❝ JUST PRACTICE ❞

SIMON RILEY ✗ FEM! oc

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     UNOS OJOS COLOR CARAMELO TE OBSERVAN. Despreocupados, un poco aturdidos. Como si no le importara la confesión que acaba de hacer. Las yemas de sus dedos se clavan en la suave piel de tu pecho; piel enrojecida donde acababa de chupar perezosamente.

──── ... ¿Nunca?  ────

Aunque quizá no sea tan sorprendente. Este hombre, que a menudo se acerca a ti empapado en el olor de la pólvora residual, parece ansiar el tacto tanto como se aleja de él. 

Te besó por primera vez sólo después de apartarse. Prefiere tomarte por detrás. No se quita la ropa cada vez que cogen, de modo que sólo su miebro, sus manos y la media luna de sus caderas dejaban ver algo de piel.

A pesar de ello, hasta ahora era un amante generoso. Había aprendido después de unas pocas veces que te gustaba su boca en tus pezones. Te retorcías, aún más, cuando sacaba los dientes; te gustaban sus dedos en tu clítoris al mismo tiempo que su miembro en tu cuello uterino. Te prestaba atención, te estudiaba. En el último mes de acalorados intercambios, habías notado que miraba tu feminidad y se maravillaba. Un evangelio silencioso. 

Pero nunca, todavía no, había puesto su boca allí.

──── No voy a repetirlo  ────

Su mano está sumergida en la felpa de tu feminidad. Ha estado allí durante algún tiempo, metiéndote los dedos lentamente, invitando al deslizamiento. Es un momento raro en el que realmente se toma su tiempo contigo, no tan rudo, un poco más curioso. Toma un poco de tus fluidos y lleva sus dedos a los labios, frunciendo las cejas mientras lo saboreaba; volvió a por más. Hasta que finalmente, tocaste la parte posterior de su máscara y murmuraste.

──── Puedes comerme si quieres ────

A lo que él se aclaró la garganta y dijo una verdad ronca.

Nunca lo había hecho.

──── Bueno, ¿quieres intentar? ────

Simon estudia tus ojos en busca cualquier señal de broma.

Entonces, su mano se desliza desde tu coño y lo deja lastimosamente desatendido por un momento. Te agarra las piernas y las separa a propósito, tomandose su tiempo para situarse entre ellas. Casi te impacientas, pero te das cuenta de que para él es la primera vez. Le debes paciencia.

Sube un poco más la máscara, con la tela fruncida al final de la nariz.

Ghost te da un beso firme en la cara interna del muslo, un pequeño mordisco, antes de desviar la mirada hacia ti.

Masajeaste suavemente su nuca en un intento de calmar cualquier nervio que tuviese.

──── Esto es sólo práctica, no te preocupes ────

──── No me preocupo ────

Con un gruñido, te rodea los muslos con los brazos y te acerca un poco más a su barbilla, ahora con brusquedad, lo que te provoca un pequeño chillido. Es el calor de su aliento lo primero que sientes, tu boca normalmente víctima de su asalto. Si hay una palabra para calificar a Simon, es cálido. Sus labios apenas rozan tu clítoris y ya te produce una sensación placentera. La sangre corre hacia allí hasta que te hinchas para él.

Áspero. Su otra norma. Pero ahora es curiosamente suave. 

Es la primera vez que lo hace porque eres la primera persona que se gana su intriga, como demuestra la profunda inhalación que hace al acercar su nariz a tu feminidad. Lame una franja lenta y fundida por toda la zona, desde el agujero hasta el capullo, y tararea por el sabor. Mejor desde la fuente.

Y luego otra vez.

──── Eso es... ──── tragas e intentas no mover las caderas, buscando algo más. ──── Está bien, solo... ¿quizás no tan lento? ────

 ──── Pretenciosa ────

Pero él toma tu petición y se ajusta, colocando firmemente toda su boca sobre ti. Esta vez, la curiosidad se sustituye por concentración. Una seguidilla de lamidas y roces y saliva goteando. No está seguro de qué hacer, pero domina un bloqueo mental contra toda incertidumbre: simplemente hace lo que le dice su instinto. Te besa ahí como te besa los labios, excepto que presta un poco más de atención a esa parte hinchada y sensible.

