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Habían momentos en los que el tiempo parecía detenerse, y era lo que experimentaba cada miembro de la Fórmula uno desde que Jaden Hudson había entrado en el hospital. La noticia de su accidente había sido un golpe para todos, y ahora, la incertidumbre sobre su futuro era un peso que pesaba sobre sus hombros.
En la sala de espera, Max y Kelly estaban sentados en silencio, sus ojos fijos en el suelo. No podían creer que su amigo y compañero de equipo estuviera luchando por su vida. La memoria de Jaden sonriendo y bromeando con ellos en el paddock aún estaba fresca en sus mentes.
De repente, la puerta de la sala de espera se abrió y un médico salió con una expresión seria.
─¿Familiares de Jaden Hudson? preguntó.
─Somos sus amigos y compañeros de equipo. ─ respondió max mientras se paraba de su asiento junto a la brasileña mientras el médico asintió.
─Entiendo. Bueno, Jaden está estable por ahora, pero su condición es crítica. Necesitamos realizar más pruebas para determinar el alcance de sus lesiones.
─¿Hay... hay alguna posibilidad de que no se recupere? ─ cuestionó kelly se mordió el labio, luchando por contener las lágrimas.
El médico titubeó antes de responder.
─No podemos descartar nada por ahora. Pero estamos haciendo todo lo posible para salvarle la vida
Max y Kelly se miraron, sus ojos llenos de preocupación. El tiempo parecía haberse detenido de nuevo, y todo lo que podían hacer era esperar y rezar para que Jaden se recuperara ya que ambos se sentían culpables y no se perdonarían si algo le pasará al estadounidense.
En ese momento, la puerta de la sala de espera se abrió de nuevo y entró una figura familiar. Era Laya Hudson y Charles Leclerc. Su rostro estaba pálido y sus ojos estaban llenos de lágrimas.
─¿Cómo está? ─ preguntó, su voz temblando.
Max y Kelly se acercaron a ella, abrazándola.
─Está estable por ahora. ─ respondió max. ─ Pero la situación es crítica.
Laya asintió, su mirada fija en la puerta de la habitación de Jaden.
─Voy a entrar a verlo. ─ dijo.
Max, Kelly y Charles la acompañaron, y juntos, esperaron en silencio, rogando para que Jaden se recuperara y volviera a ser el mismo de siempre.
El tiempo parecía haberse detenido, pero sabían que no podían quedarse parados. Tenían que luchar por Jaden, por su amigo, por su compañero de equipo. Y sobre todo, por su alma pura y agradable.
La sala de espera del hospital parecía un lugar sin fin, donde el tiempo se estiraba como un elástico que se resistía a volver a su forma original. Max, Kelly, Laya y Charles esperaban en silencio, sus ojos fijos en la puerta de la habitación de Jaden.
Laya se levantó y se dirigió hacia la puerta, su corazón latiendo con ansiedad. Quería ver a su hermano, asegurarse de que estaba bien. Max y Kelly la siguieron, mientras Charles se quedó sentado, su mirada perdida en el vacío.
Al entrar en la habitación, Laya se encontró con la visión de Jaden conectado a máquinas y cables. Su rostro estaba pálido y sus ojos cerrados. Laya se sintió desmoronar, las lágrimas brotando de sus ojos.
Max y Kelly se acercaron a ella, abrazándola. ─Estará bien. susurró Max. ─Vamos a hacer que esté bien.
Laya asintió, secándose las lágrimas. ─Tengo que hablar con él. ─dijo. ─Tengo que decirle que lo amo.
Kelly la miró con compasión y culpabilidad.─Claro que sí. ─dijo. ─Habla con él.
Laya se acercó a la cama y tomó la mano de Jaden. ─Jaden, hermano. ─susurró. ─Estoy aquí. No te vayas. Por favor, no te vayas.
Jaden no respondió, pero Laya sabía que él la escuchaba. Podía sentir su presencia, su energía.
De repente, la máquina de respiración comenzó a sonar con más frecuencia. Laya se alarmó. ─¿Qué pasa?─ preguntó.
El médico entró en la habitación, su rostro serio. ─Jaden está experimentando una complicación. ─dijo.─ Necesitamos tomar medidas inmediatas.
Laya se sintió desmayar. ─¿Qué tipo de complicación? ─preguntó Max.
El médico titubeó. ─Su lesión cerebral es más grave de lo que pensábamos. Necesitamos realizar una cirugía de emergencia.
La habitación se quedó en silencio. La noticia de la cirugía de emergencia cayó como un golpe en la habitación. Laya se sintió desmoronar, mientras Max y Kelly se acercaron a ella para ofrecerle apoyo.
─¿Qué probabilidades hay de que se recupere? ─ preguntó Max, su voz llena de preocupación.
El médico titubeó antes de responder. ─La cirugía es riesgosa, pero es la única opción que tenemos. Si no lo hacemos, podríamos perderlo.
Laya se sintió como si estuviera viviendo una pesadilla. No podía creer que su hermano estuviera luchando por su vida.
─¿Cuándo será la cirugía? preguntó Kelly.
─Ahora mismo. ─respondió el médico. ─Necesitamos actuar rápido.
La habitación se convirtió en un torbellino de actividad mientras los médicos y enfermeras preparaban a Jaden para la cirugía. Laya, Max y Kelly se quedaron en la sala de espera, esperando ansiosamente noticias sobre el resultado de la operación.
Charles, que había estado callado hasta ahora, se levantó y se acercó a Laya. ─Estoy aquí para ti. ─dijo, abrazándola. ╍No estás sola.
Laya se sintió agradecida por su apoyo. ─Gracias, Charles. ─dijo.─ Significa mucho para mí.
La espera fue interminable. Laya, Max, Kelly y Charles se sentaron en silencio, sus ojos fijos en la puerta de la sala de operaciones.
De repente, la puerta se abrió y salió el médico, su rostro serio. ╍La cirugía ha terminado. ─dijo.─ Pero...
Laya se sintió como si su corazón se detuviera. ─¿Qué pasa?─ preguntó.
El médico titubeó antes de responder. ─Jaden está en estado crítico. Necesitamos esperar y ver cómo reacciona su cuerpo.
La habitación se quedó en silencio. Laya se sintió como si estuviera al borde de un precipicio, sin saber qué pasaría después.
¿Qué sucederá con Jaden? ¿Podrá superar esta crisis? ¿Qué pasará con su futuro en la Fórmula 1?
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