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❝ Doceavo Episodio ❞

Kagura se tomó el día libre para viajar a otra ciudad para visitar a un doctor que nunca la volvería a ver.

Había cometido el error de visitar a Suikotsu la primera vez, el hombre conocía a Sesshomaru. Y con altas posibilidades de que el basura se enterara de su estado por el médico.

Prefería mantener el asunto en secreto. Al menos para sus conocidos. Estaba sentada en la sala de espera, golpeando el suelo con su pie para amortiguar su impaciencia. Solo había otra mujer un poco mayor esperando.

Entonces la puerta se abre y sale una mujer con su barriga con un pequeño bulto. Su mano tapando su boca y sus ojos rojos por llorar.

Era una muchacha joven y al juzgar por su apariencia parecía una madre primeriza. Con su otra mano sostenía un papel. El silencio de aquel pasillo se vio interrumpido por sus angustiantes lamentos.

Fue terriblemente incómodo.
Kagura sintió pena por ella aún sin saber exactamente lo que le sucedió.
La mujer se sentó a dos asientos de ella a sostener su cabeza con sus manos mientras seguía llorando.

Kagura decidió acercarse, la mujer no le tomó importancia que no la conociera, solo se dejó caer en su abrazo. Bueno, no era ese el plan de la otra mujer, pero ella se sentía tan necesitada que no tuvo valor a apartarla o decirle algo. Incluso por luego de unos momentos no se sintió tan incómodo como al principio. ¿Esto es lo que se le llama empatia?

Mientras todo ocurría la mujer mayor pasó a la sala.

Cuando la conmoción inicial terminó, Kagura se puso de pie y buscó un vaso de agua para ella.
Ella lo aceptó agradecida.
Se llamaba Aki, y se acababa de enterar que su bebé tendría complicaciones. Nada que no se pudiera tratar. Aún si la joven futura madre no podía evitar sentirse angustiada por sobre todo... El tratamiento era aberrantemente caro.

Aquel estudio impreso en papel quedó olvidado en la silla de la sala de espera. La pareja de Aki quien era un hombre de su edad llegó corriendo y al ver el estado de su mujer sus sospechas fueron confirmadas. Ambos de abrazaron fuertemente. A él le tocó consolarla ahora. Ser su pilar y mantenerla firme.

Kagura se hubiera quedado ahí para mirar aquella emotiva escena con algo de angustia o nostalgia. Quizás si prestara más atención se sentiría sola y abandonada. No, en cambio, tomó rápidamente los papeles que no eran suyos y los guardó en su bolso.

Cuando Aki volteó solo lo hizo para agradecer y despedir a Kagura. Ella sonrió con tranquilidad mientras veía a la pareja desaparecer al final del pasillo.

...

Sentía ese vacío molesto en su estómago y también ese impulso de mover sus pies con ansiedad.

El día es hoy.

Tomó sus medicamentos y tragó una botella de agua entera. Kagura cepillo su cabello rebelde y ondulado y se ató en un rodete. Se maquillo con los colores de sombras que jamás usó en su vida. Una extraña combinación entre verde y violeta. No pintó sus labios de rojo, en cambio, uso algo de tinta negra para oscurecerlos. Se dibujo con su delineador un punto mucho más arriba de sus labios, el popularmente conocido punto de Marilyn. Se puso fijador de cabello, sin dejar que ni un solo mechón se le saliera de lugar. Se vistió. Aquellos días otoñales eran la excusa perfecta para ocultarse bajo un abrigo de terciopelo.

3 Mensajes No Leídos ✉️
💋 Yura -

Ya los del piso 23 están volviendo
Dijeron que los echaron de ahí.
Amiga, está por quebrarse 🤭😈

Kagura lo había leído sobre la barra de notificaciones. Se puso unos guantes a juego con su tapabocas, el país acostumbraba a usarlos así que no llamaría la atencion de nadie.

Sacó de su bolso un pequeño sobre que adentro contenía unas llaves de auto. No pertenecían a su auto.
Acarició con sus dedos el relivie color plata del nombre.

