Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

❝ Decimoctavo Episodio ❞

¿Crees en la vida después del amor?

Trataba de concentrarse mejor en el parabrisas de ese auto. Moviéndose en perfecto son, despejando las pesadas gotas de lluvia que podían obstruir su visión.

La garganta de Kagura picaba tanto que deseaba abrirse para rascarse ahí. Conteniendo su tos, tratando de incluso no hacer el más mínimo ruido. Nada que pudiera llamar la atención del conductor de ese auto.

Maldito perro infeliz.

─ Dejame en la estación. ─ ella pidió. Luego, irremediablemente tosió.

Sesshomaru la miró de reojo antes de volver su vista al frente, mientras conducía.

─ Nadie con sentido común esperaría con este frío y en tu estado.

─ ¿Me estás jodiendo? ¿Qué otra opción tengo?

─ Te llevaré al departamento.

─ No, tengo que volver a la casa de mi amiga. Dejame en la estación.

No hubo contestación, de nuevo el silencio, la lluvia no parecía cesar pronto.

─ Sesshomaru, te pasaste la salida hacia la estación mas cercana. ¿Qué estás haciendo?

─ Lo que tu hacías antes... no escuchar y simplemente hacer lo que se te da la gana.

─ Quiero bajar.

─ No lo creo. ─ Maldito sádico parecía divertirse.

Kagura se recostó en su lado de la puerta, poco caso tenía discutir con él. Esperaba que Tsubaki no se desvelara por ella.

...

─ Si Planeas dormir aquí esta noche, avisame por que me iré.

─ No, Descuida.

Sesshomaru se adentro a pesar de saber que no era bienvenido. Aquel lugar que solían compartir. Le interesaba más revisar el escondite de la segunda llave.

Kagura entonces comprendió por qué insistió en arrastrarlo hacia allí. ¿Todavía sospecha? Naturalmente. Pero no le importaba mucho a la mujer.

Casi tumbada en el sillón, intentado respirar correctamente. Recordando como se rió como una loca desquiciada en ese mismo lugar, le daban muchas ganas de volver a reir. El saber que Sesshomaru de encontraba en la habitación la detuvo. Cuando escuchó los pasos acercarse, ni siquiera volteó a verlo.

─ ¿Terminaste? Ya quiero descansar, si no te importa, yo cerraré la puerta.

Fue ignorada por completo. Ese hombre no dijo palabra alguna. Caminando hacia la cocina, abrió la alacena para encontrar una botella de vino nueva. Sacó dos copas por costumbre antes de darse cuenta de sus acciones. Estaba seguro que ella lo rechazaría.

Dejó la otra copa vacia sobre la isla, sin saber si servirla o guardarla. Se sirvió para si mismo.

Fue un día horriblemente agotador.

─ No... es lo único que me faltaba. ─ Kagura maldijo mientras cruzaba el umbral. ─ ¿Por qué no te vas a tomar a tu casa?

─ Está es mi casa aún.

Kagura chasqueó la lengua antes de soltar cualquier insulto. Si, lo mejor era dar la vuelta y dejarlo solo. Prendió el televisor, pondría cualquier programa o película con tal de distraerse. ¿Cómo podría irse a dormir ahora, sabiendo que Sesshomaru posiblemente planeaba emborracharse ahí?

Significaba que al final no se iría, seguramente quedaría rendido en la silla, como acostumbraba hacer cada que bebía.

¿Cómo podría dormir con el recuerdo de la última vez invadiendo su cabeza?

La última vez que lo encontró ebrio, lo que hizo. Ahora podía comprenderlo mejor. Sesshomaru ya sabía que en su... mente tenía a alguien más. Seguramente bebió por no poder hacerse responsable de si mismo. ¿Fue una última vez?

El recuerdo es tan crudo, sabiendo lo que dio por resultado. Muy pocas veces había acariciado su propio vientre, no quería dejarse llevar por sus emociones y hormonas descontroladas.

¿Qué haría con el bebé?

Viendo las cosas... nada parecía indicarle que Sesshomaru estuviese arrepentido de lo que hizo. Y eso dolía. La destruyó casi por completo.
¿Decirle que estaba embarazada solo para que él se forzara hacerse cargo de los dos? Era lo último que quería Kagura.

No quería estar con hombre si este no la amaba. Ni respetaba, siquiera.
Decirle sobre el bebé era lo mismo a encadenarse ambos, el uno al otro con tal de responder a la responsabilidad por él o ella.

Y no es como que ser madre o padre ausente fuera una opción. No para Kagura. Absolutamente no.

¿No tenerlo era una opción?

...

La noche siguió avanzando. En algún momento, Kagura se había acomodado en el sillón solo para quedarse dormida, iluminada con el televisor encendido. Por supuesto no escucho los pasos aproximarse, no eran tan ruidosos de todas formas.

Quizás el olor alcohol era su principal alarma. No despertó hasta que sintió movimientos muy cerca suyo.

No era necesario decir nada o mirar bien a su alrededor, Kagura estaba dispuesta a levantarse para seguir durmiendo en su antigua cama. Y dejar a un probablemente borracho Sesshomaru tirado en el sillón.

─ No te vayas. ─ fue la respuesta vaga de parte de él.

No, no, esto le traía amargura a su mente. ¿Por qué se estaba repitiendo?

─ Dejame, solo iré a la cama. Tú quedate ahí.

El pobre mal nacido tenía toda la pinta de estar ebrio hasta no dar más. Ni siquiera poder respirar como correspondía, sosteniendo su frente con su mano mientras se desplomó en el sillón y su peste encima.

