𝕮𝖆𝖕 7 ❱ 𝖉𝖊𝖘𝖈𝖔𝖓𝖔𝖈𝖎𝖉𝖔 𝖈𝖔𝖓𝖔𝖈𝖎𝖉𝖔 🌷༉
─¿Estuviste en un barrio cerca de la frontera con Kanagawa?─ le preguntó su madre mientras le servía a Tsubasa un trozo de pastel de chocolate que había hecho y un chocolate caliente.
─Sí, hay unas casitas hermosas, mamá, llena de flores, pero una en particular me llamó la atención.
─¿Ah, sí? ¿Por qué?
─Porque siento que alguna vez estuve en ella, aunque no logro recordar nada─ se rascó la nuca con una sonrisa inocente.
─¿Acaso... tiene recuerdos borrosos a causa del accidente de hace seis meses?─ pensó, pero Tsubasa notó su cara seria.
─¿Mamá?
─¿Ah? Ah, perdón, hijo, estaba pensando en otra cosa. ¿Dices que tienes el presentimiento de que esa casa es conocida?
─Sí. Me asomé a mirar por las ventanas, pero está totalmente abandonada por dentro.
─¿Qué te dije de entrar en terreno de casas ajenas?─ puso los brazos en jarra, con una mirada de desaprobación, e inclusive levantó una ceja para darle el toque de mamá enojada.
─Lo siento, es que la curiosidad me ganó, jeje.
─La curiosidad mató al gato.
─No digas que me voy a morir, mamá, ya estuve cerca de la muerte dos veces─ aunque no lo dijo con tristeza ni mucho menos para poner mal a su mamá, Natsuko se sintió culpable de alguna manera.
─No quise decir eso, hijo.
─Ya, no te preocupes─ le dijo con una sonrisa.
Natsuko sonrió.
─Veo que estás más animado, ¿te gustó ir a ver esas casitas?
Él asintió.
─No me di cuenta de tomarles foto para mostrártelas.
─Mañana vas y les tomas foto.
─¿Eh? ¿Me dejas ir de nuevo?─ preguntó con algo de asombro.
─Si ir a ese lugar te hace feliz, entonces por mí puedes quedarte hasta las dos de la mañana allá─ rio─. No lo dije enserio, ni se te ocurra volver tan tarde.
─No, mamá. Entonces mañana cuando salga del psicólogo voy a ir a ese lugar.
─Ahí va, así te entretienes─ los dos se sonrieron mutuamente. Natsuko lo hizo por el alivio que sintió al ver que su hijo finalmente encontró otra cosa que lo motivara─. Oye, por cierto, te quiero preguntar algo. Tu padre ahora no está, pero esto lo hablé con él también.
─¿Qué cosa?
─¿Tú quieres cambiarte de escuela?
─¿Cambiar de escuela? Pues, no soporto ver a mis compañeros y a mi maestro todos los días, pero no sé si la situación se repetirá en otro lugar, porque tampoco quiero seguir atrayendo bullying en todas las escuelas a las que vaya.
─Entiendo, pero puede que sea diferente. Puede que al fin encuentres a ese amigo que tanto quieres en la vida, o un maestro que tenga la paciencia suficiente para asegurarte de que aprendas.
─Bueno, si tú lo dices. Adelante, cámbienme de escuela, a la que sea está bien.
─¿Seguro que te quieres cambiar?
─Sí, quizás tengas razón, y en realidad necesite cambiar de ambiente.
─Está bien, si estás de acuerdo con nosotros, entonces te cambiaremos. ¿Quieres ir a la primaria Nankatsu?
─Sí, supongo, al menos esa es pública, porque si me inscriben al Shutetsu que es privado, y ahí me tratan igual, sería un desperdicio de dinero...
Tsubasa decidió dejar de hablar, porque sabía que si seguía con eso comenzaría a echarle sal y limón a sus heridas emocionales e iba a entristecer a su madre.
─Bueno, al Nankatsu entonces. Mañana iré a hablar con el director de tu escuela para decirle que no vas a ir más y que te vas a cambiar de escuela. Por estos días vas a estar un poco más tranquilo de que no tendrás que ir.
─La verdad que sí, jaja.
─Ya, no más maltrato escolar, yo me encargaré de eso, tranquilo.
─Muchas gracias por todo, mamá. Eres la mejor madre del mundo─ la abrazó.
─Awww, Tsubasa─ Natsuko correspondió el abrazo de su hijo─. No agradezcas, es mi deber como madre.
