∙ 𝐅𝐢𝐧𝐧 𝐖𝐨𝐥𝐟𝐡𝐚𝐫𝐝 ∙
(Quiero aclarar que no soy racista, de hecho odio que la gente menosprecie a la gente de piel obscura y hasta llega a dolerme. Como verán en el shot habrán algunas cosas que consideran "racistas" como el hecho de que haré a la rayis de piel clara en vez de piel obscura, la razón es porque si hago a la rayis de piel obscura el shot no tendría mucho sentido por diversas razones que supongo irán entendiendo a medida pase el shot.)
23 de enero de 1721
Wessex – Inglaterra
Narrador Omnipresente
En Wessex, en una de las mansiones de los duques más importantes de Inglaterra, se encontraban dos de sus esclavos provenientes de Latinoamérica y negros teniendo a su primer descendiente, los patrones de ellos sabían de la existencia de la criatura, mas no de que ahora mismo estaba llegando al mundo.
-vamos Íngrid puja! Falta poco! –Dijo la esclava que atendía el parto, Michaella-
La mujer empezó a hacer más fuerza, agarrada de la mano de su marido el cual la acariciaba dándole fuerzas, pujo un poco más hasta que al fin logró sacara la criatura.
-¿que...? –Dijo confundida Michaella-
-¿q-que pasa? ¿Está todo bien? –Preguntó Francisco, el padre de la criatura-
-míralo por ti mismo
Don Francisco se acercó a ver, encontrándose con una niña...blanca, era muy extraño e impactante para todos los presentes, Doña Ingrid le era fiel a su esposo y nunca salía de la mansión de Los Grimblehawk, se dedicaba todo su tiempo a esta mansión y sus ratos libres se la pasaba con su marido o charlaba con sus amigas.
-¿q-qué está pasando Francisco? ¿Michaella? ¿Mama? –Dijo asustada Ingrid-
Michaella se acercó con la bebé en brazos, Doña Ingrid la tomó y se percató del detalle del cual todos estaban tratando de asimilar.
-hay que llamar a los señores Grimblehawk para ver qué podemos hacer –dijo Doña Clara, la madre de Ingrid-
Los señores Grimblehawk y Los Martínez se encontraban en la sala de la mansión, debatiendo el que podían hacer con la pequeña criatura, la cual ya estaba bañada y vestida haciendo que su tez clara resalte más.
-¿Qué van a hacer? –Hablo Percy Grimblehawk, el hombre de la casa-
La pareja que recién se había convertido en padres se miraron, ambos ya habían discutido al privado que harían con la bebe.
-creo que lo mejor es que ustedes la adopten, no pueden tener hijos y la niña es blanca así que nadie lo notaría –habló Doña Ingrid-
-pero...es su hija, tiene que amarla sea del color que sea –Dijo Evangeline Grimblehawk-
-ella es una deshonra para nuestra familia–dijo Don Francisco-
-ustedes tienen dinero, la educaran a la perfección, la harán hacer respetar ante la sociedad, será talentosa y tendrá una vida llena de lujos –Dijo Doña Ingrid-
-además... ¿Qué vida le podemos dar nosotros? Somos sus esclavos, trabajamos para ustedes y no ganamos mucho porque así lo dicta la Reina en la ley, pero ustedes le dar una vida de lujos y sobre todo amor –Dijo Don Francisco-
-¿Qué dicen? –Dijo Doña Ingrid-
Los Grimblehawk se enamoraron de la bebé apenas la vieron y no podían permitir que si ellos rechazaban tal vez la mandarían a un lugar donde capaz la maten.
-aceptamos –Dijeron al unísono-
-bueno, los dejamos para que pasen tiempo con su hija –Dijo doña Ingrid-
Los Martínez salieron de la mansión, ambos sentían como si les hubieran quitado un peso de encima, nada, peor absolutamente nada de remordimiento tenían. Para Los Grimblehawk el hecho de que vayan a adoptar a la bebé era una maravilla, ya que la señora Evangeline era estéril y a sus 35 años no pudo satisfacer esa necesidad de ser madre, al igual que Percy, el cual tenía 40, también para él fue un golpe muy doloroso saber que su esposa no podría darle un primogénito, pero en vez de separarse de ella y buscarse otra mujer que si pudiera cumplirle su sueño...se quedó a su lado años tras año, diciéndole que algún día, no sabía exactamente cuándo, iban a ser padres, y ese día por fin había llegado.