─ ¿Por qué me dejas como si nada? ─ fue la pregunta y por poco inentendible que hizo Sesshomaru.

─ Ya Cállate y duérmete.

─ ¿Por qué me dejas solo? ¿Por qué me abandonas Kagura? ¿No sé supone que me amabas?

La mujer estaba a mitad del pasillo cuando escuchó aquello que la hizo detenerse. Su estómago revolviendo del malestar. ¿Qué clase de pregunta era esa? ¿Cómo encontró el valor para eso? Kagura tenía tantas ganas de patearlo. Regresó por impulso de su coraje, dispuesta a decirle un par de cosas, a pesar de saber que el otro solo estaba hablando por borracho.

Dicen que los ebrios dicen sus verdades.

─ Será mejor que cierres la boca. ¿Te lamentas? ¡Es tu culpa! Eres demasiado descarado.

─ No entiendo.

─ ¡¿Qué no entiendes?! ¿Quieres que te lo explique con manzanas? La cagaste... no fui yo. Fuiste tú.

─ ¿Merezco este sufrimiento?

─ Hasta la pregunta ofende. Deja de molestar. Duérmete.

─ Estoy cansado... De esta mierda. Creí que siempre estarías a mi lado... pero me dejaste. Nunca me había sentido tan solo... no te importé.

─ ¿De qué mierda estas hablando? No se entiende. Si te refieres a estos días, es claro, prefiero fijarme en mi misma antes de estar detrás llorandote a ti como un perro.

─ Tú me trataste como a un perro... siempre. No me sentí... querido desde hace un tiempo.

─ Dime que no estás justificando lo que hiciste o te romperé la cabeza.

─ No me importa si lo merezco, no quiero sufrir más.

─ Suerte en tu búsqueda.

Kagura pensó que era ya suficiente de escucharlo. Su pecho parecía estar vacío luego de oír esas confesiones. Pero eran los secretos más profundos de su ex pareja, no tenían validez si acaso necesitaba embriagarse para decírselo. Un orgulloso o un cobarde, o un cobarde orgulloso. ¿Qué era peor?

Kagura odió que Sesshomaru volcara en ella sus inseguridades.

─ No te vayas.

─ Fue suficiente.

─ Te lo estoy pidiendo ¿Te irás de todos modos? ¿Qué más quieres de mi? ─ comenzaba a sonar molesto─ ¿Qué te lo pida de rodillas?

─ No quiero nada de ti. ¿Por que no se lo pides a esa mosquita muerta? Seguramente ella vendría corriendo, sin importar la lluvia, el mal clima-

─ ¡Kagura! ¿Por qué la mencionas?

─ ¿No es ella tu amante ahora?

─ Sandeces.

─ Me quedaré si me respondes. O más bien, dependiendo de tu respuesta.

─ No la metas en esto.

─ ¿No es tu amante?

─ No lo es...

Eso fue suficiente para que Kagura volviera a sentarse en el sillón. Y por primera vez en mucho tiempo, pudieron verse a los ojos sin esa pesadez, esa tensión que los separaba. Por más que el camino fácil estaba en esa línea... no es como que Kagura pudiera perdonarlo, en esa condición, y esa misma noche.

─ ¿Por qué la besaste?

Sesshomaru fue quien bajó la vista y  suavemente negó con la cabeza. Sin decir nada.

─ ¿Ya no eres tan hablador ahora, eh? Desgraciado, no me hagas enojar.

─ No...

─ ¿No, qué?

No es como si pudiera olvidar cada segundo de dolor que este espécimen la hizo pasar, de una y otra forma le haría pagar. Aunque maldecir no poder disfrutar de su sufrimiento ahora, pero tampoco sentía lástima por él. Era un balanceo extraño.

─ ¿No, qué?─ Kagura repitió, todavía más cerca de él.

─ No me acuerdo.

─ ¿Ah, no te acuerdas?

Dios, se veia tan deprimente, echado en el sillón como todo un perdedor, como un de explotado empleado regresando de sus dieciocho horas laborales. Apostando alcohol y bajo los efectos de este. La palabra fracasado estaba colgando de la boca de Kagura, pero era una palabra muy fuerte para decirla ahora, por más que ansiaba derramar todo su veneno.

Debía de guardarlo, guardarlo para después.

─ ¿Recuerdas la otra vez, cuando también bebiste demasiado y te encontré? Me dijiste algo así que yo había llegado a salvarte. ¿Te acuerdas?

No recibió una respuesta ni una reacción.

─ Bueno ─ prosiguió ─ Quiero que sepas que no estoy obligada a ser tu salvadora o dedicar mi maldita vida a servirte o a procurar que al señorito Sesshomaru no se lastime de la estúpida mierda que hace por que yo también... ─ dio una pausa para respirar ─ Yo también siento. ¿Sabes? Soy una persona también, tengo sentimientos, tengo valores. ¡Tengo amor propio! Y me junte contigo por que pensé que eras como yo, pero me has decepcionado. ¡Dime! ¡¿Acaso te hubieras quedado en mi lugar?! ¡Si hubieras pasado por cualquier puerta a verme con otro hombre! ¡¿Lo hubieras soportado?! ¡Responde, basura! ─ ña ira fue mucho mas fuerte que su razon, incluso lo tomó de su camisa para tratar de sacudirlo, hacerlo reaccionar ─ ¡Te odio! ¡Te odio tanto! ¡Te odio Sesshomaru!

─ ¿Por qué gritas? Es muy tarde. ─ Sesshomaru susurró. ─ Pareces una loca, calmate.

─ ¡Hijo de puta!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro