II
Seokjin había ya salido de la última entrevista del día. Poco a poco su agenda se descongestionaba y estaba cada vez más cerca de sus preciadas vacaciones. Había recibido un mensaje por parte de Namjoon pidiéndole que se llegara al estudio para hablar de un asunto que tenía días en su cabeza.
No iba a mentir, el menor tenía miedo por lo que Namjoon podría decirle. Uno de sus infinitos defectos era el negativismo. Seokjin tenía el don de pensar mil cosas malas y ninguna buena en cualquier situación.
Y es que ya tenía una lista de las cosas que posiblemente le diría el moreno:
» Lo siento, Seokjin, pero ya no quiero trabajar más contigo.
» Seokjin, yo te estuve ocultando algo y es que... Jimin y yo somos pareja y nos casaremos mañana mismo.
» Seokjin, decidí que ahora sólo me dedicaré a trabajar con Jimin.
» Seokjin, descubrí que te gusto y la verdad es que me da mucho asco tenerte cerca. Lo mejor sería que ya no trabajemos más.
El chico ya podía sentir la presión en su garganta dando advertencia del futuro llanto que muy pronto se desataría.
El no quería alejarse de Namjoon. El moreno era su pilar y la única razón por la cual no había mandado todo al carajo. Seokjin podría tener miles de problemas encima, pero la sonrisa de Namjoon lo mejoraba al instante. Seokjin podría tener un día de mierda, pero los hoyuelos de Nam lo transformaban en el mejor día de su vida.
El menor de los Kim lo admitía; tenía una dependencia enferma con Namjoon. Pero mientras sólo él lo sepa no habría problemas.
Se dio cuenta de su enferma dependencia hace algunos años cuando Namjoon, por causas del trabajo, tuvo que viajar a América durante dos semanas para ser productor de uno famoso rapero, —el cual Seokjin le tiene cierto rencor por llevarse lejos a su hombre— y ayudarlo en todo lo relacionado a su próximo disco.
Dos semanas que para el menor fueron el infierno. Por la diferencia de horario no pudieron cumplir con su tradición de hablar todos los días, además de que el mayor llegaba cansado al hotel luego de todo un día lleno de trabajo y turismo.
Dos semanas en las que Seokjin se sentía como un barco sin brújula. Sentía que no encajaba. Sentía que todos se daban cuenta de su situación y le tenían lástima.
Claro, que esto sólo pasó en la mente del idol. Su mente lo atormentaba día y noche con la falsa idea de que todos se burlaban de él. Recalcándole lo patético que se veía y que Namjoon sólo sentiría pena si lo viese en ese estado.
Pasadas las dos semanas el moreno volvió. Seokjin sin falta fue a buscarlo al aeropuerto. Namjoon al ver a lo lejos a su dongsaeng no pudo evitar sonreír. Tomó su maleta y se dirigió hasta el menor.
"No sabía que...".
Namjoon fue interrumpido por el enorme abrazo de Seokjin. No tardó mucho en devolver el abrazo, le daba mucha ternura que el menor lo recibiera de tal forma.
"Parece que me extrañaste, ¿Eh?" le dijo el moreno con algo de gracia.
"N-no vuelvas a-a irte por t-tanto tiempo, por favor".
Seokjin estaba llorando y Namjoon sólo pudo abrazarlo con más fuerza. Un abrazo en donde buscaba transmitirle un no te dejaré otra vez.
Luego de que Seokjin se calmara, —y calmara a Namjoon quien se había preocupado por su reacción— decidieron ir a comer algo y durmieron en la casa del mayor con la excusa de que "extrañaba mucho a su hyung".
Namjoon no se negó, por su puesto. Él nunca le negaba algo a Seokjin.
Y Seokjin nunca era consiente de eso.
Aparcó su auto en el estacionamiento y salió directo hasta el ascensor. Marcó el piso del estudio y espero paciente, —pero nervioso— llegar a su destino.
Las puertas se abrieron y caminó hasta la puerta del estudio. Escuchó risas a dentro y fácilmente pudo identificar a sus dueños: Namjoon y Jimin.
El que el enano Park estuviese dentro solo hacia que la ansiedad y la inseguridad atacaran aún más a Seokjin.
Quizás y Namjoon ya estaba listo para informarme de su relación con el menor. Puta y asquerosa mierda.