-¿y cómo le pondremos a este angelito caido del cielo? –Dijo Percy-
-qué te parece... ¿_______ Leahnor Grimblehawk? –Dijo mirando con una sonrisa a la bebe, la cual estaba profundamente dormida-
-me encanta ese nombre –Le dio un beso en la mejilla a su mujer-
Los años pasaban, y la pequeña no tan pequeña _______ Grimblehawk seguía creciendo y estando más hermosa que el día anterior, ella jamás se enteró que era hija adoptada de Los Grimblehawk y que sus padres biológicos eran los esclavos apellados Martínez. Su infancia transcurrió normal, fue educada en su casa, no tuvo amigos muy cercanos pero cada que iba al pueblo o trabajo con sus padres y encontraba a un niño, no dudaba en acercarse y jugar con él.
Actualmente contaba con 17 años de edad, la chica a ojos de los demás era perfecta, su belleza era como un sol que radiaba día tras día, su tez clara y piel suave daban la ilusión de que fuera porcelana, su enrulado y largo cabello castaño, eran tan suave como se veía y sus ojos marrones profundos, que al verlos te transmitían miles de emociones. Ella era amante del arte y la literatura, es algo que le fascinaba desde que era una niña, la señora Evangelina le leía cuentos desde el día uno que llegó a esa casa, haciendo que de ahí naciera su amor por esta, el arte es algo que empezó a desarrollar cuando cumplió los 12 años, ya que su padre le regaló un juego de pinturas e instrumentos con los cuales ella podría hacer un cuadro, ese mismo año ella aprendió a dibujar como si de una profesional se tratase.
Narra ______
Estaba en el gran jardín trasero de mi casa, terminando mi más reciente cuadro, hace una semana fuimos a la playa y quede enamorada con el paisaje que nos daba así que decidí pintarlo para luego colocarlo en mi estudio.
-y...termine! -Di la última pincelada-
Guarde mis pinturas en la caja donde iban y lleve el cuadro con sumo cuidado a mi estudio para que se secara, me di cuenta que mi vestido blanco con flores rojas estaba todo manchado de pintura al igual que mis pies, ya que estaba descalza.
-ya dañe el vestido que me dio la tía Isabel, no duró ni una semana! –Exclame frustrada-
Coloque el lienzo en el caballete que estaba cerca de mi ventana para que secara y me fui a lavar las manos para ir al comedor para comer con mamá y papá.
-_____ Leahnor Grimblehawk! ¿Ese es el vestido que te dio tu tía Isabel la semana pasada? –Dijo mi madre viéndome-
-si...lo siento no era mi intención mancharlo –Hice una mueca-
-por cierto –mi padre limpió su boca- ¿necesitas nuevas pinturas? La semana que viene haré un pedido
-sí, ya se me acabaron, sé que me las gasto muy rápido, no me duran ni dos meses, pero en serio disfruto pintar diferentes paisajes es como...un mundo diferente por explorar
-hija cariño, no nos molesta compararte pinturas nuevas cada mes –Dijo mi mamá-
-si tú eres feliz dibujando te compraremos todo lo que sea necesario para que sigas pintando –Me dijo papá-
Les sonreí y les susurre un "gracias, los amo" para luego sentarme en mi respectivo asiento, comimos tranquilamente y charlamos unas cuantas cosas.
Pasaron unas cuantas semanas y afortunadamente mis pinturas nuevas llegaron. Hoy decidí hacer un cuadro de mi casa completa, pero me acabo de dar cuenta que deje en mi estudio unos pinceles, me levanté del suelo y empecé a correr con dirección a mi casa cuando choco con alguien, ambos nos caímos al piso.
-ah –Me queje de dolor- de verdad lo siento no vi –Sobe mi cabeza-
-yo también lo siento estaba perdido en mis pensamientos –Dijo una voz masculina desconocida para mis oídos-
Mire al frente y él también había volteado a verme, me encontré a un chico peli-negro, de tez clara, ojos marrones, con pecas y labios gruesos y rosados, es el chico más guapo que he visto en mi vida.
