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「 🏹 」─── ◡̈ ❝The beginning❞ ♡ ;; 🫀 ❜
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TODO ESTABA OSCURO, era de noche y había gente gritando y llorando, los muertos se comían a los vivos a sangre caliente, sin remordimiento, sin siquiera parecer humanos. Los Gallager habían decidido salir de el pueblo para ir a Atlanta en busca de un refugio, y de Silvia Pérez, miembro de la familia, junto con su Madrina Andrea y su hermana Amy.
— ¿Mamá qué hacemos? — preguntó la pequeña Victoria asustada, estaba sentada en la parte trasera del auto con la mano entrelazada a la de su hermano.
— No lo sé, todo va a estar bien cariño, somos fuertes. Andrea, tengo que bajarme, necesito buscar respuestas o ayuda.
La mujer estaba desesperada pues no sabía cómo iba a sacar a su familia y amigas de esa situación en la que ella los había puesto, pensando que era lo mejor.
— No voy a dejar que lo hagas sola. Podría ser peligroso, te acompaño. Amy, quédate aquí y cuida a los niños. — Dijo Andrea antes de salir del auto.
— Volveré antes de que lo esperen, no iré lejos, háganle caso a Amy, los amo.
Si más la mujer salió y se perdió en el tráfico. Victoria sentía lágrimas caer, tenía mucho miedo, y desesperación por no hacer nada, quería salir y eliminar a esos monstruos ella mismas uno por uno, volver a casa y ser feliz, pero las cosas no eran así.
Luck, su hermano, era el que menos se veía preocupado, lo estaba, claro que sí, pero en el fondo sabía que debía demostrar seguridad a su familia y ser un "debilucho" no ayudaría.
— Ey, está todo bien, ellas volverán, buscaremos un sitio seguro ¿okey?
La niña solo pudo asentir ante las palabras de su hermano, se escuchaba tan irreal.
— Hola, soy Dale. — se presentó un hombre alto y mayor, para seguido darle una mano a la mujer que estaba en el piso después de ser tirada por la multitud.
— Gracias, Dale, soy Rachel, un gusto. — dijo sonriente a pesar de sentir sus piernas arder por la caída.
— Igualmente, estamos buscando gente que quiera ir con nosotros a las montañas, ya sabes entre más mejor.
— Gracias, Dale pero... — la mujer fue interrumpida por su amiga.
— ¿Cuantas personas son?
Rachel no pudo evitar voltear a ver a Andrea con confusión y molestia. Era obvio que en una situación así no podían confiar en cualquiera.
— Somos ya bastantes, son 4 familias y algunos como yo que vamos solos. Tenemos coches, provisiones que juntamos entre todos de lo que traíamos, puede funcionar.
La verdad estaba convenciendo a las mujeres y Andrea sabía que era decisión de Rachel pues era la que más tenía que perder y la que los había llevado hasta ahí.
— Está bien, pero no quiero inconvenientes. — Advirtió para sus dos compañeros.
Rachel entró al auto junto con Andrea, ambas estaban serias y se veía que tenían mucho de qué hablar.
— ¡Mami! — gritó en su susurro Victoria, sabía que no podía hacer ruido, intentó acercarse pero Luck la detuvo.
— Deja descansar a mamá, después la abrazas ¿si?
La niña asintió con la cabeza y se dejó caer en su asiento.
— Gracias, niños. Andrea, sé que eso suena tentador pero qué pasa si no funciona, si estamos arriesgando nuestras vidas por ir a las montañas, ve tú a saber qué tipo de riesgos hay allá. No conocemos a esa gente. Aparte, sabes que no solo vinimos a acampar, tenemos que encontrarla.
Rachel se veía realmente estresada, sus manos estaban hechas un remolino y su cara estaba pálida.
— Oye, todo va a salir bien, es mejor que nada y si no funciona sabremos salir de esa, lo importante es no separarnos. Nos iremos mañana por la mañana como quedamos, por mientras vamos a turnarnos para vigilar. Silvia ésta bien, sabe cómo cuidarse y lo sabes, si no fuera así ella no se hubiera atrevido a salir.
Todo quedó en silencio, Rachel se hizo bola en su asiento, a sus hijos les dolió ver a su madre así, sabiendo que ella era vulnerable a las emociones fuertes, sin embargo era una mujer muy fuerte.
A la menor le dolio su tía, ¿por que se había ido? ¿por qué no las espero? Ella realmente la amaba, era como una segunda madre para ella, su tía la cuidaba las noches que su madre trabajaba turnos extras, ella le contaba chistes, cuentos para dormir, jugaban juegos de mesa, era su mejor amiga, y solo se fue sin dejar más que una nota.