Sacro.

Hacia exactamente cuatro días atrás había ido al departamento a buscar algunas cosas. En específico, aquella valiosa copia de las llaves del auto de su ex. Por supuesto que sabía donde estaban guardadas. Una carrera a contrarreloj, una vez que las termine de utilizar, tendría que volver al departamento a dejarlas exactamente donde estaban.

El plan era simplemente perfecto. Sesshomaru ni siquiera era consciente de las veces que fue y vino del departamento. Confiaba demasiado o simplemente no le interesaba. De todas formas le resultó bastante conveniente que ni siquiera la llamara solo por cortesía.

Gracias, no lo necesitaba.

5 Mensajes No Leídos ✉️
💋 Yura -

Amiga, amiga, creo que está saliendo.
Ya salió!!
Mucha suerte 🤞 espero que esa rata llore!!
Por favor que no te atrapen
Con quien voy a chismosear sino😿

-
Estaré bien, gracias por todo. ❤️

💋Yura -
Ese mensaje no me da buenas vibras.

Con la luz verde para avanzar, se puso sus gafas, tomó su bolso y guardo las llaves. Repasó mentalmente cada paso mientras se miraba al espejo. Era el horario de la siesta, donde usualmente no transitan muchas personas por las calles. Menos por los parques.

─ ¿A donde vas? ─ La voz de Tsubaki la hizo casi saltar de su lugar.

Tocó su corazón como si fuera una forma de tranquilizarlo. Realmente estaba nerviosa. ¿Cómo no estarlo? ¡Estaría a punto de hacer una maniobra peligrosa!

─ No prometo volver enseguida...  ni siquiera me esperes.

─ Pregunté a dónde diablos vas.

─ Prefiero que no lo sepas. Es mejor mientras menos sepas, no me gustaría verte involucrada.

─ ... No me gusta como brillan tus ojos, son un presagio que harás una travesura o algo indebido.

Kagura rió y negó con la cabeza.
¿Cuántas veces había repetido y asegurado que estaría bien cuando ni ella misma creía al cien por ciento eso?

─ Lo único que puedo decirte es que en cuanto pueda, volveré. Solo Quedate tranquila. Seguramente puedas ver el episodio de tu novela tranquila.

─ Sería un milagro.

...

Así salió del lugar sin más tiempo que perder. Caminó hasta una zona más urbana y se tomó un taxi que la llevara a pocas cuadras del parque Muryo No Tori.

Caminó despreocupadamente, como si realmente se tratara de alguien más. Como si no tuviera ninguna preocupación, como si tuviera la vida resuelta. Observó la hora en su celular, con loa minutos contados. Si sus cálculos eran correctos, el elegante Sacro debería estar estacionado en el parque metro más alejado de la reserva. Y no muy lejos estaba la cabina de vigilancia.

Al ser un parque público, la seguridad de la zona estaría a cargo de la policía Nacional. A lo lejos lo observó, no puedo evitar sonreír.

Caminó hacía el lado contrario, varios metros hasta encontrar otra cabina de seguridad.

─ Disculpe ¿Puede decirme la hora? ─ habló ella, con un tono de voz dulce como la miel.

─ Son las 2:10hs señorita. ─ Respondió el policia guardia de turno, que por ninguna casualidad estaba ahí, Bankotsu. Quien sonrió luego de escuchar la voz de Kagura.

─ Muchas gracias, espero disfrute su vaso de café.

Aquel código disfrazado de un corto intercambio hizo que todo se pusiera en marcha. Tomó su radio y llamó a sus unidades que precisamente merodean por la zona de estacionamiento.

Mukotsu, Ginkotsu. ─ sonó la voz del jefe en las radios de los nombrados ─ ¿El portón de la zona trasera del estanque está cerrado? He recibido quejas por el loquito Koi.

─ Si jefe ¡Yo mismo lo cerré! ─ aseguró Mukotsu.

─ ¿Estás seguro? Si recibo otra denuncia tendré que descontarte tu parte de los aperitivos...

─ ¡Allá vamos!

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