Seokjin tomó respiraciones profundas y mentalizó ciertas respuestas en caso de que si se le fuese anunciado el noviazgo de su mayor.
Tenía tres respuestas fijas: la primera era ponerse a llorar cual bebé que fue arrancado del pecho de su madre; la segunda era arrancar la tabla para mezclar del estudio y romperla en la cabeza del cachetón; y la tercera, —y posible opción que escogería dado que era la más realista— era solo felicitarlos, fingir que tenía un compromiso e ir a su casa a comer kilos de helado, viendo alguna maratón de sus Dramas favoritos y lamentarse el porqué su vida no podía ser así de perfecta.
También podría verse de nuevo Juego de Tronos, eran ocho temporadas y le llevaría bastante acabarla. Aunque la última temporada fue un asco y no...
—¡Jinie Hyung, que gusto verlo!
Su laguna mental fue interrumpida por un enano rubio de mirada brillante.
Seokjin odiaba que Jimin tuviera toda la atención de Namjoon, pero odiaba más que él mocoso fuera un súper fan suyo.
A palabras de Park; Seokjin era su ejemplo a seguir y la razón por la cual quiso ser idol.
Trágico.
—Oh si, acabo de llegar, ¿Esperaron mucho por mi, Jimin?
Seokjin fingió una sonrisa amigable para el chico. Aunque lo odiaba no era capaz de tratarlo mal. No después de enterarse de que es su ídolo.
Trágico, otra vez.
—¡No se preocupe, Jinie Hyung! Namie hyung y yo sabíamos que estaba en una entrevista así que no hay problema —respondió el menor con una sonrisa que desapareció sus ojos.
Nimii hying, ¡No lo llames así, mocoso de mierda!
Seokjin respiró hondo y sonrió de nuevo al menor, —Entonces pasemos a ver que quiere hyung y no lo hagamos esperar más.
Jimin asintió y se adentró nuevamente al estudio con Seokjin siguiéndole desde atrás.
—Mira quien llegó, Namie hyung.
—¡Jinie bonito, llegaste! ¿Cómo te fue en la entrevista?
—Me fue bien, hablamos del álbum más que nada. Todos están complacidos por tus producciones, Nam hyung.
Seokjin se acercó hasta Namjoon para darle un breve abrazo y sentarse en el sillón del estudio.
—Las producciones son de Namie Hyung pero sin tu voz no sería lo mismo, Jinie Hyung, ¡Tú eres una pieza importante en todo el trabajo!
Jimin intervino en la conversación y se sentó a un lado de Seokjin con la mirada brillante de admiración por el mayor.
—Jiminie tiene razón, Seokjin —agregó el moreno—. Yo hago la producción, si, pero si yo canto las canciones que escribo no tendría ningún tipo de éxito, ¡Mi voz es un asco a comparación de la tuya!
Seokjin negó, —No es cierto, hyung. Te he escuchado cantar y lo haces bien... ni que decir de tu rap. Deberías intentarlo algún día.
—Ahg, eres un terco de primera, Kim Seokjin. Deberías aprender de Jiminie y darte méritos por tu trabajo —ouch, gracias por recordarme que no soy como el gran Mochi—. A parte de que no podría ser famoso. Necesito tener una cara tan bonita como la de ustedes.
Namjoon bromeó y Seokjin quería partirle un micrófono en la cabeza.
¿Qué no tenía una cara bonita? ¡Namjoon parecía un dios griego y su cara estaba tallada por los mismísimos ángeles! Seokjin podría pasar un día entero hablando de la hermosa cara de Namjoon y hasta le faltaría tiempo; sus ojos, su sonrisa, sus mejillas, sus lunares, absolutamente todo en Kim Namjoon era la belleza pura para Kim Seokjin.
Quería decirle tantas cosas que tuvo que callar cuando el menor de los tres se levantó y fue rápidamente a donde estaba Namjoon para envolverlo en un abrazo.
—¡No diga eso, Namjoon hyung! Usted es muy guapo y hermoso y si decide algún día en ser idol tendría a muchos fans que lo amarían. Tengo razón, ¿Verdad, Jinie Hyung?
Seokjin sintió su corazón doler por la imagen.
Jimin sentado en las piernas de Nam, abrazándolo como si lo estuviese protegiendo de todo y de todos. Y Nam... El sólo correspondía el abrazo con la cabeza en el pecho del chico y una pequeña sonrisa adornando su rostro.