Habían llegado, todos bajaron de sus autos, la castaña empezó a ver a su al rededor, todo era solo silencio, y calma ahí arriba, el cielo estaba despejado y el límite del bosque estaba cerca.
— Bien, voy a ir con Dale, ¿Trajimos casa de campaña, Andy? — preguntó Rachel frenando el auto.
— Si, Amy empacó una antes de salír, pero habrá que racionar el espacio un poco.
La mujer asintió y luego salió del auto. Tori abrió su puerta y pisó el firme suelo, se sentía genial poder salir al aire libre, sin tener miedo a ser asesinado a mordidas. Estiró sus piernas y brazos, ya casi no dormía.
— Se ve bien. ¿Qué dices? — murmuró su hermano a su lado.
— Ese lago es lindo.
— Hola, mi nombre es Eliza y el Louis, ¿Cómo te llamas? — preguntó una pequeña niña que se había acercado apenada junto con su hermano a la pareja de niños.
— Hola, soy Victoria, me puedes decir Tori, el nombre de Eliza es muy lindo, suena al de una princesa. — La castaña le dedicó una cálida sonrisa, llevaban un par de días en el campamento, un par de amigos no iría mal, su hermano empezaba a ser algo aburrido, cosa que nunca diría por qué lo amaba como a nadie, ( cosa que tampoco nunca diría).
— Pues gracias, Tori ¿Cuál es tu nombre? — la niña color aperlada con ojos miel volteo a ver a el chico algo sonrojada.
— Me llamo Luck, pequeña. — El niño sonrió y cerró el libro que estaba leyendo.
— Genial, um, ¿cuántos años tienen? — habló por primera vez Louis, parecía callado.
— Yo tengo 10, el 14.
Tori era una persona extrovertida, no le gustaba quedarse callada, tal vez una virtud o defecto, depende de cómo lo veas.
— Yo tengo 8 y mi hermano 6, ¿Quieren venir con nosotros? Vamos al lago. — Tori volteo a ver a Luck emocionada, con una sonrisa de oreja a oreja.
— Claro, solo le diré a mi mamá, ¿Vienes Luck? — preguntó la castaña.
— No, Vick, gracias.
Aún que Luck amaba muchísimo a su hermana, había veces en las que no quería estar con ella, simplemente no tenía demasiado humor.
Los últimos días las municiones estaban escaseando, así que su madre junto con Glenn y Daryl fueron a buscar más.
La realidad era que su madre solo salía a la ciudad a buscar rastros de Silvia, una mujer que ahora solo vivía en los recuerdos de sus seres queridos.
Algo que llamaba la atención de la menor es que últimamente sentía una mirada puesta enzima, una pesada y profunda, pero cada que volteaba a buscar su origen no veía nada fuera de lo común, solo a sus compañeros de campamento.
— Extraño a mi tía Silvia, Amy, la extraño, extraño su voz... — habló Victoria desde sus sábanas. Se encontraban ambas a solas en la tienda de campaña.
— Lo sé, Tori, pero ella volverá, yo lo sé. Ella era mi mejor amiga. — Cuando la menor volteo a ver a Amy ella estaba con algunas lágrimas en las mejillas. — ¿Puedo contarte un secreto?
— Claro que si, Amy. Soy buena guardando secretos. — la niña sonrió a la mujer cálidamente.
— Yo la amaba, pero no como tú la amas, si no un amor diferente, ¿logras entenderlo? — las lágrimas de Amy no cesaban, su voz se entrecortaba.
Victoria entendió.
— Amy, ¿estabas enamorada de Silvia?
— Si, pero quién no lo estaría... Ella es la mujer más hermosa que yo allá visto, y la persona más pura y valiente que allá conocido, por eso, por eso se que está viva. Y cuando la encontremos, aceptaré que no me ve de la misma forma que yo a ella, solo estaré ahí, a su lado. — Amy sollozaba y limpiaba sus lágrimas con dolor.
— Gracias, Amy.
El corazón de la castaña se rompió, no tanto por la trágica historia de amor de Amy, que claro que dolía, si no por que Silvia no estaba ahí, ella no podía escuchar ni sentir el amor que ellas le tenían, le tienen.
— ¿Por qué, cariño? — Amy limpió sus lágrimas y trató de parar sus sollozos.
— Por contarme, y por amar a Silvia de esa forma, estoy segura que ella te llegó a amar, a su manera. — Tori se incorporó en su lugar y se acercó a abrazar a su amiga.
— ¿Cuál es el nombre de esa niña? — preguntó Eliza viendo a un pequeña rubia y algo alta.
— Creo que es Sophia, es hija de Ed y Carol. — Luck se encontraba dibujando, mientras escuchaba atentamente la conversación.
