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Capitulo 9 | castigo

En estos momentos Claudia y Diego se encontraban en la sala sentados en el mismo sillón para desgracia de ellos.

—¿me pueden explicar por qué siempre pelean? — les pregunto Pogo que se encontraba parado frente a ellos

—¡es culpa de ella! — gritó Diego

—¿pero qué dices? ¡Tu me pisaste el maldito pie! — exclamó enojada

—el lenguaje — la regaño Pogo

—Pogo, amigo mío — le empezó a hablar Claudia — tú me conoces, soy la menos conflictiva de mis hermanos, no me creerás capaz de hacerle algún daño a este idi... — carraspeo — digo mi compañero aquí presente — sonrió de manera inocente

El simio cruzó sus brazos y la miró con serenidad.

—en primer lugar señorita Claudia, los menos conflictivos de sus hermanos son el joven Ben y la señorita Vanya — le corrigió — ustedes dos siempre están metidos en peleas — miro a los dos jóvenes frente a él — así que me temo que tendrán un castigo

—¡¿castigo?! — exclamaron al unísono

—si, deberán limpiar la cocina y los baños — ordenó

—bien, yo limpiaré la cocina y ella los baños — habló Diego con una sonrisa y un aire de tranquilidad

Claudia estaba apunto de protestar pero la voz de Pogo la interrumpió.

—no joven Diego, los dos limpiaran ambos lugares juntos — le ordenó

A Diego se le quitó la sonrisa.

—pero...

—nada de peros jóvenes, ese es su castigo y por favor, no olviden entregar sus tareas de química hoy a las cinco de la tarde — dicho esto se retiró del lugar

—¿había tarea? — se preguntó Diego

Claudia rodó los ojos antes de ponerse de pie.

—iré a la cocina, tu ve a los baños — dijo sin mirarlo

—ehh, ehh— se quejó — Pogo dijo que lo haríamos los dos

Ella lo volteó a ver.

—pero está claro que ninguno quiere estar con el otro — apretó sus dientes

—en eso tienes razón cabeza hueca — se puso de pie — entonces tu ve a los baños y yo a la cocina

—¿por qué yo a los baños? — frunció el ceño

—porque a mí podría escapárseme decirle a papá lo que escuché hace unos días en tu habitación — cruzó sus brazos

La chica frunció el ceño.

—¿me parece o me estás chantajeando?

—yo prefiero llamarlo un trato — sonrío

La chica bufo.

—bien, tú a la cocina y yo a los baños y todos tranquilos — cruzó sus brazos

—me parece bien — aceptó el chico

—bien

—bien

Ambos se miraron y cada uno se dirigió a su lugar de limpieza.

....

Claudia no tenía ni idea de cuánto tiempo le había tomado pero le alegraba saber que su martirio ya había terminado.

Luego de lavarse las manos se dirigió a su habitación para tomar su tarea de química e ir a entregársela a Pogo ya que casi eran las cinco de la tarde.

Al pasar por la habitación de Cinco vio una sombra dentro de la misma. No le tomó mucha importancia ya que suponía que debía ser Cinco pero la voz que oyó dentro le llamó la atención haciendo que se esconda detrás de la puerta que se encontraba semi abierta.

—dios, dónde está, dónde está — veía como buscaba desesperadamente algo en el escritorio

Siguió observando sus movimientos.

—¡aquí está! — murmuró tomando un cuaderno que rápidamente abrió

Se asomó un poco más para ver mejor y notó como abría otro cuaderno y empezaba a copiar lo que había en el cuaderno que acababa de encontrar.

—así que haciendo trampa... — susurró burlona

El chico estaba tan concentrado que no se dio cuenta de la presencia de la número ocho de los Hargreeves.

La chica sonrió y siguió su camino hasta el salón.

Al llegar encontró a Pogo revisando unos cuadernos que supuso eran las tareas de sus hermanos.

—buenas tardes Pogo — lo saludo desde la puerta — ¿puedo pasar?

El simio levantó la mirada de lo que hacía y asintió con una amable sonrisa.

—pase señorita Claudia

La chica asintió y se acercó hasta donde se encontraba Pogo.

—aquí está mi tarea — puso el cuaderno en el escritorio

El la recibió.

—¿usted y el joven Diego terminaron de limpiar? — preguntó luego de poner el cuaderno junto a los de los demás

La chica asintió.

—por cierto Pogo — empezó a hablar luego de un momento en silencio — ¿tienes la tarea de Cinco?

El simio frunció el ceño ante la pregunta.

—me temo que el joven Cinco aún no la a entregado — respondió

—¿y la de Dos?

—me temo que el joven Diego tampoco la a entregado

La chica asintió mientras quedaba pensativa. Levanto su mirada y se inclinó hacia adelante para que nadie mas que Pogo escuchara lo que tenía que decir.

—prométeme que si te cuento lo que sé no dirás que te lo dije yo — susurró

—se lo prometo señorita Claudia — la miró intrigado

—bien — miró hacia todos lados asegurándose de que no haya nadie más escuchando — lo que pasa es que hace un momento pasé por la habitación de Cinco y vi a Dos copiandole la tarea

—esa es una acusación grave señorita — la miró — ¿está segura de lo que dice?

Ella asintió.

—¿y el joven Cinco se encontraba ahí?

—no — apretó sus labios en una final línea — creo que el pobre no sabe que Dos le copia e imagínate, tal vez no es la primera vez que lo hace

Pogo se quedó analizando la situación.

