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𝕮𝖆𝖕 15 ❱ 𝖕𝖊𝖗𝖉𝖔́𝖓𝖆𝖒𝖊 🌷༉

Misaki y Tsubasa caminan juntos hacia ese "bosque" al que Misaki siempre le tuvo tanto terror. Se están aproximando nubes de tormenta, pero no les importa en lo absoluto. Hay mucho silencio y seriedad entre ambos.

─¿Estás bien, Misaki?─ le pregunta Tsubasa.

─Sí, estoy bien.

─No te preocupes, vamos a salir con vida de ese lugar, jeje.

─Muchas gracias por tu apoyo─ empieza a caminar un poco más rápido que Tsubasa, pasando por al lado suyo─, Kojiro...

─¿E-eh?─ Tsubasa se confunde aun más. ¿Misaki lo llamó Kojiro?

─¡M-misaki, espera...!

─¡Tsubasa!─ una voz rasposa lo interrumpe. Urabe se acerca a él en bicicleta, y tiene unos papeles en la mano─¡Mira, encontré las hojas que faltaban del diario! ¡Y acabo de hacer un gran descubrimiento!

─¿En serio?─ se da la vuelta para ver a Misaki, pero él ya no está...─¿M-misaki? Eeeh... Ahora no puedo, tengo que hacer algo─ se aleja de Urabe y corre a buscar a Misaki.

─¿Eh? ¿Cómo que no? ¡Esto que acabo de descubrir te dejará sin palabras, Tsubasa!

El azabache lo dejó abandonado.

─¿Va a ir a la zona deshabitada del barrio? Pero ahí puede haber algún loco o algo, además, va a llover─ mira hacia arriba, las nubes negras que se avecinan para oscurecer el lugar y traer una intensa lluvia, por encima de los árboles del "bosque".

Tsubasa se da cuenta de que está en la zona deshabitada porque ya no hay casas, solo unos caminos de tierra y una intensa cantidad de árboles. Se está empezando a sentir nervioso, falta poco para el atardecer, y la tormenta que se avecina va a oscurecer aun más el lugar. Tiene su celular para iluminar si es necesario, y más o menos se acuerda el nombre de las calles para volver a la zona habitada del barrio.

Está frente a un camino sinuoso con varios árboles a su alrededor, y muy oscuro.

─¿A dónde llevará ese camino? ¿Debería ir por ahí?─ en una se le da por mirar hacia abajo, y muy cerca de él hay un contenedor de basura, y a su lado no solo hay un poco de basura, sino una cosa negra y pequeña, y Tsubasa se asusta, dando un grito, pensando que era tal vez un gato muerto, pero con su celular ilumina y se da cuenta de que es una pantufla de color negro que fue abandonada ahí─Uff, casi me da algo...

─¿Hola? ¿Hay alguien ahí?─ escucha la voz de Misaki, viene de otro camino que hay a su lado, y logra divisar una figura humana a lo lejos, en definitiva es Misaki.

─¡Misaki!─ Tsubasa corre hacia él, el niño está agachado y abrazándose a sí mismo con una campera negra deportiva, totalmente asustado. El azabache se agacha frente a él─Misaki, aquí estás...

¡Kojiro!─ abraza a Tsubasa con fuerza.

─¿Q-qué...?

─¡Qué alivio que hayas llegado! ¡Creí escuchar un grito!

─¿Misaki? ¿De qué estás hablando? Soy yo, Tsubasa─ se alumbra a sí mismo con su celular.

─¿Tsubasa? ¡Oh, Tsubasa!─ lo vuelve a abrazar fuertemente y luego se separa de él─¡Lo siento, Tsubasa, no quería quedar como un tonto!

─No te preocupes. Así que este es el "bosque" que tanto te asusta...

─¡Tsubasa, tengo mucho miedo! 

─Tranquilo, todo va a estar bien...

De repente comienza a llover y a soplar un viento bastante fuerte.

─¡Oh, no, nos vamos a mojar!

─¡Ah, no quiero esto!─ Misaki se agarra la cabeza─¡Sáquenme de aquí!

─¡Volvamos a tu casa! Creo que recuerdo el camino─ antes de que pudiera dar un paso, empieza a relampaguear, y hasta escuchar el sonido de un rayo, provocando que Misaki grite del susto. El pobre está agachado, agarrándose la cabeza como si se estuviese cubriendo de un ataque aéreo, y la campera se sacude por el viento. Tsubasa escucha llantos viniendo de su amigo─Misaki... jamás lo había visto así, tan vulnerable...─ piensa, con mucha pena. Entonces se le ocurre una idea: al otro lado del contenedor de basura hay un auto que fue chocado adelante y lo dejaron ahí, podrían meterse ahí dentro hasta que pase la lluvia─¡Misaki, vamos al auto que hay allá!─ se mete adentro de la campera deportiva con él, y ambos van hacia el auto, muy mojados, pero ahí van a estar un poco más secos. Tsubasa abre la puerta trasera y se meten ahí porque adelante está roto el parabrisas─Ya, tranquilo, ya va a pasar, luego volveremos a casa─ le dice en un tono calmado, para que Misaki se tranquilice.

