormir, solo estaba buscando a Carl. — murmuró.
— Bien, hablando de él yo también lo busco.
— ¿Por qué?
— Vi la sombra de un pequeño yendo al granero, pensé que eras tú, pero ahora supongo que no.
Tori abrió sus ojos de par en par dándose cuenta de lo que Carl estaba haciendo, ver el asesinato de Randall.
— Ese niño es tan terco. — maldijo Tori mientras buscaba con la vista a Carl.
— Lo sé, es un hombre. — Tori soltó una risa, cosa que hizo sonreír a Alice. — Iré por el, cariño, espera aquí.
— Oh, no... — respondió Tori con un puchero.
— Bien, pero no pongas en peligro tu vida.
Tori asintió y dicho eso ambas empezaron a caminar al granero, al llegar notaron las puertas abiertas y un niño dirigiéndose a la puerta.
— ¡Carl! — llamó Alice. El niño hizo caso omiso y se acercó a las puertas. — ¡Dios! ¡Carl!
Tori corrió al lado de Carl, sintió como la mano de Alice trataba de frenarla, así que la rubia corrió detrás de ella.
Ahora estaban los tres frente el granero, teniendo una vista completa de lo que pasaba adentro.
Y la imagen fue, rara, pero solo para Tori, por que ya no era sorprendente o perturbadora, pero tampoco era algo normal. Y eso la hizo sentir mal, rara.
Su madre tenía su gran arco listo para disparar. Justo enfrente de ella estaba Randall arrodillado, amordazado y amarrado, como un perro, con lágrimas en los ojos y soltando gemidos y jadeos.
Rick, Shane y Daryl veían todo con atención, la mujer tenía una mirada vacía. Su vista se dirigió a las personas en la puerta, más que nada a su hija.
— Vámonos, niños. — Alice tomó a Tori de brazo sin apartar la vista de Rachel, la rubia no sabía que ella era ese tipo de persona, la admiraba por ser un mujer decidida y líder, no por ser una asesina.
— Esta bien, llévatelo, cariño. — Rachel bajo su arco y puso su atención en ellos. Daryl tomó a Randall y lo sacó a empujones, pasando a un lado de Tori. La pelinegra se acercó y le dio una rápida mirada a Alice. — Puedes irte, gracias.
— Yo... — protestó Alice algo incómoda.
— Por favor.
La rubia se fue sin más, dejándolas solas, pues Rick había llevado afuera a Carl.
— Lo ibas a matar. — dijo Tori sin expresión.
— Así es. ¿Que piensas? — Rachel se puso de cuclillas y peinó el cabello castaño de su hija.
— Qué estás loca por hacerlo. Pero lo entiendo. — Tori se apartó levemente de ella y soltó un suspiro.
— Lo siento, no quería que vieras eso.
— Lo sé, pero ya está, creo que a estas alturas ya no puedo sorprenderme mucho por esto.
Rachel sintió como su corazón se quebraba una vez más, tomó a su hija en sus brazos y respiró su aroma, ella había dado a luz a esa pequeña de ojos y cabello castaño, era su bebé. Y le deprimía que estando tan pequeña tuviera que pasar por eso.
— El vivirá.
— No tienes que hacerlo, se lo que hizo...
— El no hizo nada. — interrumpió la mujer. — tal vez solo necesita una prueba para ver si es de fiar, ¿No lo crees?
— Tal vez.
Ambos niños se encontraban en la casa de campaña a altas horas de la noche leyendo cómics, como acordaron.
— ¿Te gustó? — preguntó Carl ansioso por la respuesta de la castaña.
— Mm, no lo sé, prefiero mis libros de medicina. — respondió.
— Eso es algo aburrido. — Carl cerró el cómic y dirigió su vista a la niña.
— Cuando te de gripe y yo sea quien te cure no será aburrido. — Tori sonrió orgullosa y cruzo sus brazos.
— Apuesto a que si, serás una gran doctora. — Carl dejó caer su mano en el hombro de Tori con una gran sonrisa.
— Gracias... — la pequeña se abalanzó sobre el ojiazul y lo abrazó con fuerza, pero sin llegar a ser ruda.
