
𝟣𝟩.𝟢 𝗉𝖺𝗇𝖼𝖺𝗄𝖾𝗌
Rose se mantuvo a un lado presenciando ese emotivo reencuentro; Hades abrazó con sentimiento a su hermano menor, el cuál parecía más alegre que melancólico, a diferencia de Hades: que sostenía al menor con fuerza. Los ojos del rey estaban cerrados mientras que sus cejas se curvaban demostrando por un momento la tristeza que él había sentido al estar separado de Poseidón todo ese tiempo.
-Siento no haber sido capaz de traerte de vuelta antes. -las primeras palabras de Hades hacia su hermano en dos milenios fueron esa disculpa, la cuál era una presión que él había sentido todo ese tiempo, una que ahora había sido liberada al poder expresarse con el rey de los mares.
-Sé que lo intentaste ¿Pero sabes qué me haría feliz ahora mismo? -Hades lo observó con toda la atención del mundo, dispuesto a oír con atención a su hermano- Una comida decente que no tenga algas, dos mil años comiendo eso puede llegar a cansar a uno.
Sin pedir permiso siquiera, él se abrió paso en la casa de su hermano como si fuera suya, parecía que Hades no había cambiado nada de lugar porque Poseidón ni siquiera se detenía a ver lo que había a su alrededor.
Al menos así fue hasta que hizo contacto visual con Rose.
-¡Finalmente te haz casado con Perséfone! Veo que no perdiste el tiempo.
El hermano menor le dio un suave codazo al rey con un tono de voz cómplice, pero inmediatamente se dio cuenta que algo mal había sucedido por la manera en la que él hacía gestos disimulados para que éste se callara.
-De hecho, no soy Perséfone, sólo soy una humana. Es un placer, mí nombre es Rose. -a estas alturas ella había aprendido a restarle importancia a la expectativas ajenas, y siguió a Poseidón hacia la cocina.
La confusión era notoria en la mirada de Poseidón, así que Hades se tomó el tiempo de explicarle con lujo de detalle lo que había sucedido especialmente las últimas semanas, por otro lado Rose se encargaba de preparar pancakes para Poseidón a pedido de éste. Apenas Hades terminó aquella historia vió como su hermano se puso de pié y caminó hacia Rose con los ojos entrecerrados, como si estuviera examinando a la mujer; Hades estaba por interferir pero notó que Rose no se sentía incómoda, más bien curiosa, así que se mantuvo al margen para ver a qué quería llegar su hermano.
-¿Qué había dentro de la caja de Pandora?
-No lo sé, no pude abrirla y Hades tampoco lo logró.
Poseidón estiró su mano para robar uno de los pancakes que ella había hecho, y apenas éste tocó su boca él soltó una exclamación de placer por ser capaz de volver a ingerir algo de comida normal.
-¿Probaste con pedírselo? -habló con la boca llena mientras jalaba el plato en su dirección para tener la comida más a su alcance.
Rose se rió, pero cesó aquella acción cuando vió que él parecía estar hablando en serio.
-¿Estás bromeando? Es un objeto inanimado ¿A caso debo pedirle por favor? No creo que tenga incorporado un micrófono.
Una de las manos de Hades formó un puño, el cuál llevó a su boca en una expresión pensativa. Mientras tanto Rose esperó pacientemente a que Poseidón terminara de comer su cuarto pancake consecutivo; luego de ir a la nevera y buscar allí un rato halló una botella de vino, la cuál tomó entre sus manos como si del santo grial se tratase. La dama miró a Hades, como esperando tener una respuesta de parte de él pero se encogió de hombros, estando tan confundido como ella.
-Las palabras tienen mucho poder, rosa. -explicó bebiendo de la botella directamente.- Cuando los humanos aún creían en nosotros no se dirigían a los dioses por sus nombres, especialmente a Hades, porque sabían que al hacerlo estaban invocandonos y a nuestro poder, no es muy distinto con las reliquias de nuestra época.
-En realidad no es una mala idea. -concluyó Hades señalando a su hermano, sorprendido por la idea tan repentina que había propuesto.- Ellos se referían a mí como Zeus oscuro, era uno de los nombres que recibía para no ser nombrado directamente.