─T-tengo frío, Tsubasa─ dice, temblando, y con lágrimas en los ojos─. Estoy muerto de miedo, ¿y si alguien viene y nos mata?─ rompe en llanto en el hombro de Tsubasa.

─Eso no va a pasar, porque yo estoy aquí para protegerte, así como tú me protegiste a mí del dolor─ se acerca más a él, para que estén calentitos. De fondo se escucha la fuerte lluvia, el viento, y los truenos─. Aquí estamos a salvo, no nos pasará nada, ¿sí?

Misaki asiente.

Estuvieron un rato en silencio, esperando a que pase la tormenta para poder volver a casa, pero Tsubasa no se dio cuenta de que se había dormido.


Tsubasa escucha la misma melodía que Misaki le cantó el día de la fiesta en su casa, y abre los ojos, para encontrarse a Misaki llorando fuera del auto, agachado. Ya no llueve más y unos rayos del sol atraviesan los árboles, entonces, un chico un poco más alto que Misaki, y moreno, se acerca a él para cubrirlo con la campera deportiva.

─¿Estás bien, Misaki?

─¡Kojiro!─ se da vuelta y lo abraza para romper en llanto en su pecho─¡Gracias a Dios llegaste! ¡Tengo tanto miedo!

─Tranquilo, ya estoy aquí─ le acaricia la cabeza y la espalda─. Fue suficiente, vámonos a casa.

─S-sí─ Kojiro le vuelve a colocar la campera que se le había caído cuando Misaki lo abrazó, y los dos se van de ese lugar hacia una luz blanca.


El azabache por fin despierta, pero Misaki ya no está a su lado.

─¿M-misaki? ¡Misaki!─ se empieza a desesperar. Mira la hora en su reloj y son las siete y media. Está muy oscuro, apenas puede ver el camino, ya no llueve tan fuerte, pero de todas formas no ha parado la lluvia─N-no... ¡No, no, no! ¡Misaki me dejó solo en un lugar aterrador!

Sale del auto, y se va corriendo de ese lugar, totalmente destrozado. Trata de buscar el camino hacia el barrio, pero está muy oscuro, y el miedo no lo deja pensar con claridad. Mientras corre, la lluvia lo moja, y mira el cielo de un color marrón grisáceo.

─¡Misaki, eres muy cruel!─ grita, mientras lágrimas corren por sus mejillas, combinadas con las gotas de lluvia─¡Te atreviste a dejarme solo en un lugar oscuro que no conozco, y en medio de la lluvia!─ sigue corriendo mientras busca el nombre de las calles─¡Te prometí que te ayudaría a superar tu trauma del bosque, y me dejas así!─ por cada paso que da, se siente más angustiado─¡¿Por qué me abandonaste?!

Mientras corre hacia quién sabe dónde, por su mente pasan recuerdos dolorosos que ha estado ignorando los últimos días: el cómo su abuela murió y lo abandonó, sus compañeros de clase burlándose de él, diciéndole "imbécil", "enfermo", "retrasado", entre otras cosas, sus maestros hablándole mal, la bofeteada de su ex maestro particular, Tsubasa de pequeño, sentado en un rincón de la escuela, totalmente solo y deprimido, y abrazando a su balón como si el mundo se fuese a terminar...

El rostro de Tsubasa es una catarata de lágrimas, hacía poco más de una semana que no se sentía traicionado, y creyó que nunca más iba a volver a pasar por eso otra vez, pero se equivocó. Misaki fue otro más del montón.

Se tropieza con una piedra, y cae al suelo todo mojado, y ahí se queda, llorando.

─¿A-acaso... todos me van a traicionar? ¿Por qué? ¡¿Qué fue lo que hice para merecer esto?! ¡Nunca le hice daño a nadie! ¡NI SIQUIERA PEDÍ NACER!─ queda tendido en el suelo de tierra, llorando desconsoladamente.


Urabe está leyendo el diario de Misaki, acostado en su cama.

─"Kojiro me llevó a ver el mar y me platicó de su trágico pasado", "Kojiro no resultó ser tan rebelde como aparenta ser". Kojiro. Kojiro. Kojiro. Ese tal Kojiro aparece por gran parte del diario, y un tal Matsuyama también. ¿Serán amigos de él...? Sea lo que sea que esté pasando, tengo que ir a buscarlo para contarle esto. Seguramente esté en ese lugar, se debió de mojar hasta el culo...

─¿Qué te dije de usar ese lenguaje vulgar?─ su madre aparece en la puerta de su habitación.

─¡No te estoy invocando, mamá!

─Como sea, no me gusta que uses ese lenguaje. Espero que no hagas eso con tus amigos.

─Hablando de amigos, tengo que ir a buscar a Tsubasa, seguramente está en la zona deshabitada del barrio.

─No vas a salir tú solo, deja que yo te lleve en el auto.

─¡Ay, eres la número uno!

La señora Urabe y su hijo están entrando a la zona deshabitada, y no hay otra luz que no sean las luces del auto.

─¿Seguro que tu amigo está aquí?