Quizás si debía ser más como Jimin. Quizás si debía aprender a demostrar sus sentimientos. Tal vez por eso Namjoon escogió a Jimin como pareja antes que a él, porque Seokjin nunca tenía algún tipo de acercamiento con su mayor. Si, se abrazan y la pasaban bien juntos, pero todo empezaba por iniciativa del mayor de los Kim.
Quizás Namjoon se cansó de dar sin esperar nada y por fin encontró a alguien quien le daba sin pedirlo a cambio. Jimin era perfecto para Namjoon y viceversa. Se merecían, congeniaban y se veían bien. Eran tal para cual. La mezcla perfecta.
Con Seokjin era otro caso. Él no se veía bien con Namjoon, no se sentía merecedor de ese puesto como pareja del mayor. Cada vez estaba más en la etapa de resignación. Cada vez era más consiente de que Namjoon nunca estaría para él, —al menos no de la manera que quería— y lo tenía que aceptar; así le costara mil noches de lágrimas a solas, lo aceptaría, por él, por Namjoon.
—Jimin tiene razón, hyung. Es usted muy guapo.
Les dedicó una pequeña sonrisa que no le llegaba a los ojos ni al corazón. Quería llorar, quería gritar, quería correr y desaparecer, quería, quería, quería... amor.
¿Pero quién amarían a Kim Seokjin cuando no lo hacía ni él mismo?
—Oh, ya basta los dos que me avergüenzan —el moreno tapó su rostro con ambas manos—. Parece ser mi día de suerte, ¡Dos chicos hermosos me han dicho que soy guapo!
Se escuchó la risa cantarina de Jimin en conjunto con la de Namjoon, torturando aún más a Seokjin.
Hasta sus risas combinadas suenan bien. Vaya día de mierda para confirmar la relación del año.
—Ya ya, ve a sentarte allá Jimin para dar la noticia.
Jimin asintió y volvió a su sitio al lado de Seokjin.
—Ustedes saben que con los únicos que trabajo fijo son ustedes, ¿No? Produzco sus músicas, canciones y álbumes completos si ningún tipo de participación por parte de alguno. Quiero hacer algo diferente.
Seokjin no entendía nada, ¿Donde estaba la declaración y propuesta de matrimonio para Jimin?
—A mi me gusta mi trabajo y lo disfruto demasiado —siguió el moreno—. También disfruto escuchar mis composiciones siendo expresadas con sus voces pero...
—¿Pero...?
Jimin parecía igual de confundido que Seokjin y el menor de los Kim ya no sabía que pensar.
—Ustedes expresan lo que yo quiero pero no lo que ustedes piensan.
—No entiendo.
Jimin tenía un puchero y Namjoon negó divertido por la expresión del chico. Seokjin ni se inmutó; Jimin se le había adelantado a preguntar.
—Verán; las canciones que cantan son de mi creación, lo que expresan en ellas son lo que yo pienso y quiero expresar, los mensajes que llevan al público son los míos —Namjoon hizo una pequeña pausa para ordenar sus ideas—. Me gustaría escuchar lo que ustedes quieren expresar, lo que sienten y lo que quieren. Quiero escucharlos, chicos. Quiero que hablen por ustedes mismos.
El silencio que se creó en el estudio fue un poco incómodo y daba miedo.
Seokjin tenía una basura mental. Namjoon quería que escribiese una canción. Él solo. Sin ayuda. Sus palabras. Todo debía hacerlo él.
"Me gustaría escuchar lo que ustedes quieren expresar, lo que sienten y lo que quieren"
¿Qué quería expresar? ¿Qué sentía? ¿Qué quería? Seokjin nunca ha sido bueno para expresar lo que siente. Prefiere quedarse callado y tragarse todo lo que piensa antes de cargarlas de algún modo; porque si, Seokjin era consiente que si decía lo que sentía las cagaría él, ¿Y ahora Namjoon quería que hiciese una canción con su sentimientos?
¡Para eso le pagaba! ¡Era su trabajo escribir canciones para Seokjin! El no fue a la universidad como él, mucho menos tiene un título en Producción Musical, y menos que menos tiene la experiencia que tiene Namjoon.
Seokjin era un fracaso total y ya veía como fracasaría en esa canción que le tocaba hacer. Protestaría, oh claro que lo iba a hacer. Nadie lo podía obligar a hacer algo que no quería, ¿no?
Pero se le había olvidado un detalle.
