𝗍𝗐𝗈 𖦹

﹙𝗌𝗍𝗎𝗉𝗂𝖽 𝖻𝗂𝗍𝖼𝗁﹚

ANGELINA SE ENCAMINABA A LA CASA DE LOS Prescott, pues habían quedado en que Tate, Sid y ella se iban a ver en la casa de la segunda mencionada, dado a que a Sid le causaba terror estár sola en la casa Prescott, así que invito a sus dos mejores amigas a quedarse.

Any no podía negar que Sid le preocupaba, entendía lo que era perder un padre o a una madre, aunque las formas en las que perdieron a sus padres fueron distintas, ella sentía pesar por la de pecas apenas visibles, pero a la vez, la entendía.

No sabía bien porque Billy parecía no tener intenciones de ayudar a Sidney, la apoyó más a ella cuando su padre la abandono, si bien, un abandono y la muerte de un padre o madre se siente horrible.

Pero no podemos apoyar a quienes no amamos.

Estuvo pensando en eso una y otra vez, trató de encontrar respuestas a sus propias preguntas, pero jamás las obtuvo. Se estaba confundiendo sola.

No se dio cuenta de cuando llegó a la casa de los Prescott hasta que Sidney abrió la puerta, provocando que alzara la vista.

— Hola, An — musitó Sidney, mirandola a los ojos.

— Holi — dijo con alegría al pasar a su casa.

Ambas castañas se encaminaron a la sala de estár, dejando pasar la sombra que vieron en la ventana. El cómodo sofá blanco con lineas verdes es en dónde se encontraba acostada Angelina.

Mientras que Sid se sentó en el mismo sofá, pero pues ella en la orilla. No le molestaba que Angie se acostara, es más, le encantaba tener a Angie con ella.

Sid prendió la televisón, pero solo habían miles de reporteros hablando mierda sobre el pueblo, sobre Maureen, aunque Angie no pensaba que eso fuera irreal, es decir; Maureen si se acostaba con hombres casados o solteros, pero siempre estaba de zorra. Angie no tenía nada en contra de tener una vida sexual activa, pero con solteros, no con casados.

Sid pasó miles de canales, pero todos eran noticias sobre el asesinatonde Steve y Casey. Hasta que llegó el canal dónde Gale Weathers se encargaba de seguir diciendo cosas peores.

— Sid, apaga esto. Solo te vas a sentir peor — aconsejó la Montgomery, provocando que Sid la viera con ojos lloros.

— ¿Cómo superaste su abandono? — preguntó Sidney con inquietud, haciendo que Angie la mirara con tristeza iguál.

— No lo súpero aún, sólo tuve que aprender a vivir con esto, lo cuál, es injusto — musitó cabizbaja, pero era cierto, nunca superamos la muerte o el abandono de un padre, sólo vivimos con eso, pero seguimos haciendonos la misma pregunta: ¿soy mal hijo?

Ambas chicas se habían quedado profundamente dormidas en el sofá de la casa, un poco incómodo dado el reducido espacio que había en el sofá, hasta que escúcharon el teléfono sonar.

En la primera llamada había sido Tatum, pero luego volvieron a llamar.

— Diga — respondió Angie, sentada en el sofá.

— Mí Angelina — dijo el desconocido al oír esa voz.

— ¿Quién habla? — musitó la menor, sintiendose observada.

— Tú sabes quién soy — ¿Qué mierda?

Su corazón latía rápidamente, cómo si ya supiera quienes eran, ya le había confirmado el asesino que eran dos. Sentía terror.

La chica dio un respingo en su lugar al escúchar a Sidney gritar tan fuerte como sus pulmones le permitieron, la Montgomery se levantó lentamente, si moriría hoy, moriría por una amistad verdadera.

Su respiración se atajó al ver la horrible escena frente a ella. Sidney tenía al asesino enmascarado encima de ella, mientras que este pasaba un cuchillo por su cara, dejando un pequeño corte, era más bien una inicíal.

La chica Prescott le lanzó una patada al abdómen, sacandole el aire por el fuerte impacto y también tirando al piso a él asesino.

Angelina estaba en shock, ¿cómo podría no estarlo? Literalmente, tenía a él asesino frente a ella.

Sidney tomó su brazo, sacandola de su horrible trance. La llevó corriendo escaleras arriba, dónde le lanzaron un carrito al asesino, tirandolo en el camino.

El dúo se metió con rápides a la habitación de la muchacha Prescott, poniendole seguro, pero este no iba a aguantar teniendo en cuenta que el asesino parecía ser cinco veces más fuerte que ellas dos juntas, decidieron poner la puerta del armario, para así evitar la entrada de su atacante.

Se quedaron allí, observando con terror la mano de Ghostface dar manoteos al aire con su cuchilo al aíre. Un ruído alarmó a Angie, provocando que se pusiera pálida y con sus ojos llorosos, pero fue Billy Loomis quién entró a la oscura habitación de la pecosa.

Rápidamente, se acercó a Sidney y a Ann, examinando que la última mencionada estuviera bien, Sid le valía una mierda, pero su Angelina debía estár bien, pues ni él ni Stu habían entrado a atacarlas en ningún momento.

Sólo vino a observarlas, pero escuchó los gritos de Sidney y Angie.

Sidney parecía querer unir piezas de algo que no era, pués le parecía raro tener a Billy tan rápido, cómo si él tuviera todo planeado.

— ¡Aléjate de ella! — gritó la morocha, empújando a Billy y atrayendo a la de pelo rizado hacia ella.

La muchacha Montgomery estaba confundida, Billy había entrado a salvarlas y Sid estaba actúando raro.

Angie se alarmó demasiado al ver a Billy meterse al auto de policía. Con fuerza, empujó a los paramédicos y a todo mundo, solo para ver a su chico.

Una mírada fuerte y enojada se dirigió a Sidney, quién sintió escalofríos. Podía acusar a la misma Angelina, ¿pero a Billy? ¿Su novio?

Tan pronto estuvo frente a Dewey, le ordenó que la dejara pasar a ver a Billy, mientras el mencionado la veía desde el auto, amaba ver esa faceta de ella, sólo podía imaginarase cosas sucías y pervertidas.

— ¡Quita tu trasero de ofícial que gana solo dosmil dolares al año!

Dewey la miró ofendido por aquél raro insulto, pero se negó, esto hasta que la vio con intenciones de golpearlo.

La chica cerró la puerta del vehículo con fuerza, para luego ver a Billy, neútralizando su mirada para ahora solo ver a su chico.

- Te sacaré de aquí - fue lo primero que dijo la menor.

— Yo lo sé, sé que moverías cielo, mar y tierra por mí y por Stuart — dijo el Loomis, fijandose en la vestimente de la menor. Se trataba de un corto vestido azúl que dejaba ver sus piernas.

La tensión era palpable, el silencio no era incómodo, era todo lo contrario. Con una última sonrisa, Angelina bajó del auto de policía.

Enfin, espero les guste tantó cómo a mí,
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