Se dejó caer en la cama, sus brazos dolían y tenía moretones que poco a poco se teñian de un violeta más intenso que el de sus ojos

Lloraba en silencio, el mundo se había vuelto gris, tal vez nunca fue de colores como cuando su madre estaba viva, ella posiblemente solo lo engañó para no lastimarlo

No quería seguir viviendo, pero no era lo suficientemente valiente como para quitarse la vida, solo dejaría pasar todo hasta que Dios se apiade de su miserable existencia

Se miró al espejo, se veia tan destruido, no parecía ese niño que alguna vez río por todo hasta ponerse rojo por la falta de aire

Su padre entró, se encogió en su lugar, pero este solo colocó una carta en la cama y con voz autoritaria dijo

-Iras a esa fiesta, ni se te ocurra encerrarte

Y salió, además de maltratarlo, también lo obligaba a ser una figura perfecta, realmente nunca lo fue, solo es un tonto chico de secundaria con ansias de salir corriendo de su tóxico ambiente familiar

Tomó la carta y la sacó del sobre, era una fiesta en la mansión Akabane, algo muy refinado al parecer, y todos los jóvenes de su edad que residían en esa pudiente ciudad estaban invitados, que horror

Buscó en su armario, encontró un conjunto que no recordaba tener, pero que le pareció ideal para la ocasión, sin preguntarse nada se lo colocó.

Debía llegar a la mansión en 15 minutos, así que llamó a su chófer

Se retrasó unos minutos, cuando llegó la mayoría estaban dentro, algunos tomando, otros bailando, nadie parecía estar en sus cinco sentidos

Si, posiblemente estaban drogados, los ricos eran extraños, desperdiciaban su vida sin razón alguna, muchos eran tratados como príncipes por sus padres y aún así se hacían las víctimas para justificar el uso de estupefacientes

Siempre le pareció asqueroso ese comportamiento, ya que nunca se identificó con el

Estaba tan afanado juzgando con la mirada, que ni siquiera se dio cuenta en como unos orbes cobre lo analizaban de pies a cabeza, como un tigre mira a un cervatillo

Y una sonrisa surcó los labios del pelirrojo

Kaede estaba sentada en una silla un poco alejada del bullicio, ella no era igual a todos ellos, por lo tanto Gakushuu se acercó a la joven

-¿Que haces aquí Yukimura? No debiste venir

-Mamá me obligó, odio estar aquí y lo sabes

-No es el lugar para una niña de 12 años, ve a casa, le diré a mi chófer que te lleve ¿De acuerdo?

Ella asintió

No quería que sufriera lo mismo que él gracias a esas malditas fiestas, muchas veces ha recibido golpes, algunas veces intentaron cosas más perturbadoras y una vez, lo lograron

No quería eso para su linda Kaede, que llevaba un vestido que dejaba ver su espalda, esos malditos la miraban con deseo ¿tan asquerosos podían ser? ¡Es una niña!

La sacó de ahí, le pidió a Seung que la llevara a su casa, este asintió y dejó ahí a su jefe

Tragó grueso y entró nuevamente, el olor a marihuana lo aturdió, el calor que hacía en el lugar era terrible

Sentía un muy mal presentimiento, pero solo siguió hasta poder llegar a un sofá que estaba en medio de la sala, todos alrededor bailaban como locos, reían, obviamente fuera de sí

El humo se esparcia por todo el lugar, tosió, odiaba todo esto, podría irse y ocultarse de su padre por un rato, pero algo lo obligó a quedarse

Un tipo se le acercó, tenía el cabello castaño, sus ojos estaban idos, posiblemente había inhalado cocaina

-Oye lindo, ¿Por qué tan solito? ¿No quieres que te acompañe y te de algunos cariños?

Acercó su asquerosa mano a su rostro y tocó suavemente su mejilla, mientras su otra mano subía de su pierna a su espalda baja

Sintió un ácido líquido subir desde su estómago hasta su boca, y se sintió observado por diferentes pares de ojos

Justo como esa vez

" Tu no puedes negarte maldita zorra "

Su mente estaba repitiendo nuevamente esa maldita escena

Aun recuerda como su garganta se desgarraba pidiendo ayuda, mientras esos malditos robaban poco a poco lo único que le quedaba de niñez por simple deseo enfermo

Sus piernas se llenaban de sangre debido a las heridas que se creaban por la intromisión sin ningún tipo de delicadeza que esos hombres hicieron en su joven cuerpo

Su desgarrada ropa se encontraba esparcida en el piso, su cuello también sangraba y un pedazo de carne de esa zona había sido arrancada

De un momento a otro también callaron sus gritos de una manera asquerosa, no les bastó con un solo daño

Después de algunas horas solo lo dejaron tirado en ese baño, casi inconsciente, ni siquiera sentía el frío de la cerámica, luchaba para no cerrar los ojos