Hades trajo la caja en tiempo récord, sabiendo que no tenían nada que perder con intentarlo. Al dejar éste objeto frente a Rose pudo notar que ella no parecía tomarse en serio ese deseperado intento por abrir la caja. Antes de que Rose se acercara a la reliquia, Hades puso el dorso de su mano en la mejilla de la jóven.
-Sé que parece estúpido, pero debemos darle una oportunidad.
Ella suspiró al observar la caja, pero el simple tacto de Hades contra su rostro le hizo desear intentarlo, sólo para estar seguros; Rose tomó el objeto en sus manos y lo acercó a ella, observando cada parte de ésta bella caja con detalles forjados en metal de una forma muy metódica y detallista.
Mientras tanto detrás de ellos Poseidón estaba untando mantequilla en el último pancake, presenciando la escena como quien ve una película en su clímax. Honestamente Rose no sabía qué decir, le parecía algo imposible, pero ya había experimentado que lo imposible no existía.
-¿Ábrete sésamo? -dijo con notoria duda en su voz.
Pero nada sucedió.
-Por favor ábrete. -repitió ahora con un dejo de frustración, pero nuevamente la caja se mantuvo cerrada aunque ella hubiera intentado abrirla manualmente.
Chasqueó su lengua dejando de mala gana la caja, y apoyó ambos codos sobre la mesa observando con detalle ese objeto. No podía evitar sentir una gran presión en ese momento, era casi como si no lograra llenar las expectativas del rey del Inframundo; por unos momentos se dejó hundir a sí misma por esos pensamientos pero la presencia de Hades junto a ella le reconfortó, especialmente porque él posó una mano sobre su hombro, y le sonrió como si nada hubiera cambiado entre ellos.
-Gracias por intentarlo, no quiero que te sientas presionada a hacer algo que ninguno de nosotros pudo lograr, no es tu responsabilidad encargarte de ésto Rose, y no deseo que te sientas así.
La dama suspiró, casi con alivio, aceptando las palabras de aquél benevolente dios griego. Pero inmediatamente una idea fugaz iluminó su mente, algo que fue evidente en su rostro por la forma en la que éste se iluminó tan rápidamente.
Ella hablaba en italiano, la cuál era su lengua materna, pero aquella caja fue creada en Grecia, donde el idioma que se hablaba en su momento y actualmente era el griego.
Pero Rose no sabía griego.
Aunque para ella los milagros parecían ser algo constante ahora, porque apenas pensó en aquello sintió algo dentro suyo manifestarse. Era como si las palabras simplemente hubieran sido plasmadas en su mente y sólo tuviera que decirlas en voz alta.
-δείξε μου τι έχεις μέσα. -Rose jamás había aprendido siquiera una palabra en griego antes, pero en ese momento habló con tal fluidez que parecía que había aprendido ese idioma desde su nacimiento.
"Muéstrame lo que guardas dentro" fue lo que ella pronunció, y sin siquiera intentar abrirla manualmente la tapa de la caja se levantó cayendo sobre la mesa. Poseidón casi escupe el vino que estaba bebiendo mientras que Hades puso una mano sobre su pecho, sintiendo como era que su corazón latía con más fuerza.
Con lentitud Rose se inclinó para ver qué era lo que esa caja tenía dentro, pero frunció el ceño casi con decepción al encontrarse con su contenido. Dejó sobre la mesa aquella caja, de un tamaño considerable ya que la dama debía de tomarla con sus dos manos, y viendo que dento de ésta se encontraba una especie de pequeño colgante, una piedra pequeña que yacía prolijamente en medio de la caja. Éste accesorio era de un cuarzo rosado casi resplandeciente, como si dentro de él hubiera vida, pero no sólo era de aquél bello color sino que parecía invadido por un oscuro color azul, el que parecía extenderse lentamente sobre esa piedra como si fueran raíces creciendo dentro de ésta.
-Esto es decepcionante. -Rose rompió el silencio que se había formado entre los tres, que observaban el cuarzo sin entender cuál era su función.- Al menos el cuarzo es lindo.
Ella estiró su mano para tomarlo y verlo más de cerca, pero apenas su piel hizo contacto con ese objeto sintió una fuerte oleada de calor apoderarse de ella.
Y luego perdió la conciencia.
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BUENAS perdón la tardanza pero esto de ser un adulto responsable me está matando dIGO-
Anygays grax a todos por el apoyo, los comentarios que dejan me inspiran a seguir escribiendo los tqm ojalá se encuentren 100 pesitos en la calle ahre
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