✧: capítulo 4
Después de una semana de recuperación, Felix ya estaba de vuelta en la universidad. Aún le dolía un poco el cuerpo y los morados no se le habían quitado por completo, pero podía seguir con sus actividades diarias sin ningún problema.
Después de hablar con algunos amigos y otros chicos, fue a buscar a Jisung. Luego de varias explicaciones y reacciones exageradas por parte del mismo, llegaron al tema de Hyunjin.
—¡Eso fue muy raro! Y-yo... estaba en el baño... e-estaba ¡Lavándome la cara!— mintió —Y entonces él sólo entró y se disculpó conmigo, oh dios, ¡Debiste verle la cara! ¡Estaba super avergonzado!— fingió pensar —Debe ser porque nunca había pedido disculpas en su vida.
—Si, y-yo sé eso, estuve hablando con los chicos y todos afirman que recibieron una disculpa de su parte— asintió levemente.
—¿Y qué harás ahora?
—Supongo que debo buscarlo— dirigió su vista por todo el lugar —¿Lo has visto por aquí?
—Lo vi cuando llegué, estaba hablando con Minho hyung— Felix no pasó por alto ese ligero rubor que se apoderó de las mejillas de su amigo al mencionar a éste último.
—Bien, hablamos más tarde, ¿Si? Creo que voy a buscarlo.
Y con un asentimiento como respuesta, se fue en busca del mayor.
Lo haría, si.
♡
—¿Entonces lo hiciste todo?
—Joder, si... todos y cada uno de esos chicos— suspiró pesado.
—Wow. Te admiro hermano, haces todo por tu chico, eso es respetable— elogió mientras expulsaba el humo de su cigarrillo.
—Si, por cierto ¿No lo has visto?— buscó con la mirada —Es que hoy terminó su justificación y pues si no se presenta, ¡Tendrá problemas con los maestros!— Minho iba a responder cuando éste lo volvió a interrumpir —¿Le dolerá mucho el cuerpo? Ahhh— se pasó las manos por la cara frustrado —¡Debiste ver su carita! ¡Estaba todo lastimado! Y yo solo quería curarlo, limpiar sus heridas, darle besitos por toda la ca-
—Estoy bien, Hyunnie, gracias por preocuparte por mi— se escuchó a sus espaldas.
Hyunjin se paralizó en su lugar y de inmediato volteó encontrándose con Felix a unos pasos de él. Tenía una venda al rededor de su muñeca y dos banditas adhesivas de diferentes colores a un lado del mentón y otra en la frente.
Se veía adorable.
—¡Felix!— corrió hacia él —¡Cariño! ¿Qué haces parado ahí tanto tiempo? ¡Déjame ayudarte!— miró al rededor mientras sostenía su brazo —¡Una silla! ¿No hay una maldita silla en este lugar? ¡Minho! ¡Busca una si-
—¡Estoy bien, Hyunnie!— lo tranquilizó —Puedo hacer lo de siempre, no te preocupes.
—Oh, l-lo siento, y-yo...
—Shh— puso su índice sobre los labios de Hyunjin —Esta tarde después de clases; cinco pm, en el parque a dos cuadras de aquí.
Y sin más explicaciones, se retiró del lugar, dejando a un Hyunjin en completo estado de shock y con la boca ligeramente abierta.
—¿E-él acaba...?
—Sip— llegó Minho a su lado dando palmadas a su hombro —Al fin ustedes tendrán una cita.
Y él sólo esperaba no arruinarlo.
♡
Hyunjin había estado en situaciones de crisis y de nerviosismo en distintas ocasiones. Como en cuarto grado de primaria, donde tuvo que aprenderse una canción sobre los diferentes tipos de flores y cantarlo para la maestra frente a toda la escuela.
¡Pero no! No se trataba de ese tipo de nerviosismo.
Sentía sus manos sudar mientras las refregaba contra su pantalón y sus piernas temblaban sobre la banca en la que estaba sentado. Miraba hacia todas partes buscando al chico que lo traía loco desde hace ya muchos meses.
¿ Y si no llega? ¿Y si se arrepintió? ¿Y si no quiere nada conmigo y solo aceptó la salida por lástima? ¿Tan siquiera le gusto?
Ese tipo de preguntas y más, inundaban su mente creando todo un torbellino de emociones.