Sintió que alguien lo levantó y lo cubrió con lo que parecía ser una chaqueta, después de eso no recuerda nada, hasta que se vio en casa, con muchos cables conectados a su cuerpo, y una doctora checando sus signos vitales

Su cuerpo dolía, y las lágrimas rápidamente cubieron su vista, muchas cosas se veían oscuras, menos el fresco recuerdo de como esos tipos lo destruyeron

La doctora acarició su cabello y le pidió que se calmara, que todo mejoraría. Ambos sabían que no era cierto, pero era mejor creer

Cada vez que se va a dormir ve el rostro de esos hombre y llora en silencio, también mira bajo su cama, rogando que no haya nada ahí, tal vez Gakuho debió tener un poco de consideración y mínimo contratar un psicólogo, pero nunca admitiría que su hijo fue ultrajado que vergüenza.

Y ese niño de 9 años le envió una advertencia, se repetiría si no se iba de ahí. Le tomaron la mano, sabía lo que tramaban, lo querían forzar a ir con ellos. No tenía la fuerza suficiente para escapar de las cinco personas que lo rodeaban

Debía buscar la manera de escaparse, ellos se acercaban lentamente con esas sonrisas ladinas que solo le daban a entender que estaba atrapado

Todo a su alrededor pareció desaparecer por un segundo cuando sintió caer una pequeña gota que impactó en su mejilla, al tocarla, era sangre

Todos gritaron horrorizados al ver como de las paredes empezaba a chorrear ese líquido carmesí, y unos hilos del mismo color pronto amarraron fuertemente las extremidades de cada uno de los invitados, y los hicieron moverse al ritmo una perturbadora melodía

Los hacían flotar, y la fuerza ejercida sobre la piel debido a esos lazos hacia que sangre corriera lentamente por el suelo

De pronto, todos los movimientos se hicieron más bruscos, la gente empezó a gritar debido al dolor

Crac

Les estaban dislocando las articulaciones, rogaban a lo que fuera que se detuviera, algunos maldecían

Gakushuu era el único que no estaba atado, bajo todas las personas solo miraba son expresión alguna como se lamentaban. Los tipos que lo molestaban lloraban como niñas, mientras sus brazos eran girados como gelatina, hasta que se rompían y quedaban colgando

Pronto un hilo rodeó el cuello de cada uno, se veía más brillante que los anteriores, parecía más afilado

Al fondo de la sala estaba el dueño de la mansión, Akabane Karma, un joven de la misma edad que Gakushuu, mirando a todos con una sonrisa, mientras todos pedían piedad el solo reía fuertemente

Solo Asano sabía la naturaleza de ese ser tan sádico

Por eso estaba ahí, su carta, a diferencia que las demás, estaba marcada con rojo, era el único invitado de honor de Akabane, ya que no estaba ahí para bailar al compás del violín como lo hacían los demás adolescentes

Vio como la gente se desgarraba en gritos pidiendo piedad

Crack, crack, crack

Ese sonido fue acompañado de gritos y sonidos huecos de cuerpos cayendo al suelo, y chorros de líquido

Les estaba rompiendo el cuello, uno por uno, a otros les estaba cortando con fuerza la yugular

Parte de la ropa de ambos se tiñó de rojo, y se acercaron uno al otro

El pelirrojo abrazo fuertemente la cintura de Gakushuu. El olor de Akabane era embriagante, y sus colmillos brillaban ante la luz de las lámparas

El último cadáver cayó, creando un sonido que retumbó por toda la casa, los ríos de sangre que corrían por el piso hacían a la escena tétrica, perturbadora, la luz poco a poco fue bajando su intensidad

Asano divagaba, solo podía notar el suave agarre que se ejercía en su cuerpo para mantenerlo unido al cuerpo del más alto

La puerta se abrió lentamente

-Aun tienes oportunidad de escapar, te dejaré en paz si cruzas esa puerta

Nunca le incomodó, solo le parecía extraño que quisiera mantenerse alejado de todos, también su pálida piel

Y ese día que supo la verdad, no sintió nada relacionado con el miedo, o con el dolor, solo sintió calma en su turbada mente

Cada vez que esos brillantes colmillos se incrustaban en su piel el mundo pasaba a un segundo plano, podía por un momento respirar con libertad y tocar de cerca ese límite al que tanto quería llegar

Lo hacía sentirse tan aturdido, le encantaba.

Expuso su cuello ante el vampiro y dejo que tomara posesión de él por completo

Sintió un dolor punzante en su cuello, y escuchó como Karma succionaba con fuerza su cuello

Lo último que pudo diferenciar de su ambiente fue el sonido estridente de la puerta cerrándose de golpe, luego entró en su utopía de dolor

No se iría nunca, era adicto a ese dolor, lo repetiría una y otra vez hasta sentirse satisfecho.

Turbio es mi segundo nombre 💀

Espero que les guste (?)

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Los amo con todo mi corazón, hasta luego <3