── 007
❝ UP AND DOWN YOUR WAVES ❞
SIMON RILEY ✗ FEM! oc
PARA LA MAYORIA, la misión fue un éxito total: todos salieron con vida y tú cumpliste tu objetivo.
Tú considerabas que la misión había sido un éxito, pero Ghost no.
Esto fue muy evidente para todos los que estaban sentados en el avión en el vuelo de regreso a la base. Ghost apenas si dirigió la palabra a nadie mientras el médico los curaba a tí y a Soap, que tenía prioridad debido a la herida de bala en el estómago.
Sabías que Ghost se culpaba de que los hirieran a los dos, al fin y al cabo había sido bajo su vigilancia.
Podías ver cómo observaba a su amigo mientras los médicos hacían lo que podían para estabilizarlo, la gran mancha de sangre en el suelo parecía captar la mayor parte de su atención desde donde estaba sentado junto a la pared.
Hizo la llamada para que tú y Soap entraran aunque el edificio no había sido desalojado, se culpó de que dispararan a Soap y de que estuviera tan cerca de la muerte que juraste que podías ver a la parca cerniéndose sobre él. Se culpó de que te metieras en una pelea cuerpo a cuerpo con un hombre que te doblaba en tamaño mientras intentabas proteger al joven sargento, y de que la pelea te dejara inconsciente en el suelo con un gran corte en la cabeza.
Gaz y Ghost consiguieron entrar en el edificio y te encontraron presionando con las manos la tripa sangrante de Soap, aún estabas aturdido por haber perdido el conocimiento y la sangre te chorreaba por la cara mientras empezabas a entrar en pánico. El hombre en el suelo sangraba demasiado para que pudieras detenerlo con tus propias manos.
Ghost se puso en modo soldado y se centró únicamente en sacar sanos y salvos a sus compañeros heridos.
No fue hasta que todos subieron al avión de evacuación cuando se desconectó y bloqueó a todo el mundo.
En cuanto el avión aterrizó, Soap y tú fueron trasladados a la enfermería. A él lo llevaron a cirugía y a ti te cosieron la cabeza. Pasaron un par de horas en el ala médica mientras te hacían diferentes pruebas, todas las cuales confirmaron que tenías una contución cerebral tan grave, que estaban sorprendidos que aun estuvieses de pie y conciente.
A Ghost no lo había visto nadie desde que aterrizó el avión, fue Price quien vino a decirte que Soap se iba a poner bien y fue Gaz quien vino a hacerte compañía mientras los médicos terminaban las pruebas y finalmente te acompañaron a tu habitación.
Estabas agotada cuando por fin te metiste en la cama. Pero el martilleo de tu cabeza no era lo único que te mantenía despierta, estabas preocupada por Soap y por Ghost.
Lo habías visto apagarse así en varias ocasiones; en los días siguientes desaparecía de la base, nadie sabía adónde había ido, excepto Price, pero él nunca se lo diría a nadie. Esperabas no ver a tu compañero teniente en los siguientes días, lo que era normal.
Lo que no esperabas era que llamaran a tu puerta casi a las tres de la mañana para encontrar al hombre al otro lado.
──── ¿Ghost? ──── arrugaste las cejas y miraste al enmascarado mientras te apoyabas pesadamente en el marco de la puerta, sintiendo que tu cuerpo se balanceaba hacia delante y hacia atrás mientras te mantenías en pie.
Sus ojos estaban clavados en la pared junto a la puerta abierta, y la pintura oscura seguía incrustada en los pliegues que los rodeaban mientras miraba a cualquier parte menos a ti.
Cautelosamente, moviste una mano hacia él, tus movimientos lentos como si estuvieras alcanzando a un animal salvaje y temieras que se escapara en el instante en que lo tocaras.
──── ¿Simon? ────
El sonido de su nombre saliendo de tus labios fue lo que le hizo mirarte a los ojos, la mirada cansada casi rota que había tras ellos hizo que se te hundiera el corazón hasta el estómago. Tu mano chocó con su brazo desnudo, la piel tatuada ardiendo contra tu palma.
──── Vamos ──── lo empujaste hacia tu habitación mientras utilizabas el contacto para estabilizarte.
En silencio, el corpulento soldado te siguió a tu habitación, la zona oscura le recibió con los brazos abiertos cuando cerraste la puerta tras de ti.
──── ¿Qué ocurre? ──── le preguntaste en voz baja mientras te colocabas frente a él.
Como era de esperar, no dijo nada y en su lugar levantó la mano hacia tu cara. Sus dedos rozaron ligeramente tu piel cerca del punto de tu frente, el tacto sintió como una descarga estática a través de tu cuerpo.
No había ninguna etiqueta en lo que fuera la relación entre tú y Simon, ninguno de los dos sabía realmente lo que era.
Los dos se buscaban después de misiones duras, buscaban la presencia y el consuelo del otro, ya fuera sentados en silencio fuera del hangar mirando las estrellas o tumbados uno junto al otro bajo las mantas.
Fuera lo que fuese, no eran "sólo amigos" y desde luego no eran "sólo compañeros de trabajo".
──── ¿Estás bien? ──── su voz era suave, gentil, igual que sus dedos al apartarte el pelo detrás de la oreja.
Asentiste y presionaste tu mano sobre la suya en tu cara, tus ojos se cerraron al contacto.
──── Estoy bien ────
Sus ojos buscaron los tuyos, buscando cualquier señal de que no estabas diciendo la verdad.
──── Lo siento ────
Soltaste un suspiro y apartaste su mano de tu cara llevandola hasta tu pecho para poder presionarla contra tu corazón.
──── ¿Sientes eso? ────
Asintió lentamente.
──── ¿Sabes lo que es, verdad? ────
Sus ojos estaban en tus manos conectadas ──── Tu corazón ────
──── ¿Y lo sientes latir? ────
Volvió a asentir.
──── Eso significa que estoy bien ──── le explicaste.
Extendió la mano por tu esternón, sus dedos se estiraron hasta la piel desnuda de tu cuello mientras saboreaba la sensación sorda de tu corazón latiendo contra su palma. Tus manos se dirigieron a su cara y bajaron hasta apoyarse a ambos lados de su barbilla, mientras tus dedos jugaban con la parte inferior de su máscara.
Un murmullo retumbó en su pecho como forma de darte permiso para quitársela, permiso para verlo.
Le deslizaste la áspera tela por la mandíbula, luego por la barbilla, luego por los ojos, hasta que dejó de mirarte más allá de la tela oscura y pudiste verle toda la cara.
──── Ahí estás, guapo ──── le sonreíste y le cogiste la barbilla con las manos, la barba de la mandíbula pinchándote la palma.
──── No es culpa tuya ────
Se puso tenso, todo su cuerpo volvió a su estado rígido habitual y se apartó de ti, tus manos seguían ardiendo por su tacto incluso después de haberse ido.
──── Ustedes entraron ahí por orden mía ──── tenía el ceño fruncido, uno que sabías que era permanente en su rostro ──── Yo los envié allí ────
Te sentaste en la cama detrás de ti suspirando.
──── No tenías forma de saber que había un escuadrón entero en ese edificio ────
Su pecho se levantó lentamente mientras respiraba hondo.
──── Debería haber enviado más hombres contigo para despejar ese edificio ────
──── Y Johnny y yo deberíamos haber sido capaces de manejarlo, a veces las cosas salen mal Simon ──── golpeaste las rodillas con los pulgares, la gruesa tela del pantalón de chándal se enganchó en la piel seca de tus dedos.
Las ojeras de Simon no eran sólo de la pintura de grasa que llevaba religiosamente, lo sabías.
──── Hice una llamada, y esa llamada casi hace que los maten a los dos ──── sus cejas bajaron mientras su ceño se fruncía.
Te levantaste del colchón y respiraste despacio, la habitación te dio vueltas por un momento antes de que pudieras volver a orientarte.
──── Escúchame, Simon ────
Te observó y se movió para agarrarte del brazo y estabilizarte.
──── Nada de lo que ha pasado ahí fuera ha sido culpa tuya, ¿me oyes? ────
Te apretó el brazo con fuerza pero sin lastimarte, su mirada estaba fija en tu herida.
──── Soy teniente, se supone que debo mantener a salvo a mi equipo ────
──── Yo también, ¿crees que no me he estado culpando por dejar que dispararan a Soap bajo mi vigilancia? ──── lo agarraste del brazo y deslizaste tu mano hasta encontrar la suya.
Sus hombros se hundieron y sus ojos oscuros finalmente te miraron a la cara.
──── No puedo perderte ────
Sus palabras eran una confesión, una que aún no se había confesado a sí mismo y que ahora estaba diciendo en voz alta para que ambos lo oyerais.
──── Simon ────
Tiró de tu brazo y te acercó más a él mientras su otra mano subía hasta posarse detrás de tu oreja, sus dedos presionando el punto del pulso de tu cuello y enredándose en tu pelo con desespero.
──── No puedo, no puedo ──── repitió mientras te miraba fijamente.