Park Jimin. El grano en el culo de Seokjin.
—¡Me parece una idea estupenda, Namie hyung!
¡Alguien que mate a este niño del demonio de una vez por todas!
—Me alivia mucho que te agrade la idea, Jiminie. Siendo sincero, una parte de mi tenía miedo de que ustedes no les gustara la idea.
Namjoon realmente se veía aliviado y Seokjin ya no sabía qué pensar o qué hacer; por una parte aún quería negarse, no estaba seguro de poder crear algo, pero por otro lado no quería decepcionar a Nam al negar su propuesta.
Y Jimin cagó su plan de negación así que no le quedaba más resignarse a hacer algo que no quería.
El Mood de vida de Seokjin era ese: resignarse a cosas que no quería y quedarse callado para no causar problemas.
—¿Eso era todo, Namie hyung?
—Si, Jiminie.
—Entonces me retiro —el menor de todos recogió sus cosas con algo de prisa dispuesto a irse—. La verdad es que ya tengo miles de ideas encima, ¡Y no quiero que se me olvide ninguna!
Namjoon rió por la actitud del menor. Jimin se despidió de ambos y salió del estudio.
—Dime.
—¿Ah?
Namjoon miró a Seokjin con una ceja alzada y suspiró, —Te has quedado callado y no me has dicho si te gustó o no la propuesta.
—Está, ¿Bien?
—¿Me lo estás preguntando?
Seokjin bajó la mirada y comenzó a jugar con sus dedos. Sintió un peso a su lado pero no se atrevió a subir la mirada.
—Jinie, bonito, mírame por favor.
La voz de Namjoon sonó casi como un susurro. El menor levantó poco a poco la mirada y la fijó en el mayor. La mirada que le dedicó Nam no la podía descifrar y le dolía de cierto modo porque a pesar de no saber que quería hacerle llegar, podía notar que no era algo bueno.
—Háblame, dime lo que piensas.
Namjoon pidió y Seokjin tuvo miles de ideas de lo que pensaba y quería hablar.
No quiero escribir la canción porque no se si realmente sea bueno en eso.
No soy bueno en expresar lo que siento y me siento patético por eso.
Dejo que las personas hagan de mi lo que quieran porque no soy capaz de negarles algo.
Siempre termino haciendo cosas que no quiero, pero nadie lo sabe y no me siento importante como para negarme.
Cada vez que alguien me da algún elogio siento que me están mintiendo y en realidad sólo lo dicen para burlarse de mi.
Odio a Jimin, no sólo porque tiene tu atención, sino porque también lo envidio. Envidio a ese niño lleno de vida y seguridad en sí mismo. Desearía ser como él.
Cada vez que tengo alguna crítica demuestro a los demás que no me importa pero cuando llego a mi departamento lloro descontroladamente hasta que me duele la garganta y la cabeza y caigo dormido gracias al cansancio.
Dicen que soy el Príncipe de Corea, pero paso la mayor parte del día comparándome con cada persona que veo deseando ser así.
Algunas veces no me gusta lo que produces para mi pero nunca doy mi opinión por miedo a que te enojes conmigo.
Por más que me diga a mi mismo que está bien, la verdad es que me duele pensar en que estás con Jimin pero no haré nada al respecto porque no tengo ni la mitad de lo que puede ofrecerte el niño Park.
Y lo más importante; estoy total, estúpida y completamente enamorado de ti, Kim Namjoon, desde que te vi por primera vez a los trece años y luego de diez años ese amor sigue intacto... pero no me siento suficiente para ti.
Soy un cobarde, Namjoon, ayúdame porque mi mente me va a terminar matando un día de estos.
Pensó y pensó sólo para soltar:
—Me parece buena tu idea, Nam hyung. Sólo que me sorprendió que nos propusieras esto de un momento a otro.
Namjoon frunció el ceño y su mirada cambió. Se notaba triste y decepcionada causando un nudo en la garganta de Seokjin.
Por lo que más quieras, no me mires así, Joonie.
El moreno alzó su mano para tocar el rostro de Seokjin pero la detuvo justo antes de hacer el tacto. Bajó la mirada y sonrió falsamente.
—Si te parece buena la idea entonces esperaré con ansias tu canción, Seokjin. Tienes una semana para entregarla. Sorpréndeme.
Y salió del estudio dejando a Seokjin con el alma echa pedazos y el corazón aún más chiquito y adolorido.
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