Estaba al borde del colapso mental cuando una tierna voz lo sacó de ahí de inmediato.
—H-hola, Hyunjin.
El aludido miró hacia la persona frente a él y se sintió desmayar aún más con lo que sus castaños ojos observaron.
Felix vestía unos pantalones negros extra ajustados, los cuales resaltaban sus definidas curvas y sus tonificadas piernas. Camisa holgada de un tono azul pastel y con unos cuantos detalles de rayas.
De nuevo, ahí estabas esas curiosas y revoltosas mariposas en su estómago.
—Felix, t-te ves, te ves...
—¿Demasiado casual?
—No, no... te ves demasiado hermoso— confesó aún sin poder apartar la mirada del contrario.
—Ow— no pudo evitar sonrojarse —G-gracias, tú también te ves muy lindo.
—No tanto como tú...— negó mientras sonreía.
El menor soltó una risita tímida y le ofreció su mano al contrario.
—¿Nos vamos?
—Demonios, si— se levantó y tomó la mano ofrecida. Era tan cálida.
Fueron hasta un restaurante de comida mexicana, pedida por el mayor y no pudieron evitar ordenar tacos.
Entre pláticas agradables, risas por parte de ambos (pero más por Felix, porque le divertía ver como el mayor se ahogaba por tanto picante) y con quejas por haber gastado su bebida, ambos se retiraron del lugar con las sonrisas más brillantes en sus rostros.
Pasaron por algunos dulces en la tienda y después de unos horas más, ambos caminaban en un silencio cómodo por las orillas de las calles; alumbrados únicamente por los postes y por la resplandeciente luz de la luna.
Ahora se dirigían hacia la casa del menor, porque... tenía que verificar que su niño llegase a salvo a su hogar, ¿No?
Pasaron unos minutos caminando al mismo ritmo inicial y Hyunjin tragaba duro al sentir su mano rozar con la del menor muy seguidamente, Felix parecía mirar hacia el frente muy tranquilo e ignorando la situación.
Debería... ¿Debería tomar su mano?
Su mente debatía entre hacerlo o no hacerlo. Estaba a punto de tomar una decisión, hasta que escuchó al menor romper el silencio.
—¿Vas a tomarlo o no?
—¿Ah?— preguntó desconcertado.
—Mi mano— señaló con la mirada —¿Vas a tomarla o no?
Okey, eso lo tomó por sorpresa. El mayor estaba listo para golpearse por ser tan lento.
—Y-yo, ah... si.
Tomó con timidez la suave mano de Felix tratando de no apretar tanto. Amó como encajaron a la perfección, como su hubieran sido hechas con el mismo molde.
No pasó mucho tiempo cuando Felix tomó la iniciativa de entrelazar sus dedos y apretarlos ligeramente.
Hyunjin quedó estupefacto ante tal acción, ya que Felix era conocido por ser poco cariñoso y reservado.
Pero aún así, ahí estaba, haciendo un gesto extremadamente dulce que no paraba de derretir el corazón de su acompañante.
Cuando finalmente llegaron a la casa del menor, éste mismo invitó a Hyunjin a ver las estrellas juntos debido a que se veían más relucientes que nunca.
Como Felix se negaba a que el mayor manchara su ropa recostándose en el césped, se le hizo una mejor idea sentarse sobre el auto de su mamá; así que ahí estaban, mirando hacia el cielo, apoyando sus manos en el capó del auto y pensando en un millón de cosas.
Hyunjin no sabía en qué obra de arte concentrarse, teniendo dos frente a él.
Las estrellas eran magníficas, claro que si, pero Felix era otro nivel. Con solo ver aquel cabello rubio cayendo desordenadamente por toda su frente, sus grandes orbes cafés brillando hacia las estrellas y esos labios super rosados y jugosos, podríamos dar por perdido a el corazón de Hyunjin.
Joder, parecía un ángel.
—¿Hyunjin?
Su voz se escuchaba más aguda y relajada de lo normal.
—¿Si, bebé?
—Gracias por todo lo que has hecho por mi —sus ojos aún estaban conectados con el cielo.
—Y-yo... ah, no es nada... sabes que me importas.
—¿Es por eso que dejaste de molestar a los chicos?
—Si, yo... solo quiero poder gustarte.
—Siempre me gustaste— sonrió, pero de inmediato lo cambió por una mueca —Solo no me agradaba mucho tu actitud con los demás.
