Eternal love

Ft. Scott McCall

  1767  (Pueblo de Gévaudan)

  Él se estaba esforzando por alejar su mirada intensa de ella, librando una batalla interna por desprenderse de aquel deseo carnal.

  Tal como la fruta prohibida del paraíso, Rosie se convertía en la manzana cada vez que se encontraba cerca de Scott; su anhelo era morderla, pero no como lo haría un depredador a su presa, sino más bien lo que le haría un amante al cuerpo que ansiaba con lujuria. El solo hecho de imaginarse el roce de sus pieles y la fricción potente de sus cuerpos hacía que le recorriera una llamarada que se encendía en su pecho y descendía hasta debajo de su abdomen, donde, al final, se disipaba ligeramente. Su piel se erizó de solo pensarlo.

  No obstante, una vez más, Scott tuvo que luchar contra sus instintos para apartar la mirada que se aferraba a aquella pelirroja, como si estuviera enterrando sus garras en la piel para mantener el control en luna llena.

  Tras haberla perseguido durante tres años y que Marie-Jeanne Valet al fin se enfrentara a la Bestia de Gévaudan, logró vencerla con su propia lanza, cambiando las circunstancias drásticamente, especialmente para individuos como Scott. Gente que tenía habilidades sobrenaturales debía ocultarse aún más que antes. Afortunadamente, algunos de los aldeanos preferían vivir en la ignorancia o simplemente no eran tan receptivos a creer lo que se les contaba. Lo único que Scott pudo agradecer, una vez los rumores comenzaron a esparcirse por el pueblo, fue la discreción por parte de Marie-Jeanne y su esposo, Henri Argent. Al descubrir que la Bestia de Gévaudan había sido nada más y nada menos que Sébastien Valet, el hermano de Marie-Jeanne, Scott suspiró aliviado; suponiendo una enorme ventaja para la omisión de detalles.

  Scott apoyó un enorme vaso que rebosaba de cerveza encima de la mesa. Luchó por olvidarse del aroma a menta fresca que emanaba de la piel de aquella joven pelirroja, disponiéndose a clavar sus ojos en el hombre frente a él. Este no volteó a verlo ni por un segundo y Scott supuso que no había entrado a aquel lugar en busca de compañía, sino que más bien parecía absorto en sus pensamientos mientras se las arreglaba para dar largos tragos a la cerveza sin ahogarse. Su cabello largo y oscuro tenía pedazos de hojas secas y un poco de nieve; mientras que su barba, además de también estar mugrienta, le decoraba un par de canas en cada rincón; dándole una pinta más anciana a su apariencia, aunque ni siquiera parecía estar rozando los cuarenta años en realidad. Scott dedujo que aquel misterioso individuo no había tomado un baño en días; y lo confirmó cuando el hombre se acercó hasta él para exigirle un trago más. Olía como si hubiera estado revolcándose en aguas negras, y luego se hubiese lanzado en una montaña de basura. Scott arrugó su nariz, pero se guardó cualquier comentario al respecto. Si su padre lo hubiese querido afuera, ya lo habría tomado por los hombros y lo habría lanzado con todas sus fuerzas fuera de la taberna.

  Cuando Scott apoyó otro vaso lleno de cerveza cerca del hombre, este se abalanzó hasta él y lo tomó con fuerza de la muñeca, clavando sus ojos verdes en él. Scott notó su mirada desorbitada y la forma extraña en la que sus labios temblaban, como si estuviese a la espera de que algo más sucediera.

  —¿Está todo bien? —preguntó Scott en voz baja, evitando llamar la atención de todos ahí dentro.

  Los ojos del hombre se movieron deprisa por todo su rostro, tal vez buscando un rastro de algo.

  —Amarillos. Amarillos. Amarillos —repitió sin parar. Scott se tensó en cuanto comenzó a sospechar lo que ocurría—. Sus ojos eran amarillos. Sus ojos brillaban de un dorado intenso —comentó entre fascinado y aterrado—. ¡Sus ojos eran como dos gotas de sol! —gritó finalmente, empujando con su codo el vaso con cerveza arrojándolo al suelo.