─Sí, yo sé que no soy el más inteligente, pero cuando estoy seguro de algo, estoy seguro de algo.

─Dah, no me digas... ¿Huh? ¡Ahí!─ frena, y las luces iluminan a un Tsubasa que yace en el suelo.

─¡TSUBASA!─ Hanji sale del auto y se acerca a él─¡Tsubasa, ¿estás bien?! ¡¿Qué te pasó?!

─M-misaki, eres un traidor...─ dice en voz baja. Hanji le toca la frente, y está ardiendo.

─No puede ser, tiene fiebre. ¡Mamá!

─¡Descuida! Lo llevaremos a su casa enseguida. Súbelo, ¡pero ya!

Hanji lo carga en su espalda y lo mete al auto.

─Tsubasa, resiste, ya te estamos llevando a casa.

─¡M-misaki!─ no se puede sacar de la cabeza a Misaki.


Tsubasa está en su cama, con una toalla en la frente y la cara roja. Natsuko le tomó la temperatura hace un rato, y tiene cuarenta grados; está ardiendo en fiebre.

─¿Lo encontraron allá?

─Estaba tirado en el suelo, y cuando lo fui a recoger, no dejaba de decir que Misaki era un traidor y cosas así─ le cuenta Urabe.

─¿Misaki estaba con él?

─Supongo, no lo sé, pero Tsubasa había ido a ese lugar, y cuando empezó a llover, me preocupé y fui a buscarlo.

─Ya veo. Muchas gracias por tomarte la molestia de traerlo hasta aquí, Urabe. Me alegra que Tsubasa tenga amigos como tú, pero me preocupa verlo en ese estado, con todo lo que me ha contado, ahora estoy en duda de si Misaki es real o no...

Mientras tanto, Tsubasa sigue respirando agitadamente por la fiebre.

─¡Misaki, eres terrible!


El azabache está corriendo en piyama hacia la casa de Misaki, hay un viento un poco fuerte, y está totalmente cubierto por nubes oscuras, pero no le importa, va a seguir caminando hasta llegar a la casa de su quizás ex amigo. Está tan enojado que necesita una explicación, y si Misaki no se la da, tendrá que ser duro con él y decirle: "Hasta aquí llegó lo nuestro".

Finalmente llega, y permanece parado, mirando la ventana de su habitación. Misaki se asoma, y abre la ventana desesperadamente.

─¡TSUBASAAAA!

Tsubasa toma coraje para decirle lo que le quiere decir.

─¡MISAKI, ¿POR QUÉ ME ABANDONASTE ASÍ?! ¡¿ACASO PENSASTE QUE YO NO CONOZCO ESE LUGAR Y QUE ME PUDO HABER PASADO ALGO?!

─¡TSUBASA, PERDÓNAME! ¡Es que... tú ya no estabas ahí...!

─¿Eh? ¡¿Q-qué quieres decir?! ¡Exijo una explicación ahora mismo!

─Oh, Tsubasa, yo... no puedo quedarme aquí por más tiempo, así que, por favor, ¡di que me perdonas por haberte abandonado todo este tiempo!

Tsubasa lo mira con total seriedad.

A Misaki se le cristalizan los ojos.

─Tsubasa...

─Yo...

Empieza a hacer memoria de todos los momentos que pasó con Misaki, la merienda cuando se conocieron, jugar en ese lugar que da al mar, cuando bailaron en su casa, hoy, cuando se desahogaron los dos, y todo lo que Misaki ha hecho por él. Misaki fue la raíz de su nueva vida, y del cambio radical que hizo en sí mismo. Si no lo perdona, sería una falta de respeto hacia él.

─¡SÍ, CLARO QUE TE PERDONO, MISAKI!

El pelinegro se sorprende, al borde de las lágrimas.

─¡TÚ FUISTE MI PRIMER AMIGO, EL QUE ME DIO TODO LO QUE TENGO AHORA! ¡NO PUEDO ENOJARME CONTIGO LUEGO DE QUE ME REGRESASTE LAS GANAS DE VIVIR! ¡YO... TE QUIERO MUCHO, MISAKI! ¡ERES MI MEJOR AMIGO, Y NO ME ARREPIENTO PARA NADA DE HABERTE CONOCIDO!─ le grita, con las mejillas bañadas en lágrimas, y el viento sopla cada vez más fuerte.

Misaki sonríe con lágrimas que corren por sus mejillas como cascadas. Todo ese tiempo quiso escuchar esas palabras de parte de Tsubasa. Ahora puede irse a otro lugar de nuevo, sabiendo que su mejor amigo no le tiene rencor.

El viento apenas levanta a Tsubasa del suelo, y éste se agarra de unos arbustos con fuerza, pero luego de unos segundos, el viento deja de soplar con esa fuerza para empezar a soplar de manera normal, y el cielo se despeja, las nubes se alejan dejando ver parcialmente un cielo azul, y las nubes grises se tiñen de blanco por el sol, que se está por poner.

Tsubasa observa a Misaki, quien le está sonriendo en su ventana.

Y finalmente, desaparece gracias a una luz blanca muy brillante.

Esa fue la última vez que vio a Misaki.

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