Eso lo asombró con demasía. ¿Felix siempre gustó de él pero lo arruinaba por sus actitudes estúpidas?
Aconteció otro silencio de unos segundos. Diablos, el ambiente se sentía tan nostálgico.
—¿Hyunjin?— llamó nuevamente.
—¿Si?— eran demasiadas emociones para él.
—¿Haces todo esto porque en verdad me quieres?— al fin bajó su mirada y sus ojos miraron al mayor. Se reflejaban en ellos que necesitaba una respuesta.
—¿Qué dices?— sonrió enormemente —Claro que te quiero, Felix... me encantas demasiado, por eso te pido una oportunidad par-
Fue interrumpido por unos delicados labios posándose en los suyos con suavidad. Abrió los ojos abruptamente y miró. ¡Felix lo estaba besando! Su pecho saltaba con fuerza y pedía más cercanía, pero se obligó a relajarse y disfrutar de aquel suave gesto, ignorando las mariposas alteradas en todo su estómago.
Ahora, ambos se besaban con ternura y demasiado cariño. Las emociones contenidas explotaron. El beso era muy delicado y lento, tal y como al menor le gustaba.
Luego de unos segundos de permanecer así, el mismo que inició el beso, lo terminó.
Felix se miraba con las mejillas tremendamente sonrojadas y estaba notablemente cohibido. Hyunjin no se quedaba atrás.
—Yo... si quie-
Hyunjin tomó su nuca en medio de las palabras y juntó sus labios nuevamente. El beso, a diferencia del anterior, era un poco más necesitado; Hyunjin movía su boca de lado a lado, buscando encajar ambos belfos a la perfección. Felix le seguía el ritmo torpemente, pero eso no quitaba la increíble sensación de un buen beso.
Se besaban con vehemencia y cuando el besó subió un poco más de tono, Hyunjin se pegó más al cuerpo del menor, provocando que éste perdiera el equilibrio y se recostara de golpe sobre el capó.
Por el impacto, el auto soltó su pitido característico y ambos se apartaron por el susto. Por un momento se preocuparon de despertar a los vecinos, pero luego terminaron partiéndose en risas.
—Y-yo... debo entrar ya— sonrió avergonzado —Seguro mi madre está por venir pensando que alguien intentó robar su auto.
Hyunjin rió suavemente y estiró su brazo para colocar su palma sobre la mejilla del menor y acariciarla con su pulgar. Moría de felicidad.
—Bien, me iré ahora.
Felix se acercó y depositó un corto beso sobre la mejilla de Hyunjin.
—Gracias por lo de hoy, todo fue muy lindo— se balanceó sobre sus talones dejando sus manos detrás de la espalda y jugueteando con sus dedos.
El pitido continuaba, pero estaban tan metidos en su mundo que se habían olvidado por completo de el.
—¡Amor, basta!
—¿Qué? ¿Qué hice ahora?— lo miró preocupado deteniendo sus movimientos.
—¡Deja de ser tan tierno! ¡Alteras mi pobre corazón! Con decir que hoy ya sufrió de bastantes emociones— tomó la mano del menor y la presionó contra su pecho —¿Lo sientes?— miró los ojitos curiosos y brillantes del menor —Tú eres el causante de esto— movió la otra mano hacia un mechón travieso en la frente del menor y lo pasó por detrás de su oreja, manteniendo su mano en su mandíbula.
Sus rostros se acercaron nuevamente y cuando sus narices rozaron, se escuchó una tercera voz al exterior de su burbuja.
—¡Malditos ladrones! ¡No se llevarán mi auto!— presionó uno de los botones que estaban en sus llaves y detuvo el sonido irritante —¡Hey! ¿Quién está ahí?— apuntó con la punta de su escoba hacia la dirección donde dos sombras se veían —¿Hijo? ¿Eres tú?
—¡Si, mamá! ¡Soy yo!— contestó cuando ya estaba completamente separado de Hyunjin.
—Oh— se fue acercando —Creí que querías robar mi auto— rió —¿Y quién es éste apuesto jovencito, ah?— lo miró de arriba a abajo.
—Mm, mamá, él es Hyunjin... es mi-
—Soy su novio— extendió su mano como saludo y puso una de sus mejores sonrisas —¿No es así, bebé?— lo abrazó por un costado y le besó la cabeza.