— Mm, Ed es terrorífico, el es una mala persona. — Tori empezó a arranca hojas del pasto con el ceño fruncido.
Ahí estaba, de nuevo esa mirada, esta vez ella no estaba de humor, así que solo se fue a su tienda de campaña.
— Adiós Eliza...
Al llegar noto como su mochila se encontraba arrinconada, sacó de ella unos audífonos de cable conectados a un reproductor de música. Se recostó en su cama y buscó alguna canción tranquila con la cual recuperar el aliento.
Rachel, había salido de nuevo, que novedad, se había marchado con Merle y Shane. Tori estaba sentada en un tronco junto con su amigo.
— Glenny, ¡hagamos una canción de amistad! —propuso la niña emocionada.
— Yo no soy bueno en esas cosas, pero, soy muy bueno bailando, ¿Qué te parece? — el hombre parecía como un pequeño niño, con una sonrisa radiante.
La castaña asintió rápidamente y ambos se pusieron de pie.
La menor empezó a hacer movimientos con sus brazos coordinando sus caderas.
— ¡Haz lo mismo que yo!
Glenn se apresuro a seguir el paso torpemente.
— Espera, ¿ese no es el baile de Alvin y las ardillas? — preguntó Glenn tratando de no reír.
— ¿Algún problema? — contestó Tori con una mano en la cintura mientras levantaba un ceja.
— Para nada, ensayemos.
Ambos volvieron a hacer su bailes, terriblemente mal pero al menos la pasaban bien.
De nuevo, esa mirada...
— ¡Esto es asqueroso! — exclamó Tori viendo como Daryl comía ardillas crudas. — ¿Por qué no esperas a calentarlas?
— Vamos, no están tan mal... ¿Quieres? —preguntó el hombre mientras acercaba una ardilla abierta a la cara de la menor, provocando una mueca de asco en su rostro, cosa que hizo al el mayor reír.
— Tori, yo te calentaré una, no te preocupes. —dijo su madre con una sonrisa mientras despeinaba su cabello.
— ¡Yo si quiero Daryl! — habló Luck con emoción.
Daryl extendió una ardilla y el muchacho la tomó con asombro, cuando logró probarla tuvo que toser y alejar a el animal de él.
— Eso es horrible, hombre.
Los cuatro rieron a carcajadas por el comentario del muchacho. Por un momento, olvidaron que el mundo estaba derrumbándose en sus narices.
— ¿Qué haces, Tori? — preguntó Eliza en cuanto llegó al lado de la castaña.
— ¡Un castillo de rocas! — respondió la niña emocionada. — Vamos, haz uno. — La castaña le entregó un bote lleno de rocas. — Luck las recolectó por mi.
La morena se sonrojo y empezó a hacer su propio castillo. De pronto una conversación sobre cómo les gustaba las pizzas a ambas empezó, por una extraña razón, ambas niñas carcajeaban.
....
— ¡Hola, corazón! — exclamó Rachel mientras corría a abrazar a su hija. Había llegado de una expedición, salían a buscar recursos y restos de alguna señal de Silvia, otra vez.
— ¡Mamá! Te extrañé tanto... — La mujer cargó a su hija en brazos dándole un abrazo reconfortante. - ¿Y tu hermano cariño?
— Está en la orilla del lago. Está escribiendo algo en su libreta.
Rachel se encaminó a la orilla del lago con la niña cargada al estilo princesa.
— Hola, cariño ¿Me extrañaste? — preguntó tan pronto llegó a su lado, colocando a Tori en el suelo delicadamente.
— Mamá... — el niño se puso de pie rápidamente y se abalanzó a los brazos de su madre, sollozos y lágrimas empezaron a salir de él, mientras tomaba su madre fuertemente entre sus brazos. — No quiero más de esto, por favor, solo quiero que termine...
Las palabras del niño hicieron eco en la cabeza de su madre, haciendo que su corazón se rompiera en pedazos infinitos.
— Lo sé, mi niño, perdón por no poder hacer más. — Rachel empezó a acariciar el cabello castaño del adolescente y soltar lágrimas. — Pero yo estoy aquí, no necesitas a nadie más para estar bien ¿si?
La mujer empezó a tararear una canción en el oído del pelinegro, tratando de tranquilizarlo.
⋆𐙚₊˚⊹ 𝘋𝘪𝘢𝘯𝘢'𝘴 𝘴𝘱𝘢𝘤𝘦 •˙ᯓᡣ𐭩.ᐟ
De verdad lo siento por la mala edición, no soy buena en eso, ¡pero doy mi 100% para darle lo mejor a los poquitos que me leen!
Ya estoy por entrar a la escuela entonces no podré editar los capítulos tan rápido pero aún así estaré al pendiente, bye, nos leemos pronto 🫶🏽
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