El alfa prosiguio a meter su mano lentamente en mi ropa y comenzó tocando mi vientre hasta llegar a mis pezones.

Pellizcó ambos con sus dos manos mientras yo me derretía en su pecho, su olor era tan adictivo y a la vez tan calmante para mí, que sólo escondí mi cabeza entre la unión de su cabeza y hombro derecho.

Mientras una mano pellizcaba mis pezones ,la otra bajó a mi pantalón y lo desabrochó para luego quitarlo por completo dejándome en boxers.

Me cargó hasta su asiento y lo convirtió en cama junto con el de atrás haciendo que quedara como una cama enorme. No sabía que se podía hacer eso. Olvidé ese pensamiento cuando me bajó a la "cama".

Disfruté deshacerme entre sus caricias y aún más cuando se desnudó ante mi vista.

Su cuerpo estaba algo ejercitado y había músculos bastante buenos debajo de esa ropa elegante que tenía puesta.

No supe si fue mi celo o fui yo en mi lujuria pero al ver su pene erecto comenzé a lubricar más, es enorme y grueso.

Tenía algunos vellos, pero sólo hacían que se viera aún más apetesible para mí, quisiera chuparlo...

Mientras él quitaba sus zapatos, me quité mi boxer y lo doblé como el chico "educado" que soy, y tal vez lo hice buscando alguna recompensa por ser buen chico.

Cuando quitó el último calcetín que tenía puesto, abrí mis piernas sólo para él y extendí mis brazos como si esperara un abrazo suyo.

Me sostuvo entre sus brazos mientras devolvia mi "abrazo" y friccionaba nuestros miembros, busqué sus labios con desesperación y los uní con los míos.

Abrí mi boca para darle acceso a ella y comenzamos un juego con nuestras lenguas, bajó a mis pezones y los chupó y mordió provocando en mí gran excitación.

Suspiros y gemidos salieron de mi boca cuando bajó a mi entrada y saboreó mi lubricante, empujé su cabeza hacia mí buscando más cercanía.

- ¿Eres virgen? - se separó de mí y entre besos me preguntó.

Moví repetidamente mi cabeza afirmándolo y luego continuó besándome, acerco su mano a mi entrada y llenándose algunos dedos del liquido introdujo de poco a poco dos dedos en mí.

Se sentía bastante bien, tan bueno que comenzé a enredar mis dedos en sus cabellos azulados y a gemir rogando por más.

Los retiró de mí e introdujo tres de golpe ,solté algunos lloriqueos y moví mi cadera hacia él.

No pude soportarlo más, lo empujé hacia nuestra cama e introduje de poco a poco su pene en mí, me sentí tan lleno y tan contento.

Pero creo que él no sentía lo mismo, se acomodó de tal forma que él quedó pegado a la pared del tren y yo entre sus piernas.

Comenzó a moverse rápidamente golpeándo mi próstata y haciéndome delirar del placer.

Busqué sus labios para juntarlos con los mios pero él se separó de mí antes de poder juntarlos, solté un quejido e hize un puchero para hacer que se compadeciera de mí, pero seguía firme.

Apreté mi cavidad anal varias veces haciendo que se excitara, ya que sentí endurecer su pene aún más dentro de mí; le di un pequeño beso en la mejilla y le sonreí.

No sé cómo sucedió pero un segundo después él me tenía abajo de él, y embestía lo más fuerte que podía dentro de mí, junté mis piernas en su cadera y rasguñé su espalda al ritmo de las embestidas. Me permití observarlo delladamente: una mirada rojiza y profunda, piel tan pálida a comparación de mi piel morena, músculos definidos y altura destacable, todo de el me excitaba e atraía.

Maldito Alfa atractivo.

Mi próstata estaba siendo maltratada por un pene enorme, estaba apunto de llegar y entonces junté nuestros labios, y nos corrimos juntos.

Nos acomodamos quedando en la posición de "cucharita" con su pene aún dentro de mí, estaba un poco cansado por ser mi primera vez, quise revisar qué hora era ,pero no me dejó moverme, en cambio me dijo que eran las once con cuarenta minutos. ¿Cómo diablos lo supo?

Me separé de él, sacando su pene de mí y le dí un beso en los labios antes de ir a buscar mi ropa e ir a ponérmela en el sanitario más cercano y limpiarme el resto del semen.

Dentro de algunos minutos al dar las doce, el tren pararía en el lugar que fuera para que podamos salir a dar la vuelta en nuestra forma lobuna.

Salí del sanitario y él me esperaba con una sonrisa hermosa en sus labios rojizos, no pude evitar besarlos, haciendo que se avergonzara un poco.