  Las miradas de todos en la taberna cayeron sobre ellos, entonces Scott sintió que su corazón latía más rápido de lo normal. Su padre se asomó por detrás de las repisas, y clavó sus ojos en la mano del hombre que aún sostenía con fuerza la muñeca de su hijo. Scott se dio cuenta de las intenciones de su padre cuando este amagó con acercarse, así que agitó su brazo y arrancó su brazo del agarre del sujeto.

  —Creo que es momento de que se retire de una vez —le advirtió Scott con voz firme. Señaló la puerta; pero fue en vano; la mirada del hombre seguía pegada en él—. Le estoy ordenando que se vaya o...

  —¡Tú! —señaló entre jadeos—. ¡También los tienes! ¿No es así? ¡Muéstralos! —Agitó sus brazos con exasperación, buscando atraer la atención de todos.

  —Desconozco a lo que se refiere, señor —dijo Scott, dándole una mirada de reojo a su padre, quien permanecía en el otro extremo de la mesa—. Insisto en que se retire.

  —Insisto en que se revele como lo que es: ¡una bestia!

  "—¡¿Bestia?! ¿La de Gévaudan? —se escuchaba entre los murmullos."

  El padre de Scott alzó su mano para que todos mantuvieran la calma.

  —Este hombre ha bebido demasiado; no me sorprendería que hubiera escuchado aquel rumor fantasioso que anda circulando por ahí y se lo haya creído por completo —habló demasiado alto para que todos escucharan. El hombre alto y robusto se acercó rápidamente al sujeto extraño y lo tomó por la fuerza, sujetándolo por sus hombros—. Como dijo mi hijo: es momento de irse.

  Mientras su padre arrastraba al hombre fuera de la taberna, Scott volteó hasta la pelirroja. Sintió que la sangre le palpitaba con fuerza en sus mejillas cuando se dio cuenta de que ella también se encontraba observándolo con atención. La luz amarilla —casi anaranjada— de las velas matizaba su rostro a la perfección, dándole un aire aún más atractivo. Scott se sintió vulnerable ante su mirada penetrante.

  Una mano fuerte y pesada se apoyó en el hombro de Scott, arrancándolo de su mente. Giró en su lugar y se topó con la mirada neutral de su padre, quien le indicó con un movimiento de cabeza que lo siguiera. Scott pasó rápidamente un trapo viejo y roto por encima de la mesa y corrió para alcanzar a su padre. Una vez llegaron cerca de la puerta de atrás, el hombre se detuvo, logrando que Scott hiciera lo mismo. Se llevó las manos al rostro y se restregó con frustración. Scott no pudo decifrar si era por cómo actuó él ante la acusación de aquel hombre o por la presencia del mismo.

  —¿Qué ocurre, padre? —preguntó Scott, sin poder seguir aguantando la intriga.

  El hombre retiró sus manos de su rostro y las llevó hasta la cintura. Sus ojos estaban clavados en su hijo; sin embargo, parecía no estar atento a él, sino más bien a sus pensamientos. Tras unos segundos de agonía, él suspiró profundamente.

  —Él mató a uno de tus amigos —reveló finalmente—. Stiles está muerto.

  Y el mundo se paralizó para Scott justo en ese instante.

Notita .ᐟ :

¡Holis!  ֶָ֢

¡Seh, al fin he publicado un capítulo! Yo sé que me aman. 🗿❤️

Vengo a aclarar cosillas por las dudas:

1. Los capítulos serán intercalados. Por ejemplo: X.0[0.0] (significa que contará la primera historia de Scott y Rosie), y X [1] (contará el presente, es decir, transcurre durante la serie de Teen Wolf).

2. La primera vida y la última (que es la que se cuenta durante la serie), tendrán los mismos personajes. Esto lo hago para no agregar un cast nuevo y generar aún más confusiones; espero lo entiendan. Sin embargo, quiero dejarles en claro que solo Scott y Rosie son los que reencarnan durante años.

Como sea, cualquier duda,
me lo hacen saber➛
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༝༚༝༚
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(¡¡No sean lectorxs fantasmas!!)