Te inclinaste hacia delante y apoyaste la cabeza en su pecho.
──── No me perdiste ────
Tu cuerpo apretado contra el suyo fue lo que hizo que se rompiera la presa, fue todo lo que necesitó para bajar los hombros y rodear tu espalda con los brazos para estrecharte más contra él.
Inhaló un suspiro tembloroso mientras deslizabas tus brazos bajo los suyos y te aferrabas a él.
──── ¿Cuándo fue la última vez que dormiste una noche entera, Simon? ──── susurraste contra su pecho mientras su cabeza descansaba sobre la tuya.
Se encogió de hombros.
──── Quédate aquí esta noche, ¿si? ────
Su respuesta no verbal fue deslizar sus brazos desde tu espalda hasta tus muslos, sus manos te agarraron con fuerza y te levantaron para llevarte unos pasos atrás hasta la cama. Tu espalda chocó contra el colchón y tu cabeza cayó sobre la almohada momentos antes de que Simon se separara de ti. Estabas a punto de protestar por la pérdida de contacto hasta que él se subió a la cama y dejó caer su cuerpo sobre el tuyo y su cabeza sobre tu estómago.
Su espalda subía y bajaba mientras exhalaba, jurabas escuchar el latir rapido de siu corazon en el silencio de la habitación.
──── ¿Esto está bien? ──── murmuró mientras inclinaba la cabeza hacia un lado.
──── Es perfecto ──── liberaste tus brazos y los apoyaste a ambos lados de su cara ──── ¿Quieres que te rasque la espalda? ────
Esto era algo que habías aprendido que a él le encantaba, lo aprendiste por accidente una noche cuando estaba en tu habitación después de haber tenido una pesadilla. Estaba sentado a tu lado en el borde de la cama explicándote lo que había soñado, te costó convencerle incluso para que lo hiciera. Te acercaste a él y le pasaste los dedos por la espalda, al principio se quedó inmóvil y se puso tenso, pero no tardó en fundirse con tu tacto.
Tu oferta quedó en el aire durante unos segundos antes de que él asintiera lentamente y tú empezaras a recorrer su camiseta con los dedos.
El suspiro que salió de sus labios fue de pura felicidad.
Permanecieron así una eternidad, recorriendo con tus dedos su espalda y su pelo revuelto mientras él se tumbaba sobre ti.
Al cabo de un rato, estabas convencida de que se había dormido, su respiración era lenta y uniforme, como si por fin hubiera cedido al cansancio que se le notaba en la cara. Por lo que detuviste tu movimiento a lo largo de su columna y pasaste un dedo por los puntos junto a la línea del cabello, la piel levantada te hizo estremecer cuando Simon levantó la cabeza y te miró.
──── Creía que estabas dormido ──── arrugaste las cejas.
Sacudió la cabeza y rodó sobre ti para tumbarse a tu lado.
──── Te oía respirar ──── te miró fijamente ──── ¿Estás cansada? ──── sus ojos bajaron hasta tus labios durante una fracción de segundo antes de volver a subir hasta tus ojos.
Asentiste y usaste las piernas para subir la manta a tu alcance.
──── ¿Te quedaras? ────
──── Mmhm ──── tarareó y te agarró de la cintura para acercarte a él, con la espalda pegada a su pecho mientras deslizaba un brazo bajo tu cuello para que te recostaras sobre él.
──── ¿Y si yo quisiera ser la cuchara grande? ──── le devolviste la mirada con una ceja levantada.
Te apretó la cadera y te estrechó más contra él.
──── Entonces, mala suerte ──── apretó su cara contra tu nuca y exhaló contra ella, la sensación de su aliento contra tu piel te produjo escalofríos.
──── Qué bien ──── murmuraste mientras cerrabas los ojos y saboreabas la sensación de su mano recorriendo tu cadera.
──── Duermo mejor cuando estoy contigo, ¿sabes? ──── susurró.
Tú tarareaste en voz baja.
──── Entonces deberías dormir conmigo más a menudo ────
──── Si me aceptas, lo haré ──── tiró de la manta para taparlos a los dos.
──── Eres bienvenido cuando quieras, ya lo sabes ────
Deslizó su mano hacia delante para apoyarla en tu estómago.
──── Sólo necesito saber que estás a salvo ────
──── Puedes abrazarme todo el tiempo que necesites para saber que lo estoy ────
Sabías que necesitaría abrazarte para siempre para saber que estabas a salvo. Una cosa que sí sabía era que estabas más segura cuando estabas en sus brazos.
───── 𝐖𝐑𝐈𝐓𝐓𝐄𝐍 𝐁𝐘
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