—si es así me temo que tendré que hablar con el joven Diego — suspiró

—¿y lo castigaras?

—me temo que si

Claudia intentó ocultar su sonrisa.

—Bueno Pogo, yo ya me voy — se alejó — recuerda, esta información no te la di yo

—claro señorita — asintió — hasta luego

Claudia se despidió y salió del salón.

Venganza, que dulce era la venganza...

Si a Diego le gustaba andar chantajeando a las personas pues tal vez estar castigado también le guste.

Claudia sonrió feliz mientras subía las escaleras.

Total no había hecho nada malo, solo hizo lo correcto.

—¿para que me llamaste Pogo? — Diego entró al salón

—joven Diego, me temo que tendré que castigarlo — esas palabras hicieron que Diego frunza el ceño

—¿qué? ¿Por qué? Acabo de salir de un castigo

Pogo suspiro y se acercó a una pila de cuadernos de donde sacó dos.

Volvió a su escritorio y abrió ambos cuadernos frente a Diego.

—¿esto no le parece familiar?

Diego tragó saliva.

—oh, ese es mi cuaderno — trató de disimular — ¿de quién es el otro? — se hizo el desentendido

Pogo suspiró frustrado.

—es del joven Cinco — respondió — y por alguna razón sus respuestas son muy parecidas a las suyas, joven Diego

—ahh, es que son las mismas preguntas — sonrió — obvio tienen que tener la misma respuesta

Pogo lo miró con una ceja alzada.

—¡ohh! ¿Insinúas que Cinco me copio? — se hizo el sorprendido

Pogo lo miró con seriedad.

—joven Diego está castigado por copiar la tarea de su hermano — determinó — tendrá tarea extra en todas las materias

—¡¿todas las materias?! — exclamó

—si, me temo que no aceptaré su comportamiento — cerró ambos cuadernos y los regresó a su lugar — llevarse fácil algo que a otro les costó trabajo hacer no está bien joven

Diego cruzó sus brazos y bajo la mirada.

—ahora retírese que casi es la hora de la cena

Diego suspiro y asintió para luego salir del salón.

—¿pero como carajos se enteró? — se preguntó él mismo en voz alta

—¿hablando solo? — oyó una voz a sus espaldas — si sigues así te volverás más loco de lo que estás

El chico rodó los ojos y siguió caminando.

—¿qué pasó? ¿De mal humor? — preguntó Claudia mientras lo seguía

—qué te importa — respondió cortante

—uy, alguien está de malas — se burló — ¿qué es lo que te tiene así? ¿Acaso la novia te dejó? ¡Oh espera! ¡No tienes! Porque pues claro, quien podría soportar a un idiota como tú

El chico apretó su mandíbula.

—y bueno, ¿qué tal con las tareas? — el chico no respondió — ¿Bien? Que bueno, yo también, Pogo dice que soy inteligente y pues claro, eso ya debes saberlo ya que soy mucho más inteligente que tú

—¿te puedes callar un segundo? — la volteó a ver harto — pareces un loro, cállate un rato quieres

La chica sonrió con burla.

—espero que te vaya bien con tus tareas — se burló antes de irse

El chico la vio desaparecer por el pasillo hasta que se percató de algo.

—¿cómo esa idiota sabe lo de mis tareas? — su boca se abrió un poco al darse cuenta de todo — fue ella

Maldita chismosa.

Era un nuevo día y se encontraban en el patio apunto de comenzar con su entrenamiento.

Para desgracia de todos los pequeños Hargreeves, Reginald ya había vuelto de su viaje.

—bien jovenes — llamó la atención de todos — hoy entrenarán combate cuerpo a cuerpo

Todos asintieron.

Aunque uno de ellos no se veía para nada feliz y ese era Klaus. El pobre parecía tener resaca.

....

—¡Luther, cuidado que le malogras la ultima neurona que tiene! — gritó Claudia con una sonrisa burlona

Luther y Diego se encontraban peleado frente a todos y número uno llevaba ventaja.

—¡¿puedes callarte?! — Diego la volteó a ver enojado

—¿qué? ¡Es verdad! — exclamó — no es mi culpa que llegaras tarde a la repartición de cerebros y no sepas cómo pensar buenas estrategias de pelea

—¡juro que si no te callas voy a- — se acercó a la chica

—¡silencio! — se oyó la voz de Reginald

Todos quedaron en silencio.

—Pogo me contó que durante mi ausencia ustedes dos jovencitos han estado peleado si parar — se acercó a ambos — ¿acaso quieren otro castigo?

Ambos negaron.

—entonces cada uno a su lugar y en silencio — los miro seriamente

Ambos sintieron.

—continúen con la pelea — ordenó

Antes de seguir con la pelea y aprovechando que su padre no los veía Diego le mostró la lengua a Claudia de manera infantil.

Ella al verlo imitó su gesto.

Definitivamente estos dos no se soportan... pensaron los demás mientras los veían.

Y al parecer eso nunca iba a cambiar.

¿O si?

HOLAAA 🤍

Lamento muchísimo haber tardado tanto en actualizar esta historia.

¿Que les pareció el capítulo? Si les gustó dejen su voto y comentario porque eso me haría muy feliz ⭐️💬

Si tienen sugerencias para los capítulos pueden dejarlas en los comentarios! Es que aveces me quedo sin ideas 😔

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