-soy ______ Leahnor Grimblehawk, ¿y tú? –Extendí mi mano-
-Finn Wolfhard –acepto mi mano-
Él se levantó del suelo y luego extendió su mano para ayudarme a parar.
-¿y cómo llegaste a mi casa Finn? –Dije amablemente y con una sonrisa-
-pues mis padres vinieron a hacer negocios con Percy y Evangelina Grimblehawk los cuales supongo son tus padres –Asentí- y pues me dijeron que recorriera la casa
-bueno... ¿quieres acompañarme a mi estudio? Tengo que buscar unas cosas ahí y luego volver al patio
-claro ¿Por qué no? Pero... ¿Qué estás haciendo? –Dijo curioso-
-pintó un cuadro de la casa, por eso estoy toda manchada –Señale mi ropa-
-sí, note que estabas manchada pero no dije nada –Sonrió-
Empezamos a caminar con dirección al estudio, agarre mis pinceles y las dos pinturas que necesitaba, luego fuimos al patio trasero, a todo esto estábamos en completo silencio.
-dibujas muy bien, ¿Quién te enseñó? –Dijo Finn mirando el cuadro-
-nadie, aprendí sola -Sonreí con orgullo de misma-
-wow ¿en serio? –Asentí- es increíble
-supongo que si –Me encogí de hombros-
Empecé a pintar mientras que hablaba con Finn, hablamos de temas diversos como gustos, formas de pensar, qué queremos ser en el futuro, nuestra niñez, nuestros padres, de todo un poco.
-ya veo que se conocieron –Escuchamos una voz atrás de nosotros, era la voz de mi mamá-
-sí, nos conocimos hace una hora –Dijo Finn-
-hija ella son Los Wolfhard –Dijo mi padre-
-Eric Wolfhard –Estiró la mano el hombre tenía más o menos la edad de mi padre-
-Mary Wolfhard –Me estiro la mano-
-falta mi hermano mayor Nick, pero él está Suecia –Dijo Finn mirándome-
-veo que ya estás por terminar tu cuadro –Dijo mi mamá acercándose-
-sí, solo me falta darle algunos retoques
-¿lo hiciste tu sola? –Me pregunto la señora Wolfhard-
-si
-dibujas increíble, ¿Quién te enseñó?
-Mis padres rieron- ella aprendió sola, nadie la guió –Dijo mi papá-
-tienes un increíble talento –Me dijo el señor Wolfhard-
-le dije lo mismo –Dijo Finn-
-muchas gracias
-señores Grimblehawk, señores Wolfhard –Nos dijo Stella- el almuerzo ya está servido, pueden pasar a comer
-gracias por avisarnos Stella, en un momento vamos –Dijo mi mamá-
-por supuesto, con permiso –Hizo una reverencia y se fue-
-bueno, pasemos a nuestro comedor –Dijo mi padre-
Empezamos a caminar hacia la casa.
-oh! –Mi madre paró de caminar- Leahnor ponte zapatos –Me dijo con una sonrisa-
-okey, los veo en un momento
Dije para salir corriendo a mi habitación, agarre los primeros zapatos que vi y me los puse, lave mis manos que estaban llenas de pintura y baje al comedor, todos estaban sentados, me acerque a mi puesto de siempre y me senté.
Charlamos de temas diferentes como política, negocios, los últimos descubrimientos que hicieron los científicos, guerra, etc.
Desde que Finn y yo nos conocimos, pasaron aproximadamente 9 meses, el venía a visitarme muy seguido, como era evidente no pudimos evitar enamorarnos y nos hicimos novios, claro que nuestras familias saben, de hecho les gusta que fuéramos novios.
Ahora mismo, estamos en la casa de Finn, en le invito a tomar el té con una de sus amigas de crianza, su nombre es Lillith, ella es una chica rubia de ojos grisáceos y con piel muy blanca, creo que también venía la mejor amiga de ella.