Le pregunté su nombre y me dijo que era Stolas, Stolas Goetia. A cambio yo le dije el mio, sólo mi nombre.

- Stolas... - susurró, era increíble como su nombre encajaba perfectamente con él, disfruté su nombre salir de entre mis labios por un buen rato hasta que él tomó mi mano y me llevó a fuera del tren.

Había mucha nieve afuera, que no pude controlar mi lado infantil y mi forma lobuna salió rápidamente, en vez de mi cuerpo humano, estaba un lobo de pelaje rojizo de mediana estatura y ojos claros.

Salí corriendo y me tiré en la nieve, corrí algunos metros hasta que un lobo grande cayó encima de mí haciéndo que tropezara y quedara debajo de la nieve.

Gruñí un poco y de vuelta me llegó un gruñido más fuerte haciéndo que enseñara mi vientre y me mostrara dócil.

- "Maldita sea, aveces odio ser omega." - pensé.

El lobo azulado se acercó a mí y dejó que lo olfateara, el olor me dijo que era Stolas, me paré y jugué con la nieve cerca de él dando saltos a su alrededor, me detuve un poco y le dí una suave lamida en su hocico.

Me acurruqué cerca de él, y él comenzó a darme lamidas desde mi hocico hasta mi vientre, justo en el momento en el que mi estómago gruñó por comida.

Hizo que me levantara y me dejó cerca de un arroyo para que bebiera agua y se fué.

Después de varios minutos regresó con un par de conejos grandes en su boca, se veían tan jugosos, que en cuanto los dejó en el suelo los devoré en silencio.

Cuando iba por el último conejo recordé que Stolas tal vez no había comido en el bosque por haberlo cazado por lo que empujé con mi hocico lo que quedaba de conejo hacia él.

Me miró un poco deconcertado pero lo acepto y lo comió con mucho gusto, al verlo así mi lobo movió la cola contento.

Al terminar ambos nos limpiamos con nuestras lenguas y antes de que me diera cuenta caí en un profundo sueño.

Al despertar estaba en mi forma humana y Stolas tambíen; ambos estabamos en el tren, estábamos desnudos y los cuerpos de los hombres que lo habían atacado ya no estaban, de echo ni el Beta estaba.. fuera como si él vagon era exclusivamente para nosotros; raro.

No me importó mucho porque sólo podia pensar en este momento que Stolas me había cargado todo el camino de regreso.

Tendría que recompensarlo por ser tan bueno conmigo, lo miré, estaba dormido profundamente y tenía una erección involuntaria.

Como buen chico bajé sus pantalones y boxers, y acto seguido tomé en mis manos su pene, reaccionó poco a poco a mis atenciones y lo metí de golpe en mi boca.

Su sabor era tan bueno, era salado pero a la vez un poco cálido, era delicioso; era grueso y muy largo, sentía las venas de su pene y éso sólo lo hacía ver aún más sexy para mí.

Sus vellos lo hacían ver aún más varonil. Estaba comenzando a amar cada parte de él, y pensar que días atrás odiaba el simple echo de enamorarme de un Alfa o siquiera ser el omega de uno, ja.

Me concentré sólo en chupar su pene, me dediqué a lamerlo y meterlo lo más profundo que podía en mi garganta creando un ritmo de embestidas, tocando con mis manos lo que no cupo dentro de mi garganta.

Abrí los ojos y me encontré con su penetrante mirada, seguí chupando con un ritmo más rápido y después de algunos minutos en la misma posición, sentí que me tomaba del cabello y me empujaba con rapidez hacia su pene.

Saqué su pene de mi boca, y comenzé a masturbarlo con rapidez , abrí mi boca esperando que me diera todo su esperma.

Sus gemidos roncos se escuchaban en el bagón apesar de que intentaba silenciarlos mordiendo sus labios.

De un momento a otro sentí como su agarre en mi cabeza se hizo más fuerte y después se destensó justo seguido al momento en que vaciaba su esperma en mi boca.

En el momento en el que abrió sus ojos lo tragué y tambien los restos que quedaron en mi cara. Nunca había probado el semen antes pero el suyo me supo dulce, desde que lo vi pelear por mí quise probarlo, es decir ¿quién no caería ante sus encantos de aires narcisistas?

No lo admitiría en voz alta por si gran orgullo, pero yo si que caí.

- Blitzy...- palmeó sus piernas señalando que me quería allí, así que mientras me sentaba en ellas no me esperé que me volteara dejando mi trasero expuesto.

Es todo un pervertido.

Traté de voltear mi cabeza para ver lo que iba a hacerme pero sostuvo mi cabeza con fuerza haciendo que mirara hacia abajo.

