HwanWoong nuevamente corría lejos de su hogar, o lo que podía llegar a decir que lo era, no contaba con mucho tiempo para ocultarse. Siempre era así, todos los meses debía ir y buscar un nuevo lugar para ocultarse. Si tan sólo pudiese ser un simple omega, con su celo cada tres meses y que sólo durará dos o tres días, ya no soportaba pasar esto todos los meses por una semana completa o quizás un poco más. Nadie soportaba su aroma, estaba consciente de ello, pero en su celo era mucho peor por lo que había tomado la difícil tarea de correr y ocultarse. Quizás no era una de las mejores opciones, ya que de todos modos sentirían su aroma pero en donde él estaba casi no había betas, por lo que estaba en cierto punto seguro donde fuese que se ocultara.

Comenzaba a hacer frío y el cuerpo de HwanWoong comenzaba a temblar por ello, quizás en la mañana estaría mejor, no lo sabía. En ese momento solo había decidido buscar un lugar más cerrado para estar esos días, al parecer haría frío. Sólo esperaba que no lloviera, no otra vez, la última vez luego de la tormenta que era su celo y sobre todo la lluvia que apareció en ese mismo momento estuvo en cama un par de semanas. Su fragilidad lo hacía ser más vulnerable a ciertas cosas, a ciertos aromas, a ciertos dolores, y eso lo frustraba.

Había oído a muchos omegas decir que por el simple hecho de ser omegas la pasaban horrible, y no es que dijese lo contrario, pero no saber si pudiese sobrevivir a su celo era lo peor de ser un gamma. Saber que si lograba encontrar a su pareja se volvería dependiente de ella lo desesperaba y sobre todo lo asustaba, una de las razones por las cuales corría lejos de los betas. Saber que si quizás lograba quedar en cinta moriría, también era una de las razones por las cuales escapaba. No había nada realmente bueno en ser un gamma, lo más bajo de la jerarquía, inclusive omegas valían más que cualquier gamma, más que él.

HwanWoong oyó un ruido cerca de su escondite, haciendo que mirase hacia donde había oído eso, intentando ocultarse aún más. Logró ver una sombra, para ese entonces ya sabía que estaba perdido, ese aroma no era de un alfa, ojalá fuese así. El aroma de un delta en celo era lo que sentía, haciendo que esperase que él no lo encontrara, que no lo sintiera, que no lo viera, que ya no lo oliera.

— No deberías ocultarte de mí —Oyó HwanWoong, haciendo que temblase y se encogiera más en su lugar. Odiaba todo esto.— Si quizás no olieras tan dulce diría que eres un omega huyendo —Sintió una mano sobre uno de sus brazos, para luego sentir como quedaba entre el cuerpo del delta y la pared que lo estaba cubriendo del frío— Pero eres un lindo gamma que huye —El delta sonrió al ver al gamma temblar.— Un muy lindo gamma —Acarició una de las mejillas de HwanWoong haciendo que él cerrase los ojos y sus piernas temblaran.