Freddy cantaba y bailaba de forma delicada pero sumamente intensa a la vista.

Le habían dado un solo, un solo que en realidad era un dúo, pero su pareja era propia únicamente de la imaginación: El baile y la canción contaba una historia hermosa y trágica, un enamorado, que había perdido el amor se su vida, y soñaba con bailar con su pareja, que ya no estaba, la canción era emotiva, era una balada de rock en inglés, no mucho su estilo, y considerando que el baile era contemporáneo, le daba una mezcla extraña, era definitivamente algo nuevo y que destacaría.

En secreto, a Freddy le parecía una broma de mal gusto.

En el último verso de la canción, el protagonista del sólo aceptaba que su amor ya no estaba, y dejaba una caricia en la nada para después abrazarse a sí mismo, una treatalidad, que a Freddy no le salía nunca ya que era más de cantar que de bailar, así que le dificultaba y su profesor de baile decía que se quedaba como un tonto con expresión de drogado.

Freddy ya estaba cansado de practicar la misma coreografía una y otra vez, y eso se notaba en su baile también.

Su profesor claro que se dio cuenta de eso, y luego de dedicarle unas palabras bruscas, de que debería poner un poco más de empeño, porque tenía talento y una gran oportunidad de hacerce notar entre los bailarines y cantantes de la muestra, que no todos lograban conseguir un sólo y que debería valorarlo; le dijo que mejor estire bien, vaya a descansar, comiera algo y a dormir.

Freddy respondió con un asentimiento y le hizo caso.

Fue un rato después, donde había recuperado algo el aliento, que escuchó suaves pasos acercarse y alzó la vista hacia Monty, quién le extendió una botella de agua.

— Lo estás haciendo muy bien, Freddy.

El menor negó.

— No, en verdad no...

— No fue tu mejor día quizás.

— Últimamente... No tengo buenos días.

Montgomery no respondió y se sentó frente a él, mirándolo estirar sus piernas sin decir mucho.

— En verdad bailas muy hermoso y tu voz es preciosa— murmuró, luego de un largo rato en silencio, ganándose una mirada curiosa por parte del menor—. Y parece que siempre bailas mejor que el día anterior, pero todo es igual de magnífico.

Freddy sonrió complacido.

— Monty, ¿Te has puesto sentimental?

— Sólo te estoy diciendo lo bueno que eres en lo que amas, por si se te olvida... Eres genial, Freddy.

Freddy se detuvo un momento, mirando los rojizos ojos de su exnovio, volviendo a sentir lo mismo de siempre, sonrió y sus mejillas se encendieron.

— Sí, definitivamente estás sentimental— dijo, se levantó luego de tomar la mitad de la botella en pocos segundos, antes de marchar a la salida de la sala de ensayo.

Montgomery no lo siguió, se quedó allí, sólo, pensando que había quedado como el idiota enamorado que era, que aún era.

Y estaba casi seguro que su amor por Freddy era lo único que lo mantenía allí.