
😈 ┇ 𝗘l 𝗘xilio
YUQI + SOYEON ╏ YuYeon || (G) i-dle
La oscuridad del inframundo se cerró detrás de Soyeon como una boca hambrienta. El consejo de los demonios la había juzgado : "Demasiado suave, demasiado compasiva".
La cámara del consejo del inframundo estaba llena de sombras y silencio. Soyeon se encontraba de pie ante los cinco miembros del consejo, su corazón latiendo con ansiedad.
—¿Soyeon, demonio de la séptima casta, tienes algo que decir en tu defensa?— preguntó el líder del consejo, su voz como un látigo.
Soyeon tragó saliva. —Solo quiero ayudar, no hacer daño. ¿Por qué eso es malo?
El consejero Kai se rió. —La compasión es una debilidad. Un demonio debe ser fuerte, no suave.
La consejera Lisa habló con desdén. —Tu refugio en el inframundo ha terminado. Eres una amenaza para nuestra estabilidad.
El líder del consejo levantó su mano. —Desterramos a Soyeon del inframundo. Que busque su lugar en el mundo humano.
La sala se llenó de murmullos de acuerdo. Soyeon sintió una punzada de dolor y soledad.
—¿Qué soy ahora?— se preguntó, mientras la oscuridad del inframundo se cerraba detrás de ella.
Soyeon emergió en el mundo humano, deslumbrada por la luz del sol. El aire fresco y limpio la envolvió, un contraste abrupto con el hedor sulfuroso del inframundo. Se detuvo en el borde de una ciudad bulliciosa, sintiendo la soledad y la incertidumbre.
En un pasillo escolar, Soyeon se vio obligada a ir a la escuela, no es algo que le gustara pero tampoco que le disgustara, además no deseaba que descubrieran que era un demonio, se burlarian de ella como lo hicieron días antes en el inframundo.
—¿Estás bien?— Yuqi preguntó, notando la expresión perdida de Soyeon.
Soyeon se sorprendió al ver a Yuqi y se quedó en silencio, mirándola con ojos rojos. La conexión entre ellas fue instantánea, aunque ninguna lo sabía aún.
Minnie y Miyeon observaban desde la distancia, sonriendo con malicia.
—¿Qué pasa, Yuqi? ¿Ya encontraste a tu nueva amiga?— Minnie dijo, con sarcasmo.
Shuhua, la hermana menor de Yuqi, se acercó, mirando a Soyeon con interés.
Yuqi sonrió y se acercó más. —No te preocupes, estoy aquí para ayudarte. ¿Cómo te llamas?
Soyeon titubeó antes de responder a la pregunta. —Soy... Soy Soyeon.
—Me alegra conocerte, Soyeon— dijo Yuqi, extendiendo su mano.
Soyeon la miró, sorprendida por el gesto. Nadie en el inframundo le había ofrecido amistad así. Tomó la mano de Yuqi, sintiendo una calidez que no había experimentado en mucho tiempo.
Minnie y Miyeon se acercaron, interrumpiendo el momento.
—Yuqi, ¿qué haces con esta... cosa?— Minnie preguntó, mirando a Soyeon con desdén.
Yuqi se volvió hacia ellas. —Minnie, Miyeon, déjenos en paz.
Miyeon se burló. —¿Defiendes a esta extraña? ¿No sabes qué es?
Soyeon sintió una oleada de ansiedad. ¿Cómo podían saber qué era? ¿Debía huir? ¿Debia hacerle daño? Aun tenía sus poderes, lo podían hacer.
Pero Yuqi se mantuvo firme. —No importa qué sea. Es mi amiga ahora.
Shuhua se acercó, mirando a Soyeon con curiosidad. —Hola, Soyeon. Me llamo Shuhua.
Soyeon sonrió débilmente, agradecida por la amabilidad de Yuqi y Shuhua.
La campana sonó, señalando el inicio de la próxima clase. Yuqi tomó a Soyeon del brazo.
—Vamos, Soyeon. Te mostraré dónde está tu próxima clase.
Soyeon se sintió confundida pero agradecida. Por primera vez en mucho tiempo, se sentía aceptada.
Mientras Yuqi guiaba a Soyeon por el pasillo lleno de estudiantes que charlaban y reían, Minnie y Miyeon las seguían, murmurando comentarios desagradables que resonaban en los oídos de Soyeon como un susurro venenoso.
Soyeon se sentía incómoda, su piel sensible y pálida enrojeciendo ligeramente bajo la mirada hostil de Minnie y Miyeon. Pero Yuqi parecía ignorarlas, su sonrisa cálida y genuina iluminando el pasillo.
—¿Qué clase tienes ahora?— Yuqi preguntó, sonriendo y girando su cabello oscuro y rizado alrededor de su dedo.
Soyeon revisó su horario, su mirada roja escaneando las líneas impresas en el papel. —Matemáticas.
—Esto es genial, yo también tengo matemáticas— dijo Yuqi, su voz animada y llena de entusiasmo. —Vamos juntas.
Al entrar en el salón de clases, Soyeon se sintió abrumada por la cantidad de estudiantes que llenaban el aula. El olor a lápices y papel llenaba el aire, y el sonido de las plumas contra los cuadernos era como una sinfonía de movimientos.
Yuqi la llevó a un asiento vacío junto a Shuhua, quien la miró con curiosidad y sonrió débilmente. Si Shuhua tenía 15 y era como 2 años menor que ellas pero era muy inteligente es por eso que pudo saltarse dos años y estar ahí con ellas.
La profesora de matemáticas, la señorita Kim, comenzó a explicar la lección, su voz clara y autoritaria capturando la atención de los estudiantes. Soyeon se esforzaba por entender, pero su mente vagaba, perdida en pensamientos sobre su pasado en el inframundo y en cómo había llegado allí.
La sensación de no pertenecer era abrumadora, como una piedra pesada en su pecho que la hacía dificultar respirar.
De repente, Yuqi le tocó el brazo, su mano cálida y suave como una brisa de verano. —¿Estás bien?
Soyeon se sorprendió y asintió, su mirada roja encontrando la de Yuqi. —Sí, gracias.
La clase continuó, y Soyeon se sintió más cómoda gracias a la presencia de Yuqi y Shuhua, como si hubiera encontrado un refugio en medio de la fuerte tormenta.
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"No lo dudes ni por un momento; eres fuerte y especial"
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