—Y-yo no...-
—¡Pero que maravilloso!— la madre pegó brinquitos emocionados —Hijo, ¡No pudiste encontrarte a alguien mejor! ¡Mira, es súper cariñoso y amable! Te he criado tan bien— movió su cabeza con orgullo.
—Gracias señora— se inclinó en una reverencia —Prometo cuidar muy bien de su hijo.
—¡No lo dudo!
—Bien, mamá; ya basta, Hyunjin ya se iba.
—Oh, si... es tardísimo— se giró y depositó un pequeño pico en los labios del menor —Nos vemos mañana, cariño.
Cuando Hyunjin se perdió de vista, la mamá de Felix chilló exigiendo todos los detalles, a lo que él asintió y arrastró a su mamá de regreso a su casa.
Hyunjin caminó por las solitarias calles pensando que esa felicidad no se la quitaban ni en mil años.
No, no la había cagado.
♡
La noticia de que al fin Felix y Hyunjin estaban juntos corría por todas las bocas de los estudiantes y como toda buena noticia, igual habían diferentes rumores al respecto.
Muchos decían que Felix estaba con Hyunjin debido a una amenaza de maltratos, mientras que otros simplemente decían que el mayor finalmente se había ganado el corazón del menor.
La primera teoría se desmintió cuando los vieron pasar por los pasillos tomados de la mano y conversando animadamente entre risas y empujones juguetones.
¿Cómo pensar que se trataba de una amenaza, si el menor dejaba ver esa sonrisa tan radiante cuando el mayor dejaba a cada momento besos en su cabeza y cachetes?
Muchas chicas y hasta incluso chicos no estaban felices con ello. Amaban cuando Felix rechazaba a Hyunjin porque creían que eso les daba una oportunidad de estar con el mayor. Por supuesto que esto nunca pasó.
Era hora de su cuarta clase, pero dos alumnos en específico no se encontraban en el salón donde debían estar.
Hyunjin y Felix estaban muy ocupados en estarse besuqueando. Hyunjin, que tenía al menor montado sobre su regazo, apoyaba la espalda de éste contra la pared del pequeño cuarto, mientras que sus manos sostenían la pequeña cintura del mismo. Felix mantenía sus brazos apoyados sobre los hombros opuestos y sus manos jugueteaban con el cabello negro del mayor.
Ambos se besaban con pasión, creando así, un beso desordenado donde sus lenguas se encontraban y luchaban entre ellas.
Luego de varios segundos así, la falta de aire los hizo separarse y no perdieron mucho tiempo para juntarse en un abrazo.
—¿No crees que esto es emocionante?— susurró sobre el oído del menor para luego dejar un beso ahí.
—¿Qué? ¿Que estemos metidos en el cuarto del conserje?— rió tiernamente mientras abrazaba aún más fuerte el cuerpo del mayor.
—Aparte de eso.
—¿Que nos hayamos saltado la clase?
—Si, pero ya sabes, es emocionante lo que acabamos de comenzar tú y yo.
—Hubiéramos empezado antes si no hubieras sido tan idiota con esos chicos.
—Ya, amor, no recuerdes el pasado, ya no hago eso.
—Lo sé y eso me encanta— se apartó del abrazo y juntó sus labios fugazmente en un pequeño beso.
Para Hyunjin, ya no era importante si era o no el más popular del lugar, no le importaba si habían muchas personas detrás de él.
Tenía a un chico que le enseñó que no es necesario perjudicar a los demás solo para llamar la atención, cuando lo podía hacer de mejores maneras. Que no era bueno sentirse superior a otras personas solo por ser diferentes a él y que todos pueden ser muy buenos amigos.
Y esa persona fue Lee Felix, el defensor de los nerds.
Mmmm, quiero llorar, es que amo demasiado esta historia ayúdenme
Babys, ya para el próximo fin de semana les traigo un maratón de los extras para terminar con la historia♡
Y quería preguntarles sobre que historia les gustaría tener un maratón, ya que esta semana me voy a dedicar a preparar los capítulos y el fin de semana traerles maratón de cuatro capítulos de al menor cinco historias (sin contra ésta)
Así que anímense y díganme cuales les gustaría, no seamos tímidos e interactuemos, al fin y al cabo debemos conocernos!♡
Besos babys
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