❄️ ⠸𝗨𝗻 𝘀𝘂𝗲𝗻𝗼 𝗿𝗲𝗽𝗲𝘁𝗶𝗱𝗼 ・ ✧゚
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La brisa fresca de la primavera se colaba por las ventanas haciendo que las cortinas se muevan, Soobin podía percibir el aroma a varías flores y árboles colarse en su habitación ambientando el aroma, Sonrió feliz de que su estación favorita por fin había llegado.
-Soobin, la cena está lista.
El pelinegro miró al reloj sobre la mesa de noche y se dio cuenta que estaban cenando muy tarde, eran casi las diez de la noche pero al haber salido retrasó esto. Se levantó y se dirigió hasta el piso de abajo dónde su hermano mayor lo esperaba, en el comedor ya degustando la comida. Tomó asiento frente a este, agradeció la comida y dio sus primeros bocados.
Su hogar se mantenía en la tranquilidad habitual, solo la televisión hacía ruido con alguna serie policíaca que YuGyeom adoraba ver- Hyung ¿No deberíamos ir al cementerio este fin de semana?
El mayor lo miró y luego de pensar unos segundos asintió. Hace unos cuatro años ambos padres habían muerto en un accidente dónde el menor estuvo, Soobin quisiera decir que traumas y recuerdos horribles tiene de esto, pero la verdad es que no recordaba ni una sola cosa, ni siquiera de su vida antes de este.
-¿Sigues con ese sueño? -preguntó YuGyeom. Soobin asintió, casi a diario su hermano le hacía la misma pregunta. Desde la primera vez que le contó de ello se mostró curioso de su origen y significado, al final no lograron nada y ahora lo único interesante es si este cambia o no. Cuatro años y Soobin podía jurar que ya su hermano se aburría de preguntar, él sería igual.
En el sueño Soobin se encontraba frente a su casa, era otoño y él se encontraba vistiendo su pijama. Comenzaba a caminar en dirección a la tienda, en el camino dónde había una entrada al bosque escucha algo raro por lo que se acerca sin entrar más de un metro en el lugar. Su vista es cegada por un gran brillo proveniente del aire, de pronto una voz se hace escuchar y le llama, le pide en ruegos que diga un nombre, pero Soobin jamás ha sabido a qué nombre se refiere por lo que al final la luz desaparece y él despierta.
El resto de la cena continuó como de costumbre, hablaron de algunos temas de la tienda que ambos tenían, de los vecinos y de la serie, al final de esta se despidieron y Soobin se adelantó para ir a dormir, ese día había ayudado con varias cajas y se encontraba agotado.
No tardó mucho tiempo en caer en un profundo sueño dónde una escena conocida comenzaba a reproducirse.
Las hojas secas caen siguiendo una corriente de aire que sacude a los árboles, el otoño se asentaba por todo el lugar y Soobin se encontraba frente a su hogar apreciando los colores otoñales del pueblo. Al haber estado en esa situación tantas veces ya se mantenía consciente de lo que se trataba por lo que siempre seguía el orden de las cosas; estaba consciente pero no podía cambiar nada. Miro hacía abajo para ver su vestimenta, pero su ceño se arrugó al no encontrarse con el habitual pijama, sino con un traje completamente decorado con cristalería que destellaba al darle un poco de luz.
"Ha cambiado" Pensó.
Decidió continuar y comenzó su camino hacía la tienda, se volvió a encontrar con la entrada al bosque y se acercó, nada parecía haber cambiado. Una vez se adentra comenzó a sentirse nervioso, sus manos comenzaban a sudar y un sentimiento de ahogo comenzaba a invadirlos, no entendía de dónde provenía tal sentimiento. Dudoso, se acercó los últimos pasos hasta quedar frente a la cegadora luz, cubrió sus ojos con el dorso de una mano.
-Soobin -ahí estaba otra vez, esa triste y melancólica voz- ¿me oyes?
Sin poder decir una respuesta como de costumbre en el sueño, asintió en respuesta, siempre se preguntó si la persona al otro lado, que parecía ser un chico, lo veía mientras que él apenas lo escuchaba.
-Te lo suplico Soobin -casi todo era lo mismo, el lugar, las palabras y acciones, pero podía sentir a su vez que no lo era. No solo por el cambio de su vestimenta, sino que sentía la necesidad de ponerse a llorar escuchando la voz desconocida-, di mi nombre.
Las lágrimas se acumularon en sus ojos, su garganta comenzó a doler. Era la primera vez que esa voz le pedía que dijera su nombre, siempre decía que dijera un nombre pero jamás específico de quien ¿todo este tiempo deseó que dijera su nombre?
Los segundos pasaron, como era habitual en el sueño, y ningún sonido salió de su boca. La voz desconocida volvió a repetir su petición y con cada palabra una lágrima comenzaba a rodar en el rostro de Soobin, ahora también notó como la voz parecía llorar ¿siempre fue así y no lo noto? No entendía nada pero el corazón le dolía.
El sueño estaba por terminar, Soobin podía darse cuenta de ello cuando el contrario comenzaba a decir una frase conocida.
"Lo intentaremos mañana" siempre decía cuando Soobin no lograba decir el nombre, esa frase comenzaba a escucharse cargada de resignación.
-Yeon... -susurró tan suave que dudó si en verdad lo dijo, pero la voz se quedó a media frase por lo que al parecer si se había hecho escuchar. Al parecer al fin estaba diciendo el nombre- Yeonjun ...