Solo hay tres cosas en el mundo que Tsubasa disfruta: ver y jugar fútbol, ir a la casa de sus abuelos en Aomori, y los abrazos de su mamá y papá.
Luego de esa charla que motivó más a Tsubasa, disfrutaron los tres juntos en familia una rica cena: hamburguesas caseras con puré de papas. Hablaron con Kodai sobre la transferencia de Tsubasa de la primaria Ikitai a la primaria Nankatsu. Esperan que sea un nuevo y mejor comienzo para su hijo.
Tsubasa está caminando por ese vecindario lleno de casitas con flores, en medio de una intensa neblina. De la nada, esa neblina se desvanece, y él queda cara a cara con esa casita de dos pisos que le suena tan familiar.
─E-es esta casita de nuevo...
Pero esta vez, la casita tiene una particularidad: tiene luces encendidas, como si alguien estuviese viviendo ahí.
─¿Ha-hay alguien viviendo aquí? Pero si estaba todo abandonado...
En una de las ventanas del piso de más arriba, puede apreciar gente.
─Sí, ahí hay alguien─ dice con sorpresa.
Sigue mirando, y ve a un niño de espaldas, mientras una joven adulta le habla, detrás de él, aunque parece estar enojada...
Tsubasa despierta, ahora con ese sentimiento de que ya ha estado ahí antes mucho más grande.
─Yo... siento que a ese niño lo conozco.
Tsubasa acaba de salir de su cita de los miércoles con el psicólogo. Hoy estuvo un poco más positiva, ya que Tsubasa le contó al psicólogo que no va a ir más a su escuela y se cambiará a otra, el psicólogo le dijo que estaba bien cambiar de aires, pero que si la situación no mejora, que no se desespere por encontrar a alguien que lo quiera, que con el tiempo, y dejando de pensar constantemente en eso, llegará el amigo ideal, que cualquier problema de compañerismo o con un maestro que tenga, que se lo dijera a sus padres inmediatamente, y otra cosa que le dijo a Tsubasa fue que no consiga más maestros particulares, que se enfoque en conseguir actividades particulares que lo animen más, y poco a poco irá recuperando la motivación para estudiar y retener mejor la información.
─Señora Ozora, lo más recomendable es que ya no le pague a maestros particulares para que le "ayuden" a su hijo, por lo que he visto, los maestros son algunas de las cosas que lo presionan. Durante estos días que no tenga clase, que se enfoque en realizar cosas que le gusten, y en lo posible, en las que pueda aprender cosas nuevas, y que sean de su interés. Por ejemplo, si tanto te gusta el fútbol, prueba anotándote en algún club para que juegues.
─¿Por qué nunca se me ocurrió eso?─ se preguntó Natsuko─De todas formas, la escuela Ikitai no tiene equipo de fútbol.
─Si vas a la escuela Nankatsu, tendrás suerte, ahí sí hay equipo de fútbol, no son muy buenos los jugadores, me refiero a cómo juegan, pero con tus habilidades tan desarrolladas podrías echarles una mano.
─Es cierto, Tsubasa, vas a ser un héroe para esos niños─ su madre apoyó una mano en su hombro.
─Supongo que sí─ él sonrió levemente.
─Otra cosa, puedes buscar alguna otra actividad distinta al fútbol que te guste, como tocar piano, cocinar, dibujar...
─¿Dibujar? Jeje, nunca se me dio muy bien el dibujo.
─Pero se aprende, hay muchos cursos de dibujo que están disponibles para empezar durante todo el año, y no son muy caros. Hacen de todo, pintan, aprender a dibujar, a coser, a esculpir, tienen hasta espacios de cocina. Es una idea que te tiro, tómala o déjala.
─Lo voy a pensar.
─Y lo último: para mejorar tu capacidad de aprender, no te enfoques en lo que aprendan en la escuela, busca temas de interés, y métodos que te faciliten para aprender. Por ejemplo, si quieres saber la historia de Brasil, el país más futbolero del mundo, puedes buscar videos en YouTube y tomar apuntes. Buscas temas que quieras aprender (independientemente de si los dan en la escuela o no), y les tomas apuntes, así alimentarás más a tu cerebro y poco a poco irás desarrollando tu capacidad de concentración. Prueba haciendo un apunte por día de distintos temas de interés, así te irás volviendo más culto. Si te cuesta aprender en la escuela, al menos sabrás otras cosas que quizás ninguno de tus compañeros sepa, eso puede que te haga sentir más orgulloso de ti.