──── Eso se siente... genial ──── le animas un poco. ──── ¿Puedes...? ────

Tragas saliva y te apoyas en unos codos temblorosos. Simon levanta la cabeza y te lanza una mirada confusa, con los labios húmedos y afelpados, antes de arquear una ceja.

──── ¿Qué?  ────

Verlo así, una visión nueva, te hace perder las palabras. Las buscas, jadeando con el aire entrecortado.

──── No olvides... más abajo también. Puedes meter la lengua ────

Él escucha, tu cabeza no tarda en echarse hacia atrás cuando sientes su lengua presionarte con firmeza. Una de sus manos abandona tu muslo para llevar un pulgar a tu recién abandonado clítoris, dando hábiles círculos a la resbaladiza carne. Su lengua dentro de ti se imagina que debe imitar a su miembro, bombeando dentro y fuera de ti a un ritmo constante. 

Aprende rápido, hay que reconocerlo.

Los codos inestables ceden debajo de ti y pronto vuelves a apoyar la cabeza en la almohada. Tu agujero tiembla alrededor de su lengua, pero él no cede. Se concentra en las dos acciones a la vez, deleitándose en la suave jaula de tus muslos contra su barba descubierta. 

 Un arco de tu espalda es la señal que se gana para seguir haciendo lo que está haciendo. Con los talones clavados en su espalda, Ghost siente cómo se le levanta la camisa porque estás ejerciendo tanta presión.

──── Mierda ──── no puede evitar gemir dentro de ti con una voz áspera y apagada. Si hubiera sabido que harías este tipo de sonidos, te habría dado su lengua antes.

Es sucio y caliente, la saliva mezclada con tus fluidos.

Retorciéndote, agarras algo de su pasamontañas y gimoteas una orden.

──── Simon... ¡dame tus dedos!  ────

──── No te quejes  ──── te reta, clavándote los dedos en el muslo. ──── Pidelo bien ────

──── Simon... ¿puedes darme también tus dedos... por favor?  ────

Obedeciendo, aparta la lengua y la sustituye por dos dedos, un empellón implacable que le llega hasta los nudillos. Tu cuello uterino golpeado por las puntas callosas de los dedos. Tus cálidas y empapadas paredes son como terciopelo alrededor de el. Gime suavemente, es... demasiado. 

Ghost siente que tu feminidad empieza a palpitar, deseando poder sentarse un segundo y observarte, admirarte en la cima de tu esplendor.

Pero ya te ha visto correrte varias veces, sabia todas tus pequeñas expresiones. Sabe lo que parece cuando tus labios se curvan hacia dentro para aliviar parte del éxtasis; tus ojos se cierran con fuerza, tu ceño se frunce en un gesto de placer. Simplemente se lo imagina mientras continúa con su "práctica". Se contenta con seguir lamiéndote, mordiéndote y metiéndote los dedos.

──── Buena chica ──── gruñe contra tu clítoris.

Cualquier incertidumbre se ha disipado por la clara proximidad de tu orgasmo. Su rudeza toma dominancia en el, dejando una bofetada abrasadora en tu muslo, una de sus manos en un agarre firme de tu pecho. Lo abofetea al mismo tiempo que enrosca sus dedos y retuerce sus dedos en esa suave almohadilla tuya.

Tus gemidos no tienen fin ni principio.

Son una cadena interminable que llena la habitación mientras meneas las caderas. Tus paredes se aprietan, luego se agitan. El nudo de tu vientre se desarma tan pronto como Simon da una ultima succion a tu hinchado nucleo, ondas de placer bloqueando tu cuerpo y tu mente.

Ghost lame el producto de tu orgasmo, moviendo los dedos empujandote aun en la cima de tu extasis.

Su lengua de novato sigue hambrienta aunque estés llena. Sin aliento, tus talones liberan la presión sobre su espalda y tus piernas tiemblan.

Sus ojos parpadean con una nueva obsesión. Tambaleante por el orgasmo, la continua embestida se tambalea hacia la sobreestimulación. Tu mano empuja perezosamente su cabeza.

──── Puedes... ──── en un susurro entrecortado. ──── ...parar ahora ───

──── Necesitas más práctica, Lieutenant ────

───── 𝐖𝐑𝐈𝐓𝐓𝐄𝐍 𝐁𝐘

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