No comprendía de dónde salía ese nombre o si era el correcto, pero las lágrimas y el ahogo no se detuvieron. La luz seguía frente a él, la voz no decía nada y eso comenzaba a desesperarlo. Antes de que pudiera reaccionar, sintió como alguien se abalanzó a él abrazándolo, seguía sin poder ver nada debido al brillo pero sentía la calidad del cuerpo contrario.
-Soobin, lo dijiste.
Sus ojos se abrieron, su pecho subía y bajaba agitado, miró a su alrededor notando que ya era de día. Estuvo unos segundos asimilando lo soñado cuando por fin notó la humedad de su rostro, había llorado de verdad.
-¿Qué fue todo eso? -se preguntó a sí mismo.
No lograba entender como un sueño lograba sentirse tan real, sus sentimientos, ese dolor ni siquiera lo sintió cuando despertó en el hospital dónde le informaron del accidente y de la muerte de sus padres, en ese momento la verdad no sintió nada, ni un toque de tristeza, no recordaba nada por lo que sus sentimientos fueron nulos haciéndolo sentir culpable por ello.
Decidió no darle tantas vueltas al asunto y se acercó a la ventana para abrirla, al hacerlo un aire frío lo golpeó haciéndolo volver a cerrarlas ¿por que estaba tan frio? Es primavera y el aire parecía ser de invierno.
A la distancia logró escuchar el murmullo de dos voces, lo cuál lo extrañó porque no era normal las visitas a esa hora. Siendo silencioso, salió de su habitación y bajó un par de escalones hacía el primer piso.
-¿Hay algún problema? -cuestionó una voz desconocida. Soobin se inclinó intentando ver algo pero la voz parecía venir de la cocina por lo que decidió continuar bajando un poco.
-¿En serio crees que ya es tiempo? -preguntó YuGyeom.
-Ya se ha asegurado todo, Soobin puede regresar sin problemas.
No entendía nada, Soobin bajó unos cuantos escalones más y se asomó logrando ver a su hermano dándole la espalda y a un chico frente a él, pero le llamó atención su vestimenta completamente blanca; muy parecida a la que usó en el sueño.
-¿El sigue vivo?
-Ya se ha decidido que hacer con él, desean que Soobin esté cuando sea su ejecución.
YuGyeom dio un sonido frustrado, él deseaba hacer lo mismo ¿ejecución?- No creo que sea necesario su presencia, Soobin no recuerda nada como para que sea significativo.
-Eso lo puede decidir él ¿no es así, Soobin?
El nombrado respingo en su lugar, los pasos de su hermano se hicieron escuchar hasta que quedó frente a él.
-¿Desde cuándo sabías que escuchaba? -molesto se dirigió al chico que se acercó a ambos.
-Es un placer volver a verlo, prin... Soobin -saludó finalizando dando una reverencia, una demasiado respetuosa como a las que acostumbraba el menor.
-Hola... hyung ¿Qué sucede?
YuGyeom miró al rubio junto a él y suspiró- Soobin, es momento de ir a casa, JungKook nos acompañará.
¿Casa? Pero si se encontraban en esta- Explica bien hyung, dime exactamente que sucede.
La verdad es que el mayor no sabía como explicar lo que sucedía, el momento había llegado y nunca planeó una manera creíble de explicar todo. YuGyeom miró al rubio junto a él y este bufo.
-Es momento de que regrese a Iceost, su verdadero hogar príncipe Soobin.
El menor lo vio incrédulo, le sonaba a un chiste muy malo- ¿Acaso le compró droga a los Lee?
YuGyeom quiso hablar pero antes JungKook extendió su mano, abriendo su palma dónde varios copos de nieve salieron de esta.
Soobin se encontraba atónito, no entendía que acababa de ver o si seguía soñando. Miró a su hermano quién no se miraba sorprendido de lo que acaba de suceder a diferencia de él.
-El drogado debo ser yo.
-Soobin - YuGyeom se acercó a él, alejándose un poco del rubio-, lamento no haberte dicho esto pero no podía y era por tu bien, yo sé que varias cosas de esta vida no se sentían bien para ti y hay una razón para ello.
Quería reír, no sabía otra manera de reaccionar. Su hermano le decía a todo esto lo cuál parecía una mala trama de una historia juvenil, pero la seriedad en el rostro de este le decía que esto no era una broma, también la nieve que JungKook mostró y por último es que tenía razón de lo dicho. Desde que despertó después del accidente, Soobin jamás logró sentirse satisfecho con su alrededor, había logrado apreciar varias cosas pero lo hacían sentir ajeno a la persona que es ahora; como el nulo amor a sus difuntos padre y su cariño de amigos a su hermano mayor.
-¿No somos familia, verdad?
-Somos amigos desde la infancia -aseguró YuGyeom. Entonces sí, él no era su familia de sangre-, el resto no me toca decirlo yo.
Asintió entendiendo, tomó asiento en los escalones y miró a ambos chicos frente a él. Sentía que en cualquier momento saldría alguien con una cámara oculta diciendo que todo era broma, pero algo le decía que ese no iba a ser el caso y tenía razón- ¿Por qué debo irme?
YuGyeom y JungKook se miraron entre sí, parecían aliviados de que no estuviera alterado, él mismo se sorprendía de su calma- Todo se te será explicado al llegar, ve a vestirte con un abrigo, ponte ropa de invierno.
Lentamente se puso de pie y caminó hacía su habitación, al cerrar la puerta se mantuvo ahí unos segundos sin lograr procesar todo. Todos esos cuatros años se sintió vacío y este pareció aumentar al enterarse que la única vida que conocía no era la suya, aunque nunca se haya sentido como parte de esta.
Caminó hacia la ventana y la abrió dejando que el frío aire entrara, siempre le ayudaba a calmarlo y estaba seguro que necesitaría mucho más de este.
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