─Me gusta su idea, señor Nobumoto─ le dijo Natsuko─. Ver videos de YouTube es gratis a diferencia de los maestros particulares, jaja.
─La verdad, las cosas como son─ Tsubasa trató de no ponerse serio.
─Antes de finalizar, quédate con estas palabras, Tsubasa: si en tu nueva escuela se burlan de ti por ser tú, por hablarle a tu balón, por no tener tantos conocimientos académicos, no dejes que entre en tu mente. Cada persona es un mundo y tú eres el dueño del tuyo. Que a ellos les vaya mejor en clases que a ti no te hace inferior a ellos, cada quien tiene cosas positivas que mostrarle al mundo, tú tienes tus habilidades en el fútbol, que si las desarrollas mejor y ganas más conocimiento, podrías ser la promesa del fútbol japonés, pero también tienes tu amabilidad, no te burlas de nadie, y eso es muy valioso, hoy en día mucha gente se burla del otro por cosas que ellos consideran "anormales", pero las cosas "anormales" no son malas, justamente, al ser anormales están fuera de lo que la gente considera normal, y ser "anormal", es ser libre de lo que dice la gente, así tienes que ser, Tsubasa, anormal. A partir de hoy, quiero que veas a esta palabra como algo bueno.
Tsubasa quedó sorprendido por esa revelación. Este psicólogo es el mejor que ha tenido, es el que le dio los mejores consejos, y es el que hizo la mejor filosofía que ha escuchado en su vida. Ser anormal no es malo, es mejor que ser normal, es mejor que ser un borrego más de los miles de millones que existen. Por fin encontró a alguien más en quien confiar.
─Ten paciencia, no desesperes por tener resultados ya, disfruta del proceso, que es lo que más importa. Cuando dejas de preocuparte por el resultado, sucede por arte de magia. Créeme.
Tsubasa asintió, aun con las diez mil palabras motivadoras que dijo el señor Nobumoto en la mente.
─Eres especial, Tsubasa, nunca lo olvides. Recuerda que la gente critica algo porque ese algo le molesta, y si le molesta, que se quede callado y sin chistar, ¿no lo crees?
─Sí.
─Si alguien te insulta, recuerda estas tres cosas: no te rías nervioso, no te justifiques, y no regreses la agresión, porque todo eso quiere decir que te importó lo que te dijeron. Conviene más quedarse callado, mirarlos como extrañado, para que se sientan mal, y decirles algo que no sea hiriente pero que sirva para ponerles un alto.
─Entiendo.
─Bueno, señora Ozora, me gustaría seguir, pero ahora a las cuatro tengo otra paciente. Si quieres puedes buscar en YouTube cómo responder a un insulto inteligentemente, y cuando nos veamos de nuevo el lunes podemos hablar más en profundidad de esto.
─Me parece perfecto. Muchas gracias, señor─ le dijo con una sonrisa e inclinándose hacia adelante, en señal de agradecimiento.
─No es nada, y me alegra ver que te estés sintiendo mucho mejor.
Tsubasa sonrió con sinceridad.
─¿Entonces quieres hacer un curso de dibujo?
─Dame unos días para pensarlo, quiero tener total interés en el dibujo ahora mismo para asegurarme de que gastes bien el dinero.
─De acuerdo. No te preocupes por el dinero, Tsubasa, no tengo problema en hacer estos gastos, tú enfócate en encontrar algo que te llene. Puedes comenzar a partir de mañana con eso de los apuntes que te dijo, y cuando empieces las clases en la escuela Nankatsu, habla con alguien del lugar para que te diga más sobre el equipo de fútbol de la escuela, que estás interesado en entrar y así.
─Sí, mamá─ suspira aliviado─. Ya me siento más tranquilo.
─Me alegro, cielo. No te preocupes, te va a ir bien en esta nueva escuela. No olvides que empiezas este lunes.
─No puedo evitar ponerme nervioso, mamá.
─Es normal, nueva escuela, nuevos compañeros, nuevos maestros, pero esta vez todo será diferente. Lo prometo─ le sonríe.
─Gracias, mamá─ le devuelve la sonrisa.
─Bueno, dijiste que querías ir a ver esa casita de nuevo, ¿no? Aprovecha ahora antes que se ponga de noche.
─Okey, voy a tomar mi balón─ se va a su habitación a buscar a su amigo, y regresa a la cocina donde está su mamá, para darle un beso en la mejilla─. Nos vemos al rato, mamá.
─Diviértete, hijo.