Comenzó tocando mi trasero con sus fuertes manos, les daba apretones de vez en cuanto y las mordía en diferentes lugares robandome suspiros y haciendo que comenzara a generar lubricante.

Stolas abrió mis nalgas dejando al descubierto mi entrada, le dió varias lamidas a mi lubricante e introdujo dos de sus dedos dentro de mí.

Comensé a gimotear pidiéndo más y a mover mi cadera con dirección a sus dedos haciéndo que se adentraran más en mí.

Sacó sus dedos bruscamente de mí, gruñó y me dió un par de golpes en ambas nalgas.

Aunque quiera negarlo por mi gran orgullo de omega, no puedo decir que no me gustó porque sería una mentira. Me encanta la idea de que me domine y sea rudo, pero un poco de amor de por medio no vendría mal.

Sus feromonas comenzaron a llenarme, y a hacerme ronronear queriendo mostrar cuello en señal de sumisión, patético pero excitante, pero no podía por la posición en la que me encontraba y por vergüenza a que notara mi pene duro a causa de su olor.

De pronto caí en cuenta de lo que sucedía, Stolas había entrado en celo.

No me pareció del todo algo malo porque yo también estoy en celo y... tal vez debería aprovechar.

De sólo imaginar al sexy y jodidamente atractivo alfa narcisista que está frente a mí anudando en mi interior , dejando litros de su líquido espeso color blanquecino por varios minutos para asegurar dejarme con algún cachorro suyo...mmm la sóla idea hizo que mi pene sacara algo de líquido preseminal.

Seguro Moxxie se reiría de mi al escucharme tan perdido en un Alfa.

Decidí que me dejaría llevar todo lo que resta del viaje para disfrutar del alfa en celo. Acordado esto, comenzé a soltar feromonas de omega para que notara mi necesidad de su polla en mi.

Me levanté de sus piernas y comenzé a frotarme en su pene ya despierto, mordí mis labios buscando provocarlo, lográndolo con éxito.

Al sentir su dedo pulgar entre mis labios y al verlo mordisquear mis rosados pezones, creo que tiene algúna clase de fetiche con ellos, hizo que mi omega lo considerara como un candidato perfecto para ser el padre de mis cachorros.

"¿Yo? ¿Pensando en jodidos cachorros?, este Alfa si que me tiene cegado."

Apesar de mis pensamientos de cachorros evito decirle algo al respecto porque se siente tan bien, que puedo asegurar que sólo ocupándose de mis pezones puede lograr que me de un orgasmo.

Casi por instinto me apego más a el buscando caricias en mi sensible cuerpo, buscando algún movimiento más.

Suelto suspiros al tomar sus grandes manos y al pasarlas por mi cuerpo terminando el recorrido en la parte de la que estoy más seguro y orgulloso de tener, mis bien proporcionadas caderas.

Su traviesa lengua baja de mis pezones a mis caderas intuyendo tal vez, de que quiero que las toque. Lo necesito más cerca a pesar de tenerlo tan cerca de mí.

Quiero que me tome, me domine, me llene de su escencia pero a la vez quiero que sienta lo que yo siento, que él sea tan mío como yo seré de él, darle todo lo que tengo de mí pero que él tambien me lo de, tan lentamente pero a la vez con un ritmo acelerado como el de su lengua que me acaricia justo ahora.

Y es ahora cuando lo entiendo todo, no sólo quiero hundirme en los placeres carnales con él, quiero que me marque, despertar todos los días con él, hacer el amor con él, darle cachorros y repetir el ciclo.

Mierda, estoy tan perdido en Stolas apesar de conocerlo hace uno o dos días. Quiero entregarme por completo a él y seguir nuestro propio ritmo.

Me aterra la idea de no ser correspondido aún cuando sé que no nos conocemos mucho, que sólo he compartido con él mi cuerpo y mi lobo.

Decido sólo hundirme en los placeres que el celo nos proporcionará a ambos esta semana y regreso a la realidad.

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Así que esta noche, después de hacerlo con Stolas, salgo a las doce de la madrugada para comprar la única pildora anticonceptiva que tenían en la farmacia cercana a un pueblo por el que se quedó hace un par de horas el tren.

La sostengo entre mis manos y me quedo pensando viéndola fijamente, sabiendo que sólo me protegerá por hoy, pero no durante todo el celo.

Pero no pienso en ello ya que esta noche mi lobo y yo nos sentimos demasiado deprimidos como para pensarlo.

Y sin más, la tomó. Aunque no compré más, aunque es un hecho que quedaré embarazado después ésta semana. No me importa e intento no pensar en eso.

Y bueno, sólo tal vez en mis más profundos pensamientos; quiero darle un cachorro en secreto, como recuerdo de mi primer amor no correspondido.

Si, estaba totalmente loco.