— ¡Freddy!
El castaño se volteó hacia el pelimorado que se acercó a él a paso apresurado, Bonnie dejó un beso en su mejilla como saludo, haciendo que se ruborizara.
— Hola— murmuró el más bajo, encantado, se sonrieron.
— Mañana hay una muestra de arte, tengo dos entradas, tienen desde pinturas hasta un show de canto, ¿Quieres acompañarme?
Freddy rió con algo de nervios, con vergüenza murmuró:
— Lo siento, iría pero... Tengo una cita con alguien más.
Montgomery en parte sonrió con orgullo al ver la expresión emocionada de Bonnie desaparecer.
— Oh, bueno— dijo, acomodó sus cabellos largos con algo de incomodidad.
— N-No es lo que piensas— Freddy negó, moviendo sus manitas frente a él—. Voy a... Ver a alguien, al cementerio.
— Oh, Freddy, no necesito explicaciones— dijo Bonnie, aunque se notaba más aliviado después de escuchar eso y volvió a sonreír—. Lo siento mucho.
— No, está bien.
— Bueno, lo dejamos para otro día, ¿Sí? — Freddy asintió—, nos vemos, Superstar, cuídate— besó su mejilla otra vez para despedirse, antes de salir del estudio con una encantadora sonrisa en sus labios.
Fue al vestuario y lo primero que le dijo a Monty fue un "No sé si me gusta".
— ¿Cómo que no sabes si te gusta? — preguntó el mayor— ¡Freddy! Tiene cara linda, le gusta la danza, sonríe bonito, tiene un cuerpo esbelto y tiene abdominales donde podrías lavar la ropa, ¿Cómo que no te gusta? ¿Sabes lo que ahorrarías en la lavandería?
Freddy rió por lo de los abdominales.
— Te recuerdo, Monty, que mi tipo son grandotes, tercos pero sensibles, que piensan mucho, critican a la sociedad, me dan atención y apesar de tener problemas de ira me cuidan mucho.
— No conozco a nadie así— Monty negó.
— Claro, yo tampoco.
Practicó su baile una vez más, su entrenador le dijo lo mismo de siempre, pero que hoy había mejorado un poco más, así que lo dejó ir más temprano.
Tomó su celular y vio varios mensajes de un número que no le hablaba desde hacía unas cuantas semanas.
— Sun dice que ha mejorado lo suficiente para dejarle usar el celular más de una hora al día— le comentó Freddy a Montgomery.
El pelirrojo se encogió de hombros, en verdad, no le gustaba mucho hablar de él desde lo que había pasado.
— Aún le queda mucho en el loquero para que pueda salir— dijo Freddy, con algo de alivio.
— Fazbear, no lo digas así, queda muy despectivo, él no tiene la culpa de estar mal— dijo Monty, su ceño estaba ligeramente fruncido.
Freddy lo miró un segundo hasta que suspiró, asintiendo.
— Tiene la culpa de otras cosas— dijo, por lo bajo.
— Tampoco, él no lo hizo a propósito— corrigió —. La depresión y el trastorno de personalidad hace que hagas esas cosas, y que hables tan feo no lo ayuda.
Freddy parpadeó rápido para despejar su vista, Monty acarició su cabello.
— Él no tiene la culpa de lo que me pasó, ¿Está bien? Fue un accidente, necesita apoyo con lo que tiene, no le tengas rencor, no va a cambiar nada— continuó hablando el pelirrojo con tranquilidad, aunque Freddy no reaccionó — ¿Qué tal si hago tu comida favorita? — preguntó Monty, mirando al castaño, quien negó.
— Hace meses que no como eso.
— Lo sé, por eso te lo estoy ofreciendo.
Freddy lo pensó un momento.
— ¿Puedes hacer eso? — cuestionó, a lo que Monty hizo una mueca de "Puedo intentar"—. Bueno, me gustaría...
El mayor asintió y sonrió, hacia mucho que no cocinaba tampoco.
La comida favorita de Freddy eran unos tacos picantes en donde Montgomery básicamente metía todo lo que quedaba en la heladera, le agregaba una que otra cosa más, y resultaba en una especie de revuelto, al que el menor le gustaba poner picante, lo podía comer sólo o con una tortilla de maíz para que tuviera más interés.
Al final del día, Freddy estaba con una verdadera sonrisa y un rubor en sus mejillas, totalmente encantado y sintiéndose mimado.
— Gracias.
— No me agradezcas, tonto— Monty hizo un gesto con su mano para que no se molestara.
— Eres muy lindo conmigo, siempre lo fuiste.
— ¿Sentimentalismo? Nada de sentimentalismo, Fazbear.
— Monty.
— Fazbear.
— Te amo.
Montgomery sonrió mínimamente, sus mejillas se ruborizaron.
— También te amo.
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