-entonces... ¿Cómo se conocieron? –Dijo Lillith-
- es gracioso ¿sabes? –Dijo Finn acariciando mi mano- nos conocimos en su casa, ella estaba pintando en el jardín trasero de su casa, yo estaba recorriendo la casa y a ella se le habían quedado algunos pinceles en su estudio, chocamos y luego empezamos a hablar y nos hicimos novios
-la historia de amor más linda que he escuchado! –Dijo sonriendo-
-no es para tanto –sonreí sonrojada-
- claro que sí! las historias de amor de mis amigas son muy aburridas –hizo una mueca- son como...que el inicio se odiaban a muerte y luego se enamoraron, todas pero a todas! Les paso eso
-llego su chica favorita! –Se escuchó a nuestras espaldas-
-Lydia! Viniste! –Dijo Lillith levantándose de su silla-
-carajo...-Escuche el susurro de Finn-
Voltee y vi a una chica blanca, con cabello negro y ojos verdes. Finn y yo nos levantamos de nuestros asientos y caminamos hacia ellas, con nuestras manos entrelazadas.
-hola...-Dijo Finn con un tono de incomodidad-
-Finnie! ¿Cómo has estado? –Dijo casi abalanzándose sobre el-
-muy bien –sonrió incómodo- mmm te presento a _______
-hola –le sonreí- soy ______ Leahnor Grimblehawk –extendí mi mano-
-hola –Me miró de arriba a abajo- soy Lydia Brown
-ella es la novia de Finn –Dijo Lillith hacia Lydia-
-¿novia? –Dijo un tanto burlona- ¿Cuántos años tienes? ¿15 tal vez?
-ammm tengo 17 y sí, soy la novia de Finn –Me encogí de hombros-
Nos dirigimos de nuevo a los asientos.
-Finnie ¿recuerdas cuando estábamos en la primaria y me robaste un beso?
-yo lo que recuerdo es que Arthur te reto –Dijo Lillith-
-recuerdo lo mismo que Lillith –Dijo Finn-
-bueno, el punto es que yo fui tu primer beso, ¿no es así? –Me miró de reojo-
-mmm creo que sí, no recuerdo –Finn rasco su nuca-
-y... ¿hace cuánto salen? –Preguntó Lydia con una sonrisa hipócrita-
-salimos hace 7 meses –Dijo Finn sonriéndome-
-¿cómo te va con Alexander? –Preguntó Lillith-
-pues terminamos hace unas semanas, ahora estoy soltera –Le guiño el ojo a Finn-
-que lastima, hacian linda pareja –Dijo Lillith-
-yo le termine a él, me gusta otro chico –Se mordió el labio mirando a Finn-
-que... ¿bien? –Dijo Finn-
Finn me acerco más a él, nos quedamos en un incómodo silencio.
-aquí están los tés que me pidió joven Finn–Dijo Maggie sirviendo nuestros tés-
-muchas gracias Maggie, y por favor dime solo Finn, ya hemos hablado de esto –Dijo agarrando su té-
-claro jov...Finn
-gracias –Dije tomando mi té-
-gracias Maggie, está delicioso –Dijo Lillith-
-no hay de qué señorita Lillith
Maggie le estiro su té a Lydia pero accidentalmente se le cayó en la ropa de Lydia.
-maldita negra mucama! Nunca puedes hacer nada bien! ¿Tienes idea de cuánto cuesta este vestido? Cuesta más de lo que ganaras en tu miserable vida maldita negra! –Gritó Lydia hacia Maggie-
-oye no le respondas así! –Le grite a Lydia- fue un accidente! No tienes ningún derecho a tratarla así
-¿Qué sí no? Soy la hija del duque de Francia, ella simplemente es una negra insolemt..,-Finn la interrumpió-
-bueno ya Lydia! –Le dijo Finn- fue un accidente, a todos nos pasa
Lillith y yo nos agachamos a ayudar a levantar los restos de la taza rota a Maggie
-no hacía falta señoritas _____ y Lillith
-solo quería ayudar –Le sonreí-
-te pediré que le pidas disculpas a Maggie, Lydia –Dijo Lillith-
-no dejaré manchar mi reputación por pedirle perdón a una negra –Dijo de brazos cruzados Lydia-
-bueno entonces te pediré que te retires –Dijo Finn-
Ella abrió levemente la boca con asombro, agarró con molestia su bolso y se acercó a mí a Finn.
-no sé qué mierda te hizo Miss niña perfecta, pero estás segado por su absurda bondad. Mereces a una chica más sexy y linda como yo –Le dijo a Finn- y a ti –Me miró de arriba abajo- juro que me vengare por quitarme a Finn maldita zorra
Ella se fue sin más, simplemente mire a Finn y lo abrace.