— Creo que deberíamos dormir. — murmuró Carl sin soltar a Tori. Esta se separó y asintió.
Ambos se recostaron en las sábanas, al principio fue incómodo, parecían dos troncos en una colcha, pero después de un rato Carl se inclinó hacia su amiga.
— Gracias por no dejarme solo, Tori. — dijo con un brillo en sus ojos.
— No hay de que, me gusta estar contigo. — la castaña se inclinó hacia el y este le tomó la mano, entrelazándolas.
— Buenas noches, Tori. — Carls se acercó y dejó un beso en la frente de la niña, acercándose más a ella. La niña cayó en un sueño profundo, hace mucho no dormía tan fácilmente y con tanta paz.
Y así durmieron juntos por un tiempo, ya que a las pocas horas unos gritos los despertaron. Carl fue el primero en despertarse, notó rápidamente que la castaña estaba rodeada en sus brazos, así que la despertó antes de que se diera cuenta.
— ¡Tori! — Al ver que su amiga no despertaba intento utilizar un apodo, que muy dentro de su corazón sabía que sentía. — Oye, linda.
La niña se movió vagamente hasta que Lori interrumpió en la carpa.
— ¡Carl! — la mujer se sorprendió al ver a los dos niños en las sábanas pero lo ignoró, habría tiempo para hablar con ellos. — despierten y vayan a la casa, enciérrense ahí. ¡Vamos, rápido!
Cuando ambos salieron gracias a los empujones de Lori, vieron que la granja estaba hundida en desesperación, Magan y Luck estaban en la entrada de la carpa, en pijama, Luck frotaba sus ojos con su puños y Megan soltaba un bostezo.
— ¡Vamos, Carl! — Tori lo tomó de la mano y fue con sus hermanos. — ¿Saben que pasa?
Megan negó con la cabeza y estiró su cuello para intentar ver algo, pero Tori se dio cuenta de que Carl ya había empezado a correr a la fuente del ruido.
— Mierda... ¡Carl! — la castaña corrió detrás de el dejando a la pareja sin importarle mucho.
— ¡Tori! — gritó Luck, seguido corrió detrás de ella, y como si fueran domino's Megan fue detrás de el.
Al llegar vieron como las personas rodeaban algo, incluido Carl, al Tori acercarse vio a Dale perforado del estómago y escupiendo sangre, junto con un caminante ahora muerto tendido en el suelo.
Entonces notó algo, era el mismo caminante que ella y Carl había visto en el bosque. El ojiazul al darse cuenta la tomó fuerte de la mano y la mantuvo cerca a él.
Tori no sabía que pensar tenía un gran escalofrío en su pecho, no pudo evitar pensar que si tal vez hubieran dejado a ese caminante ahí eso no hubiera pasado.
Alice había llegado y claramente no podía hacer nada, no solo era una perforación, estaba partido a la mitad.
La castaña sintió como Alice se ponía a su lado y se arrodillaba junto a ella.
— No veas esto, ¿Bien? — Tori asintió y se concentró en el azul cielo de los ojos de Alice, ella le recordaba mucho a Silvia.
No pudo evitar ver de reojo como su madre tomaba su arma y disparaba a Dale. Cuando escuchó el sonido del impacto soltó un pequeño brinco hacia atrás, y su expresión fue neutral, pero sintió lágrimas cálidas caer por su rostro.
Alice la envolvió en sus brazos y le dio caricias en la espalda mientras siseaba para tranquilizarla.
Había pasado otra vez, esas cosas habían encontrado el camino hacia ellos.
⋆ 𐙚₊˚⊹ 𝘋𝘪𝘢𝘯𝘢'𝘴 𝘴𝘱𝘢𝘤𝘦 •˙ᯓᡣ𐭩.ᐟ
Holi!
Volví después de casi 2 meses sin escribir, la verdad fue muy difícil, no por el capítulo sino por que me faltó muchísima motivación, pero nunca pasó por mi mente dejar la historia, lo prometo.
Les quería agradecer por las 2000 lecturas eso es mucho para mí siendo una escritora pequeña, y espero podamos seguir haciendo crecer esta historia!
No olviden votar y compartir la historia si les está gustando 🫶🏼
Nos leemos pronto, byeee!
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