Tsubasa se va de la casa, dominando su balón, como es costumbre de él.
Natsuko suspira aliviada al verlo así. Hacía tanto tiempo que no lo veía tan en paz...
─Creo que las cosas van a cambiar para bien a partir de ahora...
En eso, el televisor, específicamente el canal de noticias, informa algo que preocupa a Natsuko:
─Nos acaba de informar el Instituto de Meteorología Japonesa que se están aproximando rachas de viento mayores a cien kilómetros por hora, acompañadas de algunas lluvias pasajeras...
─¡Ay, qué horror! Tsubasa se va a mojar. ¿Por qué los del clima no pueden decir con anticipación las cosas? Cada vez hacen peor su trabajo.
El azabache se siente tan liberado ahora. No más escuela por esta semana, no más compañeros tóxicos, no más maestros maltratadores, no más sentimientos de culpa, no más dolor. Él tiene absoluta confianza en sí mismo ahora, va a hacerse culto por su cuenta, va a divertirse más, y se va a dar a respetar frente a los que lo molestan. No más Tsubasa débil.
─Amigo, vamos a demostrarles a todos quién es Tsubasa Ozora─ le dice a su balón─. Voy a ser la persona más inolvidable e imparable del mundo, y todos los que dijeron que no iba a lograr mucho, se arrepentirán.
Y con toda esa confianza que por fin pudo obtener, llega a la casita misteriosa.
─Oye, hay algo que aun no te he contado, y es que anoche soñé que vi a un niño dentro de esta casa abandonada, y... de alguna forma, por alguna razón, siento que ya lo he visto antes...
En eso comienzan a soplar fuertes ráfagas de viento, y a caer un poco de lluvia, que cada vez se hace más fuerte.
─¡¿Lluvia?! ¡¿Viento?! ¡¿Por qué?! Maldición, me voy a mojar, y no tengo dónde ocultarme...
─¡Oye!─ escucha una voz suave viniendo de la casa─¡Entra, o te vas a enfermar!─ exclama un niño, quien tiene abierta la puerta de la casa para que Tsubasa pueda entrar.
Tsubasa está un poco confundido, ¿al final vive gente en esa casa? Pero no duda, y corre a la casa para evitar mojarse más.
El niño cierra la puerta, y le da una toalla para que pueda secarse.
─Ten.
─Muchas gra...─ mira al niño, con esa dulce sonrisa que le es característica.
─¿Estás bien, Tsubasa?
─¿C-cómo sabes mi nombre? ¿Acaso nos vimos en alguna parte?
─Sé de ti hace muchos años. Ya te he visto unas cuantas veces, jiji.
─¿En serio? Perdón, pero no lo recuerdo.
─Ya veo. Fue hace mucho tiempo, no te preocupes.
─B-bueno. Oye, eres muy parecido al niño que vi en mi sueño anoche. ¿Acaso eres real?
─¿Sueño?
─Sí.
El niño misterioso toma las manos de Tsubasa entre las suyas.
─Esto no es un sueño, Tsubasa.
─Oh...
─La lluvia es un poco fuerte, quédate aquí hasta que pase. No creo que dure mucho, este tipo de lluvias no suelen ser muy duraderas. Por ahora estoy solo, así que nadie nos va a molestar.
─E-está bien.
─¿Quieres comer algo?
─N-no gracias─ sus tripas suenan en medio de la conversación─. Shh, tú cállate.
─Jaja, vamos, no tengo problema en que comas aquí.
─B-bueno, pero no mucho, ¿sí? Voy a merendar cuando llegue a casa.
─¿Quieres leche con galletas?
─Sí, por favor, me encantan─ sonríe con confianza.
─Bien, ven a la cocina, te lo prepararé enseguida─ le hace un ademán con la mano, en señal de que lo siga. Tsubasa le hace caso, y lo sigue a la cocina, y casi se muere de lo linda y bien cuidada que está.
─Q-qué linda casa.
─Muchas gracias─ le agradece con una sonrisa.
─Siento que ya lo he visto antes, pero no logro recordar nada anterior al accidente. Él es como un desconocido, pero a la vez se me hace conocido.
Hay varias cosas que no le terminan de cerrar: ¿por qué comenzó a llover de esa manera tan repentina? ¿por qué ayer la casa estaba abandonada y ahora no? Y lo más importante: ¿por qué ese niño que parece ser el que vio en su sueño lo conoce pero él no logra recordarlo?
¿Quién es ese niño, después de todo esto?
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