-yo...no debí de decirle a Lydia que viniera, lo lamento –Se disculpó Lillith- de verdad lamento como te trato Maggie –Dijo apenada-
-no importa señorita Lillith, no pasa nada, con permiso –Dijo para comenzar a caminar hacia la casa-
-debería irme –Lillith agarró su bolso- una vez más lamento el comportamiento de Lydia
-no fue tu culpa –Dijo Finn-
-de igual forma yo la invite, no importa –Hizo un ademán con la mano- ______ siempre un placer
-igual Lillith –Le sonreí-
-nos vemos el lunes Finn
-claro –Dijo asintiendo-
-adiós chicos! –Dijo Lillith-
-adiós –Dijimos al unísono-
Vimos irse poco a poco a Lillith.
-¿debería de temerle a Lydia? –Dije mirando a Finn-
-no, para nada y si te llegara a hacer algo yo estaré ahí para protegerte –Acaricio mi mejilla-
-¿lo prometes?
-lo prometo
El acerco su rostro al mío y me dio un pequeño beso, el cual era imposible negarse
Unos 4 meses pasaron de todo lo ocurrido, Finn y Lillith me presentaron con todo su grupo de amigos, son Finn, Lillith, Arthur, Elizabeth, Marcus, Andreina y Lydia, todos eran amables y lindos conmigo excepto Lydia.
Hoy estábamos en la casa de Marcus, estaba un poco más alejada de la del resto, Lydia no estaba por alguna razón.
-a ti maldita zorra te estaba buscando! –Escuchamos a Lydia-
-deja de decirle así Lydia! Supéralo! Finn jamás te hará caso por tus actitudes! -Dijo Elizabeth-
-dejarán de ver a esta tonta como la niña perfecta cuando les diga esto –Se acercó a nosotros-
-¿De qué demonios están hablando Lydia? –Dijo Finn-
-tu novia no es una Grimblehawk
-¿d-de qué hablas? –Dije-
-tus verdaderos padres son los ex-sirvientes de tu casa, los negros Martínez, pero cuando naciste prácticamente te regalaron a los Grimblehawk porque eres blanca, los Grimblehawk no pueden tener hijos, Evangelina tu "mamá" es estéril –Ella sonrió triunfante- que triste debe ser que hayas vivido toda tu vida engañada
-y-yo tengo irme –Dije con mis ojos botando lagrimas-
Salí corriendo de la casa, ignorando los gritos de Finn y Lillith, seguí hasta que sentí las cálidas manos de Finn en mi cintura.
-Finn...-Dije con la voz quebrada-
-tranquila
El me abrazo y empecé a llorar desconsoladamente en su pecho. ¿Cómo me pudieron haber hecho esto? ¿Pesaban decírmelo algún día? ¿Por qué me regalaron?
Luego Finn me llevo a casa, tuve una discusión fuerte con mamá y papá, gritamos, hablamos, rompimos cosas, lloramos...paso de todo, pero al final los perdone, los verdaderos culpables son los Martínez, recuerdo muy poco de ellos.
Recuerdo que ellos se fueron cuando yo tenía 10 años, antes de eso ellos sin que se dieran cuenta mis padres me trataban mal, una que otra vez me pegaban, jamás supe el porqué.
-¿Quisieras ir a verlos? –Me dijo Finn acariciando mi espalda-
Estábamos en mi cama asimilando todo lo que acababa de pasar.
-sinceramente...no, ¿Por qué debería de ir con las personas que me abandonaron simplemente por ser blanca? Además que sería una falta de respeto hacia los que considero mis verdaderos padres –Dije decidida-
-yo pienso que ellos son unos idiotas, te dejaron si sabe que serias una mujer increíble, hermosa y talentosa –Dijo Finn-
-gracias
-entonces... ¿nos podemos quedar el resto de la tarde aquí acostados haciéndonos mimos? –Dijo Finn dejando un beso mi cabeza-
-claro, suena muy bien –Le sonreí-
-te amo –Dijo Finn-
-yo también te amo –Bese sus labios-
El recibió gustosamente mi beso.
____________
~Vivi Wolfhard~
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